—Tengan buen día, hijos.
—Sí, mamá.
—Adiós.
Observaron alejarse la camioneta.
—Nos falta un carro— declaró Itachi mientras se dirigían a la entrada.
—¿Crees que papá nos lo quiera dar?
—Antes nos saca los ojos.
—Vamos, Itachi. Sí tú se lo pides, nos lo da.
—Lo dudo. Sigue enojado por lo de Konan.
—Vamos. Papá debió ser precavido pero no lo fue.
—Sí. Pero ya sabes cómo es. Al menos contigo no lo han intentado
—Ciertooooo— se detuvo abruptamente.
—¿Sasuke?— se regreso y vio a su hermano menor leyendo un cartel. Era un hermoso collar el que buscaban.
—Itachi.
—¿Qué?
—Llama a tus amigos. Que quiten todos los carteles. No quiero ninguno a la vista.
—¿Seguro?
—Sí.
—Oh...— sonrió al ver lo que le mostraba hermano —Enseguida jefe.
Escuchó a Itachi llamar. Arrancó el anuncio de la pared, lo rompió y hecho al bote de basura, no sin antes anotar el número.
Itachi se alejó mientras quitaba los carteles.
Aprovecho y llamo al número.
—Hola.
—Es por el collar.
—¿Lo encontró?
Sasuke escuchó el tono de esperanza —Sí. El viernes lo encontré. Ahora tengo clases ¿Le parece si nos vemos en la tarde?
—Por supuesto.
—En el mismo lugar que lo encontré. En las rosas. A las 4.
— Entiendo. Muchas gracias. No sabe lo agradecido que estoy. Es muy importante para mí.
La campana alertó que llegaba tarde —Nos vemos a esa hora— colgó y corrió a clases.
—————————
—Siento eso.
—No se preocupe. Por aquí.
Caminaron al edificio donde tomaría sus clases.
—No espere que fuese tan... Aplicado.
—¿Lo dice por el examen?
—Sí. A la clase a la que va, también va otro joven como Uzumaki-san.
—Ya veo. Espero nos llevemos bien.
—Eso espero. Ese mocoso no se lleva con nadie de la universidad. Siempre se la pasa con su hermano, y sus amigos. Y huyendo. Más tarde sabrá porque.
—¿Lo conoce?
—Sí. Fuí su maestro particular.
—Ya veo.
—Deprisa.
—Sí, Kakashi-sensei— Corrió detrás del peliplata.
——————
La puerta se abrió y entro el peliplata.
—¡Llega tarde!— reclamaron la mayoría. Sasuke se acomodó y miró al frente.
—Fui a recoger a alguien.
—¡Es mentira!— siempre mentía.
—Bien. Adelante— dijo y miró a la puerta —. Hoy tenemos un nuevo alumno.
Se miraron los unos a los otros ¿Un nuevo alumno a medio semestre? Algo inusual para esa carrera.
—Pase... Uzumaki-san.
Sasuke miró a la puerta. No podía creer su suerte.
Entró un hombre. Vestía un pantalón negro, una sudadera negra que cubria su rostro y cabello.
—Nombre. Sexo. De dónde viene. Edad. Que le gusta. Y por favor, descubra su cabeza.
Soltó un suspiro y dejo al descubierto su cabellera —Naruto Uzumaki. Tengo 21. Soy doncel. Vengo de Alemania. Me gusta de todo menos el tomate. Por favor cuiden de mí.
Los chiflidos y murmuros no tardaron.
Se sonrojó al escuchar que alguien le pedía casarse.
Sasuke sonrió al ver esa linda mirada. Pero se enojo por las cosas que escuchaba.
—Tranquilos. Jóvenes. Parece que nunca han visto un doncel.
—¡No uno tan bello!
Naruto se estremeció por las miradas de muerte de algunas mujeres y donceles.
—Uzumaki-san. Tomé asiento junto a Sasuke. Alza la mano.
Levantó rápido la mano. Algo que dejó asombrados a la mayoría.
Naruto miró hacia la mano y se encontró con el doncel de la vez pasada. Genial. Sonrió feliz.
¿Qué había sido eso?
Oh sí... Su corazón latiendo rápidamente a causa de Naruto Uzumaki.