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EL PORTADOR por Day_Abril

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Notas del capitulo:

HOLA MIS LECTORES HERMOSOS, 

NO ME MATEN!!! 

SE QUE PROMETI MUCHAS COSAS PERO MUCHAS COSAS TAMBIEN PASARON, SIN EMBARGO ESTOY DE VUELTA!! 

MIS DISCULPAS!!!....EN SERIO NO ME ODIEN

ESTOY AGRADECIDA POR QUE SE QUE MUCH@S ESTUVIERON PENDIENTES Y ME ANIMABAN A ACTULIZAR. GRACIAS A TODOS LO QUE AUN ME APOYAN Y APOYAN LA HISTORIA, 

AGUI LES DEJO EL CAP!! 

ABRACITOS 

POR CIERTO, ¿ POR QUE NADIE ME DIJO QUE LE HABIA CAMBIADO LOS NOMBRES A LOS PERSONAJES? JEJEJEJE CAI EN CUENTA RELEYENDO LA HISTORIA Y ME SENTI TONTA JEJEJEEJE 

HANG ES HUANG.... BUENO TRATE DE CORREGIRLO EN LA MAYORIA DE LOS CAPITULOS ESPERO NO HABER COMETIDO MAS BURRADAS JEJEJE...AUN NO LO SUPERO XD

CAPITULO 9

 

A él tampoco le agradaba la idea de estar en las manos de Huang Zhao, pero debían diseñar una buena estrategia y no le importaría sacrificarse si con ello conseguía evitar, en lo posible, la muerte de personas. La guerra siempre es costosa para la nación como el pueblo, quienes sacrificaban a sus hijos, padres y esposos. Además los impuestos agravaban los bolsillos de la gente. 

De haber guerra por lo menos se debía evitar que se prolongara más de lo necesario y esa era su intención, detener todo esto de una vez. Pero para ello necesitaba apoyo, no podía hacerlo solo.

Wang Jun por su parte se rehusaba a entregarlo al enemigo, lo entendía, después de todo la posición de su esposo no era fácil y sabía que este lo amaba tanto como él lo hacía, pero o podían ser egoístas y esa era la única forma en que podían atacar todos los puntos débiles de sus contrincantes, los cuales Feng ya tenía identificados.  

Duro días analizando el terreno, el clima  y  el entorno. Observo las rutas de suministro del ejército enemigo, se infiltro en el bosques y analizo los movimientos y turnos de ejército del Norte, claro está sin infórmale de aquello a su esposo, de lo contrario este no lo permitiría.

Por otro lado Feng sabía lo que les garantizaría la victoria seria dividir, romper las alianzas y para ello necesitaba infiltrarse.

Le pidió,  es más le rogo a Wang  Jun que lo dejara participar en las reuniones con los generales para tratar de convencerlos frente  a su estrategia, pero ya que el mayor se negó rotundamente a escucharlo se vio obligado a imponerse a las malas.

Como no pudo razonar con Wang en ese momento se dirigía a hacerle la vida imposible,  sabía que lo que haría tendría consecuencias en su relación pero no podía ignorar sus principios, tenía que hacer lo que consideraba correcto, se trataba del bien de todos.

Llego a la puerta donde sabia estaban reunidos los grandes sabios de la guerra y su esposo, planeando lo que sería la estrategia de combate. Pidió al guardia que lo anunciara, este titubeo un poco pero la mirada que le dirigió le dio a entender que no tenía opción.

—Su majestad, el Rey Consorte Feng Li— anuncio y las puertas le fueron abiertas, se topó con la mirada inicialmente sorprendida de Wang Jun, la cual seguido se tornó furiosa.

El cuerpo tenso y los ojos azules de su esposo transmitían una muy clara advertencia, pudo ver como de sus labios salía un imperceptible  “no te atrevas”.

 No dejo que eso lo detuviera después de todo estaba allí para pasar por encima de esa orden.

—Respetados generales y oficiales, he venido ante ustedes con el objeto de proponerles una estrategia que podría, en su defecto, terminar con esta absurda guerra— se inclinó respetuosamente ante los presentes, lo cuales estaban conformados por aproximadamente unos diez hombres entre los cuales pudo distinguir al General Min y al Consejero Zhi, la presencia de estos hombres le dio un poco más de valor.

—Siempre es un placer verlo su Majestad, su presencia es siempre grata, pero me temo Rey Consorte que este no es un lugar en cual debería estar, este asunto debe ser tratado por los hombres—hablo un hombre de mediana edad, lo reconocía, se lo habían presentado en alguna de las reuniones.

—El que sea un portador no me hace menos hombre que los presentes, oficial Jian—  se alegró de recordar el nombre del mencionado.

—Feng Li, ya hablamos de esto, no es necesario que estés aquí— Wang en vez de defenderlo y apoyarlo le pedía que se retirara, se sintió un poco herido.

—No exijo nada que no sea mi derecho mi Rey, como hombre también tengo la capacidad de participar en esta guerra y no me importaría si soy tratado como mujer, después de todo conozco mujeres que son diez veces mejor que los soldados que están aquí. Ahora bien lo que no admito es que no se me tenga en cuenta en mi posición como Rey Consorte, ya que también tengo la autoridad de asistir a estas reuniones y apoyar esta contienda— todos en el salón quedaron atónitos ante la determinación del menor.

— Escuchémoslo, no es como si tuviéramos algo que perder y no podemos darnos el placer de descartar concejos en estos momentos, es más sabio escuchar— hablo el general Min. Agradeció en silencio al mayor por su apoyo.

Todos quedaron expectantes y dirigieron su mirada al Rey en busca de un fallo final sobre si debía estar o no en el lugar.

—Bien, te escucharemos —dijo Wang no muy contento con la presencia del menor en el lugar, pero no podía luchar contra eso ya que como el mismo lo menciono su posición como Rey Consorte le daba ciertos privilegios, diferentes a los que tendría cualquier reina.

—Gracias su Majestad— dio una pequeña reverencia y se acercó a la gran mesa en la cual había un elaborado mapa  con figuras que representaban el terreno entre la frontera de los cuatro continentes, que por su puesto él ya había estudiado con detenimiento.

—Todos coincidimos en que es muy extraño que el Reino del Norte no haya dado su primer ataque siendo ellos los que han enviado ya diferentes provocaciones, eso me hace pensar que es posible que quieran hacernos caer en alguna trampa, es claro que no alientas a tu enemigo a atacar si no tienes algo bajo la manga—

Tenía toda la atención de los presentes, aquellos que inicialmente me dieron miradas despectivas ahora reflejaban curiosidad, siguió con su explicación.  

—Creo que el Rey Huang nos espera con una emboscada, es decir, posiblemente tiene un plan de ataque. Lo he analizado y sospecho que tal vez cuenten con más hombres de los que nos ha hecho creer y que sean aquellos quienes pretendan asediarnos en el campo de batalla. Han sido muy cuidadosos con su información, nadie ha podido llegar a ellos y sin información somos presa fácil—

Pude notar que ellos me daban la razón,  sabían que mis palabras no eran vanas y que tal vez después de todo si tendría algo importante que decir.  Consiguió la  primera parte de su objetivo, ahora faltaba ver como reaccionaban a lo que les soltaría a continuación.

— Lo que propongo es que les hagamos creer al enemigo que hemos cedido ante sus tentaciones, en medio de alguna batalla enviaremos un infiltrado que sea tenido como esclavo de guerra y que nos brinde  información de todo lo que ocurre allí adentro, además este debe encargarse de crear discordia, separar sus alianzas y crear división—se tomó un tiempo para analizar las caras de los presentes— Mientras eso ocurre nosotros por su parte también los agotaremos, estudiaremos  todos los puntos de abastecimiento de su ejército y lo tomaremos para nosotros, ello hará que los soldados se agoten y se sientan insatisfechos, esto dará paso a que piensen con calor y se escolaricen. Esa será nuestra oportunidad de atacar—  sentencio.

—Debo admitir que es una muy buena estrategia Consorte Feng, pero en caso tal de que dicho plan se lleve a cabo es muy probable que la persona que sea capturada sea ejecutada antes de pisar el campamento del Rey Huang— añadió el Consejero Zhi.

—Le doy toda la Razón Consejero, por ello creo que no existe mejor candidato para la tarea que yo, soy el único que Huang no lastimaría— los hombres abrieron sus ojos con sorpresa ante mi revelación y un silencio lleno el lugar como si estuvieran digiriendo mis palabras.

 El carraspeo de General Min hizo que todos reaccionaran, este procedió a dar su opinión. Wang por su parte tenso su mandíbula aún más, mantenía el control pero el había aprendido a leer los detalles de ese rostro.

—Consorte, aquello sería muy peligroso, además ¿qué sentido tiene arriesgar aquello que tanto estamos intentando proteger?, usted es muy valioso para el reino y sobre todo para mi sobrino—

—Entiendo su posición General Min, pero debemos dar final a la situación que nos desgasta a todos, una guerra jamás debe prolongarse tanto, aquello solo le da tiempo al enemigo de que diseñe más estrategias contra nosotros—

— Suponiendo que seguimos sus consejos ¿Cómo pretende hacer realidad sus planes su majestad?, es obvio que no podemos simplemente entregarlo como un obsequio, eso levantaría las sospechas del Rey Huang— hablo el consejero Zhi.

—Debemos hacerles creer que hemos caído en su trampa, enviaremos un pequeño ejército con el objeto de atacar, en ese momento el enemigo mostrara sus verdadero rostro, pero no lo haremos sin un plan previo de escape claro está.  He estudiado el mapa—señalo un lugar por el costado oriente, insignificante pero sabía que sería suficiente para lo que tenía pensado— en caso de que la situación se ponga difícil podemos crear una salida por este lado del terreno, procurando así disminuir los riesgos y muertes.  En el alboroto de la batalla en el cual aprovechare la discordia para ser capturado y ser llevado ante el Rey Huang, los demás escaparían por este camino— pudo observar como algunos de los presentes asentían ante la idea, lo estaba consiguiendo.

—Su majestad, puede que en efecto usted consiga información importante pero ¿Cómo garantiza que pueda transmitírnosla? — esta vez hablo el oficial Jian.

—Tiene usted un muy buen punto Oficial —el hombre que al principio mostro su negativa ahora se veía interesado y atento —el campamento de Huang tiene sus fallas estoy seguro, nada es perfecto, la idea es que pueda escabullirme en las noches, marcare un árbol cerca al costado occidente de su campamento con una señal que solo podamos identificar entre nosotros y me encargare de cada cierto periodo dejar mensajes ocultos los cuales recogerán alguna de mis alguna guardianas sin llamar la atención—

—Debo admitir que es una buena idea mi Rey— hablo otro de los presentes. Todos voltearon a ver a su gobernante quien hasta el momento había permanecido en silencio.

—No voy poner a mi consorte en riesgo, se supone que están aquí para protegerlo no para enviarlo como cebo al campo de batalla, son ustedes quienes deben evitar ponerlo en más peligro del que ya está y buscar una mejor solución, sin embargo los veo muy dispuestos a hacer todo lo contrario— todos parecieron avergonzados frente a esa declaración.

— Mi señor, entiendo que es un riesgo pero es uno que debemos tomar— trate de convencerlo nuevamente.

—Feng Li  no sabes lo que Huang pueda hacerte cuando estés en sus manos—

— él no me tocara, hacerlo significa que se ganara mi odio, y si lo hace no le permitiré ir lejos, puedo defenderme—

—No creo que le interese que lo odies y estarás allá solo rodeado de personas que solo quieren hacerte daño, no sé por qué insistes en algo así—

— Wang…Mi Rey sabe que es nuestra oportunidad—

— El joven Feng tiene razón sobrino, debemos tomarle ventaja a nuestro enemigo de lo contrario puede que ellos ya tengan esta guerra ganada y si es así nadie podrá salvar a Feng Li ni a nuestro pueblo de las garras de Huang—

—Tío te aprecio y lo sabes, pero no arriesgare a mi consorte en esta guerra—

—Ppero — quería replicar pero fue interrumpido severamente.

—No Feng no aceptare esa absurda idea, aquí termina esta reunión—  Wang se levantó de su asiento y dejo a todos en el gran salón.

El Rey no daría su brazo a torcer y como soberano su decisión no podía refutarse, pero como odiaba que fuera tan testarudo el hombre. Se despidió de los presentes y rápidamente fue tras Wang Jun, lo hallo en sus habitaciones.

—Wang…—

—No quiero hablar ahora Feng—

—Wang por favor sabes que no podemos hacer nada— se acercó al hombre que aún le daba la espalda, trato de tocarlo.

— ¡No Feng estoy harto de que no me escuches, tratas de retarme sin tener en cuenta mi opinión, solo cometes estupideces y no piensas en que pueda pasarte! —

— ¡Lo que me pase no es importante debemos pensar en el pueblo!—

— ¡Claro que es importante, ¿no piensas en mí y lo mucho que me preocupo por ti?! — la expresión de agobio se coló en el rostro de Wang mientras se sentaba en una de las sillas llevo sus manos a la cara mostrando su frustración.

Fue en ese momento en que se dio cuenta de que no estaba teniendo en cuenta las emociones de su esposo, no verdaderamente. No le gustaba verlo así, le dolía ver el sufrimiento del hombre que amaba quien se caracterizaba por ser un hombre fuerte e imponente con una valentía y una determinación que hacía que reinos se arrodillaran a sus pies, pero ahora veía un simple hombre con una expresión de cansancio en su rostro.

Dio unos pasos y se arrodillo a los pies de su amando abrazándolo, este no le devolvió el abrazo pero tampoco rechazo el contacto. Acaricio su espalda y cabeza tratando de darle consuelo.

—Estoy preocupado porque te amo y tu insistes en hacer las cosas por si solo Feng, en tomar la responsabilidad de todo sin tenerme en cuenta, sin pensar en las consecuencias, dime ¿Cómo puedo protegerte si no quieres ser protegido?, si te pasa algo allá yo sería quien tendría que recoger las piezas de ti, eso me lastimaría ¿Cómo puedes exigirme que te entregue en los brazos del enemigo?— dijo mientras revelaba su mirada algo vidriosa.

Dioses, que egoísta había sido, estaba tan inmenso en sus planes que no tuvo en cuenta los sentimientos de Wang Jun y de cómo lo hería con sus acciones, sin tener en cuenta como lastimaba a la persona que amaba.

—Wang… yo lo siento—

—Si lo sientes realmente, debes desistir de esa idea, hallaremos otra solución— lo miro anhelante.

—No puedo…Wang no tenemos tiempo…debemos…—Wang lo miro duramente, lo hería, el dolor en su mirada así lo revelaba.

—No, y es mi última palabra Feng—  Wang se levantó y observo como su gran espalda se dirigía a la puerta.

—Por lo menos ten encuentra parte de mi plan— alcanzo a decir antes de que el mayor se retirara de la habitación dejándolo solo.

Esa noche no pudo dormir esperando a su esposo, este llego solo hasta altas horas de la madrugada, dándole la espalda en el lecho.

Los días pasaron de la misma forma, había tensión entre ellos, Wang lo evitaba y aunque dormían juntos casi nunca lo veía o le dirigía la palabra.  El mayor estaba herido por que había manifestado sus preocupaciones y aun así no había conseguido que cambiara su pensamiento, Feng no sabía cómo remediar eso así que decidió solo darle tiempo al mayor.

Wang quería que renunciara a la idea pero no podía, aún estaba convencido de que esa era la mejor estrategia. Wang no podía negarse y en el fondo sabía que tenía razón, solo esperaba que no se tomara mucho tiempo.

****

— Accederé a la propuesta de mi consorte pero con ciertas condiciones, inicialmente mediremos las fuerzas del enemigo con el ataque inicial. En esa primera batalla Huang nos mostrara cuales son los recursos con los que cuenta el Reino del Norte. Pero no entregaremos a Feng. —

Todos en la sala  pusieron atención a cada una de las instrucciones de su rey, quien al parecer no se negaba del todo a los planes propuestos. Feng había evitado las reuniones que se mantenían ya que no quería empeorar su relación con Wang, se sorprendió esa mañana cuando un mensajero llego diciéndole que su presencia era solicitada en la reunión que se llevaría a cabo esa misma tarde. No pensó que Wang lo quisiera allí, sin embargo supo en ese momento que Wang ya había tomado una decisión. 

Todos en el lugar quedaron en silencio atentos a las palabras de su señor, esperando lo continuación. Feng por su parte temía una posible negativa de su esposo, si el decidía decir que no, ninguno de los presentes podría convencerlo de lo contrario. Se disponía a insistirle cuando vio que este decidió continuar.

—Determinaremos los detalles, para eso he pedido la presencia de mi consorte ya que es este quien conoce más la estrategia, esta contienda nos permitirá medir las fuerzas del enemigo y planear nuestro siguiente pasó en esta guerra —   

—  Mi señor, ¿entendemos entonces que la infiltración del Rey consorte no es una opción? —hablo con prudencia el oficial Jian tanteando el terreno, sabiendo que este era un tema delicado. El silencio ocupo el lugar mientras que Wang se tomó su tiempo antes de contestar.

—La infiltración de Feng al campamento del enemigo solo se hará como última opción, y solo cuando creamos que las condiciones son correctas para garantizar su seguridad.  No arriesgare lo que más me importa sin que no se me garantice que volverá a mí. — aquella revelación publica hizo que un ligero sonrojo se colara en mis mejillas, que el soberano de la nación confesara ante todos sus sentimientos era algo poco común —además, eso no le dará la sensación al Rey Huang de que todo es demasiado fácil, no estoy dispuesto a alimentar mucho su ego—  

—Mi Rey, por favor déjeme asistir a esta primera batalla— se atrevió a hablar Feng, está tanteando terreno peligroso pero esa era su única oportunidad.

—No veo la necesidad Feng Li—

—Mi señor, solo asistiendo a la guerra puedo conocer al enemigo, analizar sus— fue interrumpido.

—Feng no creo que sea seguro—

—Si se me permite intervenir, considero que no es una mala idea, el consorte Feng ha demostrado ser de gran ayuda, además en un hombre valioso respecto a cualidades militares se refiere— hablo en el General Min, todos asintieron ante las palabras del general, sin duda se había ganado la confianza de los presentes. Sin embargo todos quedaron expectantes, temiendo una mala reacción por parte del Rey, ya el tema en si no era grato a los oídos del rey.

—Se le permitirá ir, pero su presencia será un secreto entre los que estamos presentes, el enemigo no debe enterrarse de que Feng esta entre las líneas—

—Muchas gracias su majestad— termino Feng satisfecho.

Se sintió más aliviado y agradeció que Wang Jun no se negara del todo frente a sus planes, su esposo confiaba en él y a su vez se preocupaba por su bienestar. Se miraron unos a otros manifestaron su aprobación, el resto de la reunión continuo estableciendo los detalles del próximo encuentro entre ambos reinos.

Cuando se dio por terminada la reunión quiso hablarle a su esposo pero este solo paso a su lado sin dirigirle la mirada. La tensión entre ellos se podía palpar, temía que al final de esta guerra no pudiera recuperar la relación que tenía con Wang Jun,  ambos solo se herían en el camino y  todo lo que pasaba solo creaba distancia entre ellos, como odiaba esa sensación en su pecho.

****

Prepararon unos pocos hombres para lo que sería el primer encuentro. Feng junto a Wang Jun cabalgaban en la primera línea seguido de sus generales y topas. Ya que era un ataque frontal la noticia de que se movilizaban debía haber llegado a los oídos del Rey Huang, quien de seguro los esperaba.

—Feng Li, no te alejes—  exigió Wang Jun.

La noche anterior había hablado con Wang Jun, este le hizo prometer nuevamente que no se podría en riesgo y que no haría nada imprudente en esta batalla. Como Wang le había pedido su identidad estaba oculta,  de modo que la mitad de su rostro estaba cubierto, mantenía sus ojos gachos y su casco disimulaba sus características. Solo algunos pocos oficiales sabían que estaría en el lugar.

No podía darse el lujo de enojar a Wang así que sería complaciente con el mayor, después de todo deberían darle una medalla o algún reconocimiento por haber logrado estar allí y no en la seguridad de los muros de la fortaleza como Wang Jun lo hubiese querido.

Cuando llegaron al terreno al lado contrario se podía distinguir al Rey Huang seguido de sus generales, sus soldados no parecían ser  muchos lo cual despertó de inmediato la alarma de Feng Li. Uno de los mensajeros del Reino del Norte se acercó cabalgando con un pergamino en su mano, agitando una vadera blanca.

—No me gusta esto— manifestó sus pensamientos en voz alta.

—A mí tampoco Feng— Wang miro a su alrededor buscando cualquier mínimo movimiento en la espesura del bosque que los rodeaba—  ¡estén alertas y  no bajen sus defensas! — demando el Rey.

El mensajero fue  interceptado por uno de los  soldados quien le entrego el pergamino a Wang Jun, lo leyó atentamente.

— ¿Qué dice? —

—Exige nuestra rendición y como muestra de dicha voluntad exigen que seas entregado inmediatamente—medito sobre esas palabras.  

—No han atacado… — todo cobro sentido, si el no estuviera Huang no se contendría —al parecer saben que estoy con ustedes, si lo saben significa que tenemos un infiltrado entre los nuestros— Mi llegada al lugar ha estado en secreto desde el comienzo, tome los cuidados al llegar al campamento y solo unos pocos sabían que los acompañaría hoy, la única forma es que hubiera traición entre los nuestros.

—Cuando esto acabe me encargare de eliminar a cualquiera que haya osado a meterse entre los míos— hablo Wang Jun con rabia,  dio su negativa al romper el pergamino frente al mensajero quien estaba en espera.

El sujeto de repente saco de su manga una bandera roja y la levanto al aire, seguido una lluvia de flechas azoto el lugar. Aquello nos tomó por sorpresa, el ataque venia de todos lados desde la espesura de la vegetación. Vieron como desde las montañas  grupos de hombres se acercaban dando gritos de guerra. Estaban rodeados.   

Rápidamente se tomaron posiciones de defensa, debían abrirse una salida para evitar ser rodeados completamente, por ello a través de la cadena de mando liderados por Wang Jun los soldados se reagruparon haciendo uso de sus escudos y armas. El ejercito del Norte ataco de frente siendo guiado por Huang, el choque de espadas se hizo presente y el sonido de la lucha lleno el lugar.

Estaban en una desventaja numérica grande, había muchos soldados enemigos, comprobando así las sospechas que tenían. Feng sabía que en el campo de batalla la situación era difícil de controlar pero lo habían previsto de algún modo, aquello era un señuelo para hacerle creer al enemigo que tenían ventaja sobre nuestro ejército. No se meterían en la boca del lobo sin estar preparados solo debía reorganizarse y poner en marcha su plan.

Feng se encontraba en su montura combatiendo junto a Wang hasta que uno de los soldados enemigos lo arrastro al suelo, por lo brusco del movimiento su casco salió volando y en la euforia del ataque no podía preocuparse por cubrir su rostro.

 Lo habían identificado y pudo notar como más de dos soldados  se dirigían a él, llegaron intentando sujetarlo tratando de no infringirle daño alguno.

Wang al ver la situación rápidamente fue a su rescate, imponente les dirigió mirada furiosa a quienes lo tenían amordazado capaz de hacer que estos detuvieran sus movimientos por un segundo. Feng aprovecho la distracción y le dio un cabezazo a uno de sus agresores haciendo fracasar su plan de rapto.  Cuando iba a enfrentar a los otros sujetos se encontró con que Wang Jun ya los había sometido con un ágil movimiento. Wang dio rápidas zancadas hacia él y lo rodeo por la cintura tomando sus labios en un apasionado beso, su estómago se llenó de cosquillas ante tal acción.

—No te alejes de mí—

Tomo su arma nuevamente y se defendió junto a su esposo del ataque del enemigo. La situación estaba complicándose aún más, no quedaba más opción que la retirada. Miro a Wang Jun y este entendió su mensaje.

Fue agarrado del brazo por Wang Jun y sostenido junto al cuerpo del mayor, mientras este vociferaba órdenes y  guiaba a las tropas.

— ¡Reagrúpense!, ¡arqueros al centro!, ¡Escudos y lazas abran camino a la salida! — todos sabían cuál era su papel.  La sincronización fue inmediata,  mientras que los escudos rodeaban a los arqueros, estos desde el centro atacaban a todos los enemigos, las lazas y la caballería  por su parte abrían camino hacia uno de los costados del terreno, esa era la ruta de escape. Se movilizaron lentamente pero unidos. Por algo el ejército del Sur tenía la reputación de ser el mejor ejército de los cuatro reinos.

Wang llamo a su caballo entre la multitud y este rápidamente llego, se montó y ayudo a subir a Feng a sus espaldas. A la distancia pudo distinguir a Huang acercándose entre la multitud con un grupo de hombres al trote de su montadura, venia por él, lo supo.

— ¡Feng Li! Eres mío,  no huyas! —  grito el Rey del Norte.

Definitivamente no se quedaría  a esperarlo con los brazos abiertos, estaría loco de hacerlo. Sin embargo no podía negar que aquella era una excelente oportunidad para hacerse la víctima y dejarse capturar pero no podía olvidar su promesa hacia Wang Jun.

****

Su  paciencia se había agotado y para colmo el Rey Huang gritaba reclamando a Feng Li, es que acaso este no tenía ojos para ver que quien sostenía al menor era él. Esta era la oportunidad que quería desde un comienzo, definitivamente lo mataría ahora mismo y terminaría con todo este asunto de raíz. Pero antes se aseguraría de dejar a salvo al menor. Detuvo su montura y se bajó, observo la cara sorprendida de Feng.

—Wang ¿Qué haces? —

—terminare esto—

— ¿Qué?, ¡No te atrevas son muchos más! — dijo alarmado Feng, entendiendo cuales eran los planes del mayor desde el comienzo.

 Wang le dio una palmada al animal, haciendo que Feng se alejara junto a los demás soldados. Observo como Feng se distanciaba y enfrento al Rey Huang.

—Rey Wang Jun, no se interponga en mi camino y seré misericordioso,  así hare su muerte más rápida—

—Creo que me ha malinterpretado Rey Huang, no soy de los que les pone el camino fácil a sus enemigos— se retaron con la mirada— enfréntame como un guerrero y quien gane tomara lo que le pertenece—

— Por donde yo lo veo, soy yo quien gana Rey Wang, esta batalla así lo demuestra— dijo bajando de su caballo y señalando el lugar lleno de soberbia, como si mostrara que su victoria era algo obvio.

— Mientras siga vivo no estoy derrotado— Wang hablo con arrogancia, pese a las condiciones — sino no eres capaz de vencerme en combate, no lo mereces—

— ¡Soy digno de él! ¡Yo lo merezco!- grito eufórico un el Rey del Norte. Al parecer el tema era delicado para el gobernante del Norte.

—Entonces Rey Huang, dígame ¿cómo es que soy yo el que duerme a su lado todas las noches? — una  provocación directa que pareció dar justo en el lado flaco de Huang quien lleno de ira arremetió contra él, chocaron armas y empezando así la lucha.

— ¡todo es tu culpa si no hubieras aparecido Feng estaría a mi lado! —

 

****

Ese caballo estaba bien entrenado, el animal no se detuvo hasta que estuvo junto a los otros, pero no podía devolverse no podía hacerlo solo,  después de todo necesitarían ayuda.

Entre los disturbios pudo distinguir a sus guardianas quienes estaban luchando, ayudando a los heridos y despejando el camino, las llamo su atención con un silbido.  

— ¡Wang se quedó atrás!, ¡Yu, reúne un grupo de hombres ahora! ¡No me iré sin él! —dio sus órdenes. No se detuvo a ver como las cumplía, tomo las riendas del animal y se devolvió sobre su camino.

Ubico a Wang Jun el cual estaba siendo rodeado por un grupo de hombres que observaban la lucha que se estaba dando en medio del círculo. Wang y Huang peleaban a muerte, ambos hombres eran fuertes y tenían muy buena técnica.  Era una pelea digna de ver, Feng había pensado que Huang era un noble consentido pero debía admitir que el hombre sabía defenderse y su esposo también hacía gala de sus habilidades, en otras circunstancias los habría admirado.

Observo  como el Rey Huang ataco de frente con su espada, Wang evadió cada golpe ágilmente para finalmente desarmarlo, hiriendo su brazo.  Al final la experiencia de la guerra pudo contra la habilidad del Rey del Norte quien se vio humillado ante su ejército, un golpe directo a su orgullo.

— ¡¿Que esperan?!¡Mátenlo! — iracundo dio órdenes a sus soldados.

No había honor en ese hombre pensó Feng mientras cruzaron miradas, sabía que había poco honor en el hombre pero nunca pensó que caería tan bajo.  Huang se sintió descubierto y Feng supo que había causado un efecto en él, desaprobación.

Wang se vio rodeado por más de veinte hombres sin embargo se mantenía firme  y luchaba. Feng  se interpuso a su espalda justo en el momento en que uno de los agresores intento apuñalarlo evitando la estocada final, protegiéndolo.

— ¿Qué haces aquí? —

— ¡Salvándole el pellejo a mi estúpido esposo! —grito Feng mientras se defendía.

— ¡Ey!, admítelo me amas más que todo en el mundo —se jacto Wang mientras le daba un codazo a otro hombre. Pobre soldado, esa nariz jamás volvería a ser la misma.

La sonrisa de medio lado, la sensualidad y la fuerza que emitía su esposo en ese momento estremeció su corazón pero se recordó que no era tiempo para pensar en cosas como esas, no cuando debían luchar por sus vidas.

 — ¡No lo lastimen! ¡Quien lo haga morirá en mis manos!- escuchó la voz de Huang, se refería a él.  Los ataques en su contra dejaron de ser letales para tratar de contenerlo.

— ¡Oh vamos! ¡Huang, no me hagas las cosas tan fáciles¡-  le grito al hombre. Wang Jun por su parte no la tuvo tan fácil ya que todos ahora parecían poner su atención en él. Pese al esfuerzo de los hombres de Huang no podían contenerlo.

En el calor de la batalla Feng sintió como fue rápidamente cubierto por el cuerpo del mayor, se sorprendió ante aquel movimiento. Su respiración se corto cuando alzo su vista y miro la expresión de dolor en el rostro de Wang Jun, de su escudo en su hombro derecho sobresalía la punta de una flecha, entonces la verdad lo golpeo. 

Se paralizo, el pánico empezó a cubrir su cuerpo, la armadura y ropas de Wang estaban rápidamente llenándose de sangre, debía sacarlos a ambos de allí ahora mismo. Así que se obligó a reaccionar.  

— ¡Estúpido! ¡Casi lo matas! — vio de lejos como Huang golpeaba al arquero que disparo haciendo que este cayera bruscamente en el piso. No reconoció al sujeto este no estaba entre los que los estaban atacando, este  había llegado recientemente para apoyar a su Rey, supo que el hombre no sabía de las órdenes dadas por Huang.  El soldado solo lo había visto como presa fácil y disparo, sin embargo Wang recibió el ataque por él.

Aquello detuvo todo movimiento.   Maldijo y se reprendió, era su culpa por haberse confiado. Rápidamente tomo el extremo de la flecha y la rompió, Wang torció su rostro en un gesto de dolor, no podía sacarla de lo contrario Wang se desangraría, hizo presión en la herida.

— Vámonos de aquí— le dijo a Wang Jun.

— No puedo estar más de acuerdo— hablo con una sonrisa tratando así de calmar al menor que lo miraba angustiado, debía verse realmente mal pensó Wang.

Justo a tiempo, se dijo  Feng viendo como Mei y Yu llegaban junto a los hombres en sus caballos, irrumpieron en el lugar haciendo que los hombres que los tenían rodeados se dispersaran, dándoles una salida. Aprovecho el alboroto y tomó un caballo, ayudo a su esposo a subir, la herida era profunda y estaba perdiendo demasiada sangre.

Salieron del lugar rápidamente junto a sus guardianas quienes cuidaban sus espaldas. Ya su ejército estaba en el bosque por la ruta de escape, los generales lideraban y llevaron a cabo las órdenes. Dejaron  atrás las huellas de la batalla.  

Wang  estaba débil, lo sentía por la respiración agitada en mi cuello.

— ¡Wang mantente despierto!—

—Maldición…—el peso sobre su espalda le dijo que se había desmayado, mierda.

— ¡Mei, adelántate!, ¡que los médicos estén listos! — el miedo se apodero de él, rogo a los dioses como nunca lo había hecho.

 

****

Cuando llegamos al lugar todo el equipo médico estaba a disposición, los hombres rápidamente llevaron al Rey a sus habitaciones donde fue atendido. Feng  era un observador, vio cómo le fueron retiradas las prendas y su armadura, el sudor perlaba  el cuerpo de su amado, el medico retiro lo que quedaba de la flecha y rápidamente se apresuró cerrar la herida con una barra caliente para sí evitar la hemorragia. Wang grito ante el dolor, su rostro era fuerte pero pálido. Finalmente el galeno coció y vendo la herida.

Amaba al hombre, en el proceso la idea de perderlo pasó por su mente y fue aterrador, demasiado, tuvo miedo mucho miedo. No podía imaginarse una vida sin él.

Notas finales:

CUALQUIER REVIEW ES CARIÑO.

 

NOS LEEMOS!!


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