Después de su no tan encantadora velada, menos el salario completo de Kyungsoo en un total de cinco años y más un nuevo amigo. Su experiencia en París no fue tan desagradable.
Pronto la feliz pareja regreso al hotel para disfrutar lo poco que quedaba de la noche.
Celebrar su feliz matrimonio tal y como la pareja que eran.
Ya era un poco tarde incluso para la feliz pareja, el año nuevo se acercaba eran ya las 10:48 de la noche las campanadas que anunciarían el nuevo año pronto sonarían. Al estar en París todas la calles estaban abarrotadas de personas pordoquier.
En París la torre Eiffel y sus alrededores estaban decorados con luces y los tumultos de personas acompañadas de amigos y familia sostenían alegres banderas y carteles con mensajes pedorros de la época.
El hotel en el que la feliz pareja se hospedaba, se situaba justo al frente de la inmensa y majestuosa torre, así que el ruido era perceptible aún en el piso 41 en el cual se alojaban.
-La ciudad se ve hermosa desde arriba.- dijo Luhan mirando hacia abajo afuera desde el balcón.
-No creo que sea tan hermosa como la vista que tengo justo en frente de mi.- respondió Kyungsoo de inmediato acercandose a su bello esposo en el balcón.
-Kyungsoo... Eres tan lindo siempre.
-Lo se.
-Jajaja... Te amo tanto...
-Yo más...
-Mmm... Voy a cerrar el balcón. Ya no puedo con este ruido.
-Aun que las cierres seguirá igual, es año nuevo.
-Cerradas no pensaré que alguien nos espía o algo así.
-Jajaja... Con lo que vamos a hacer esta noche no me sorprende que quieran ver...- anuncio Kyungsoo imponente sosteniendo a Luhan por su cintura con un fuerte apretón sin lastimarlo.
-Uyyy... Señor Do...- mencionó Luhan impresionado sonriendo de forma pícara y cómplice junto a su marido.
-Me encanta cuando dices señor...
-Jajaja... Sucio...- sonrió burlesco Luhan antes de ser devorado por los labios de su esposo.
Su beso era suave y lento, sus labios se unían cómplices por la lujuria y con sus manos se acariciaban entre ellos. La manos de Luhan se aferran a la ancha y masculina espalda de Kyungsoo, y Kyungsoo acariciaba los firmes glúteos de su esposo con las dos manos.
-Aaww...espera.- después de unos minutos Luhan interrumpió el beso entre gemidos para poder continuar con su plan.- tengo que cambiarme!
-oh Luhan, ni siquiera vamos a usar ropa para esto, que más da.
-Ashh como puedes romper la magia en menos de un minuto?
-Jajaja por qué soy yo! Anda cámbiate, pero no tardes.
-Si, si, no tardó.
Al regresar, Luhan salió del tocador con otro conjunto de ropa completamente diferente, vistiendo un picardías negro y un conjunto muy sexy de ropa interior, liguero y medias, Luhan recorrió la habitación pavoneando sus caderas con un baile muy sensual y provocador siendo acompañado por el chocante sonido del tocadiscos que reproducía alguna desconocida melodía (inserte la canción más sexy de su playlist 😉).
-fmm fmm… Te gusto?
-Uuuhhhmm…
-Kyunsoo?...Kyungsoo? te sientes bien, muñeco?...
Luhan estaba tan concentrado en sus movimientos, que nunca se dio cuenta que su esposo sobre la cama ni siquiera le prestaba atención...aún seguía despierto, pero a lo lejos se le notaba con la mirada cansada soltando algunos quejidos...
-Kyungnee…-murmuró Luhan preocupado a ver a su esposo tendido en la cama, sin siquiera responder a su llamado.
Luhan se acercó rápidamente a Kyungsoo al no conseguir una respuesta entendible por parte de él, enseguida lo observó, estaba tranquilo.
Con los ojos entrecerrados al igual que sus labios, Kyungsoo se miraba tranquilo desde donde se le viera, tal vez un poco cansado, pero solo pareciera que estuviera a punto de tomar una siesta.
-Luhan…-llamo Kyungsoo quedita mente en un murmuro. Su voz era tranquila y sin carraspear, el solo quería transmitir lo que sentía; Paz.- Luhan…
-Aqui estoy...mírame.-rogó Luhan entre hipidos, su llanto había llegado. Agua tibia y salada se acumulaba en el inicio de sus ojos, haciendo de su vista incluso un poco más borrosa.
Gotas gordas de este líquido fueron abarcando como riachuelos sus blancas mejillas.- Estoy aquí...a tu lado...estoy contigo... Kyungsoo.
Al hablar con su amado instintivamente acunó su cabeza entre su regazo tomando asiento en la cama acompañándolo.
Luhan acariciaba suavemente su rostro, cabello, cuello y hombros, ya que sin importar el momento, Luhan siempre consentiría con mimos y muchos besitos al tierno hombre de cabecita blanca, del cual estaba enamorado.
-Luhan...todo estará bien, te lo prometo.-juro entre respiros el viejo anciano yaciendo en los brazos de su joven esposo.
Aunque fueran palabras cliché, Kyungsoo no estaba del todo listo para despedidas; Aún pensaba una y otra vez cuáles serían sus últimas palabras para su esposo cuando su momento llegará y ahora que se sentía desvanecer, ya no le parecía la hazaña increíble a la cual le temía, aún en sus últimos minutos Kyungsoo seguía enfrentando retos y dificultades junto a la amor de su vida.
Pero todo ya estaba preparado, Kyungsoo estaba listo; listo para no despertar y descubrir por fin el gran enigma de lo que acontece después de la vida, listo incluso para ya nunca volver a ver una sonrisa de Luhan, sentir un abrazo, una caricia, sus labios, todo lo que lo había llenado de vida incluso en ese momento, pero a pesar de ser valiente, sentía un pavor enorme de nunca volver a recordarlo.
Cuando ese momento en el que toda tu vida pasa resumida en un minuto frente a tus ojos, eso era lo único a lo que Kyungsoo le temía, que el recuerdo de Luhan no fuera lo último que sus ojos y su cerebro recordarán antes de dejar de funcionar.
Pero si tenía que pagar el precio de vivir la vida que tuvo con una muerte dolorosa y tortuosa, correría el riesgo una y un millón de veces más, con tal de haber podido vivir la vida que tuvo con el hombre que amó hasta el último de sus días.
-Kyungnee hay que ir a un hospital, si te duele algo tienes que decírmelo…-rogaba Luhan aturdido volteando a todos lados por un jodido teléfono.
-No...no, hoy...hoy es el día mi amor...ha ha ha...no puedo aplastarlo más.
-Pero…
-Shhh...todo estará bien...jamás rompo una de mis promesas, nunca mi lindo...ciervito...
-Pero…-al ver la mirada desidia y segura de su esposo Luhan no podía parar de llorar y temblar, Kyungsoo estaba dispuesto a todo, el estaba listo y sabía que su hora había llegado, pero Luhan no podía; lastimosamente tenía que seguir adelante y llegar a la meta al lado de Kyung, aunque este estuviera muy a la delantera.
Como siempre.-Te amo tanto…kyungnee, por favor no hables así...como si fuera una despedida o algo así...
-Y yo más...jeee pero, creo que ya es mi hora amor mío… hay que decirnos… hasta luego, supongo...
-No...Kyung…Mira!! Ya encontré un teléfono, llamaré a una ambulancia, te... te conectarán a algo como en las películas y todo estará bien...por favor resiste…
Al divisar un teléfono Luhan de inmediato se alejó de su esposo para marcar el número de emergencia.
A diferencia de Kyungsoo, Luhan era un completo cobarde y uno de los más idiotas sobre todo.
-Se fuerte...por qué...yo... siempre estaré contigo...Nunca te dejare...y mucho menos de amar…
-No Kyung… por favor… no digas eso… Cállate… cállate… shhh... Hospital? por favor una ambulancia!! Oigan!! Oigan!! Alguien por favor!! Respondan!!No, no, no!! Por qué nadie contesta?!! -rogó Luhan histérico buscando algo que lo ayudará.- por qué Dios?! Por qué?- se lamentaba histérico casi arrancando los cabellos de su cabeza al bañarlos por la frustración.
-Nene…- murmuró débil el anciano tratando de levantarse de la cama, y llegar hasta su esposo.
Kyungsoo estaba preparado para su partida, pero al ver la mirada suplicante y las lágrimas gruesas en el rostro de su amado y sentir su aura de dolor y miedo, toda su seguridad se había desvanecido. Ahora... Como podía dejar solo al frajil y temeroso Luhan?
-No Kyung! No te levantes!!- rogó de nuevo Luhan a su marido acercandose a una gran velocidad a la puerta de la habitación, para así abrirla y gritar a todo pulmón en el corredor-Ayuda, ayuda!! Ayuda por favor!! Alguien llamé a una ambulancia!!
-Luhan... Por favor cálmate...
Kyungsoo trataba tranquilizar a su esposo, pero era imposible.
-No!!! No Kyungsoo, no!!- vosifero Luhan dolido cerrando sus ojos con fuerza para después caer sobre sus propias piernas en el marco de la puerta.
Al parecer nadie lo había escuchado, nadie había llegado para socorrer a su marido.
Toda la gente estaba afuera festejando, ¿quién podía seguir en su puesto de trabajo a menos de una hora para año nuevo?
Kyungsoo tenía razón. No podía aplazar más el tiempo. Luhan lo sabía más que nadie, el veía desde lejos todas las señales, todo está hecho ya, solo era tiempo de esperar.
Pero Luhan no podía evitar aferrarse de la manera en que lo hacía. Como si su vida dependiera de ello. Luhan era un hipócrita pero no podía dejar que Kyungsoo se rindiera.
Después de gritarle a Kyungsoo, Luhan pudo escuchar su propio corazón romperse en miles de pedazos. Sí que había caído muy bajo.
-yo… yo… lo siento… lo siento tanto…
Luhan trato de disculparse regresando a su poción original en la cama al lado de Kyungsoo.
-Soy lo peor...- confesó Luhan avergonzado al ver como el pobre Kyungsoo hizo un esfuerzo por levantarse y al final solo había podido dejar la mitad de su torso colgando de la cama.
No se sabe cómo quería este bajar de la cama. En cuanto Luhan lo ayudo a acomodarse de nuevo, Kyungsoo continúo con su discurso.
-No...-contradijo tranquilo y sincero a su frágil esposo.- solo tienes miedo.- afirmó seguro ya que lo conocía como la palma de su mano.
-fmm...fmm Kyung... Yo...-respondía Luhan entre ipidos.- Obviamente no quiero esto... Pero es algo que no está en mis manos, por más fuerte y mágico que sea... Me siento tan débil ahora!-termino de confesar estallando en un llanto profundo y doloroso.
En medio de su conversación aún se podía escuchar los gritos de la gente contando la tradicional cuenta regresiva, faltaba solo un minuto para las doce y todos ya estaban contando los segundos.
-Shhh... Creo... Que en ves de débil eres un tonto... Luhan... eres la persona más fuerte que conozco y te admiro por eso... Siempre me has guiado... y has sido mi soporte todos estos años y quiero que lo seas ahora... Tienes que ser fuerte por ambos y sobre todo por ti... Por que yo soy parte de ti... Somos... Como un dos por uno ja..ja..ja
-Es enserio... que tienes que decir esto ahora?
-Si no lo hago quién más lo hará?...fmm...quiero que seas feliz... Y que quiero que sepas... que tu... eres libre ahora...
-No digas eso...
-Siempre te amare...
- Y yo a ti...
3, 2, 1... Feliz año nuevo!!!
Eran exactamente las doce de la noche en el primero de enero del nuevo año 2008, y ya no estaba más con Luhan.
Al finalizar sus últimas palabras, los ojos somnolientos de Kyungsoo al fin fueron cerrados, Luhan apretó su mano con la de Kyungsoo y cuando dejó de sentir la fuerza entre ambas supo que al fin, su hermoso viejecito de cabellera blanca había comenzado una larga sienta de la que nunca iba a despertar.
Beso su frente, sus labios y después se vistio con su bata blanca de baño al sentir la presencia de alguien aproximarse.
-Señorito! Ya llega...mos
-Si... Ya me di cuenta... Pueden llevárselo si quieren...
-Claro... Lo... Lo sentimos mucho...
-Si. Yo igual.
Los doctores había llegado lo más rápido que pudieron y al llegar a la habitación no pudieron hacer más que sentir pena y rabia al ver el cuerpo sin vida de Kyungsoo sobre la cama.
Después de la muerte de su esposo, Luhan insinero el cuerpo de Kyungsoo y esparció la mitad de las cenizas para llevarlas a todo los rincones de la tierra, y así poder compartir un poco de lo que alguna ves fue y será siempre el hombre más maravilloso del mundo.
Después de terminar su tarea Luhan regreso a su pequeño palacio en el mundo de los dioses en el Olimpo.
Su tarea en la tierra por el momento ya había acabado.
Las rosas que había conseguido después de su hermosa vida mortal junto a Kyungsoo solo fueron 111,000. Nada mal para su primer candidato.
Pero Luhan había entrado en una fuerte depresión. No podía seguir más con su reto, no podía seguir con su vida misma.
Sentía que si tenía que ser feliz de nuevo y con alguien más como era estipulado en el libro, sería como traicionar a Kyungsoo.
La muerte de Kyungsoo era tan reciente para Luhan y al ser el primero, por nada del mundo lo podía olvidar.
Antes de recapacitar su decisión de abandonar el reto y ser castigado por los dioses, por tu terrible deshonra e incompetencia, tuvo que reunirse con el amante de su madre. Hades, el dios del inframundo y guía de la muerte.
Había algo muy importante de lo que tenían que hablar en privado.
-Luhan! Querido y Hermoso Luhan, que grata sorpresa! Que honor! Bienvenido seas a lo que los humanos denominan a mi humilde palacio como "inframundo".
Luhan fue recibido de inmediato por Hades quien era de un Carter muy sarcástico y burlón.
- Ja! El honor es todo mío su majestad.
-Por supuesto que sí amado mío, no te culpo... Y como está tu madre? Ya no pregunta por mí?
-Me voy...
-Que?! Espera... Espera, ni siquiera me has dado tiempo.
-No estoy aquí para perder mi tiempo!
-Lo se, lo sé, pero si no te interesa lo que te puedo decir, no te detengo en lo absoluto.
-Ya! Escupe lo! Por qué estoy aquí?
- Bueno un pajarito me dijo que planeas abandonar tu desafío solo por qué cierto mortal moribundo cautivo tu débil corazoncito...
-Adiós
-En fin, el punto es que estos sueños acaban de llegar a mi lago hoy, y tal ves tú sepas a quien pertenecieron.
-Que es lo que quieres?
-Que? Oye! Tu pregunta me ofende! Como puedes pensar que quiero algo a cambio de ayudarte.
-Dilo ya! Que quieres?!!
-Okey está bien... Ya que insistes... Quiero una cita con tu sexy madre.
-Que no puedes decírselo tu y ya?
-Es que es ese el problema, ella ya no quiere verme. Pero!! Sé que aria lo que fuera que su lindo y único hijo le pidiera.
-Estas loco...
-Quieres los sueños si o no?
-Pero como voy a llevarme los?
- De eso no te preocupes! Los quieres en esfera o frasco?
-Esfera.
-Muy bien, ya está listo.
-Gracias.
-Oh vamos Luhan por qué la cara larga? Es solo un mortal de los nueve con los que te vas a acostar, ¿Cual es problema?
-Cállate!! No te refieras a Kyungsoo de esa manera, te lo prohibido!!
-No trates de ladrarle a la mano que alguna ves te ayudo... no vuelvas a levantarme la voz...
-Suéltame...
-Yo te lo dije Luhan, no seas hipócrita, pudiste haber sabido la hora o la fecha de su muerte, pero fuiste tú el que no quiso.
-Yo no podría soportar eso... Sería un monstruo si hubiera sabido tal información... No hubiera podido vivir tranquilo, no hubiera sido feliz...
-Y por qué tan seguro de eso? A mí me parece de hecho todo lo contrario.
-El iba morir, yo lo se, es un humano y ese es su destino y el de todos ellos, pero no hubiera sido lo mismo, no hubiera podido vivir con esa mentira.
-Ocultar la verdad a veces no es una mentira, sabes?
-Yo no soy tu... En fin, voy a regresar a casa...
-Luhan espera... No... No hagas nada estúpido como abandonar el desafío.
-¿Por qué? Pensé que eso era lo que tú querías, que no fuera nunca un dios como tú.
-Asshhh... Tal ves no sea tan mala ideal tenerte como compañero con los demás dioses inútiles del reino, sabes? Serías tal ves el único que más o menos me agrada de todos ellos...
-Vaya, no esperaba esas palabras de ti
-Si, si... Bueno ya vete, siempre eres tan sentimental como tú madre, niño... Llorón
-Jajaja claro! Hasta luego
Al llegar a su palacio, Luhan se preparó para ver el contenido de la esfera. Y ahí estaban, imágenes aleatorias de la vida entera de Kyungsoo estaban viajando dentro del cristal aremolinandosce unas con otras.
Los sueños a los cuales se refería Hades, eran esos cortos segundos que podían ver todas las almas antes de dejar su cuerpo y descansar en el inframundo, antes de eso estás recorrían el lago inmenso del palacio de Hades y este siempre guardaba una copia, este al ver los posibles sueños de Kyungsoo, no pudo evitar tomarlos para sobornar a Luhan a cambio de lo que más quería.
Saliéndose de nuevo con la suya. Aún que también en parte suya ya que el sentía lástima por Luhan. Hades lo había visto crecer desde niño y al ser el único hijo de su amante no pudo evitar sentir la necesidad de ayudarlo.
Antes de dormir Luhan sostuvo la esfera entre sus brazos y espero a que la magia comenzará.
Justo para afrontar sus miedos y sanar quizás un poco su corazón, Luhan por fin vería todo lo que Kyungsoo alguna vez vivió y conoció y no solo eso, Luhan también vería esos últimos recuerdos que vio justo antes de que este se desvaneciera de sus manos.
De inmediato al soñar lo primero que observo era un cuarto blanco y una mujer gritando como loca por el dolor, si, efectivamente estaba presenciando el parto de Kyungsoo.
Luhan no podía contener las lágrimas ni siquiera dentro de sus sueños. Todo lo que veía era hermoso, solo Kyungsoo, el y todo lo que significaba.
Al pasar por los recuerdos cada uno de ellos era Luhan observando la vida de Kyungsoo, año por año y día por día, logrando que Luhan se sintiera parte de todo, el era parte de todo de hecho.
Sus primeros pasos, su primera palabra, imagenes tiernas de un adorable bebé comiendo papilla, su carita cubierta entera de su primer pastel de cumpleaños, él vestido de super héroe jugando con otros niños, sus padres, su primer día de escuela, el vestido de una tierna arañita negra pidiendo dulces de puerta en puerta, incluso en la escena de su primer beso y aún que no fuera con el, Luhan lo disfruto todo.
Y cuando llegó el momento en el que entró por la biblioteca no pudo evitar sonreír en medio de su llanto.
Cuando ellos se conocieron, cuando hicieron el amor esa misma noche, cuando vivieron juntos en el mismo hogar, cuando Kyungsoo le pidió matrimonio, el día de su boda, TODO, desde ese momento Luhan pudo verse en cada una de esas escenas y eso lo hacía sentir muy agradecido, por haber aceptado su reto.
Al recordar la última escena en la que vio como besaba su frente y sujetaba su mano Luhan estaba feliz y satisfecho con todas y cada una de sus decisiones. El era más de la mitad de la vida de Kyungsoo y eso lo hizo feliz, muy, muy feliz.
Una ves que los sueños de Kyungsoo terminaron, los de Luhan también y este despertó.
Al abrir los ojos se dió cuenta que tal ves aún seguia dormido ya que en su palacio, las bellas nubes que en ese momento eran de tonalidades celestes y azules que lo conformaban, tomaban las formas más deseadas de los sueños.
Y cuando vio que un pequeño montón de estas tomaban la forma del hermoso Kyungsoo de cuatro añitos con su traje de arañita y el cual corría sonriente hacia su dirección, no puedo hacer más que recibirlo gustoso entre sus brazos y abrazarlo muy fuerte, vaya que lo extrañaba y mucho.
Al sujetarlo en sus brazos lo lleno de besitos como era de costumbre, era la primera vez que se veían Luhan y el Kyungsoo bebé de de cuatro añitos, pero ya se conocían.
-Luhan!!-llamo la chillante voz joven del pequeño Kyungsoo.
-Chiquitin!! Quieres dar un paseo?
-Claro que si gee gee!
-Pues vamos.
Luhan cargaba al pequeño Kyungsoo entre sus brazos y juntos fueron caminando sobre las bellas nubes a sus pies observando el cielo estrellado y el universo entero.
Al pasar los terribles y duros días para Luhan, los cuales eran años en el planeta tierra.
Luhan fue visitado y acompañado de cientos de Kyungsoos en todos sus sueños, el Kyungsoo inseguro de quince, el alegre de seis, el sexy joven de veinte y el amoroso ancianito de setenta.
Luhan jamás dejo de amar y de vivir una y otra vez en sus sueños, el gran amor de Kyungsoo.
Aún después de la muerte de Kyungsoo, aún después de su partida, este le recordaba a Luhan cuanto lo amaba. Y es que apesar de la distancia, el amor más puro de un ser amado nunca deja de llegar a ti.
El fin.