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EL PORTADOR por Day_Abril

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Notas del capitulo:

Hola humanidad!!

Revivo entre los muertos ¡por favor no me odien mucho!!

hoy les traigo el decimo capitulo de la historia, espero lo disfruten!!

quedo atenta a sus comentarios, abracitos!!

CAPITULO 10

 

Después de su llegada al palacio la fiebre no tardó en aparecer, Wang estaba sumergido en la lucha entre la conciencia y la inconsciencia,  la lucha del cuerpo era papable y dolorosa.

En aquel momento Feng se sintió invadido por el temor de perder lo que hasta el momento era lo más importante en su vida, temía que le fuera arrebatada la posibilidad de ver nuevamente esos ojos profundos azules atravesar su corazón.

El miedo era un profundo frio que se colaba en su cuerpo, pero tenía fe en que Wang se levantaría y no se dejaría caer, pero era inevitable el temor de ver a alguien amado siendo herido. Recordó a su padre y como este le fue arrebatado de su vida tan injustamente, no quería, se negaba completamente a que eso pasara nuevamente.

Anhelaba tener una larga vida al lado de Wang, una familia…vivir tristezas y alegrías para finalmente envejecer juntos.

Se culpó, si no hubiera sido por su estúpido descuido nada de eso estaría sucediendo y seguramente esos fuertes brazos lo abrazarían para nunca soltarlo. Sin embargo, ahora no tenía tiempo para  auto compadecerse,  era su deber aferrar a la vida a su esposo.

No se separó de Wang ni siquiera para suplir sus propias necesidades, estuvo pendiente de cuidar, alimentar y limpiar el cuerpo de su amando. Rezo en cada momento  a los dioses por la esperanza de vida,  para que Wang estuviera siempre a su lado.

El por su parte se mantenía de pie solo por la determinación de sus guardianas, básicamente era arrastrado a probar bocado, acompañado de reprimendas por su descuido.

Su tiempo era limitado debía distribuirlo entre el Reino y su esposo, no podía pensar en más que eso, debía  tratar de mantenerse centrado de lo contrario se desboronaría y era algo que un mandatario no podía permitirse, de modo que centro sus pensamientos en las sabias palabras de su padre: “si deseas victoria en tus batallas, debes mantener el estado mental adecuado para cada situación”.   Aunque eso era algo difícil de aplicar.

Se encargó de reforzar la seguridad del palacio, sabía que tenían uno o varios infiltrados.  Sin saber de quién o quienes  se trataba debían ser prevenidos a fin de no dar la oportunidad de ataque por parte del enemigo en el momento en el que Rey se encontraba más vulnerable. Tomo medidas frente a eso de modo que ordeno el aumento del número de soldados en la entrada de la habitación del Rey y diseño los turnos de cambio de guardia.  El acceso a la zona fue restringido, solo se permitía la entrada del galeno, sus guardianas y gente cercana, solo si era estrictamente necesaria.

 Odiaba plantearse la posibilidad, pero en caso de que el rey falleciera debía evitar que la noticia se esparciera  inmediatamente, eso solo alentaría al enemigo a atacar, debían crear tiempo para diseñar una contra ofensiva. En ese supuesto, Feng lucharía como Rey consorte hasta poder garantizar la seguridad de su pueblo para finalmente unirse a su esposo y su padre en el más allá. Sus ojos se llenaban de lágrimas con el simple pensamiento.

Sin importar que no podía dejar de lado sus obligaciones frente a los suyos, estaban en guerra. Sin embargo  se permitió depositar algunas tareas importantes a sus guardianas para así vigilar la salud de su señor, los días se le habían sido tan largos.

—Joven consorte, debe descansar — hablo el General Min quien en ese momento se encontraba en las habitaciones acompañado del Concejero Zhi y varios de los hombres del Rey— Deje el cuidado de su majestad en nosotros, es bueno que salga de estas habitaciones y refresque su mente —

— Estoy bien  General Min, no se preocupe tomare mis horas de sueño más adelante…solo no quiero separarme de mi Rey - El General frente a él solo pudo fruncir el ceño sabiendo que tal vez no sucedería tal afirmación, el semblante del menor le preocupaba.

— Rey Wang es un hueso duro de roer mi señor,  pronto mejorara, le aseguro que ha estado en peores situaciones y las ha superado, más que todo ahora que lo tiene a su lado su Majestad —

—Sus palabras con realmente un consuelo Concejero Zhi, le agradezco— el hombre hizo una leve inclinación.

—Es el Rey, tiene el respeto de estos ancianos por una razón, pese a su corta edad siempre demostró ser digno del cargo que ocupa, tiene más voluntad que cien hombres… ese hombre siempre consigue lo que quiere— hablo el Oficial Jian, todos los hombres asintieron frente a su afirmación, el orgullo se reflejaba en la postura de sus cuerpos.

Se sintió feliz de que su Rey tuviera la estima y la lealtad de sus hombres. Escucho algunos detalles para finalmente despedir a sus invitados.

Los hombres en cuestión hicieron una reverencia y se fueron retirando, pero el Oficial Jian fue el último en salir, carraspeo para llamar la atención de joven Feng y decir unas palabras.

—Rey Consorte, yo quería ofrecer mis disculpas— Feng se sorprendió, no sabía porque se disculpaba el mayor— Nunca pensé que llegaría el momento en que alguien fuera suficiente digno de nuestro Rey y veo que me he equivocado en eso… todos en el reino somos testigos de su devoción a su Majestad — el hombre desvió su mirada un instante para luego mirarlo fijamente y continuar  —Debo admitir que en un comienzo  fui uno de los que se negó a su boda e intente persuadir a  Rey para que no tomara la decisión de casarse con el portador, pensaba que con ello solo vendrían problemas… pero nunca me había alegrado tanto de estar tan equivocado …ya que el reino ha ganado un buen esposo,  un valiente guerrero y un excelente estratega, hemos sido afortunados y bendecidos por los Dioses — el hombre se inclinó y las sostuvo juntas al momento en que se inclinaba, mostrando su respeto al menor.

Todo eso tomo por sorpresa a Feng, realmente no esperaba tal revelación. Hizo lo mismo que el hombre frente a él, devolviéndole así sus respetos.

—Agradezco sus palabras Oficial—cuando levanto su mirada el hombre le dirigía una mirada paternal que rápidamente fue remplazada al verse descubierto,  carraspeo una vez más para luego salir de la habitación.

No fue hasta el quinto dia que sintió como la mano de Wang apretaba la suya, abrió sus ojos con sorpresa y en un instante se encontraba frente al rostro de su amado…

 

****

Parpadeo un par de veces para acostumbrarse a su entorno, se sentía desubicado, el dolor en su hombro lleno poco a poco su mente de recuerdos. Sin embargo, el peso familiar en su mano alivio su corazón y aligero su temor, no sabía cuánto tiempo estuvo postrado en la cama ni en qué circunstancias estaban después del encuentro con el enemigo, se sentía cansado pero saber que Feng se encontraba allí era consuelo para su cuerpo y alma.

 Giro su cuello para encontrar al menor en una posición incómoda entre la cama y la silla. Apretó suavemente la mano de Feng para así hacerle  notar que estaba despierto.

No demoro en aparecer encima el hermoso rostro de su pareja, sus ojos estaban  rojos, la preocupación y alegría abundaron en partes iguales en ellos, al tiempo que las lágrimas que se acumulaban rápidamente.

Se odio por causarle dolor al menor, él solo quería ver una sonrisa en esos dulces labios. No pudo evitar fruncir el ceño ante el malestar que se coló en su pecho ante el desgastado semblante de su pequeño.

Con esfuerzo levanto su brazo y limpio las lágrimas que amenazaban con convertirse en un llanto desesperado. Pudo sentir a Feng a través de sus ojos y dejo que esas emociones  llenaran su pecho.

—Creo que he sido un pésimo esposo…mi pequeña ave…solo he sabido poner lágrimas en tus ojos…—hablo con esfuerzo, su voz sonó ronca por la falta de uso en días.

—Y-yo realmente te odio…eres mi todo, amado—dijo suavemente Feng tratando de contener sus emociones. Una sonrisa se asomó en sus labios, se preguntaba como odio y amor podían estar en una misma oración, pero entendía las emociones de su pequeño. Eran palabras cortas pero tan significativas.

Los labios de su consorte se posaron en los suyos, en un comienzo era un gesto de cariño lleno de temor que se vio rápidamente remplazado por la pasión y el deseo, como si sus cuerpos tuvieran la necesidad de sentirse y comprobar que aún se tenían el uno al otro.

Wang no lo soportaba más, realmente tenía que hacer suyo al menor en ese instante, así que sin siquiera medirlo se levantó quedando sentado, sujetando el menor para así ubicarlo en su regazo con las piernas a sus costados. Su cuerpo se quejó por el esfuerzo realizado, pero no podía  importarle menos, agradecía su resistencia al dolor.  En ese instante quería a Feng y no habida lugar a nada más en su mente.

—W-Wang…— suspiro el menor en su boca —tu herida…Ahhg…No debemos…— los suspiros y los gemidos empezaron a llenar la habitación.

Como podía hacer de lado el deseo cuando Feng lo tentaba con sus ojo vidriosos, su boca parcialmente abierta, sus labios llenos  y su hermoso cuerpo restregándose en su entrepierna. Ni los dioses podían resistirse a tal tentación.

Había pasado mucho desde la última vez que lo tuvo en sus brazos de esa forma, lo ansiaba tanto y sabía que el menor también. De forma brusca aparto su ropa de los lugares a los que necesitaba acceso, la desesperación se colaba en cada parte de su ser, lo necesitaba.

Cuando Feng llego a su vida nunca se imaginó que esta sería tan diferente, ya no recordaba el hombre que era antes, frio, independiente e imponente, ahora sin embargo era un hombre totalmente adicto, había desarrollado una dependencia física y emocional por el pequeño en sus brazos. Casi sin ningún esfuerzo cada una de sus murallas fue tan fácilmente derrumbada por esos ojos turquesa. Estaba en serios problemas, en él habitaban emociones que nunca había conocido...

 Así como Feng trajo felicidad a su vida con ello también vino el miedo, el miedo a pérdida, al abandono, al rechazo…ni siquiera cuando fue dejado solo en el mundo desde tan temprana edad ostentando un gran cargo o cuando enfrentaba al enemigo en el campo de batalla supo realmente lo que era el temor, cuando Feng lo miraba de forma fría o rechazaba su tacto sentía como si su ser se partiera en pedazos.

Ahora, temía perder su alma…él era Feng y Feng era el… en ese punto ya no podía distinguir en que parte terminaba el y comenzaba su amado.

 

****

Las lágrimas llenaban su ojos si control, no podía detenerlas, estaba tan agradecido con los dioses, mientras besaba y abrazaba,  en silencio rezo.

Quería aferrarse  y fundirse en ese fuerte cuerpo que lo tomaba con posesión, que con sus grandes manos tocaba con confianza porque sabía que era suyo y de nadie más,  se sentía amado. Pese a que su relación era joven y desde que comenzó no hacían más que enfrentar problemas, era fuerte, destinada por los Dioses.

No importaba cuantas veces Wang lo hiriera, su corazón cuerpo y alma no podía odiarlo…siempre regresaría a él.

 Su cuerpo temblaba ante el toque del mayor y las caricias estremecían su espíritu, lo quería tanto que ya podía esperar más, necesitaba del hombre en todo sentido, todo en el así lo exigían. Lo  amaba  más que a nada en el mundo.  

El mayor rebusco en su ropa con el objetivo de acceder hasta sus partes más íntimas, apretó sus glúteos y deslizo un dedo por su pliego hasta su entrada, se estremeció, no pudo evitar que un gemido se le escapara en la boca del mayor, había pasado ya mucho tiempo desde que tuvieron caricias tan íntimas.  En su cuello fueron repartidos besos y mordiscos mientras el solo podía atinar a apretarse más contra el duro cuerpo y acariciar la amplia espalda. Wang lo levanto ligeramente y pudo sentir como situaba su pene en el pliegue,  buscando su entrada y el placer de rozarse entre sus glúteos.  

Debía ser preparado pero la necesidad llenaba cada espacio, quería sentirlo con todo lo que el hombre tenía para darle…incluso el dolor. Sin meditarlo tomo en sus delicadas manos el miembro del mayor y lo acaricio, observando el placer en el rostro de su amado, el cuerpo duro bajo el suspiraba con cada toque, acaricio el amplio pecho con ambición y con deseo, el hombre era completamente suyo. Estando a horcajadas posiciono la glande del mayor en su entrada y bajo sobre toda la longitud, saboreando cada momento, cada instante, cada sensación que ello le provocaba.

Se sentía tan completo, tan lleno.

 

****

Estaba tan caliente, como no lo estaría viendo como Feng se movía sobre su eje y su rostro se distorsionaba por el placer, sus ojos entrecerrados, la estrechez de su cuerpo lo tenía duro como una roca y dispuesto. No podía apartar la mirada de como el pequeño demonio en cada bajada se mordía el labio, sin mencionar el sonido de sus gemidos haciendo eco en la habitación, acaricio los muslos disfrutando de la vista que le era dada. Diablos llegaría rápido si el menor seguía torturándolo de esa forma.

Dejo que el pequeño disfrutara imponiendo su ritmo encima de sus caderas, Feng beso y acaricio disfrutando de su propio placer, el por su parte no dejaría su esposo se divirtiera solo y lamio el sudor en la piel expuesta, estrechando fuertemente el cuerpo en sus brazos.

 Li soltó un pequeño sollozo mientras fue acostado repentinamente sobre su espalda, posicionándose  encima impuso un ritmo más rápido, lleno de exigencia. Los sollozos del menor se hicieron más altos y cortos, retumbaban en sus oídos mientras terminaba de desatar la ropa que tanto le estorbaba, arremetió sin piedad el cuerpo que se retorcía debajo, motivado por las piernas se aferradas a sus caderas y las manos que se enterraban en su espalda, incitando a más… impulsando a más. Lo beso, disfrutando de la cavidad y sus labios ya hinchados. La desesperación en la búsqueda de la liberación lleno sus cuerpos, no había lugar a otro pensamiento.

—Ahhg…M-mas…—

Con sus manos recorrió toda la extensión de extremidades y piel. No aguantaría mucho, así que  dirigió su mano al pene de su pequeño para encontrarlo húmedo y dispuesto,  lo acaricio al tiempo que lo penetraba sin control alguno. Su resistencia se iba derrumbando ante la presión de los músculos en su miembro, en su mente no podía formular ningún pensamiento coherente, se sentía tan bien tener a Li a su alrededor.

—Aghh J-Jun…Ahg…no puedo…— el ritmo se intensificó hasta el punto que ninguno podía contener más su placer, Feng sollozo su liberación y con ella se dio su propia explosión. Se apoyó en sobre sus codos tratando de no aplastar al menor con su peso, disfrutando de los destellos que dejaba el reciente orgasmo.

Se permitió hundir su nariz en la cavidad que conectaba el hombro con el cuello de su pequeño, respirando su esencia, mientras este lentamente distraídamente acariciaba su nuca y espalda y dejaba sus piernas sueltas, sus cuerpos relajados. Por un momento el silencio fue la paz que tanto necesitaban.

—Feng te amo tanto— estrecho el cuerpo en sus brazos, sus emociones amenazaban con salir — ese dia…yo lo siento tanto…no debí…—permitió que las lágrimas salieran sin temor, sin vergüenza. La carga de haber herido a alguien tan apreciado,  lloro por el sufrimiento causado…aquello lo perseguiría toda su vida.

—Shhs…mi amado,  todo está perdonado…—

 

****

En ese momento Wang no era un Rey, era un hombre siendo consolado como un niño.  Sintió  su dolor como suyo a través de las lágrimas que ambos en silencio dejaban caer, supo que Jun había llorado tanto como el, supo que nunca sería más amado en su vida como lo hacía el hombre en sus brazos.

— Tuve que casi morir para ser perdonado— dijo Wang con una ligera risa, aun atrapado en el cuello del menor, como si ese fuera su refugio más preciado.

—No se te ocurra volver a hacerlo, prefiero que vivas para torturarte— la risa afloro de sus labios, contagiándose del humor.

La ensoñación en la que estaban sumergidos se dispersó ante la alerta de tocar el hombro de Wang y sentir la sangre en sus dedos, se reprendió por ser tan descuidado.

— ¡Jun! ¡Tú herida! —

— Estoy bien es solo un poco de sangre —hablo el mayor tratando de aligerar la preocupación de su pequeño esposo.

—Llamare al médico— rápidamente se levantó y acomodo al mayor, tomo la toalla al lado de la cama  y la sumergió en la vasija llena de agua para con ella limpiar a su esposo y a sí mismo.

Puso  una mano en la frete de Wang para medirle la temperatura, estaba ligeramente cliente, esperaba que aquello fuera producto de la reciente actividad, la sangre en su venda fue lo que  le preocupo aún más. Miro con reproche al hombre, el cual le devolvía una pícara sonrisa de lado sin embargo su cuerpo se mostraba cansado. Procedió a llamar al galeno no sin antes tratar de acomodar su vestuario, de igual forma ordeno a la servidumbre que prepararan comida para ambos, podía sentir como su apetito se estaba despertando.

 

****

—Su Majestad, no entiendo ¿qué pudo hacer en tan poco tiempo para abrir su herida de esa forma?— hablo el medico mientras se encargaba de coser y limpiar la herida del Rey, este por su parte envió  una profunda  mirada de reconocimiento directo a los ojos turquesa que se sonrojaron rápidamente por el cometario. El mayor no pudo hacer más que reír al respecto.  — Debe cuidar de su salud mi señor—

—No es nada serio, solo necesito de un baño y levantarme de esta cama—  su cuerpo no estaba acostumbrado a pasar tanto tiempo postrado en una superficie.

—Aún así es muy pronto, debes descansar un poco más—intervino Li.

—Mi amado consorte, es solo un baño, estaré bien, ¿cierto? —  giro su cabeza al galeno exigiendo una respuesta de apoyo de su parte.

—Mi señor, apenas salió de una fiebre de varias noches, no es saludable— el menor también dirigió su mirada al médico en la habitación indicándole con los ojos que dijera algo coherente lo cual era un “no se atreva a decir lo contrario”.

La presión de ambos  desestabilizo emocionalmente al  pobre hombre, quien no sabía cómo salir de la redada en la que involuntariamente sus reyes lo habían metido. A Wang no pudo parecerle más graciosa la escena pero tampoco retiro la mirada dura del galeno.

—Pues…eh, Su majestad parece ser que está bien pese a todo…—el hombre pudo sentir el aura pesada que se asentó sobre el— P-pero lo prudente es que repose…— intento remediar — N-no siendo más me retirare— Escapo el muy…ciertamente sabio de su parte.

Dejo de lado sus bromas y dio paso a lo importante.  

—Feng, ¿Qué ha sucedido mientras estuve inconsciente? — la mirada de su esposo dejo de ser divertida para convertirse  en seria.

—Creo es importante que tomes ese baño—

Los encantos de Feng lo habían llevado directo a los baños sin mucho esfuerzo, se encontraba entre piernas de su chico mientras este desde atrás lavaba suavemente su cabello. Sabía que todo era una distracción, Feng solo quería mantenerlo un tiempo más sin preocupaciones, realmente valoraba las intenciones del pequeño pero no se podían posponer los asuntos importantes por más tiempo.

 

****

Un suspiro salió de sus labios, sabía que no podía alejarlo de todo lo que ocurría afuera de sus habitaciones pero realmente necesitaban ese tiempo a solas, un momento sin preocupaciones o tormentos.

— Empieza a hablar pequeño— al parecer no podía tomar esa decisión por ambos así que con resignación empezó a hablar.

— Huang no ha atacado desde nuestro encuentro,  supongo que está esperando el momento preciso, el anuncio de tu muerte— el pensamiento en sí hizo que el frio se colara en sus huesos — En estos días se ha reforzado la seguridad en la frontera, nuestra defensiva es buena pero no insuperable,  más que todo en este momento ya que el que te hayan herido desmotiva el ánimo de los soldados, sin embargo todos están preocupados por su soberano lo cual me alivia… hemos mantenido el secreto las condiciones de tu salud a fin de no motivar al enemigo a atacar, además no sabemos qué tan cerca está el espía y entre menos información le suministremos mejor—

—Ciertamente es mejor que no se supiera mi condición, has hecho un buen trabajo,  ahora, sabiendo de qué dispone el Reino del Norte,  es necesario obtener la ventaja en esta guerra a fin de garantizar la victoria—

Feng tomo la espuma y con ella empezó a restregar con suavidad el cuerpo del mayor, en la piel de su ancha espalda pudo ver los rastros de su pasión.

— Debemos aprovechar el hecho de que Huang no sabe si estas convaleciente, muerto o tomando un baño de espuma lo cual es una ventaja,  eso y el hecho de que se siente alentado por el reciente encuentro—

—Continua —el mayor relajo todos sus músculos y cerró los ojos ante su delicado toque.

— Esa seria nuestra oportunidad para adentrarse en sus barreras,  hare el papel de esposo desesperado que quiere salvar a su amado y su pueblo,  una vez dentro lo convenceré de que retire sus tropas de nuestro territorio y en su palacio determinare quienes son sus aliados y quienes no, de ese modo crearemos disturbios desde el interior de sus murallas mientras que preparamos nuestro ataque desde afuera, dividir es la mejor estrategia — Wang se irguió y poso su mirada dura en él.

— ¿Hasta cuándo seguirás con esa idea absurda? —

—No es absurda y lo hare hasta que accedas—

— Lo es para mí, no me has dado un buen argumento para hacerlo—

— ¿Qué más argumentos necesitas? —

—Alguno que no me hable de lo exitoso de tu plan, sino que me garantice que mientras estas allá no te pasaría nada malo — el color azul de sus ojos se hizo más profundo, oscuro y peligroso — veo que tienes una idea de lo que quieres hacer y no tengo argumentos en contra sobre eso, es un muy buen plan pero, ¿Dónde están los detalles en lo que respecta a ti? ¿Has siquiera ideado como lidiaras con Huang y su deseo por ti? ¿Crees que teniéndote cerca podrá resistirse?

—Y-yo, eso es poco relevante, es decir, es más lo que podemos ganar que lo que podemos perder si lo intentamos—

—Es lo que más temo…no podría soportar la idea de que la victoria venga acosta de tu sacrificio—

—Mi amado, puedo manipular a Huang, él no me tocara, no se lo permitiría moriría con honor antes de que eso ocurra— el silencio lleno el cuarto de baño, espero en silencio una respuesta de Wang.

—A veces quisiera que fueras solo el esposo que debes ser y no el guerrero que eres…—  aquel comentario no era una negativa pero tampoco era una aprobación, cuando se disponía a exigir una explicación sobre las recientes palabras  se vio interrumpido ya que el mayor se levantó y salió del agua con una postura renovada, siendo el hombre orgulloso e imponente que siempre ha sido. Lo masculino y dominante en la postura y el carácter de su esposo encendían una llama de deseo en el que no podía explicar. —Reúne a  mis generales, es hora de terminar esto—

Feng parpadeo un par de veces antes reaccionar

—Espera… ¿Qué quieres hacer?..ahh…¡debes tomar alimentos antes de todo! —

Quedo atónito por un instante, se levantó y siguió a su esposo,  ayudo a Wang a  vestirse para  luego comer de los alimentos que les fueron dejados en sus habitaciones.

 Comía distraídamente, dirigió sus pensamientos a las recientes palabras de su esposo, es decir, él tenía un punto,  no sabía cómo lidiar con Huang, ¿Qué haría frente a un intento de abuso de ese hombre?, era alguien que sería capaz de eso y mucho más eso era seguro, además no quería morir, no realmente, esperaba siempre volver a los brazos de Wang.

—Hay algo con lo que tenemos que lidiar antes —estaba tan distraído que Wang tuvo que llamarlo un par de veces

—Ehh..¿Qué? —pregunto alarmado

— ¿Qué te aleja de mí? —

—No es nada— trato de quitarle importancia al asunto — ¿Qué me decías? —

—El espía, demos descubrir quién es— asintió.

— También debemos utilizarlo a nuestro favor, hacer que lleve información errada al Reino del Norte— medito un momento antes de hablar — ¿tienes alguna idea de quien pueda ser? —

—Realmente…no—

— ¿Qué tanto confías en los hombres del concejo? ¿Crees que alguno… —no termino de hablar cuando fue interrumpido.

—Todos esos hombres  tienen mi plena confianza, pongo mi vida en sus manos— afirmo el Rey, la determinación  en sus ojos no daba lugar a discusión alguna.

—En ese caso puede ser cualquiera, es importante establecer un círculo de confianza —

—Es hora de una reunión—

****

Ordeno que los guardias fueran discretas al entregar la información a cada uno de los miembros de concejo, la reunión se llevaría a cabo en la oscuridad de la noche dentro de las habitaciones del Rey, sus guardianas vigilaban para evitar la presencia de personas indeseadas. La idea era mantener el estado de salud de Wang en secreto.

—Su majestad, nos alegra la mejora de su salud— hablo uno de los hombre es en lugar, en representación de todos, quienes se inclinaron saludando a su Rey.

—Agradezco la preocupación de todos—

—No cabe mencionar que es muy repentina este reunión— se dirigió tanto al Rey como a su consorte el Concejero Zhi. —llegamos a preocuparnos por su salud.

—Lo que no reúne hoy es algo más, la idea de esta reunión está en determinar quién es espía a mi palacio—

— ¿Hay un espía en entre nosotros? — se vieron alarmados. Feng no se había atrevido a mencionar el asunto dentro del palacio, ya que no sabía en quien confiar.

—El dia de la batalla, Huang sabía que yo estaba entre el ejército y exigió que fuera entregado—se permitió hablar Feng —no lo dije porque  no sabía en quien confiar y estaba preocupado por la salud de mi señor— en ello también quería expresar su disculpa hacia los mayores.

—Está bien su majestad, una sabia decisión— hablo el Oficial Jian— ¿tiene en mente quien podría ser? —

—Lo único que se me ocurre es que sea alguno de los soldados que vigilaba mientras teníamos la reunión, gracias a la constante rotación que se hace en la vigilancia no se cuanta información tenga el hombre—

—Debemos establecer carnadas para que el espía caiga, una vez lo identifiquemos enviaremos a  través de él solo la información que queramos que Huang sepa, además no sabemos cuántos pueden ser—

— ¿Qué tipo de trampa podemos tenderle? — los hombres se quedaron en silencio, pensativos ante el comentario del General Min.

—Se me ocurren algunas ideas— hablo en Oficial Chen, era un hombre reconocido entre los suyos por ser callado pero en realidad según lo que había escuchado cuando hablaba era algo digno de escuchar.

 

Notas finales:

Nos leemos!! 

como siempre son bienvenidos los comentarios!!


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