- ¡y tu! ¡¿por qué no te fuiste cuando viste no era yo?! ¡¿Por qué lo besaste?! – le reclamó Bakura a Ryou; - ¡quería saber que iba a decirme, además, fue en la mejilla! ¡pero discutiremos después! ¡ahora suéltalo! – el mayor gruñó antes de dejar caer a Jun; - ¡Ven, vámonos! – dijo algo molesto el oji esmeralda jalando a Bakura por el brazo; - Lo siento Jun, hablamos luego – al oir esto, el mayor se volteó a verlo furioso, enseñando sus dientes de nuevo; - si… hablaremos luego Jun – dijo furioso entre dientes Bakura.
Ryou estaba sentado en el borde de la cama con las manos en su regazo mientras veía a Bakura dar vueltas una y otra vez en la habitación como un león encerrado en su jaula; - ¿qué estás esperando? – dijo la profunda y molesta voz del mayor; - ¿para qué? – preguntó ahora el oji verde; - para darme una explicación- el ex ladrón se estaba comenzando a irritar ahora; -no tengo porque darte una explicación – respondió el menor, lo que hizo que el oji carmesí se volteara apretando la quijada mostrando los dientes; -tu estuviste allí o tengo nada que explicarte –
- ¡claro que tienes! ¿por qué diablos te quedaste allí cuando viste que no era yo? Te debiste haber ido – mencionó Bakura molesto; -porque hubiera sido descortés, además de hiriente para él – el yami frunció el ceño algo incrédulo; - ¿cortesía? ¡¿a quien diablos le importa la cortesía?! ¡si él hubiera sido cortes no te habría escrito esa carta en primer lugar y hubiera tenido respeto por lo nuestro! Es como si yo me declara a una señora casada, estaría irrespetando el matrimonio con su marido- explicó el ex ladrón algo alterado; - tu y yo no somos esposos, además de que no hubiera dejado que intentara algo –
- ¿No lo somos, pero si pareja y me perteneces, así como yo te pertenezco! – reclamó ahora más enojado el mayor; - yo no le pertenezco a nadie Bakura – retó Ryou con mirada divertida; - ¡me perteneces a mí! ¡solo yo puedo recibir tu amor! ¡solo conmigo puedes estar en la cama! ¡solo a mí me puedes besar! ¡a nadie más! ¡solo a mí me puedes amar! – reclamó Bakura acercándose a Ryou, quien se apoyó en sus manos atrás en la cama; - ¿Cómo estás tan seguro de eso? ¿Qué tal si solo estoy jugando contigo? –
Bakura amplió un poco sus ojos confundido y después toda la furia volvió a rostro caminó hacia el menor y lo tomó por los muslos y los alzó para tirarlo al centró de la cama y alzarse sobre él; - ¡ES MENTIRA, TU DIJISTE QUE ME AMABAS, TU ME AMAS ¡-reclamó sumamente alterado Bakura, apresando las manos de Ryou sobre su cabeza; -wow t-tranquilo, solo estaba jugando K-Kura –
- ¡no juegues así Ryou! ¡¿Qué ya no recuerdas que eres lo único que tengo?! – El mencionado lo miró culpable, por lo que Bakura soltó sus manos tranquilizándose un poco; - yo ya no puedo vivir sin ti Ryou, ya no puedo- Ryou sonrió ligeramente y tomó su rostro entre sus manos; - ¿Sabes? Cuando estás celoso dices cosas muy lindas, aunque no te des cuenta –
- solo digo la verdad, ya no soportaría vivir sin ti, me sentiría vacío, no tendría razón para seguir, eres lo único que vale la pena para mí – explicó Bakura, uniendo su frente con la del menor quien le dio un pequeño beso; - ¿enserio no irás a trabajar? – preguntó el oji verde, a lo que el mayor respondió negando con la cabeza; - les dije que no me sentía bien, así que no iré- explicó el oji carmesí; -de acuerdo- respondió simplemente Ryou;- ¿y qué hacemos ahora? – Bakura sonrió de manera maliciosa y dijo en voz grave: -se me ocurren varias cosas, pero ahora en mi mente está una que eh queridos probar en un tiempo, te involucra a ti y a mi vendándote los ojos para darte uno de los mayores placeres de la vida -explicó sonriendo, haciendo ver sus afilados caninos, mientras Ryou se sonrojaba al imaginar lo que harían.
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- Definitivamente esto no era lo que estaba pensando- dijo la suave vos Ryou en la cocina con una venda en los ojos y las manos en su regazo; - cállate y abre – dijo esta vez la grave voz del mayor, quien se acercó con un plato y una cuchara, la cual introdujo con cuidado en la boca del menor, quien gimió por el placer que recibían sus papilas gustativas.
Bakura le había estado cocinando platillos que jamás había probado o por lo menos no de la mano del oji carmesí y debía adivinar lo que era, todo era una delicia.
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1 semana después
Bakura salió de la cocina para ir a abrir la puerta mientras su contraparte sacaba la bandeja del horno, giró el pomo y abrió la puerta con fuerza; - ¡¿qué?! - preguntó bruscamente; - ¡sorpreeesaa ¡¡ooh cariño mira que grande estás! -dijo la suave y cariñosa voz de una señora de cabello blanco y en entrada edad ya que se “lanzó” a los brazos del más grande para abrazarlo, quien estaba tan confundido que ni siquiera tiempo de enojarse tuvo, un carraspeo sonó detrás de la señora; -mmm…mamá, ese no es Ryou –
- ¿Cómo que no? – preguntó levantando la mirada, la cual se encontró con una afilada carmesí, por lo que también frunció el ceño confundida, iba a reclamar, pero fue interrumpida; - ¡abuela! – Ryou corrió e hizo a un lado a su contraparte para abrazar a la mencionada; - te extrañé tanto – dijo el oji verde.
- hola Bakura – dijo en un suspiro el peliazul al lado del ex ladrón, quien hasta ahora lo notaba allí; -Hola…Steven- parecía que el yami aún estaba sin entender nada, pero un solo pensamiento pasó por su cabeza “¿Por qué me pasa esto cada vez que abro la puerta?”
- y… ¿Cómo estás? – preguntó Steven sin mirarlo, al fin y al cabo, Bakura tampoco lo miraba; -pues… bien… ¿y tú? – preguntó de vuelta el oscuro; - también estoy bien…- respondió la peli azul, a pesar de haber convivido un tiempo, su relación aún era un poco incomoda; -y… ¿Qué tal ustedes? – el ex ladrón se animó un poco más por esta pregunta y lo miró un momento mientras respondía; - ¡bien!, bastante bien de hecho, todo funciona mejor de lo que esperaba en realidad creí que chocaríamos un poco pero no a sido así, todo es genial – explicó Bakura, cruzándose de brazos e inflando un poco el pecho orgulloso y con una sonrisa de medio lado que terminaba de expresar esto, el oji café miró la postura y expresión y también sonrió un poco también, parecía que realmente estaban bien y que lo que decía era cierto, así que asintiendo un poco respondió:- eso es bueno…me alegro – la sonrisa del peliblanco creció un poco más.
- Ya eres todo un hombre, incluso estás más alto que tu padre – Ryou sonrió en grande junto a una mirada brillante una que le dedicaba a pocos; - ven abuela, te quiero presentar a alguien – el oji verde llevando a la peliblanca hacia donde estaban los otros dos hombres en la sala de estar; - espera… ¿él es…? – la oji café dejó la pregunta inconclusa mirando al más joven quien sonrió tímidamente y asintió y ella jadeo un poco; - ¡oh valla! Así que tu eres su novio, mucho gusto me llamo Lizbeth Bakura, pero puedes llamarle Liz, todos lo hacen – se presentó amable y cortes la mencionada extendiendo su mano, la cual aún un confundido Bakura la tomó; - m-mucho gusto, me llamo Bakura, es un poco extraño lo sé – agregó notando la extrañada mirada que le dedico la anciana al decir su nombre; - espera espera ¿por qué suponías que era su novio y no su amigo? ¿ya sabías de sus preferencias? – pregunto Steven, agregándose a la lista de confundidos en la habitación; - cariño, tu eras el único que no lo sabía -la boca del peli azul se entreabrió y frunció el ceño ligeramente antes de mirar a Ryou quien se puso detrás de su abuela y amplió un poco los ojos; - ¿por qué no vamos a la cocina? Tenemos mucho de qué hablar – dijo rápidamente el oji verde conduciendo a su abuela a la habitación mencionada apresurado, Bakura pasó al lado del incrédulo oji café y palmeó el hombro de este para continuar su camino; - ¿el único? – se escuchó por última vez en la sala de estar.
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- Valla…no es por nada, pero la manera en que se conocieron sería una historia perfecta para un libro – dijo Liz riendo un poco después de terminar de escuchar la “historia de como su nieto y el otro joven se habían conocido” no creyeron conveniente contarle la verdad de Bakura y todo el resto por lo que usaron la misma mentira que con Steven, quien asintió cuando Ryou lo miró cuando comenzó a notarse entre los tes la conocida mentira, lo que significaba que estaba de acuerdo con no decirle a su madre la confusa y loca verdad de los peliblancos; - así que… bienvenido a la familia cariño – volvió a decir la oji café mirando al oji carmesí quien en realidad había hablado poco, pero no le quitaba la mirada de encima; - ya deja de mirarla así – reclamó suavemente Ryou codeando a su contraparte para sacarlo de su concentración en su abuela, dándole una mirada rápida a su “atacante” y volviéndola a concentrar el la que se suponía era la persona con mayor edad en la habitación; -E-es que…yo…aún no creo que tu abuela esté viva…-
- ¿Disculpa? – dijo la peliblanca ante las palabras del otro; - a-a lo que se refiere Bakura es que en su pueblo la esperanza de vida era muy baja, no llegaba a los 65, por lo que a edades como esta era un raro que sus abuelas y abuelos aún estuvieran vivos y los que llegaban, apenas si podían moverse, en cambio tu vas de aquí a haya sola sin problema alguno, eso es lo que le sorprende tanto, así que no lo tomes como un insulto, al contrario – explicó el menor con amabilidad; - ya veo ¿eres un poco curioso no es así? Ven ¿por qué no me ayudas con mi equipaje? Se ve que eres fuerte y aprovechamos para hablar un poco – le dijo Liz a Bakura mientras se levantaba y lo levantaba a él tomándolo del brazo y llevándolo a la sala de estar por las maletas subiendo después por las escaleras con un Bakura algo incomodo por ser tomado del brazo; - Ryou… ¿qué es eso de que yo era el único que no lo sabía? – dijo Steven viendo al mencionado, quien arqueo las cejas por un segundo y después le dio una sonrisa forzada, estaba atrapado.