Sasuke miró confundido a su novio mientras se alejaba rápidamente. Parecía que hubiera visto al mismísimo satan.
—¿Qué ha pasado?— preguntó Itachi algo confundido.
—No lo sé. Hoy a estado triste y pensativo.
—De seguro algo lo está preocupando. ¿No sé aproxima el aniversario luctuoso de Uzumaki-san?
—cierto. Tal vez sea eso.
————
Camino hacia la salida.
¿Por qué Deidara lo miraba así? ¿A caso...? La sonrisa de sus padres y abuelos surco su mente ¿Realmente estaba siendo una molestia para los Namikaze?
Tomó el auto bus que lo dejaba cerca del hospital. Iría a visitar su padre doncel y abuela.
Al llegar al hospital preguntó, en la recepción de urgencias, donde estaba su padre. Pues era la primera vez que visitaba el lugar.
Siguió las indicaciones de la recepcionista y llegó al quinto piso. Se dirigió a la puerta pero está estaba entre abierta, iba a tocar pero escuchó algo que lo dejó impactado.
—Tenemos que deshacernos de él, Kurama.
—Pero Minato.
—Mi hijo estará de acuerdo.
—Bien... ¿Y si Naruto se da cuenta?
—¿Crees que lo hará? Lo dudo. Será fácil deshacerse de él.
Lágrimas surcaron sus mejillas. Realmente no lo querían. Se giró y alejó. Era mejor que no supieran que estaba escuchándolos.
Salió del hospital y camino sin rumbo fijo.
————
Estaban preocupados. Naruto no aparecía.
—No está en la casa. Ni en ningún lugar que frecuentamos— dijo Iruka.
Deidara miró culpable a Gaara.
Ya eran cerca de las 12 de la noche, y no había rastro del rubio menor.
—Naruto-sama ha entrando a propiedad— dijo rápido Haku.
Sintieron que su alma regreso.
Pronto la puerta fue abierta y mostró al rubio.
—Hijo. Gracias a Dios— kurama saltó a los brazos del rubio.
Iruka observó a Naruto. Conocía esa postura —Naru, cariño ¿Qué ha pasado?
Todos miraron al castaño.
El blondo se soltó de Kurama y se lanzó a los brazos del castaño.
—¿Qué sucede Naru?— el rubio estaba sollozando —¿Por qué has llegado hasta esta hora? Nos tenías preocupados.
Kurama se preocupó por el semblante de su hijo. Se acercó y le acarició el cabello —Naru.
—...
Todo quedó en silencio. Naruto acaba de golpear la mano de su padre doncel.
Kurama retrocedió dolido, e inconscientemente acaricio su mano —Hijo.
—No me llame así.
El tono frío hizo extremecer a todos, y preocupar a Iruka. Kurama sollozó.
—Naruto ¿por qué tratas así a tu padre?— preguntó, Tsunade. No se esperaba eso.
—... Me voy.
—¿Eh?
—Iruka. Toma tus cosas. Nos vamos ahora mismo.
—Naru...
Minato se acercó a su hijo, le sujetó del mentón y se lo levantó. Llanto. Desesperación. Tristeza... Tan tristeza —¿Por qué irte?
Naruto desvío la mirada. No sé atrevía a mirarlo. —No voy a quedarme en una casa dónde no quieren.
—Pero que tontería dices— Minato le revolvió el cabello a su hijo —. Claro que te queremos.
Miró fijamente los ojos azules idénticos a los suyos —Tal vez papá si me quería aquí.
Eso dejó impresionado a más de uno, y dolido a Kurama.
El rubio reanudó su hablar —Pero para los demás.solo soy un estorbo.
—Que tonterías dices muchacho— Tsunade se cruzó de brazos, y frunció el ceño.
—No tienen que mentir más. Se perfectamente que planearon deshacerse de mí— miró fijamente al pelirrojo —. Me lo hubiesen dicho directamente, y no hubiese planeado eso. Yo me pudo ir voluntariamente. Se cuando no me quieren— miró a sus hermanos —, y cuando no soy bienvenido.