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Segundas oportunidades por Ncox

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- Buenas noches… yami. - Y con esto último dicho Bakura caminó hacia la puerta de la habitación no sin antes voltear un poco su rostro para darle una sonrisa ladina a su hikari… sí, su hikari, ahora un hecho que eran yami y hikari, ya lo habían acordado una vez, pero no era lo mismo, el hecho sucedido anteriormente terminó de pactar y sellar el hecho que ahora estaban unidos no solo por amistad, sino más bien porque juntos eran uno solo, juntos, eran alguien con las mejores cualidades del otro, unidos por el alma, sí, ese simple hecho de que los dos quisieran seguir manteniendo ese lazo creaba algo grande en ambos, solo ese simple hecho de que el yami le diera a voluntad su artículo y que lo recibiera de la misma manera, creaba algo grande… un lazo que jamás podría ser destruido por nadie, ni nada, pues como se dijo ya hace una vez: “No te cambiaría por nada ni nadie jamás…”

Y por primera vez en mucho tiempo, la sortija del milenio permaneció toda la noche en el pecho de Ryou, manteniéndola consigo para ahora y siempre.

 

Otra semana pasó, la semana de exámenes llegó para Ryou y este por más que intentó acomodar su tiempo no pudo encontrar el suficiente para continuar con la terapia de Bakura de esa semana, por lo que el yami le dijo que no se preocupara, que lo más importante en este momento eran sus pruebas y que después tendrían tiempo para continuar con la terapia, incluso si quería, podrían reponer esa sesión teniendo 2 en una semana. Ryou le agradeció mucho por comprenderlo y se concentró en sus pruebas como Bakura le dijo.

Todo iba normal hasta el miércoles de esa misma semana, cuando Yugi comenzó a hacerle ciertas preguntas que para Ryou eran algo… extrañas, las hizo en un momento que, por alguna razón, estuvieron asolas, algo que también era extraño para el peliblanco.

-Ryou, desde lo ocurrido la otra vez entre yami y Bakura en el parque… bueno… me eh estado preguntando ¿cómo es él contigo? Quiero decir ¿cómo se comporta?

Y allí iba otra cosa extraña que se sumaba a las otras en ese día, pues Ryou pensó en cuál podría ser la razón de tal pregunta -; Bueno… él ha cambiado mucho desde que llegó, quiero decir, al inicio seguía siendo el mismo terco, altanero y malhumorado que todos conocimos (aunque lo terco y altanero aún no se le quita del todo). Era distante, frío, siempre estaba a la defensiva, siempre estaba tenso, pero aunque no lo creas… ya no era el sádico insensible que le gustaba causar dolor a otros, de hecho, al que veía con dolor era a él, por más frialdad que pusiera en su mirada, al final terminaba notando una pisca de tristeza en ellos, se la pasaba fuera de la casa en el parque o encerrado en su cuarto cuando volvía, supongo que esa era la única manera de relajarse aunque sea un poco y dejar salir lo que sentía sin que nadie más lo viera. Nunca me levantó la voz y mucho menos la mano. La maldad ya no corría por sus facciones, mirada e incluso me atrevo a decir pensamientos, dejó de ser un espíritu sin sentimientos a un humano que si los tenía – Ryou cerró los ojos y se rio un poco negando con la cabeza; – cuando por fin pudo comer toda clase de comidas al recuperarse, me di cuenta de que un aún había un monstruo viviendo dentro de él, uno llamado estómago, cualquier cosa que le pusiera en la mesa frente a él, era devorado en segundos y gracias a eso me di cuenta de que lo que más adora es la carne, no importa el tipo. Con el paso del tiempo nos acercamos hasta el punto en que ambos reconocimos haber formado una amistad, así que poco a poco me fue mostrando su verdadera personalidad, el en realidad es alguien muy activo, no le gusta permanecer sentado sin hacer nada y si lo hace es para meditar en sus pensamientos, su personalidad es como la de un hermano mayor, quiero decir, le gusta molestarme a modo de broma, aunque esto no le quita lo serio, pero tampoco eso me impide sacarle una que otra sonrisa al igual que él hace conmigo, pero el hecho de que sea así de serio le da la habilidad que pocos tienen de realmente escuchar a los demás o en este caso a mí, en serio es muy bueno escuchando, aunque sus consejos no muy buenos que digamos. También es algo protector, me defendió de unos tipos el día que nos encontramos con ustedes en el arcade, sé… que frente a ustedes y frente a cualquier otro actuará de manera distinta, como lo hizo conmigo al principio, pero ahora yo conozco las razones, el porqué de muchas cosas que hace y nadie conoce más que él y yo. Y ahora mismo está pasando por una situación difícil de la que no te puedo decir nada porque le prometí no se lo diría a nadie, es algo muy personal suyo y a cómo puedo le estoy ayudando a superarlo.

Y así, terminó el gran relato de Ryou con respecto a su yami, por su parte, Yugi no sabía cómo creer lo que había escuchado, si quiera estaba seguro si debía creerlo o no, pues Atem le había dicho que seguramente no se diría nada malo de Bakura… sí, todo esto había sido un “plan” para sacarle información a Ryou de lo que pasaba con el otro yami y averiguar si este planeaba algo nuevamente en contra del ex faraón y los demás. Él tricolor menor no estuvo muy de acuerdo con la idea de “engañar” a su amigo para que le revelara algo que pusiera al descubierto a la contraparte oscura de este y sus intenciones verdaderas o incluso si este le estaba haciendo daño en secreto como Atem sospechaba, incluyendo otras sospechas que este tenía, más al final Yugi terminó confiando en las “corazonadas” de su yami y accedió a “interrogar” a Ryou.

– Entonces dices que él no te hace daño, incluso que son amigos ¿no es así?

­– Aja – dijo Ryou mientras asentía con la cabeza levemente.

– Valla… realmente es difícil de creer jeje –Dijo Yugi rascándose la mejilla con el dedo índice – Pero aun así no creo que sea imposible, contigo cualquiera se suavizaría

– No es para tanto – Dijo Ryou poniendo una mano tras su cabeza mientras cerraba sus ojos y sonreía.

– ¿Qué no es para tanto? ¿“ablandar” al rey de los ladrones no es para tanto? Ser modesto es bueno, pero recuerda que todos los excesos son malos.

Con esta última frase dicha ambos rieron y se detuvieron a los pocos segundos debido al sonido de la campana que daba como concluido el almuerzo e iniciadas las clases de nuevo, así que recogieron sus cosas y se dirigieron a la siguiente clase que les correspondía.

El resto del día siguió con normalidad hasta la salida cuando todos se despidieron de Ryou en la esquina donde siempre le tocaba separarse de los demás para ir a su casa y estos también se alejaron como normalmente lo hacían hasta que llegaron al lugar acordado dónde Atem les esperaba.

– Bien Yugi ¿Qué fue lo que te dijo? – Le preguntó Atem a su contraparte.

– Bueno… me dijo que Bakura había cambiado mucho, que ya no era malo llegando al punto de que ahora eran muy buenos amigos ya que con el tiempo se llegaron a conocer mejor y en vez de hacerle daño Bakura lo protege, lo cual ya hizo frente a unos tipos el mismo día que nos encontramos con ellos en el arcade, desde que llegó a esta época de nuevo no le ha hecho daño ni a él ni a nadie a excepción de esos tipos.

 También dijo que al principio cuando lo llevó a su casa era frío y distante, como lo conocíamos, pero sin hacer cosas malas, no le ha gritado y menos golpeado. En vez de ver odio puro en sus ojos… ve tristeza escondida en ellos. Me contó que entre ellos les gusta bromear, incluso es bueno a la hora de escuchar, pero… en este momento está pasando por una situación difícil en la que le estaba ayudando a superar y que le prometió no contarle a nadie.

Yugi volteó a mirar a todos, quienes le veían como si tuviera tres cabeza y le estuviera a punto de salir una cuarta; – Lo sé, lo sé, es difícil de creer, yo tampoco lo hice al – Dijo Yugi puniendo las manos al frente y continuaba diciendo: – pero por más que busque algún signo de mentira, miedo o duda en su mirada, expresión o forma de hablar no la habían, incluso me atrevo a decir que estaba emocionado por contarme todo eso y hacerme saber todos los cambios de Bakura como si me quisiera hacer ver que ya no había nada que temer. Conozco a Ryou muy bien como para saber cuándo miente y estoy más que seguro que no lo hizo en nada de los que dijo.

– Y si es cierto que cambió –Dijo Atem – ¿entonces porque actuó tan agresivo las dos veces que nos vio?

– Ryou me dijo que al principio Bakura era muy desconfiado, siempre estaba tenso y a la defensiva… que cuando se conocieron más descubrió las razones de eso y muchas otras cosas que solo él y Bakura sabían… a lo que me dio a entender, es que Bakura solo confía en él y que con el resto de las personas se pone a la defensiva y además de esto también tiene otras razones para ponerse agresivo contigo y lo sabes.

– Si, pero…. ¿qué tal si es solo una fachada?

– ¿Y qué tal si te estas equivocando? – Todos voltearon la mirada al peli cenizo terminada su pregunta.

– Quiero decir, las almas de Kul Elna que estaban atrapadas en los artículos fueron liberadas ¿Qué razón tendría para crear otro “plan malvado” para destruirlo todo cuando, primero: ya no está poseído por Zork y segundo: su “misión” original por la que empezó todo esto ya está completa? Sí, él aun te odia, pero ya no tiene razón de encerrarte en el reino de las sombras para que su gente descanse en paz cuando, repito, ellos ya fueron liberados y no, tampoco tiene razón para hacerle daño a Ryou.

–¿Qué tal si está robando de nuevo?

–  No lo creo, de nuevo sigue sin tener razón, ahora vive con Ryou ya no tiene que robar para poder sobrevivir, además de que no se ha reportado a ningún ladrón con sus características

–Puede que al final le haya gustado robar

– Sigue sin tener sentido, el hecho de que tuviera que robar fue una de las consecuencias de su tragedia, que le guste y lo haga solo porque puede seria como si dijera que está feliz de que su pueblo haya sido masacrado

– ¿Estas de su lado? – Preguntó Atem entrecerrando los ojos       

–No estoy del lado de nadie, solamente digo que no hay razones para empezar a sospechar algo malo sobre él solo porque creas que no puede cambiar y que aun te odie por un error que cometió tu familia, además como Yugi dijo, él es el que mejor conoce a Ryou y si no encontró nada para comenzar a sospechar es porque no hay que hacerlo y como también dijo Ryou, Bakura está pasando por una situación personal, por lo que tampoco deberíamos entrometernos en eso.

–Yo creo que Marik tiene razón yami –Dijo Yugi volteando a ver al otro oji amatista; – no veo porque hay que sospechar de Bakura en lo absoluto.

Todos miraban atentos al ex faraón quien de brazos cruzados y ojos cerrados procesaba toda la información que se otorgó y tomaba una decisión.

– Está bien, pero solo los vigilaremos hoy para terminar de descartar cualquier cosa, pero si noto algo fuera de lugar actuare de inmediato.

Todos asintieron, aunque Marik y Yugi no estaban del todo de acuerdo en espiar a su amigo y esperaban no estarse equivocando con Bakura pues no sabrían cómo explicarle a Ryou que lo espiaban porque no confiaban en lo que decía.

 

-----Más tarde esa noche-----

 

Atem, Yugi, Marik, Joey y Tristán, todos estaban allí frente a la casa de su amigo peli blanco… literalmente al frente de la casa pues estaban escondidos en un arbusto que estaba en la casa del vecino de enfrente de Ryou, estaban allí desde la tarde, pero cuando miraron dentro de la casa por las ventanas (sin que Ryou los viera claro) se dieron cuenta de que Bakura no estaba, así que se quedaron a esperar a que llegara y su espera por fin dio frutos.

Allí por la acera de enfrente caminaba su objetivo con las manos en los bolsillos, tan serio como de costumbre, nada extraño se hacía notar en él y entonces vieron que hacia Bakura de frente a él venía caminando un gato que parecía ser de uno de los vecinos de Ryou, al llegar justo al frente de la casa de Ryou tanto el gato como Bakura se detuvieron mientras se veían y Atem estaba esperando cualquier tipo de agresión hacia el pobre animal para saltar de su escondite. Pero al contrario de todo pronóstico, Bakura se agachó y acarició al gato, quien no estaba menos que feliz por tal atención y continuando con las “sorpresas” para los ojos ocultos que veían toda la escena, el oji carmesí arrancó un trozo largo de césped del jardín frontal de Ryou y comenzó a jugar con el felino haciéndolo correr de aquí a allá y una que otra vez se le veía saltar.

Bakura seguía jugando con dicho animal haciendo que se lograra subir a la valla que dividía la casa de Ryou con la de su vecina, estaba en eso cuando la puerta de la casa de dicho peliblanco se abrió y dejó ver al susodicho, al estar tan concentrado en su juego, Bakura no notó los ojos esmeralda que le veían desde atrás suyo.

- ¡¿Dónde estabas?!

Bakura se encogió visiblemente y dejó de jugar con el gato, quien al notar el tal vez peligro inminente que se venía se fue corriendo y Bakura lo maldijo por dejarlo en tan mal momento y porque esto en parte también era su culpa, pues hace rato ya que había llegado y si no fuera porque el gato lo distrajo ya hubiera entrado a la casa y Ryou no le estuviera reclamando.

Bakura se volteó lentamente para ver a un Ryou de brazos cruzados Y una ceja levantada, no se veía para nada contento.

-Hola… Ryou- le saludó Bakura algo nervioso.

- ¿Don-de-es-ta-bas?

-Pues… aquí…con el gato de la vecina…

- ¿Todo este tiempo estuviste aquí?

-Bueno… sí

- ¿Sabes qué hora es?

-Amm… las 7:15?

- ¡Son las 8!

-Oh… bueno, creo que realmente perdí la noción del tiempo- Dijo Bakura con una mano tras la cabeza.

-Me tenías preocupado porque normalmente llegas a las 7 o como mucho 7:10 ¿y solo me dices que perdiste la noción del tiempo por jugar con el gato de la vecina?

-Lo siento ¿sí?... Deja de regañarme ya te dije no fue mi intención.

Ryou suspiró y cerró los ojos un segundo para calmarse y entender a su yami, sabía que realmente no había tenido la intención de preocuparlo ni nada. Abrió los ojos, estiró las manos y las puso en la cara de Bakura mientras lo miraba a los ojos y como cada vez que eso pasaba quedó estupidisado como él decía, tan estupidisado que la mente le quedó en blanco y tenía la boca entreabierta.

-Solo prométeme que la próxima vez me vas a avisar que estás aquí y que no me vas a estar preocupando a cada rato

- aja- Dijo Bakura de manera ida mientras asentía con la cabeza rápidamente. Ryou no lo sabía, pero tenía a Bakura en la palma de su mano en este momento y todo tiempo, el haría todo lo que le pidiera.

-Qué bueno, pero enserio, no lo vuelvas a hacer- Dijo Ryou quitando sus manos de la cara del otro y le dio un pequeño empujón con la mano en pecho.

Un brillo juguetón apareció en los rubíes del mayor -Ya te dije que lo siento- dijo devolviendo el empujón con la misma fuerza que lo recibió.

Y Ryou entendió el juego, pareciendo el mismo brillo en sus ojos -y yo que no lo vuelvas a hacer-esta vez dio un empujón más fuerte que logró mover al yami, pero sin ser brusco.

-ya dije que lo siento- otro empujón con la misma fuerza recibida.

-Eres un necio- y más fuerza

- ¡No es cierto! - otra devolución de fuerza

-Claro que sí

-Claro que no

-Que sí

-Que no-Una palabra, un empujón

-Que sí

-Que no

-Que sí- Ryou estaba a punto de dar su empujón, pero Bakura puso las manos al frente y agarró las de su hikari entrelazando sus dedos con las manos del otro… y comenzaron a poner fuerza para que el otro retrocediera, lógicamente Bakura iba ganando y Ryou por más fuerza que pusiera no podía detener su retroceso, y en un momento dado ambos cayeron e iniciaron un forcejeo para posarse encima del otro.

Al ver esto y saber que era un juego, Atem se dispuso a salir de su escondite y detener la “agresión”, más Marik lo detuvo poniendo una mano en su hombro y negando con la cabeza, por lo que el ex faraón volvió a su lugar.

Bakura logró posarse sobre Ryou restringiéndole el movimiento, por lo que “había ganado la contienda” y dijo agitadamente: -¿Ahora…ha-ha… quien es el necio?

-Por supuesto que…ha-ha… tú- respondió Ryou también entre jadeos.

Bakura iba a seguir con la discusión cuando pasos muy rápidos en su dirección, volteó la mirada, pero ya era muy tarde y solo vio como algo se le abalanzaba encima haciendo que se quitara de encima de Ryou y cayó en el césped.

Bakura trataba de quitárselo de encima mientras su atacante lo… ¿lamía? Y fue entonces cuando escuchó a Ryou reírse…

Un perro… un maldito perro se le había abalanzado encima y ahora lo estaba lamiendo por doquier y lo peor era que Bakura no se lo podía sacar de encima suyo.

- ¡Deja de reírte y ayúdame! - dijo Bakura a como pudo.

-Jajaja ¡oh vamos! ¿El gran rey de los ladrones no puede contra un perro? Jajaja

- ¡Esto no es un perro, ES UNA MALDITA VACA GORDA!

Y es que no era mentira, el perro parecía tener sobrepeso.

Mientras Ryou seguía riendo y Bakura luchando desde una de las casas vecinas de enfrente un niño salía a llamar a su vaca… digo perro.

-Kratos! Kratos ven! ¡Deja de jugar!  – y obediente a su dueño el enorme labrador negro se fue con él dejando en el césped a un sucio y babeado Bakura.

Ryou se acercó a su yami con las manos tras la espalda, una sonrisa en los labios y los ojos cerrados e inclinándose un poco y manera “inocente” preguntó: - ¿Estás bien?

-Cállate – Ryou se rio entre dientes y estiró una mano a su contraparte para ayudarlo a levantarse.

Cuando Bakura se levantó agarró su camisa y se la quitó para limpiarse la cara con ella, lo cual Ryou miró con asco y viendo esto Bakura encontró su venganza contra su hikari por no haberlo ayuda y reírse de él.

Ryou al notar los ojos maliciosos de su oscuro supo de inmediato lo que este planeaba; -No, ni se te ocurra acercarme esa cosa Bakura, te lo advierto- pero si por algo se caracterizaba el ex ladrón, era su falta de importancia a la autoridad y las advertencias de esta. Así que sonriendo de manera maliciosa Bakura se fue acercando a Ryou con camisa en mano.

Ryou comenzó a correr al interior de la casa y Bakura de inmediato fue tras él cerrando la puerta cuando entró.

Los ojos tras los arbustos no podían creer todo lo que habían visto, todos menos el pelicenizo, quien más bien parecía estar feliz por lo que vio.

-Bueno, parece que nos estaba mintiendo… realmente no puedo creer que ese sea el mismo Bakura- dijo Atem aún sorprendido.

-Te lo dije, no había signos de mentira en él- menciono Yugi.

-Entonces será mejor que nos vayamos- Dijo Marik levantándose.

Todos hicieron lo mismo y se despidieron para ir cada uno a sus casas.

-----En ese mismo momento, pero dentro de la casa de los peliblancos-----

Ryou corría por las escaleras tratando de escapar de la camisa babeada de Bakura, entró a su cuarto y tiró la puerta que esta se cerrara, pero como su yami le venía pisando los talones la pudo detener con las manos y entró.

Bakura corrió tras su hikari y cuando lo alcanzó lo tomó en sus brazos haciendo que cayeran sobre la cama, Bakura sobre Ryou y el primero levantó el brazo con la camisa para comenzar con su venganza, más se detuvo cuando Ryou le hizo ojos de perro arrepentido y le suplicó que no lo hiciera.

Esos ojos… esos malditos ojos hacían que su corazón se llenara de compasión, algo que no había sentido en muchos milenios, prácticamente ni recordaba ese sentimiento. Esos ojos también hacían que su corazón se acelerara, aunque también lo había hecho el estar sin camisa sobre el dueño de sus pensamientos y que este tuviera sus suaves manos sobre su desnudo pecho y que si no fuera por ellas estarían completamente pegados.

Bakura bufó y volteó la mirada hacia un lado mientras tiraba la camisa a quien sabe que parte de la habitación y dijo: -De acuerdo, no te haré nada, pero solo si prometes dejarme dormir todo el tiempo que quiera el sábado

-Está bien ¡gracias Bakura, eres el mejor! - dijo Ryou sacando sus manos de debajo del pecho del mayor para abrazarlo y darle un beso en la mejilla aprovechando que este miraba a otro lado y había dejado su mejilla frente al hikari.

Bakura se sorprendió por la muestra de afecto y de inmediato la sombra rosa que tanto odiaba apareció sobre el puente de su nariz y parte de las mejillas - ¡Tks! Por supuesto que soy el mejor- Dijo Bakura tratando de concentrarse en otra cosa para que su sonrojo desapareciera y por esto no notó el que también tenía Ryou.

-Eres un arrogante

Bakura volteo de nuevo su mirada, pero esta vez a su contraparte y decir: -No empieces de nuevo o traeré la camisa

-Era una broma tranquilo- Aclaró Ryou nervioso; -por cierto ¿Por qué no te vas a bañar mientras te sirvo la cena?

-Me parece bien- mencionó el mayor levantándose.

Y así pasó el resto de la noche, Bakura se bañó, después fue a comer y cada uno se fue a dormir con el dueño de sus pensamientos rondando por su mente.


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