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Chilanguitos. por Linlim

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Notas del capitulo:

Las cursivas significan que esta pensando.

Sentados en una banqueta, mientras hablaban de todo y nada, la confianza y el afecto crecía entre los amigos, vidas con pasadas tan diferentes, pero con un presente común, el abandono y los solventes junto con la compañía mutua era la mejor rutina.
 
-Vas a ver carnal, que un día de estos me voy a largar de aquí, me va a llevar un rato, pero me cae que me voy a ir de este pinche lugar mugroso-
 
-No hables así Chilango, me pasas a Joder, no seas cabrón si soy bien chido contigo-
 
-No carnal, no lo digo por ti, hay mucha gente buena que me ha echado la mano un chingo de veces, pero quiero cambiar, empezar de nuevo, aquí ya estoy muy podrido-  Dijo mientras inhalaba de una pequeña bolsa.
 
-¿A dónde quieres jalar? Mientras le arrebataba la bolsa para inhalar de esta
 
-Al mar, no ves que allí la vida es más sabrosa-
-Jajajaja pendejo, ¿Cómo le vas a hacer si irte va a estar muy canijo? ¿De que vas a vivir?-
-Pos ya llevo ahorrando un rato, Doña Trini la de la fonda, me guarda el baro que va saliendo de las cargadas de la Merced-
 
-Ah mi suegra-
-Ya quisieras, estas bien pendejo- Reconquistando la bolsa y jalando aire fuertemente de ella.
 
-Puta madre chilango, está cabrón que puedas ahorrar con la madre que ganas  de cargador, vas a llegar anciano-
 
-Pos si, pero algún día ya lo veras, yo siempre cumplo lo que prometo y me prometí a mi mismo irme a vivir a la playa-
 
-Sabes, nomas para que veas que soy bien riata, te voy a ayudar con un bisne-
-Hablando de riatas…- Sonrió por hablar en doble sentido.
 
-Me agarras de buenas – Dijo riéndose el Juguis mientras tocaba su entrepierna.
-Jajajajaja me chingaste-
 
-Tú dime como y cuando- Ambos chicos rieron por el juego de palabras que se estaban dando.
-Mira Chilango la verdad que si va por ahí la cosa y no me pongas esa cara, que cuando digo que va por ahí, si va por ahí eh- Dijo cerrándole un ojo.
 
-No mames Juguis, que de puto yo no le entro-
-No perate, enseguida de mal pensado- 
Trato de calmarlo, pues el Chilango se había levantado para irse.
 
-Mira carnal, mi viejo, hace unos bisnes, pero aquí entre nos y charros eh, es para que consigas mas lana y más rápido, pero tu sabes, sino quieres no hay fijón- 
 
Ahora era el Juguis quien hizo ademán de irse.
-A ver, barájemela más despacio-
 
-Sale, pero tu pico de cera, pues es en el putero de la Almendra, en uno de los cuartos, se graban videos porno, como a los tipos que les vende los videos el Boss, les gusta la gente joven o chamacos el hace ese tipo de películas y tal vez tu puedas participar-
 
-Chale, pero como que me da pena que todos vean que tal hago la chamba-
 
-Bueno pos si la tienes chiquita no sirve- Dijo riéndose
 
-Eh que paso, si parece trompa de elefante- Mientras se agarraba la entrepierna y la elevaba la pelvis mientras simulaba pequeñas embestidas.
 
-Pues si lo dices en serio, eso te ayuda , porque la jeta no- 
-Ya pinche Juguis, deja de estar chingando- Mientras le daba un manazo.
-Bueno pues vas a querer o se lo hecho al perro, porque tengo que convencer al Boss para que te de la chamba-
 
-Ya Juguis vámonos que ya va a ser de noche y ya sabes que al Boss no le gusta que andes tarde- Le decía el   Oso mientras lo jalaba del brazo.
-Ya voy- Se volteó a ver al Chilango. –Tons le digo o no-
 
El Chilango se rasco la cabeza, suspiró profundo.
 
-Pues con tal de largarme de aquí, sale, hazme el paro.-
-Date una vuelta el viernes en la oficina-
 
El Juguis se subió a una camioneta negra y se fue, dejando al Chilango confundido y un poco apendejado.
 
 
 
 
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El viernes por la noche, un Chilango bañado con el olor a limón en las axilas a manera de desodorante, el cabello rebelde pese a la cantidad de vaselina untada sin ninguna utilidad , con ropa un poco percudida pero limpia, esa que compraba de uso y Doña Socorrito  le hacía el favor de lavarla por unos pocos pesos, después de muchas puestas  y cuando no quedaba rastros del olor a jabón. 
 
La señora ya pasaba de los 70 años, pero desde chamaca se había dedicado a lavar ajeno para ayudar a su mamá a alimentar a sus hermanitos y de casada la historia no fue mucho mejor, pero con el tiempo el Chilango fue su último y leal cliente, casi no miraba y no sabía a bien donde estaban las manchas, pero afortunadamente a este cliente eso poco le importaba.
 
Entro temeroso al establecimiento, se dirigió a la barra  donde siempre se encontraba el Juguis con una botella de cerveza. Cuando se acercó, tal vez por el olor a parafina o el sonido de los pasos este volteó.
 
-Ay cabrón pareces perro recién bañado-
-Oh pinche Juguis, no estes chingando-
-Jajajaja, con razón olía a tierra mojada, te ves bien culero- reía con mas ganas.
-Si te vas a estar burlando de mi, mejor me largo-
 
-Ya pues,  no mames pareces niña, aguanta, ya le dije al Boss y me costó el trasero convencerlo, digo trabajo convencerlo- 
 
-Pero si bien que te gusta, ni trabajo te dio- El Juguis lo miró serio.
-Mira cabrón lo hice por ti así que no vayas a cagarla, ven vamos- Acto seguido caminaron hacía el fondo del bar,  a la oficina del Boss.
 
-Papi, aquí está el Chilango, ¿si le vas a dar Chamba entonces?-
 
El Boss volteó a ver al Chilango, que si antes estaba nervioso, al ver a el Boss sentía que en su estomago iba a haber una explosión, no como cuando se comió los tacos del basurero cuando era niño, sino de esas que le daban cuando su papá sacaba el cinturón para pegarle a su mamá y a sus hermanos.
 
- Pinche Chilango, te ves de la puta madre, no creo que alguien quiera coger contigo así- El Boss lo recorrió de arriba abajo.
 
-Ya papi, dale chance, no seas así, me lo prometiste-
 
-Te lo pro-meti- Dijo esto último enfatizandolo para darle doble sentido.
 
-Papi, no seas así- Habló de manera infantil para tratar de convencerlo.
 
-Me tiene bien apendejado Juguis- 
 Como en otras ocasiones, lo jaló, lo sentó en sus piernas y parecía que le aspiraba la boca para sacarle el espíritu.
 
-A ver Chilango encuérate, para ver si sirves-
-¿Aquí frente a todos?-
-Pues cuando estemos grabando, “todos” te van a estar viendo, no seas pendejo-  
 
En el espacio se encontraba el Chiquilín,  El Oso, la Almendra y una muchacha un poco escuálida de grandes pechos no mayor a los quince años.
 
-Está bien Boss- 
El Chilango empezó a desvestirse, los huesos saltones  de la columna contrastaban con los músculos de sus brazos y su trasero plano permitía resaltar sus largas piernas con correosos músculos. 
 
-Quítate las putas manos de enfrente, pareces señorita, ese es tu instrumento de trabajo y debo conocerlo-
 
Descubrió su virilidad.
-A ver jálatela para ver que tal se pone- Dijo el Boss sin  ningún interés, como quien dice que hace calor.
-¿Que?-
-O si seras pendejo, que te hagas una chaqueta, para ver que tan grande se te pone-
 
A pesar de la incomodidad de la situación y para sorpresa de los presentes se mostró semi erguida, larga,  con una punta cabezona y húmeda, las venas marcadas y curiosamente un poco lampiña.
 
-Sorpresas que se lleva uno, ¿te parece bien Almendra?
 
-Me parece muy bien- La almendra era una mujer como de unos cuarenta años regordeta, con pecas cafés en la cara, tal vez producto del tiempo o la herencia, era la dueña de un burdel que aunque se encontraba a la vuelta de la cuadra, opuesta de la Oficina, se conectaba a esta por unos pasillos, se notaba que en algún momento fue bonita  pero la vida no le perdonó el tiempo y ella algo hizo para acelerarlo, sus ojos almendrados y color café contaban una larga historia.
 
Lo miro de arriba abajo y con una mano oprimió el miembro del Chilango.
 
-Mira Toña, todo esto te lo vas a comer- Rio maliciosamente.
-Pues está bien Chilango, pues órele vístase que nos vamos a poner a trabajar- 
 
El Boss sentenció y tomado al Juguis de la mano salió de la oficina, lo siguió el Chiquilín, el Oso, la Almendra, la Toña y finalmente el aludido anteriormente.
 
Por recovecos, pasillos y cacharros de todo tipo llegaron a la parte posterior del burdel, un cuarto con la puerta abierta dejaba salir la luz del interior.
 
Entraron todos, la chica que estuvo callada todo el tiempo se desnudó rápidamente y se tendió en la cama con las piernas abiertas.
 
Un tipo con  rostro catéctico  se encontraba frente a la cama con una cámara sobre un tipié.
-A ver Parca, ya estas listo-
 
-Si mi Boss, el pedido es, que la Chava este de frente y que se le vea rebotar el pecho-
 
-Ok- El Boss volteó a verme.
-A ver Chilango encuérate y ya oíste lo que debes hacer-
-Si Boss-  Con temor se desvistió completo y se fue a sentar a la cama.
-Toma póntelo, no quiero lidiar con abortos que luego me salen mas caros- 
 
La almendra le dio un preservativo. - ¿Sabes ponertelo?-
-No-
-Chamaco pendejo, ves porque no me gustan los novatos Boss, todo por hacerle caso a tu…-
-Ya Almendra no exageres, que la Toña se lo ponga y asunto arreglado-
 
La chica al escuchar esto rápidamente se acercó a hacer todos los menesteres necesarios.
El Chilango con mucho esfuerzo trató de seguir las instrucciones del seudo-director.
 
-A ver amor, ya me calenté, ya sabes que hacer. 
El juguis asintió, se hincó frente al Boss y bajando la cremallera del pantalón de este, sacó su miembro  abrió su boca y siguió cada indicación que el Boss le dio, mientras este miraba la escena frente a el.
 
 Los minutos corrieron al igual que el polvo blanco y otras sustancias que le permitieron al Chilango tener más resistencia para las tomas realizadas.
Cuando todo acabó y la chica desapareció llevada por la Almendra se paró frente al Boss.
 
-¿Mi paga?-
-Aquí tienes- Le aventó una bolsita con algunas grapas se deducía.
-No Boss, yo quiero dinero-
-Está mejor esto, te hace mas feliz que la chingadera esa que jalas- Haciendo alusión al solvente que usaba.
-No Boss, por favor prefiero el dinero-
-Ta madre, está bien, pero gastamos en ti las cosas que te metiste para aguantar, así que eso se te descuenta-
 
De su cartera sacó unos pocos billetes de una no muy alta denominación y se lo aventó.
-Gracias Boss-
-Ok, luego te llamo para que hagas otra cosa, ese pito que la vida te dio debes sacarle provecho y ahora lárgate, que me voy a coger al Juguis-
 
Caminó hacía la puerta, el hombre flacucho cargó la cámara e iba a salir también cuando una voz sentenció-
-No Parca, tu quédate que vas a seguir grabando-
 
 
“Caminé mas rápido  y alguien que no distinguí bien su rostro me indicó la salida que no era la misma por donde llegue, aun cuando mi cuerpo respondió a lo que hice me sentí sucio, siempre andaba sucio y no me gustaba bañarme, pero esta suciedad era mas pesada, me sentía usado, vendí mi cuerpo como prostituta, sino fuera porque realmente quería irme de este lugar no hubiera aceptado. Apreté los billetes en mi bolsillo con la esperanza de que al final de todo, esto valiera la pena.  
 
Por ese objetivo la situación se repitió por varios viernes, pero  no cada semana, las cosas que hacía dependían de las peticiones de los clientes , a veces la misma chica, a veces diferente, nunca aceptaba la droga como pago, solo dinero, trataba de verlo como un trabajo que junto con la de cargador me permitía ir juntando poco a poquito los ahorros que Doña Trini me guardaba y esta  me llenaba de consejos,  esperanzas y bendiciones.”
 
 
 
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Como mucho  de esos viernes,  el Chilango se  sentó  desnudo en la cama, mientras se  estaba poniendo como siempre el condón, se escuchó el llanto de alguien, levantó la vista esperando ver a alguna chica, pero lo que vio, lo descolocó. 
 
-Por favor no quiero, por favor- Un chiquillo siendo jaloneado por la Almendra, rogaba hincado.
-Mira Güerito aquí me vas a obedecer por las buenas o las malas.-
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Notas finales:

La parte de la pornografía está basada en una historia de un niño de la calle.


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