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Segundas oportunidades por Ncox

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- Te toca – dijo Ryou aderezado, a lo que el otro peliblanco gruño; - no es cierto, te toca -/ -que no/ -que sí/ -que no/ -que sí/ -piedra papel o tijeras entonces/- Piedra, papel o tijeras 1,2,¡3! - / ¡Aaagh!- Bakura se levantó y abrió la puerta de mala gana; -¡¿Qué?!

- ¡Hijo! ¡Cuánto has crecido, mírate nada más, estás muy fuerte – Los ojos carmesíes de Bakura se ensancharon al máximo, mientras que Ryou se volteó de inmediato en el sofá para mirar hacia la puerta cuando escucho esa voz; - No es posible…

 

- Estas aquí… ¡estás aquí! – Bakura solo puedo ver un rayo blanco volar a su lado y quitarlo de su camino a la puerta, mientras que el padre de Ryou solo se dejaba abrazar por su verdadero hijo mientras veía confundido al fuerte hombre tirado en el suelo viéndolo con mucha sorpresa en su rostro; - Te he extrañado tanto padre, ha pasado mucho tiempo – El mencionado dejó de mirar al otro hombre y se enfocó en su hijo, después averiguaría quien era él; - Mi muchacho, yo también te he extrañado, has crecido mucho desde la última vez que te vi, estás más alto que yo, ya eres todo un hombre, ¿17 no? – Ryou levanto la cabeza del hombro de su padre y asintió con una sonrisa; - No llores… veo que no has cambiado nada – dijo el peli azul mientras pasaba los pulgares por las mejillas del menor; - Lo siento –

- No tienes por qué disculparte – dijo el padre del peli blanco; - pero por cierto, ¿quién es él? – preguntó mientras entraban a la casa mirando a Bakura quien seguía en el suelo; -¡oh¡ amm bueno… él y yo…- esmeraldas y rubíes chocaron directamente, el primero con duda y temor y el segundo con confianza y apoyo para cualquiera que fuera su decisión; - él y yo… s-somos la mayor coincidencia que existe en este mundo padre – la difícil decisión fue tomada, el yami asintió muy levemente, casi imperceptible, excepto para una mirada. Esconder la verdad iba a ser su responsabilidad también.

- ¿A sí? ¿por qué lo dices? – preguntó el oji café; - bueno… por decirlo de alguna manera, él es todo lo contario a mí, ambos somos albinos y el que llevo por apellido él lo lleva por nombre – el peli azul se sorprendió con esto último; - ¿te llamas Bakura? – el mencionado pasó una mano por su cuello y extendió la otra; - amm, sí, Bakura Itemri mucho gusto Sr. Bakura – el padre de Ryou tomó la mano en un apretón de manos; - Puedes llamarme Steven y el gusto es mío muchacho –

- C-creo que olvidé decírtelo padre, pero, él está viviendo conmigo – Ryou estaba nervioso al contar esto; - Sí, ya lo noté ¿por qué no me lo dijiste antes? – preguntó Steven viendo a un nervioso oji verde;- E-es una larga historia – a todo esto Bakura pareció recordar algo; - Sí, ¿por qué no se lo cuentas mientras dejo sus cosas arriba y me doy una ducha? – Cualquiera que no lo conociera bien diría que se estaba acobardando y quería escapar de allí lo antes posible, pero Ryou si lo conocía, conocía esa mirada de cómplice; - sí buena idea – Bakura tomó la maleta del Sr. Bakura y subió lo más rápido que pudo mientras los dos de abajo iban a la cocina a hablar, Bakura tiró la maleta en la cama de la habitación de invitados y fue corriendo a la que compartía con Ryou, el verdadero problema que había llegado a recordar, tomó todo lo suyo que le cupiera en los brazos y fue a dejarlo a su antigua habitación, así estuvo por lo menos 5 minutos y le tomó otros 5 organizar todo  como si realmente estuviera durmiendo allí todavía, se fue a bañar tomó la ropa más decente que encontró y que no oliera a grasa de autos o motocicletas.

Los ojos de Ryou se ensancharon cuando miró hacia las escaleras y tuvo que desviar la mirada antes de que sonrojara en sobremanera, Bakura solo traía puesto su pantalón de cuero y pesadas botas, su cabello aún estaba mojado y ligeras gotas caían en sus hombros y bajaban por sus brazos, pecho y cada musculo hasta perderse en ese apretado pantalón “¿Cómo me puede hacer esto justo frente a mí padre? ¿acaso no entiendo lo provocativo que es? Parecía que padre e hijo habían terminado de hablar; - Vuelvo en un momento – dijo Steven mientras se levantaba he iba escaleras arriba, mientras Bakura servía comida en el tazón de Kephera; - ¡¿Qué te pasa?!  - dijo en voz baja Ryou; - ¿de que hablas? – preguntó Bakura volteándose y apoyándose en la encimera; - ¡¿Cómo se te ocurre salir así justo ahora?! – el yami bajó la cabeza mirándose un poco y se encogió de hombros; - ¿Qué tiene de malo? Solo me puse la única ropa limpia que tenía, te recuerdo todo el resto mi cosas las lavaste y se están secando, solo me dejaste esto, además de que el resto de mis camisas están sucias y con manchas permanentes o rotas –

- ¡Te dije que las botaras! – Bakura se cruzó de brazos desvió la mirada; - como sea, sigo sin entender que tiene de malo – Ryou se puso de pie se paró frente a su yami; - ¡¿Qué pasaría si llego recién bañado, sin camisa y con el pantalón más apretado y sexy que tenga frente a ti?! – Bakura pareció imaginarlo y sonrió levemente; - eso me gustaría – Ryou también se cruzó de brazos ahora; - ¡oh! Ya entiendo…- dijo el mayor bajando un poco la mirada pensativo; - ¿entonces crees que soy sexy? – preguntó levantado la mirada y sonriendo; - ¡ese no es punto! –

- oh vamos, relájate un poco – dijo Bakura tirando de la cintura a Ryou, quien solo pudo poner las manos en el pecho del otro para evitar un choque; - ¿Qué le contaste? – preguntó Bakura trasladando su mirada continuamente entre los ojos de su hikari y sus labios entre abiertos; - Le dije que llegaste a Japón después de que tu familia muriera en Egipto, que trataste de buscar un trabajo y nadie quiso contratarte y que te encontré en un callejón y te traje aquí, el resto es la verdad. Dijo que estaba de acuerdo con que trabajaras y ayudaras a pagar las cosas de la casa, no estuvo enojado en lo absoluto-

- Que bueno – dijo Bakura antes de tomar los labios de su contraparte, acercándolo más a su cuerpo, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de este; -Kura…- Ryou traslado su mano izquierda por todo el camino del pecho hasta el abdomen de su yami hasta que el apretado pantalón de este no lo permitió, pero si le permitió comenzar a sentir otra cosa y el instinto solo les pedía apegarse al otro lo más que podían, Bakura paso de besar los labios de su hikari a besar su cuello, el mencionado solo puedo suspirar de satisfacción, más se tuvieron que separar cuando escucharon pasos sobre las escaleras.

 Ryou volvió a sentarse su lugar sin darle la mirada a Bakura, quien se volteó dándole la espalda, aprovechando que tenía el fregadero frente a el tomo un vaso y lo lleno de agua, comenzando a beberlo mientras el padre de Ryou entraba en la cocina y se sentaba nuevamente “maldito pantalón ¿Por qué tuve que ponerme uno tan apretado?” se preguntó a si mismo mientras le daba una ligera mirada a su entrepierna aun bebiéndose el agua. Cuando termino, rápidamente sentó al lado de Ryou, para evitar miradas incomodas, estuvieron hablando un rato, pero sus instintos seguían muy vivos aún. Durante cierto momento y sin saber porque Ryou comenzó a acariciar la pierna de contraparte con la suya “¿Por qué ahora Ryou? Ya me estaba controlando” pensó “atormentado” Bakura, quien tomó la mano izquierda de Ryou que estaba cerca de su rodilla entre la suya para acariciarla suavemente, después de rato trasladó ambas manos a su propia rodilla derecha y cada cierto tiempo iba subiendo sobre la pierna, Bakura entrelazó sus propias manos sobre la mesa, mientras que las de Ryou seguía una en su regazo y otra en el de Bakura, ya iba sobre el muslo y se estaba acercando a cierta zona, pero de detuvo antes de llegar como si lo estuviera pensando, Ryou se mordió el labio ligeramente, Bakura solo estaba atento a lo que pasaría, estaba bien si no quería, pero se sentiría taaan bien…; - en fin muchachos, si no les molesta iré a visitar a un viejo amigo del vecindario, volveré pronto – ambos albinos solo asintieron y lo escucharon salir por la puerta principal; - no empezamos bien…- Dijo Ryou mientras miraba su mano; - Tienes razón… - dijo Bakura mirando también la mano de hikari; - ¿cuánto tiempo dijiste que se quedaría? – preguntó ahora mirando al menor, quien le devolvió la mirada; - un mes – Bakura echó la cabeza hacía atrás suspirando, aún en esa posición miró de reojo a su contraparte, quien había quitado la mano y devuelto a su propio regazo; -aamm…¿q-quieres ir a-arriba? – Ryou lo miró un poco sorprendido y avergonzado asintió levemente.

Bakura volvió a besarlo, logró levantarlo y envolvió sus piernas alrededor de la cintura del mayor, así como sus brazos alrededor de su cuello y así lo llevó hasta que entraron a la habitación que compartían hasta ese día. El oji carmesí cerró la puerta con el pie y se subió la cama acostando suavemente a Ryou sobre ella, quien desenvolvió sus piernas de la cintura del otro y las estiró sobre la cama para darle más espacio, pasó sus manos desde el abdomen marcado de otra mitad hasta sus hombros donde tomó rumbo hacia la ancha espalda y rozando como plumas las yemas de los dedos sobre los costados y fuertes brazos que lo sostenían firmemente.

A la falta de aire se separaron y Bakura aprovechó para alzarse sobre su contrario y quitarle la camisa de tirantes negra; - eres perfecto – dijo con una mirada lujuriosa mientras veía el cuerpo semidesnudo debajo de él. Bajó y pasó la lengua desde el abdomen hasta la punta de la oreja logrando sacarle más de un suspiro al oji verde, se devolvió un poco y le mordió el cuello, haciendo que arqueara la espalda, sacando un gemido de ambos cuando se rozaron ligeramente y Bakura completó el roce con un ligero empuje.

No hubo centímetro de piel sin tocar en ambos cuerpos, Bakura le dio la vuelta Ryou, besaba y tocaba cada centímetro de su espalda, Ryou no puedo evitar sonrojarse en su totalidad cuando sintió la gran erección de Bakura sobre trasero, además de los ligeros empujes que este daba cada cierto tiempo, solo podía apretar la almohada debajo de él con sus manos y ahogar gemidos allí; - T-tenemos que para…n-no podemos hacerlo… -

- Tienes razón… no tenemos suficiente tiempo… - los ojos de Ryou se ensancharon un poco y miró de reojo alzando una ceja a Bakura, quien se veía totalmente perdido en el placer…


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