Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

EL PORTADOR por Day_Abril

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

hola amigos, como van?

 esta vez me tarde un poco mas pero aqui esta finalmente el capitulo, por favor no duden en dejar sus comentarios y opiniones ya que es importante para mi, 

 a veces no se como narrar la historia si personal o impresonal, asi que tal vez noten algunas  mezclas, si piensan que hace dificil la lectura no duden en decirlo.

 

espero les guste...

 

abrazos!!

El Rey Huang  estaba a  un punto  de asesinar a todos los ineptos  que no eran capaz de encontrar a Feng Li. Desplego  casi todas las tropas alrededor de sus tierras y pese a todo ya habían trascurrido más de diez días  y  aún no habían noticias del joven,   es como si se hubiera esfumado de la faz de la tierra sin dejar rastro alguno.   A estas alturas estaba pensando que tal vez ya no volvería a ver al joven y esa idea lo estaba volviendo loco.

Estaba en sus habitaciones pensando sobre eso cuando escucho el  gemido del joven a su lado, este tenía los cabellos largos casi igual a los Feng Li pero no estaba ni cerca de la belleza del mismo, lo había dejado agotado tras una larga sesión de sexo, podía ver los moretones en el adolorido cuerpo del menor.  Metió  en su cama a innumerables muchachos con características semejantes a Feng Li, pero ninguno de ellos había logrado satisfacerlo y no dudaba en desecharlos inmediatamente. 

 No fue hasta un par de días después que un ave dio aviso de que unos mercenarios habían esparcido el rumor de una diosa de ojos turquesa que les fue revelada en el bosque al sur de sus territorios cerca de la frontera con el Reino del Este, supo inmediatamente que se trataba de su hermoso portador. No dudo en enviar un mensaje a todos los soldados, guerreros y mercenarios que tenía en la frontera  con la promesa de una jugosa recompensa.

 

***

Estaban  a menos de un día de viaje y por fin llegarían a su destino ya hace dos días habían  atravesado la frontera al Reino del Este sin mayor inconveniente, estaban cerca de la capital.  En el recorrido pude observar que los terrenos estaban llenos de tierra fértil, por ello suponía que  el  reino era rico y abundante.

Debía admitir que se encontraba un poco nervioso con la idea de conocer a su futuro esposo. Estaba la incertidumbre del futuro, tenía miedo de terminar atado a un  hombre que no lo quisiera, sabía que sonaba ridículo  y por ello no se atrevía a manifestar esas palabras en voz alta,  pero ¿qué tal si el Rey Wang quedaba cautivado de su belleza y luego descubriera que su personalidad no llenaba tales las expectativas?, si bien es cierto era hermoso  eso no lo hacía perfecto.  Decidió no pesar más en ello,  suspiro y se dijo que alguien como él también debía permitirse tener ciertas inseguridades de vez en cuando.

A medio dia logramos llegar a la ciudad central del Reino del Este, era enorme y estaba llena de mucha gente que realizaba sus actividades diarias, el comercio estaba presente en cada esquina, se vendía toda clase de artículos, telas y alimentos,  las casas coloridas tenían un aire clásico y en su mayoría eran grandes. Siempre le gustó mucho andar en los pueblos porque allí podía ver la gentileza de la gente, ver sus risas y los pequeños detalles de sus vidas, además el aire que se respiraba era diferente al de la alta sociedad. Si bien es cierto  vivió mucho tiempo en el hogar de su Padre casi en aislamiento, de vez en cuando escapaba de la mirada de los adultos y se escabullía al pueblo solo para observar.

 

A medida que nos introdujimos al pueblo aligeramos muestra paso, la tranquilidad de algún modo lleno nuestros cuerpos, ya a la distancia podíamos observar el enorme castillo que se encontraba casi a la salida del pueblo, ¡Dios era gigante!

Ahora que estaba tan cerca no sabía cómo debía presentarse,  no podía simplemente llegar y tocar la puerta del gran  muro que lo separaba del pueblo y decir que era el prometido del Rey Wang, principalmente por las ropas llevaba, no creía que pudiera entrar fácilmente  no sin antes  revelar su rostro y decirle a algún guardia que le permitiera el paso, de todos modos no tenía muchas opciones así que solo debía probar suerte.

Nos bajamos de las montaduras, ya que la cantidad de gente impedía que nos movilizáramos bien, estaba tan distraído  en mis pensamientos que no me di hasta que era demasiado tarde,  unos hombres me rodearon y sentí de repente que alguien cubría mi rostro con un paño, intente dar aviso a mis guardianas que se encontraban a menos de cinco pasos pero el efecto fue inmediato y el mareo llego, cayendo en brazos de mi captor, pensé “estuve tan cerca…”

Mei y Yu, giraron su mirada y se alteraron al no ver a Feng Li a sus espaldas, alteradas empezaron a buscarlo con la mirada pero el gran flujo de gente les impedía captar algún movimiento sospechoso. Se separaron para buscarlo, era evidente que no se había perdido ya que su caballo se vio encontrado en medio de la muchedumbre.

****

Mi cabeza me mataba todo mi cuerpo pesaba horrores, no sé qué me dieron pero casi no podía moverme, con mucho esfuerzo pude ver que me encontraba en una especie de casa abandonada, el lugar estaba en muy malas condiciones. Trate de concentrarme  se me dificulto pero pude distinguir a la distancia el  ruido de gente, eso me tranquilizo un poco ya que significaba que mis captores no habían logrado sacarme del pueblo aun.

Pasó un largo tiempo antes que unos sujetos  entraran en el lugar  algo con prevención, cerré mis ojos para no alertarlos y dar la impresión de que estaba aún en inconciencia, cosa que no estaba tan fuera de la realidad, me costaba mantenerme despierto.

—Tenemos que esperar a que sea tarde en la noche para poder sacarlo del pueblo—dijo uno de ellos.

—Si es cierto, de repente hay mucha seguridad— hablo otro, el  cual  se giró  para comprobar a Feng Li y se quedó viéndolo muy fijamente. —Sabes es muy hermoso—no podía ver pero sabía que ahora toda la atención del salón se encontraba en él.

—Debe ser por eso que lo quiere en Rey Hang, tal vez es su puta y se escapó con algún amante—

—Deberíamos conservarlo o por lo menos disfrutarlo una noche, podemos turnarnos—alentó alguno.

— ¿De qué hablas?, es una fortuna lo que están dando por él, si lo entregamos seriamos tan ricos que nuestros nietos no tendrían que trabajar—

—No me importaría renunciar a eso por tener una noche entre sus piernas, ¡solo míralo! —

—jefe tiene razón, solo debemos llevarlo nadie dijo en qué condiciones, podríamos culpar a otros— frente a eso los demás manifestaron su aprobación.

—Bueno he de admitir que es precioso—dijo el que era al parecer el líder, eso alerto todos mis sentidos.

Un sujeto se acercó y lo acaricio  por sus piernas morbosamente, le dio asco pero  trato de conservar la tranquilidad.   Pudo sentir como era acomodado totalmente de espaldas al piso en que se encontraba, el sujeto se posiciono entre sus piernas, tomándolas a cada lado de sus caderas, sintió sobre sus  ropas la erección y respiración  agitada demasiado cerca, su lengua paso por mi mejilla saboreándome. Odiaba el hecho de que no podía moverse y el mareo aun lo dominaba, pero si era necesario reuniría toda la fuerza que tenía y le  arrancaría la oreja  y hasta la lengua si era necesario al mercenario que lo tenía cautivo.

Justo a tiempo se escuchó un estruendo, las puertas fueron abiertas con esfuerzo gire mi cabeza y vi  borrosamente  como  entraron un grupo de lo que parecían ser soldados  liderados por un gran hombre que sujetaba la empuñadura de su arma, la luz no me dejaba ver bien su rostro pero se movía con determinación hacia donde me encontraba, en ningún momento este se giró para ver lo que sucedía a su alrededor, yo era su único objetivo, lo sabía por sus pasos firmes en la madera. Entre el mareo pude notar como el sujeto que aún se encontraba entre mis piernas era retirado de encima con cierta violencia  por el gran hombre, tan así que  dio contra la pared quedando inconsciente.  

Fui  levantado con delicadeza del suelo por unos fuertes brazos, aún estaba vagando entre la inconsciencia y la consciencia, así que no pude distinguir mucho el rostro de sujeto que me sujetaba.

—Señor ya todos están muertos, que desea que hagamos—escuche decir a alguien.

—Limpia los cuerpos y envía a alguno de los hombres adelante para que de aviso al médico real de nuestra llegada —la voz que dio órdenes se escuchó profunda y dominante,  no daba lugar a protesta alguna. Rápidamente el soldado se puso en marcha — estas a salvo ahora pequeño—eso fue todo lo que escuche antes de dejar que la oscuridad me consumiera.  

 

****

Todo mi cuerpo se sentía pesado, me costó pero poco a poco pude despegar mis parpados, en un comienzo fue doloroso ver la luz entrar tanto así que tuve que parpadear varias veces antes de poder abrir completamente mis ojos. Me encontraba en una gran habitación, que daba paso a un balcón, las puertas de este estaban plenamente abiertas dejando ver luz del atardecer y  la vegetación desde la cama con dosel en la  que en la que me encontraba.

Me posicione de modo que quede sentado, fue en ese momento que me di cuenta que al lado del lecho estaban mis guardianas durmiendo en unas sillas cercanas.

 

Me recosté al respaldar y no pude evitar emitir un gran suspiro, si ellas habían bajado la guardia significaba que por fin estábamos a salvo. Deduje que estábamos en el palacio Real del Rey Wang. Le di un vistazo al lugar tenía un elegante tapizado lleno de bordados, la habitación era adornada por jarrones de los cuales algunos tenía flores, tambien habian muebles de madera que daban la sensación de elegancia y sencillez al mismo tiempo.

Quería levantarme así que cuando me disponía a hacerlo, Mei y Yu se despertaron, me miraron con sorpresa y luego me regalaron una pequeña sonrisa.

 — ¿Cómo estás?— pregunto Mei.

—Estoy mejor, solo tengo un fuerte dolor de cabeza—en eso Yu se levantó y me tendió una taza con un líquido verdoso.

—Tómalo te ayudara con eso— lo hice con desagrado, esa cosa sabia horrible.

— ¿Qué fue lo que paso?,  no recuerdo mucho y algunas escenas son borrosas—

—Fuiste drogado  y raptado mientras cruzábamos el pueblo, no podíamos localizarte así que lo más inteligente que podíamos hacer era dividirnos, Yu se encargaría de buscar algún testigo o posibles sospechosos, mientras que yo me dirigí al palacio para buscar ayuda.  Al principio fue difícil ya que el guardia se rehusaba a dejarme pasar, pero con la mención de apellido Feng este dio alerta y me dejaron avanzar, al parecer ellos ya estaban de algún modo informados de que veníamos en camino. Una vez estuve  frente al Rey le advertí de la situación y este rápidamente ordeno y lidero la búsqueda— explico Mei —en compañía del Rey Wang llegamos al pueblo y nos reunimos con Yu, ella ya había conseguido algunos indicios, al parecer unos testigos vieron movimientos sospechosos de un grupo al  sur de pueblo, fue allí donde te encontramos inconsciente a punto de ser abusado. Menos mal ya todos esos malditos están muertos— eso ultimo lo dijo con rabia en su voz.

—No sé lo que te dieron pero fue fuerte, cuando llegamos al palacio el medico real te reviso y nos dijo que todo estaba en orden solo debíamos esperar a que pasaran los efectos, dejo instrucciones de que necesitabas descanso y  medicina además debíamos mantenerte hidratado— continuo Yu, ya que al parecer Mei se quedó odiando a mis captores en sus pensamientos.

Descanse un poco más, la medicina realmente ayudo mucho. El anochecer ya se asomaba por el balcón dejando entrar la brisa nocturna. Decidí que debía darle la cara a su anfitrión y disculparse por las molestias que le  había ocasionado.

Dio instrucciones a sus guardianas para tomar un baño y estas rápidamente se pusieron en marcha. Al parecer no tenía que preocuparse por los pequeños detalles, el Rey Wang dispuso todo  para su comodidad, diferentes ropas y utensilios personales se encontraban para su uso.

 No tardó mucho en sumergirse en las aguas tibias de los baños que para su placer estaban cerca a sus habitaciones, lo agradecía porque en esos momentos no creía que podía mantenerse mucho tiempo de pie. Se sentía mejor no podía negarlo pero había algunos despojos de la droga que aún estaban en su cuerpo. El baño fue muy refrescante para sus dolores, y justo allí pudo por fin pudo soltar el estrés y la suciedad del viaje, para darle la bienvenida a la ansiedad de conocer al que sería su esposo.

Cuando finalmente estuvo presentable, indico a alguno de los mensajeros del palacio que quería  solicitar una audiencia con el Rey Wang, la respuesta llego casi de inmediato anunciando que ya todos se encontraban en espera de el en el gran salón.

 En el camino pudo observar alguno de los detalles del Palacio, tenía bases grandes y pasillos amplios, en su mayoría estaban lleno de obras de arte y  de banderas con el escudo del Reino de Este, el cual tenía como principal símbolo un dragón rojo con mirada feroz, totalmente diferente al escudo de su reino que estaba representado por un Tigre, el color del Rey del Norte era el amarillo. Fui guiado por un pequeño grupo de funcionarios imperiales vestidos con el color rojo hasta las puertas del gran salón imperial. Fue allí que tome aire antes de que fueran abiertas dándome paso a la estancia que ocupaban un grupo de ancianos y señores, en frente en su estrado se encontraba de pie el hombre, el Rey Wang.

Este estaba esperando a que me acercara a él, me observaba detenidamente y yo también lo hice a medida que avanzaban en mis pasos, no pude evitar analizar sus características, era un hombre alto y apuesto para su placer,  joven como de veintiséis años por mucho, pero se veía maduro gracias a la mirada penetrante que tenía, parecía que a su  edad  había vivido mucho, sus ojos azul oscuro tenían un aire de poder y misterio que me pareció abrasador, un escalofrió recorrió mi cuerpo. El Rey vestía de negro con bordes rojos y dorados, su cabello estaba parcialmente sujeto y adornado con un sencillo ornamento en forma de dragón.

No podía separar mi mirada de él, fue en ese momento que se dio cuenta de que había cometido el error de verlo fijamente, estaba ante la presencia de un Rey debía mantener su mirada gacha, no podía olvidar los modales que su padre le había enseñado. Fui descuidado sumando al hecho de que no estábamos solos en el gran salón. Los presentes mostraron en su rostro sorpresa y admiración a medida que avanzaba, después de todo no todos los días tienes el placer de ver un portador.  Cuando me encontré  frente al Rey me incline hasta la cintura juntando las manos delante de mi rostro y presente mis respetos.

—Saludos  Rey Wang del Reino de Este, mi nombre en Feng Li de la casa Feng del Reino del Norte, me permito agradecer toda la ayuda que nos ha prestado a mis acompañantes y a mí, pido disculpas por las molestias que pude haberle ocasionado— dije antes de arrodillarme y posar mi cabeza en el suelo.

—El que debería disculparme soy yo joven Feng, si hubiera sabido antes de su llegada lo habría escoltado yo mismo  garantizado su seguridad, pero al parecer las circunstancias no se han dado a nuestro favor, ¿Cómo sigue su salud? —me pregunto. El sonido de su voz retumbo en el gran salón.

— Estoy bien su majestad, gracias por su preocupación—mantuve mi posición.

—Entiendo que hechos repentinos han sucedido en su reino que han obligado su viaje antes de lo esperado a mis territorios. Tengo entendido que tiene un mensaje de su padre que me gustaría ver,   pero antes de todo por favor póngase de pie— hice como el me indico y saque el royo que mi padre me había entregado, de inmediato vi como este bajaba los tres escalones que nos separaban. Le entregue el pergamino con ambas manos, este lo tomo y en eso nuestros dedos se rozaron momentáneamente, levante mi rostro y este me dirigía una sonrisa de lado, enrojecí gracias a ello. Separo su mirada y abrió el pergamino, lo leyó en silencio un momento antes de alzarlo y  enunciar a los presentes en voz alta.

—Con este decreto real del antiguo Rey Huang, me es entregado en matrimonio el portador del Reino de Norte, el joven Feng Li, tiene todos  los sellos reales— volvió nuevamente su mirada hacia mí y continuo —con ello me permito aceptar la última voluntad del Rey Huang— los presentes aceptaron si refutar la decisión de su Rey, por sus caras de aprobación al parecer era un tema que ya había sido tratado en el concejo, solo se estaba haciendo público, eso hizo que me preguntara hace cuanto mi padre había mantenido comunicaciones con el Rey Wang.

— Intercambie mensajes con su padre joven Feng Li, era un hombre de gran valor y honor, fue una triste noticia su fallecimiento, por ello me permito presentar mis respetos hacia el— este puso sus manos frente a su rostro y se inclinó frente a mí. Me sentí agradecido e hice lo mismo.

—Ya he escuchado de las intenciones que tiene el nuevo Rey Huang frente a usted, así que lo mejor será celebrar la boda lo antes posible y legalizar la unión, la ceremonia se llevara a cabo mañana para evitar que suceda algo mas—dijo antes de dirigirme una última mirada, se giró y salió del recinto  mientras todos se inclinaban.

 

****

Regrese a las habitaciones que me habían sido entregadas, al parecer el dia de mañana seria atareado, sabía que debía descansar para la ceremonia pero no podía dormir, me sentía un poco abrumado por la cantidad de sucesos que habían pasado en tan poco tiempo. Mientras me encontraba en el balcón en la oscuridad de la noche no pude evitar pensar en que ya no hay vuelta atrás y  no había nada que pudiera llamar mío en el Reino del Norte.  

Sentí una presencia a mis espaldas, de inmediato tome una de las cuchillas que tenía en mis ropas y me gire para enfrentar a mi enemigo, de un movimiento lo ataque al pecho pero este detuvo mi brazo apretándolo haciendo que soltara el arma.  Con la otra mano logre golpear su rostro y con otro movimiento pretendía atacar los puntos débiles en su cuello pero este bloqueo mi ataque, me gire buscando tomarlo desprevenido pero este logro defenderse, y en cuestión de instantes  en un rápido movimiento me tuvo aprisionado en el suelo con ambos brazos sujeto, no fue hasta que la luz de la luna dio en la cara de mi atacante  que me di cuenta de mi segundo error de la noche.

—Rey Wang! —abrí mis enormes ojos y allí estaba el Rey  con una sonrisa de lado sujetando mis manos arriba de mi cabeza y  mi cuerpo  bajo sus piernas, las cuales tenía a cada lado de mi caderas.

— No cabe duda joven Feng que sabe defenderse—dijo, la vergüenza cubría mi rostro — procurare dar alguna señal de mi presencia si con ello evito morir en el intento de acercarme a mi esposo.

—Lo siento mucho su majestad, pensé que se trataba de algún enemigo— hable—definitivamente nuestros encuentros no son normales—

Eso último creí que lo había pensado pero lo dije a voz, me quede un tanto estático mientras este hombre reía a carcajadas por mi comentario, me fascino la forma en que a pesar de tener una mirada severa podía dar sonrisas tan cálidas. Definitivamente no demoraría mucho en caer ante él, ese simple pensamiento hizo que un sonrojo se asomara en mis mejillas cosa que el noto. Me contemplo un momento antes de soltarme y levantarse mientras ponía sus brazos a su espalda. Me levante y lo escuche.

—No vengo con la intención de aprovecharme de usted joven Feng, aun— me dirigió una mirada significativa— Sé que todo no ha sido fácil para usted y todo ha sucedido de manera rápida, en otras circunstancias tal vez hubiéramos tenido tiempo de conocernos antes de un compromiso formal, sin embargo no quiero que todo esto me convierta en un insensible, por ello he venido a preguntar su opinión frente a este matrimonio—Su pregunta me dejo un tanto sorprendido, y un tanto agradecido al tiempo, era un Rey no necesitaba preguntar pero aquí estaba, eso hablaba bien de su personalidad. Decidí responderle con honestidad ya que vi que eso era lo que quería en su mirada.  

—Su majestad no tengo claro que pasara con este matrimonio, solo sé que desde el momento en que estemos unidos, usted será para mi, mi señor, con ello tendrá mi fidelidad, confianza y hasta mi corazón, no soy exigente, a cambio solo pido que los míos y yo seamos tratados bien —dije aquello mirándolo fijamente, su expresión tuvo un destello de sorpresa que rápidamente fue remplazado por una sonrisa.

—No sé lo que he hecho para ganar tal devoción joven Feng, pero en mi casa tendrá el lugar que se merece—

Se acercó y tomo mi barbilla levantando mi rostro a su altura, lentamente con su brazo rodeo mi cintura pegándome a él. Elimino la distancia que quedaba entre nuestros rostros y poso sus labios en los míos, inicialmente pidiendo permiso para ir mas allá. Estaba estático, ya que me tomo por sorpresa, cerré mis ojos y abrí mis labios dándole paso, profundizo el beso. Mis latidos estaban a mil, y la sensación de sus labios me consumió. Puse mis manos en sus bíceps, tomándolo con más familiaridad. Me apretó más contra su cuerpo y pude sentir su gran cuerpo a través de nuestras ropas. El aire faltaba, pero no quería separarme fue el quien al final puso distancia entre nuestros labios.

—Buenas noches mi pequeño Feng Li— dijo aquello para luego depositar un suave beso en mis labios, se alejó sin girar en ningún momento, vi como su ancha espalda se perdia hasta salir de mis habitaciones.

Caí de rodillas en medio del balcón, mis piernas ya no podían sostenerme sostuve mi rostro entre mis manos mientras que el calor invadía mi cuerpo. Este hombre despertaba en mí  una cantidad de emociones y a la vez que sentía que mi cuerpo no podía contenerlas. Gracias a nuestro pequeño encuentro no pude pegar el ojo en toda la noche.

****

La boda se llevaría a cabo en  el gran patio central del palacio en las horas de la tarde, luego de ello se celebraría un gran banquete, todo estaba lleno de los colores de Reino y la noticia fue rápidamente esparcida en el pueblo,  todos estaban de fiestas y vestían sus mejores ropas desde la servidumbre hasta la alta sociedad.  El palacio estaba en movimiento, la gente iba y venía haciendo sus deberes.

Yo mientras tanto estaba que quedaba dormido en los baños, mi cuerpo estaba reclamándome las horas de sueño que no tuve. Mei peinaba mis cabellos mientras Yu restregaba mi cuerpo con una pequeña esponja, lo cual era muy relajante.

—Es hora de que despiertes, levántate debemos vestirte—hablo Yu.

Me levante y me aliste.  El vestuario que llevaba estaba compuesto principalmente por un Hanfu inferior de color rojo y encima tenia uno de color blanco con bordes dorados en las mangas y la parte inferior de la prenda. Mi cabello fue recogido por Mei, en un peinado elaborado  pero que dejaba caer  gran parte a mis espaldas.  Mei y Yu me contemplaban muy satisfechas por el trabajo realizado, sus ojos se llenaron de lágrimas y me abrazaron. Hubiera deseado que mi padre estuviera, siempre imagine que él me entregaría, pero es algo que nunca seria.

El momento llego más rápido de lo esperado, Feng Li fue llevado hasta el lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia, en medio del lugar se encontraban los funcionarios y nobles, al final del pasillo estaba el Rey Wang, quien se encontraba vestido con un atuendo real color rojo con bordes negros y dorados, me miraba fijamente mientras avanzaba hacia él. Llegue hasta él y me incline en señal de respeto. El ritual fue rápido, dimos gracias a los dioses por la bendición y al final ya estábamos siendo presentados al público como el Rey Wang y su consorte Real Feng Li.

Notas finales:

tal vez el proximo capitulo este lleno de pasion jejejeje asi que no se lo pierdan!!

 

 ya saben que hacer, dejemen saber si les gusto!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).