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EL PORTADOR por Day_Abril

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Notas del capitulo:

hola a todos!! gracias por sus comentarios son preciosos y me motivan bastante. 

iba a esperar la siguiente semana pero hoy se celebra el dia del amor y la amistad por mis tierras asi que como obsequio aqui les adelanto. con mucho cariño de mi para ustedes mi primera redaccion de un Lemon jejejeejje

dejenme saber si les gusto o no!!

otra cosa, no se si quieran que ponga un dia fijo para actulizar o lo dejamos asi como va... espero sus opiniones sobre ello!!

 pd: tal vez se encuentre con una u otro error, pido disculpas de antemano pero se me pasan pese a que lo leo como tres veces !!

El festejo duro hasta altas horas de la noche, Feng Li  fue presentado a los diferentes nobles que  asistieron  al banquete queriendo agradar al gran Señor del Este con costosos y extravagantes obsequios.  Se sentía agradecido de que en todo momento su ahora esposo el Rey Wang estuvo  a su lado mientras atendía a la atención que demandaban los presentes, los nobles eran como niños pequeños que buscaban favoritismo. No fue desagradable para su placer, ya que como extranjero pudo informarse más de las costumbres del  país. También se encontró con jóvenes que venían con sus padres y uno que otro que intento coquetear con él, cosa que le dio gracia principalmente por el hecho de que el Rey Wang siempre terminaba frenando las intenciones de estos con una mirada severa.  Fue lleno de miradas de bienvenida, lujuria, de envidia y una que otra de recelo por algunas jóvenes nobles que al parecer tenían esperanzas con el Rey Wang.

—Este es mi tío, el General Min, es él quien se encarga de la seguridad de los territorios en la frontera—dijo el Rey Wang, supe que era importante para él  ya que relajo sus músculos y suavizo su mirada frente al mencionado. Feng Li presento sus respetos siendo recibido con una sonrisa del General, la cual era muy parecida a la de su esposo.

—Bienvenido a la familia Rey consorte Feng Li—hablo el General Min—supe de las dificultades que ha enfrentado pero me encargare que el tal Rey Huang no ponga un solo dedo sobre usted— dijo con cierto sentido del humor pero con un destello de determinación en su mirada. Le agradecí  por dichas palabras. El General Min era un hombre de unos aproximados cuarenta años, con cabellos negros machados de blanco en la raíz al lado de su cien, podía tener una mirada  penetrante y al mismo tiempo podía suavizarla dependiendo del momento y de la persona con la que tratara, al parecer ese era un rasgo de familia.

Sostuvo con él una breve conversación  sobre la cultura, hablo del Reino del Este con gran orgullo. Le dijo que al norte del territorio hacían unos deliciosos dulces típicos, termino la charla con la promesa de  traerle unos ya que tenía expediciones programadas al lugar, esa idea lo emociono ya que le encantaban los dulces.

El Rey Wang hablo muy amenamente con su tío, se notaba en él un aire de sinceridad frente a su pariente, hacían toda clase de bromas y trataron temas que iban desde cosas banales hasta militares, entre esos la necesidad de ampliar el armamento en la frontera. El general Wang Min era el único familiar vivo del Rey Wang Jun, el cual había quedado huérfano a la edad de doce años producto de una peste que se dio en dicha época. Así mismo el General Wang Min fue un hombre que prefería mas el campo de batalla, nunca tuvo hijos pero amaba a su sobrino como a uno.

La velada fue tranquila y educativa para el joven Feng Li, no paso mucho hasta que tuvo que retirarse, después de todo debía prepararse para lo que quedaba de la noche. Se dirigió a sus habitaciones en compañía de Mei y de Yu, las mismas ya se habían encargado de preparar el baño  perfumado que tendría. Feng Li sabía que  al final de la noche su cuerpo ya no sería el mismo, y así debía ser.

 

Se metió en la profundidad de las aguas tibias y trato de relajar su cuerpo. Estaba nervioso el Rey Wang Jun sería el primero que tocaría su cuerpo de forma tan íntima. Estratégicamente sabía que debía asegurar su posición en el Reino del Este, ganarse el amor de su pueblo y darle un heredero a la nación, para ello debía cumplir su obligación ante su esposo, pero no podía mantenerse  imparcial y frio ante ese tema, su corazón saltaba con la idea de intimar con el hombre de ojos azules, para el no sería un simple intercambio o arreglo político.

Luego de unos minutos Feng li salió y fue vestido con un simple hanfu blanco,  debajo de este no llevaba nada más que su piel. Se sentó mientras Mei cepillaba sus cabellos.

—Tanto ruido es perturbador— hablo finalmente Feng Li. Las jóvenes se miraron entre si y por fin se permitieron reír ante el comentario. La tensión que había se esfumo gracias a ello.

—Estamos nerviosas por ti joven Feng— anuncio Yu —sabes que este paso ha sido repentino y puede que te sientas abrumado, has cargado con mucho en tan poco tiempo y aún no hemos podido hacer nada para aligerar la carga que ha sido puesta en tus hombros— Feng Li trato de replicar frente a ese comentario pero Yu lo interrumpió.

—Ya se lo que vas a decir y lo entiendo pero eso no evita lo que sentimos—Mei asintió.

—Ustedes son como mis hermanas y las amo deben saberlo además han hecho un excelente trabajo como mis guardianas, no hubiera podido llegar a aquí sin su ayuda, estoy agradecido con los dioses porque las tengo a mi lado—se levantó de su asiento y se acercó a ellas, a cada una le deposito un beso en sus mejillas.

—Sé que el Rey Wang es apuesto y no parece mala persona, pero si te trata mal no debes dudar en decírnoslo y le daremos su merecido—hablo Mei. El ánimo melancólico había cambiado.

—A todo esto, ¿cómo es que te casas primero que yo?, soy mayor— las risas inundaron el lugar por causa del comentario de Yu.

El momento se vio interrumpido cuando una de las sirvientes toco a la puerta indicando que ya era el momento de que se retirara, le dio una última mirada a sus guardianas, tomo una capa de seda y la puso en sus hombros antes de salir. Fue escoltado hasta las habitaciones de su esposo y dejado allí solo. Estaba nervioso no podía negarlo, la ansiedad hacia que sus manos temblaran un poco. Para distraerse de la cantidad de emociones que tenía su cuerpo, dejo su capa a un lado y decidió darle un vistazo al lugar. Como era de esperarse era amplia la estancia como la mayoría de los espacios del palacio, tenía una enorme cama con donsel repleta de muchas almohadas y las telas bajaban cubriendo la misma haciendo que fuera más íntimo, así mismo también tenía un balcón, pero a diferencia de  su habitación este tenía unas escaleras al lado derecho que conectaban con un jardín privado.

Lo que llamo más su atención es que había una hermosa espada colgada en un bello  soporte en unas de las mesas, tenía una empuñadura de color rojo y de ellas colgaba un unas tiras del mismo tono que terminaban en par de plumas azul claro. Sus manos cosquillaron ante la necesidad de tocarla  y probar su peso, no lo soporto y  la tomo, la saco de su funda y observo la hoja.

—Es hermosa…— era un poco pesada para lo que estaba acostumbrado pero eso no quitaba el hecho de que era una obra de arte, elegante. Definitivamente era un arma que estaba hecha para alguien como el Rey Wang, la hoja era más gruesa que la de sus espadas. Empezó a tambalearla para probarla un poco, y realizo con ella unos cuantos movimientos básicos tratando de acostumbrase al tamaño, estaba tan distraído que salto cuando escucho una voz.

—No se si debería de preocuparme al entrar a mis habitaciones y encontrar a mi esposo en nuestra noche de bodas con un arma—  reía por lo bajo el Rey. Feng Li se jactaba de tener buenos sentidos pero aún no se explicaba como el Rey Wang había logrado sorprenderlo en dos ocasiones. Se preguntaba hace cuánto tiempo había estado observando. Rápidamente tomo el arma y la dejo donde la había encontrado, giro nuevamente y enfrento al sujeto frente a él.

—Me disculpó su majestad por tocar sus cosas—dijo Feng tomado una postura de respeto e inclinándose un poco.

—No te preocupes por eso Feng Li, después de todo eres mi esposo y no puedo negarte lo que es mío, más ahora que estarás seguido en estas habitaciones— note que su tono de voz fue más cálido y no adorno mi nombre con algún adjetivo honorifico o formal.  Pero eso quedo en segundo lugar cuando caí en cuenta del sentido de sus palabras. El pareció notarlo y respondió a la pregunta que no me había atrevido a formular.

—Ahora que eres mi esposo no pretendo tenerte en otras habitaciones— el calor subió a mis mejillas luego de su comentario.

—Gracias su majestad —no se le ocurrió más que decir.

—Ahora que estamos casados, no quiero pensar que hablo con un desconocido, así que por eso, por lo menos en la intimidad me gustaría que me llamaras por mi nombre Wang Jun, o sin tantos formalismos— mis ojos se abrieron ante tal petición pero tampoco quería tratarlo toda la vida como su majestad, por lo menos no cuando estuviéramos solos.

—Me sentiría mejor también, Wang Jun— el sonido de su nombre en los labios de Feng Min agrado a los oídos del mayor.

El Rey aun vestía las ropas de la ceremonia, suponía que hasta hace poco fue que despacho a sus invitados, se acercó al lado de Feng Li, quien no sabía que hacer o decir ahora que el silencio había llenado el lugar.

—Es hermosa— no entendí su comentario debió notarlo porque continuo— la espada—

—Así es, la hoja tiene un filo bien forjado y el terminado de la empuñadura es precioso— me volví hacia el mueble mientras hablaba admirando una vez más el arma. Cuando regrese la mirada a Wang Jun, este me observaba detenidamente con fuego en su mirada.

—Es una herencia, ha estado en la familia Wang por trece generaciones, cada Rey de Este la ha portado— continuo el mayor, en ningún momento separo la mirada de su esposo, esta estaba cargada de deseo—cuenta la leyenda que una hermosa diosa se enamoró de mi ancestro y ordeno a su dragón que forjara el arma como obsequio a su amado.

Se acercó a mí y en menos de nada estuve en sus brazos, puso su mano en mi rostro delineando mis labios, acerco su boca a la mía y me beso. Inicialmente fue lento y cálido pero poco a poco se volvió apasionado y necesitado. Al final del beso mi respiración estaba agitada y tuve que tomarme un tiempo antes de tranquilizarme y abrir mis ojos. La fuerza en sus ojos estaba cargada.

—Si piensas que es muy pronto podemos esperar— hablo Wang Jun, él estaba en su derecho de exigir mi deber esta noche sin embargo me daba una salida de escape. Me acerque a él y lo bese.

—Está bien, quiero esto—le dije antes de volver a juntar mis labios a los suyos.

Las manos de Wang Jun empezaron a recorrer su cuerpo a través de la tela que lo separaba del contacto directo. Separo sus labios de los míos y beso mi mejilla, mi cuello y la parte en la que este se unía con mi hombro, Retirando un poco la prenda.

Mientras él estaba concentrado en esa zona me tome la libertad de alzar mis brazos y posarlos en sus costados abrazándolo llegando hasta su espalda lo apreté hacia mí, me gusto ese lugar entre su cuerpo, encajaba bien allí. Un ligero escalofrió recorrió el cuerpo del mayor, y Feng Li se regocijó al saber que no era el único afectado por la cercanía.

—Eres hermoso— dijo el Rey en susurros al oído de Feng Li —los dioses me han bendecido con un hermoso y valiente guerrero como esposo, debí haber hecho algo grande en mi vida pasada—su voz sonaba cargada de pasión— Te deseo tanto—

Acaricie su pecho, él tenía  todo su vestuario así que decidí dar el primer paso y ayudar con ello, me separe un poco, lo que sus brazos me permitieron y empecé a desatar sus prendas, el me miraba mientras yo me concentraba en la tarea. Al final quedo con su última prenda la cual era un hanfu igual que el mío pero color negro, tome la prenda y la retire de modo que quedaba colgando en su cintura, revelando su ancho y bien formado pecho y sus brazos fuertes. Lo admire y lo acaricie, este hombre era hermoso, lleno de fuerza, masculinidad y gentileza. Su cuerpo estaba bien trabajado pero si exagerar. Note alguna cicatrices de guerra, no eran grandes pero me tome la libertad de repasarlas con mis dedos delicadamente, el suspiro lentamente a medida que lo hacía.

El Rey Wang decidió que había pasado mucho tiempo alejado de los labios de Feng Li y arremetió contra su boca nuevamente, lo apretó contra si para que pudiera sentir su necesidad.  El Rey ya estaba harto de la prenda que  impedía que pudiera contemplar y tocar el hermoso cuerpo del menor, así que sin ningún aviso la abrió y la retiro dejando expuesto la blanca piel. Su pene se irguió urgido por la belleza expuesta. Se deleitó con la vista de un Feng Li avergonzado, el cuerpo este era proporcionado y delicado, con un hermoso trasero, su piel era blanca y sus mejillas estaban sonrojadas, sus ojos estaba vidriosos bajos sus largas pestañas. Era como si un hada hubiera caído en sus brazos.

El menor se vio nuevamente aprisionado en los brazos de Wang Jun, quien lo tomo de su cintura. El contacto de los dedos y manos de Wang estaba haciendo estragos en su piel, sus manos llegaron hasta su culo masajeándolo.

Fue acercado hasta la cama en la cual se dejó caer. Wang se posiciono encima de él y empezó a recorrer su cuerpo  con manos y boca, los gemidos empezaron a llenar el aire de la habitación. A ese punto ya no podía contener su cuerpo y dejó ir su voz libremente. El mayor se separó un poco para deshacerse de la última prenda revelando su duro cuerpo, y su hombría ansiosa. Su miembro era grande y eso puso caliente al menor, Feng Li no pudo evitar observarlo antes de que el Rey se pegara nuevamente a él. Feng li suspiro cuando sintió que sus  piernas fueron abiertas mientras Wang Jun se posicionaba entre ellas, haciendo que sus partes íntimas se tocaran. Ambos jadearon ante el contacto.

El Rey empezó un vaivén encima del cuerpo de Feng Li,  el roce continuo de sus miembros se fue acelerando, a ese punto Feng Li solo podía jadear sosteniéndose de los brazos del mayor, el sonrojo en sus mejillas, su respiración agitada y sus labios entre abiertos gimiendo por el placer eran la nueva adición del Rey Wang Jun, quien se estaba deleitando de la imagen del menor desde la posición en la que se encontraba. Mordió, chupo y beso el pecho y los labios de este, no quería dejar ningún espacio sin reclamar, su piel era como lienzo. Se concentró en sus tetillas que estaban erectas, las tomo entre sus dientes mientras bajaba su mano para acariciar el pene de Feng Li, que bastante atención necesitaba en esa zona del cuerpo.

Feng Li se vio abrumado por el placer, a ese punto sabía que no duraría mucho y su entrada ya estaba humada y dispuesta para su esposo. Quiso participar y darle placer al mayor, así que con valentía también bajo su mano y rodeo la erección de este y empezó a acariciarlo, lo sintió crecer en sus dedos aún más,  preguntándose cómo podía ser eso posible. Se sorprendió cuando uno de los dedos de Wang Jun irrumpieron en su entrada,  fue incomodo en un momento, pero estaba concentrado en el placer y en los besos repartidos en su pecho y vientre. Después llego el segundo dedo, la invasión le saco una mueca de dolor, se movió estirándolo. Poco después el Rey se levantó de su cuerpo, mirándolo desde arriba arrodillado entre sus piernas, se deleitó con la escena un poco antes, grabando en su mente a un Feng Li con su cortina de cabellos revueltos en la cama, su piel porcelana perlada, sus labios hinchados y sus  hermosos ojos turquesa turbios por el placer.

Tomo una de las piernas del menor y la coloco de modo que rodeaba su cintura le indico que la dejara allí con un gesto, con la otra  la levanto un poco hasta su hombro. Tomo su miembro y lo acerco a la entrada. Miro a Feng Li quien le devolvió una mirada de aprobación, lentamente se introdujo en el menor sin perderse ningún detalle de su rostro.

Una vez dentro espero que Feng Li se adaptara a su tamaño.  El menor luchaba por respirar, el dolor  estaba presente—respira—  le indico el mayor mientras llenaba su rostro de besos. Espero un poco antes de empezar a embestir, Feng Li era tan apretado que se sentía en el cielo, le costaba controlarse ya que los movimientos del menor no hacían más aumentar la fricción en su miembro.  La penetración se volvió más frenética, Feng Li  envolvió con sus piernas las caderas del mayor y se sostuvo con estas de su espalda, acariciando, besando y rasguñando la piel de su esposo, el dolor había pasado a segundo plano dando paso al placer. El sonido de sus cuerpos chocando  y los gemidos era lo único que llenaba la habitación. La lengua de Wang Jun pasaba por todo su cuerpo y de cuando en vez ahogaba sus gemidos en besos. Sentía cada centímetro del mayor mientras se consumaba el acto,  apretaba los músculos de su entrada dándole más placer. La respiración de ambos era temblorosa.

Wang estaba jugando con él, arremetía contra el de forma frenética para luego bajar la intensidad y empezaba a  mover sus caderas lentamente, disfrutaba de la tortura y los gemidos lastimosos que provenían de Li, el menor tomo su rostro y lo besaba con pasión demándale más a su Rey, ahora él era uno más de los que exigía al Rey atención pero en otros aspectos y espacios.

—Mas…se siente bien —hablo temblorosamente el menor, retorciéndose de placer.

El mayor salió de él, pretendía quejarse pero se vio interrumpido por la boca de este, los besos fueron esparcidos por su cuello, su pecho para finalmente llegar a su vientre, allí el Rey se entretuvo un poco antes de bajar a su miembro y lamer su extensión suavemente, un suspiro bajo salió de los labios de Feng, preguntándose ¿quién era este hombre que lograba alterar todos sus sentidos?, estaba tan sensible que la simple brisa de la noche que entraba a la habitación era una suave caricia. Sus caderas fueron alzadas para ser penetrado nuevamente, esta vez con más fuerza, empezando otra vez la danza de cuerpos.

—Tus ojos me invitan a la perdición— dijo el rey entre jadeos—que hermosa perdición…—  Quiso decirle muchas cosas al mayor pero su cerebro no podía unir palabras en una oración coherente.

No lo soportaba más, sabía que explotaría y no fue hasta un par de embestidas más que se dejó ir con un gemido lastimero. Wang fue mucho más resistente y continuo disfrutando del placer de la entrada de Feng Li, pero finalmente se liberó dentro del cuerpo con un gemido ronco.

Sostuvo su  cuerpo para no caer encima del joven con sus dos brazos y trato de regular su respiración, tomo el antebrazo de Feng li y lo beso hasta sus dedos, para luego acercarse a su boca y besarlo, se separó y se metió en la curva del cuello del menor para respirarlo, olía delicioso. Feng Li recibió el abrazo de su amante y lo envolvió con sus extremidades. Se sentía tan pleno, era como si su cuerpo siempre hubiera esperado por este momento, tal vez era así, era un portador después de todo.

—Un Rey por fin ha sido conquistado, has robado mi corazón ave de primavera. Eres mío—, Feng solo se limitó a besar la mejilla de su amante. Se quedaron en esa posición un rato antes de que Wang Jun saliera de él, eso saco un pequeño jadeo de Feng Li.

Rey se acostó al lado del menor quien observaba el techo fascinado por su recién descubierta experiencia sexual. El Rey rio contemplándolo, parecía que había hecho un buen trabajo y dejo una buena impresión en el menor. En verdad era hermoso su cuerpo era una inevitable invitación al pecado, sus reacciones lo tenían dispuesto y duro en menos de nada. Quería tomarlo una segunda vez y hasta una tercera pero sabía que debía dejarlo descansar, no se podía abusar tanto en una primera vez, además sabía que tenían bastante tiempo para explorar lo que dos personas podían hacer en una cama,  pensó en las innumerables cosas que le enseñaría al menor. Era un adicto y su adicción tenía un nombre, Feng Li.

La noche anterior se había acercado al menor para tener una conversación, no lo conocía realmente solo había escuchado de el a través de su padre el señor Feng, pero desde el momento en que cruzo su mirada con el joven en el gran salón supo que no tendría a otros u otras en su cama, si bien es cierto había escuchado del portador y su belleza no pensó que esta fuera tan cautivante, y no se refería solo a su físico. No espero que este lo atacara cuando entro a sus habitaciones y mucho menos encontrarse con una personalidad encantadora y valiente. Lo que lo embrujo fue su mirada, la mirada de un guerrero con determinación y con una chispa de vida que solo esos ojos únicos parecía tener.

Había pensado que le tocaría lidiar con un niño mimado,  pero se había equivocado y quedo cautivado a la primera mirada que este le había dirigido mientras hablaba y daba su opinión con sinceridad aquella noche, era joven pero también era bastante maduro. Supo entonces que ahora era un esclavo del pequeño guerrero. Ese dia no pudo resistirse y lo beso, con gran esfuerzo se controlo y salió de esas habitaciones sin mirar atrás, porque sabía que si no lo hacia lo haría suyo.  

Cuando finalmente Feng li despertó de su ensoñación se giro hacia su esposo quien lo contemplaba, se sintió algo avergonzado pero no despego su mirada de él y le regalo una brillante sonrisa.  Se acercó y lo beso suavemente, le había gustado mucho y se sintió feliz de que el hombre se hubiera tomado el tiempo de prepararlo.  Se levantó y se posiciono encima de las caderas de su esposo, se inclinó poniendo sus manos sobre el hermoso torso del mayor y le hablo al oído.

— ¿Podemos hacerlo otra vez? —se atrevió a preguntarle al mayor. Sus mejillas se enrojecieron pero realmente quería repetirlo. No hubo respuesta de este, solo lo vio un tanto sorprendido por su pregunta para luego darle una mirada encendida, tomarlo por las caderas y apretar su culo y devorarlo con sus labios, empezó a moverse encima del mayor quien se vio duro nuevamente, los besos empezaron a hacerse exigentes. La noche en definitiva no acabaría tan rápido, se exploraron el uno al otro hasta bien entrado el amanecer.

 

****

A la mañana siguiente Feng Li se sentía adolorido dudaba que sus piernas pudieran sostenerlo, pero a la vez su cuerpo estaba relajado, abrió los ojos con pereza para ver la luz de la mañana, se vio solo en la gran cama. Recordó lo vivido hace apenas unas horas y su corazón salto, había intimado con su esposo por le menos unas dos veces más y cada una fue mejor que la anterior. Hundió el rostro entre la almohada con una sonrisa, ahora sabía que no querría salir mucho de la  cama de Rey.

No quiso levantarse, estaba agotado, y se dejó llevar nuevamente por el sueño con el sonido de la naturaleza que entraba desde el balcón .No fue hasta medio dia que sintió como entraban a la habitación, se trataba de Mei y de Yu, quienes se acercaron para decirle que era hora de levantarse, lo hizo dispuesto a tomar un baño.  Se quedó perplejo cuando noto la mirada sorprendida de las hermanas en él.

— ¿Qué?- pregunte

—Veo que la pasaste muy bien—dijo Yu con una sonrisa, su mirada estaba centrada en mi pecho y las marcas en él—y dime, ¿qué tan bueno es el hombre más codiciado de este reino en la cama?—

— Cállate— le dije con una sonrisa mientras le lanzaba una almohada que fácilmente esquivo.

— Devuélveme a mi niño puro — hablo Mei con lágrimas en sus ojos. Yu al ver a su hermana se echó a reír por sus ocurrencias.

— Déjalo que se divierta mujer, ya es un hombre casado, puede hacerlo— Mei se limitó a desviar la mirada, cruzar los brazos y hacer un puchero.

— Debo bañarme, además tengo hambre—soltó Feng Li haciendo ojitos a sus guardianas quienes de inmediato se pusieron en marcha dando ordenas para que sus alimentos y su baño fueran preparados. Mientras se relajaba en  los baños del Rey Wang los cuales eran muchos más grandes que los del cualquier otro en el palacio. Mei hablo.

— El Rey ha dado órdenes para que tus cosas sean traídas a su habitación, dejo instrucciones claras de que ahora tus necesidades serán atendidas en estas— había sido advertido pero no pensó que los cambios serian inmediatos.

— Debes haber impresionado mucho al Rey — dijo Yu mientras reía, aproveche y  la salpique con agua. Esta me miro con enojo inicialmente pero luego me dedico una mirada de diversión. Hablamos de las novedades que habían ocurrido en la fiesta y las nuevas personas que conocimos. Recién habíamos llegado y las hermanas Fa ya tenían rivales, empezaron mencionar a dos sirvientas que de entrada le habían caído mal una vez se instalaron en el palacio. Dejo que las mujeres se desahogaran mientras se arreglaba y tomaba sus alimentos.

La tarde ya se hacía presente en el palacio, Feng Li estaba disfrutando de la belleza del jardín privado del Rey, este era grande, y estaba lleno de algunas plantas, arbustos, árboles y flores que estaban en su máximo esplendor debido a la primavera, además tenía también una pequeña fuente. Le encantaba como parte de la estructura del palacio se mezclaba con la naturaleza. Estaba en compañía de sus guardianas y hablaban cerca de la fuente.

El Rey Wang se dirigió con afán a sus habitaciones quería ver a su hermoso esposo, hubiera deseado quedarse en la mañana observando al menor  y velando su sueño, pero asuntos importantes lo forzaron a levantarse, al parecer habían ocurrido ciertos disturbios en uno de los pueblos cercanos. Después de ello tuvo unas cuantas reuniones de rutina, en las cuales le costó mucho concentrarse ya que su mente no hacía más que invocar los recuerdos de la noche anterior.

Se sorprendió cuando no lo encontró en sus habitaciones, iba a dar a alerta cuando escucho unas risas en el jardín. Allí estaba su pequeño espíritu del bosque, hablando muy amenamente con sus guardianas sentado cerca de la fuente comiendo algunas frutas, debía admitir que todo ese aire florar y el sol le sentaban muy bien al menor, dándole un toque místico. Bajo los peldaños lentamente, hasta llegar al grupo que no se había percatado de su presencia, tuvo que hacerse notar con un carraspeo. Los presentes voltearon sus miradas y rápidamente se levantaron y presentaron sus respetos al Rey, las guardianas dirigieron una última mirada al joven Feng antes de retirarse.

Una vez solos el Rey aprovecho para acercarse a su esposo y rodearlo con su brazo. Lo tomo del mentón y levanto su rostro para unir sus labios, el menor metió sus brazos bajo los del cuerpo del mayor y lo abrazo profundizando el beso.

— ¿Cómo estás? —Pregunto el Rey a su esposo— ¿tu cuerpo está bien? —el menor asintió. 

—Estoy bien mi señor— se pegó a su pecho y poso su cabeza allí. Quedaron en esa posición un momento antes de sentarse cerca a la fuente.

—Debo confesar que me sentía un poco solo esta mañana— dijo Feng Li, mirando a su esposo con un pequeño reproche.

—Lo sé, discúlpame por ello— acompaño su disculpa con una caricia al rostro del menor— pero tuve que atender ciertos asuntos, uno de los pueblos que da con la frontera del Sur fue atacado, no sabemos por quiénes. Hace unos años estuvimos en guerra con el Reino del Sur, estoy empezando a sospechar de ellos. 

— ¿Qué tan seguido se han hecho esos ataque? —pregunto Feng Li.

—Este es el segundo del mes— dijo Wang Jun.

—Bueno es cierto que es muy pronto para sacar conclusiones, de todos modos deberías enviar un grupo explorador para ver quienes podían ser los atacantes y salir de las sospechas, un grupo pequeño que se infiltre en el pueblo y pueda identificar el enemigo —Feng estaba concentrado  hablando hasta que se dio cuenta que Wang Jun lo miraba fijamente. Se reprendió mentalmente porque estaba dándole órdenes a su Rey — lo siento­­— se disculpó— no quise entrometerme—

—Está bien, me gusta solo me sorprendio, cada vez descubro más facetas tuyas—Wang se complació al ver que Li además de hermoso tenía una mente brillante, preguntaba que más descubriría de su esposo con el tiempo.

—Tienes razón, estábamos pensando enviar un pequeño ejército, pero eso puede alertar al enemigo y poner tensión entre el Reino de Sur y nosotros—

Hablaron un bien rato de toda clase de cosas, el Rey estaba determinado a conocer más a su esposo, Feng le conto de cómo había sido su niñez en el Reino del Norte. Estaba escuchando atentamente de como un pequeño Li había escapado de su casa para ir a ver los fuegos artificiales y como su padre lo había reprendido por ello.  Pero se vio interrumpido cuando uno de los sirvientes llego indicando que necesitaban su presencia en el consejo, con algo de pena se levantó antes de despedirse de su esposo.

 

****

El Rey Huang fue informado de la situación ya sabía dónde se encontraba Feng Li, el portador estaba en el Reino del Este casado y abriéndole las piernas al Rey Wang. La rabia lo inundo y ahora la habitación en la que se encontraba estaba hecha pedazos por el ataque de furia que había tenido. No iba a permitir que se le arrebatara lo que era suyo, Feng Li no podía estar en los brazos de  otro. Lo traería de vuelta  a toda costa. Llamo a uno de sus funcionarios y le dijo:

—Envía un mensaje el Reino del este, dile que entregue al portador del Reino del Norte si no atiende a las demandas advierte que habrá guerra— su voz denotaba rencor y odio. —también manda mensajes al Reino del Oeste y del Sur, informando de la invitación un banquete que se realizaría en el palacio de verano, necesitaremos aliados. Haz los preparativos y reúne a mi gente.

Sabía que estaba en desventaja, él era un Rey que usurpó el lugar de su padre no creía que los reyes de los demás Reinos estuvieran dispuestos a seguirlo a la guerra ciegamente, debía centrarse en alimentar las relaciones, además estaba el hecho de que el Rey Wang era un hombre que tenía prestigio, su fuerza militar también era bien reconocida entre los Reinos. No podía actuar precipitadamente hacia una derrota, pero idearía la forma de tener a Feng Li. Enviaría el mensaje pero dejaría que su enemigo se relajara y  bajara sus defensas, para luego  recuperar lo que era suyo.

Notas finales:

Me esforce un poco mas en este capitulo espero les haya gustado!!

 

dejen sus comentarios y seran contestados ese es un hecho!!

 

gracias y abracitos!


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