Jueves 29 de Diciembre, año 2011:
Era un dia maravilloso para comenzar una nueva aventura, faltaban tan solo dos días para año nuevo, ya habían festejado la noche buena y navidad juntos como todos los años, y el regalo para Luhan por parte de Kyungsoo era era un grandioso viaje a París.
Luhan estaba completamente emocionado por su nueva vida, al haber pasado los últimos 50 años de su nueva falsa vida "mortal" junto a kyungsoo, ya había conocido todo lo que debía saber del mundo de los humanos en cuanto al tema cultural y social, la invención del bombillo, la creación de la electricidad, el hombre en la luna, the beatles, las spice girls, hollywood, la comida mexicana entre muchas cosas, y uno de los lugares mágicos de los humanos, que quería visitar Luhan era París y Kyungsoo al fin se lo había concedió.
Con el paso del tiempo era evidente que la edad de Kyungsoo avanzara; muestra de ello era su trabajo reflejado en la compañía después de entregar más de cuarenta años a la misma y la completa devoción por parte de la compañía hacia Kyungsoo, término jubilando sé oficialmente a sus 68 años, obteniendo su máximo desempeño desde su pequeño cubículo estrecho a sus veinticuatro años, a obtener una oficina enorme digna de cualquier ceo.
Al avanzar de puesto en puesto de forma acelerada, el dinero que obtuvo en su puesto y el reconocimiento de su trabajo no solo de su compañía si no al representar la internacionalmente convirtiéndose en un representante mediático de la misma, pudo invertir parte de sus propios ingresos hasta obtener el cuarenta por ciento, convirtiéndose en el inversionista más importante de la firma la cual nunca descanso de impulsar hasta la cima convirtiéndola en marca mundial dominante.
A sus 76 años Kyungsoo no se quejaba para nada de su vida, estaba muy satisfecho de todas las metas que había logrado, no solo era un hombre multimillonario sino que tenía a su lado a un hermoso ser que nunca dejó de darle hermosas rosas rojas todos los fines de semana durante más de cincuenta años.
Luhan al preparar el desayuno esa mañana como todos los días, Kyungsoo lo había abrazado por la espalda dándole un casto beso como todas las mañanas, paro al acompañar a su esposo en la mesa pudo percatarse de que una canasta llena de distintos de quesos, pan francés y vino tinto la adornaban como una especie de centro de mesa acompañando su avena y los hot cakes especiales que había hecho para Kyungsoo (sin gluten, sodio, endulzantes artificiales, azúcar y muchas, muchas moras).
-Kyungnee...que es esto?- preguntó Luhan confundido al sacar la botella de vino de la canasta y observar la nervioso entre sus manos.- no es bueno tomar alcohol tan temprano...
-No son para ahora, tenemos que consumir eso en un lugar muy especial.- respondió Kyungsoo serio sin tomarle importancia a las palabras de Luhan bebiendo de su café tranquilamente.- No lo se...un lugar...como...
-Como?...-pregunto Luhan deseoso de que su esposo terminara su frase de una vez por todas.
-Mmm no lo se...Paris?- termino Kyungsoo dandole una hermosa sonrisa a su tierno angelito rubio.
-Kyungsoo!!- Luhan estalló en alegría y rápidamente fue besar y a abrazar a su amado ancianito.- vas a llevarme a París!!- gritaba Luhan emocionado besando a su esposo.
- Jajaja...vamos Luhan, no es para tanto...
El viaje al aeropuerto fue muy cómodo una vez que prepararon sus maletas Kyungsoo condujo hasta el aeropuerto que estaba a tan solo 30 minutos de su hogar.
-Mira, podemos ir al louvre y luego a la plaza bastilla y podemos finalizar en la torre eiffel o podemos ir al parque y...-No dejaba de hablar emocionado Luhan sosteniendo una guia turistica de Paris en sus manos.
- Jeje lo que tu quieras amor mío...-respondió Kyungsoo muy animado por el entusiasmo de su adorado hombrecito.
Kyungsoo por fin se había rendido ante el amor de Angelito, al llegar a los 70 supo que tenía que vivir cada uno de sus días como si fueran el último, tal vez era tarde pero nunca demasiado, nunca era tarde para nada, aun que aun asi se sentia triste por haber sido un imbecil con Luhan y no haber disfrutado de su compañía como debía.
Después de su discusión con Luhan hace ocho años jamás volvió a llevarle la contraria y sólo pudo obedecer las órdenes de su amado las cuales eran: callar y disfrutar.
Al llegar al aeropuerto fueron directo a entregar su equipaje y revisar sus boletos (el famoso check-in) y finalizaron en el embarque; al ser en poco tiempo año nuevo el aeropuerto estaba completamente lleno y abarrotado de personas pero eso no era un impedimento para la feliz pareja ya que Kyungsoo había alquilado un avión privado solo para él y su tierno esposo.
El viaje había sido muy tranquilo y divertido todo el tiempo estaban abrazados y tomados de la mano. Una de las azafatas que los atendía estaba completamente sorprendida al ver a Luhan besar y abrazar a Kyungsoo sin ningún tapujo, al ver la situación cualquiera pensaría que era la típica pareja del hombre moribundo y el sexy modelo joven buscando el dinero de su testamento.
Pero todo era lo contrario, Luhan amaba a Kyungsoo incluso más que a su vida en aquel momento.
Al llegar a su destino pudieron observar la hermosa ciudad al salir del aeropuerto. Tomaron un taxi y salieron en busca su hotel.
Kyungsoo estaba completamente feliz y lleno de vida, mirar el hermoso rostro de su ángel observando la ciudad desde la venta del auto como un niño pequeño en una dulcería; su enorme sonrisa y el marcado brillo en sus ojos le hicieron pensar enseguida que todo su esfuerzo y trabajo por obtener el lugar en el que se encontraba ese día, valían la pena ya que podía darle esa frívola vida llena de comodidades a Luhan y podía verlo en situaciones irreales y joviales como la que presenciaban en ese momento sus ojos.
-Te gusta lo que ves muñequito?
-Por supuesto que sí! es mucho mejor de lo que imaginaba.
-Te amo tanto ciervito.- respondió por último Kyungsoo rindiéndose a los encantos de su esposo.
-Yo te amo mas.
Al finalizar sus pequeños cumplidos, sus labios se juntaron en un tierno beso sumergiéndose efusivamente en sus movimientos, las manos de Kyungsoo sujetaban con ternura las mejillas sonrojadas de sus esposo, Luhan por su parte sólo podía sostenerse de los hombros de su amado uniendo aún más sus cuerpos eliminando la existencia de todos y de todo sumergiendolos en otro universo en el cual solo eran ellos acompañados de los sonidos agitados de sus respiraciones, los gemidos incesantes de su pasión y el latido desbocado de sus corazones rogando por más.
No habían tenido ni dos minutos en llegar a esa mítica ciudad conocida como "la ciudad del amor" y ya estaban sus emociones a flor de piel mucho más dulce que la miel. Para Luhan y Kyungsoo ese viaje a París parecía ser mucho mejor que su luna de miel.
Al llegar al hotel Luhan tomó un baño en seguida después de haber saltado por ma de quince minutos en la cama. Desordenando la por completo.
-Uaa!! es tan esponjadita jaja...
-Mi amor ten cuidado por favor...
-Sip... ya casi termino.- respondió por último Luhan antes de hacer una voltereta y caer encima de una almohada que había desacomodado de la cama por tanto ajetreo.- Mmm...las sábanas son tan suaves...
- Quieres salir a un restaurante o pedir servisio a habitacion?- pregunto Kyungsoo a su esposito sentándose al lado de el en la orilla de la cama siendo rodeado de los hombros por los brazos de Luhan.
-Salir!!
-Ahhhjjmm sabía que no podía persuadir té para quedarnos en la tranquilidad del hotel.- respondió Kyungsoo un poco desanimado al perder la batalla de quedarse en el hotel con su inquieto e hiperactivo acompañante.
-Pensé que me conocías...-respondió Luhan besando los mofletes de su pareja.
-Si, pero nunca pierdo las esperanzas.
-Jajaja pierde las! mientras pruebo el llacusi tu puedes tomar una siesta.
-Me parece bien!!
Kyungsoo no estaba para nada sorprendido con la propuesta de su esposo, Luhan sabía más que nadie que Kyungsoo sufria mucho de calambres cuado pasaba mucho tiempo sentado y para ser un viaje de más de siete horas sabía que su esposo estaba muy adolorido y cansado.
-Descansa amor mío.-se despidió Luhan momentáneamente de su amado para que este pudiera recuperar todas sus energías, ya que Luhan no quería irse de París sin conocer cada uno de sus rincones más bonitos.
-Te veo en cuarenta minutos.- dijo por último Kyungsoo antes de acomodar su frágil cuerpo entre las sábanas.
Luhan estaba completamente impaciente ya que ese dia tan temido por fin había llegado, sentía que de un momento a otro iba derrumbarse en cualquier momento, era su ultimo dia de felicidad en toda su vida, literalmente y él lo sabía más que nadie, pero aun no estaba preparado, no para decir adios...
Al cerrar la puerta del baño no pudo evitar destrozarse por dentro y sollozar en silencio por su amado, pero tenía que seguir, tenía que seguir por ambos, tenía que ser fuerte y afrontar las consecuencias de su terrible decisión, amar a un humano, al ser mas frágil y débil del universo.