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EL PORTADOR por Day_Abril

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Notas del capitulo:

hola a todos, aun sigue siendo viernes asi que aqui esta historia, perdon por la demora!!

 

la cosa se va a volver mas dramatcia con el tiempo, muchas cosas pasaran, ya las tengo en mi mentecita...muahuahuahuahua!

 

ya saben que hacer si les gusto!

CAPITULO 5

 

Ya habían pasado dos meses desde su llegada al Reino del Este, se sorprendió a si mismo acostumbrándose rápidamente al hogar que se le ofrecía en los brazos de su esposo el Rey Wang Jun. La felicidad y la tranquilidad era demasiado buena, tanto que temía que pudiera serle arrebatada, el Rey Huang hasta la fecha no había dado señal alguna, por causa de eso Feng Li no sabía si bajar o no sus defensas.

Hoy se encontraba conociendo el pueblo en compañía de Yu y de Mei, y unos cuantos guardias del palacio, acepto la compañía de estos ya que esta era la única forma en que el Rey Wang lo dejara salir. Por temas de precaución Li había tomado las medidas necesarias para no llamar la atención en su recorrido, salió del palacio en un palanquín totalmente cubierto con un par de ventanas  a los lados,  si bien es cierto su esposo le había insistido que permaneciera en él, la idea  le parecía absurda ¿Qué sentido tenia ver y  no tocar?, así que decidió bajarse y observar de cerca el movimiento comercial del pueblo.

Feng Li miraba unos accesorios cuando se dio cuenta de la presencia de un menor de aproximadamente nueve o diez años a su lado derecho,  este estaba aprovechando de la cantidad de gente para hurtar muy disimuladamente algunas cosas de los comerciantes. Cuando disponía a  irse Feng Li lo tomo de su brazo y se inclinó a su altura.

—Ey!! No deberías hacer eso—

—Déjeme en paz, ¿Quién se cree usted? — respondió el menor con altanería, tomando una actitud defensiva. Levanto su velo y le revelo su rostro al menor quien lo miro con sorpresa, cosa que el utilizo a su favor.

—Soy un demonio del bosque pequeño, estoy aquí para buscar a los niños que se portan mal, como tú —le puso su mejor cara de maldad aunque en el fondo quería echarse a reír.

—No pareces un demonio— sabía que no, era obvio pero ¿Por qué no dejar volar la imaginación? Se  dijo Feng Li.

— Si sigues haciendo eso, te aseguro que la  próxima vez que me veas no me veré tan lindo—la cara que mostro fue de terror y salió corriendo del lugar perdiéndose entre la multitud. En esos tiempos la gente era muy supersticiosa, así que no era raro que ese fuera el tipo de cuento que se les contaba a los niños desobedientes, ciertos o no, no lo sabía. Con una sonrisa de satisfacción volvió a ponerse el velo en su rostro y continúo con sus actividades.

Feng Li se entretuvo un tiempo más y decidió comprar algunas cosas con el dinero que el Rey Wang había dispuesto para él, cuando  procedía a pagar uno de los guardias lo detuvo.

—Su majestad no  debería hacer eso— indico el hombre en cuestión. Feng Li lo miro preguntándose a que se refería el sujeto— yo pagare por usted, no debería tocar a otras personas ni mucho menos entregar las cosas directamente— Li lo miro como si fuera la cosa más estúpida jamás dicha. Detrás de las espaldas del sujeto vio a Mei y a Yu riéndose del comentario del soldado.

— No estoy aquí para no poder hacer las cosas por mí mismo, me gusta que no me traten como un incapaz—hablo severamente mientras entregaba el dinero al vendedor, quien lo miraba con curiosidad. El soldado solo se limitó a emitir algunas palabras de disculpa.

Llego al palacio ya cuando el sol se escondía en el horizonte cargado de muchas cosas que habían comprado las cuales incluían dulces, rosas y telas de seda y algunos accesorios como aretes, callares, pulseras y uno que otro artículo para el cabello.

El Rey Wang Jun estaba ansioso, cuando su esposo le dijo que quería salir del palacio y explorar el pueblo trato de ponerle todos los inconvenientes posibles pero rápidamente se vio desarmado ante los argumentos del menor. Trato muchas veces de indicarle que por su seguridad era mejor que se quedara en las paredes del palacio, pero este insistía en que ya hace tiempo que no había pasado ningún inconveniente y que necesitaba respirar aire fresco y conocer lo que ahora era su hogar. Lo que no sabía el pequeño consorte es que había llegado un mensaje del Rey Huang exigiendo su entrega al Reino del Norte, detalle que decidió reservárselo ya que no quería preocupar al menor.

Se sintió más tranquilo cuando vio entrar al menor a sus habitaciones seguido de sus guardianas quienes traían una cantidad de cosas que supuso fueron la causal de la demora. No espero a que este se acomodara cuando lo tomo en sus brazos y lo beso.

— ¿Cómo fue  el recorrido? — pregunto el Rey luego de separarse  con voz varonil y profunda eso hizo que un placentero escalofrío cubriera el cuerpo del menor.

—Bien, me divertí mucho castigando a un par de personas, lo disfrute mucho— señalo con una amplia sonrisa. No supo en que momento fueron dejados solos por todos, así que se dirigieron a la cama en la cual se sentaron y hablaron un poco sobre cómo había sido el día de ambos.

La noche no tardó en llegar y la pasión de los amantes tampoco. Feng despertó solo en la cama a altas horas de la madrugada, se sorprendió ya que su esposo no se levantaba sino hasta que el sol empezaba a despertar. Lo busco con la mirada,  lo encontró sentado en una silla frente al balcón  este estaba sentado viendo el cielo  vestido solo de su piel, recordándole al menor lo que hasta hace poco habían hecho. Le angustiaba que Wang Jun no conciliara el sueño, sabía que algo preocupaba al mayor por su semblante pensativo. Se levantó sosteniendo una sábana sobre su cuerpo también desnudo y llego frente a su Rey.

— ¿Qué es lo que le preocupa a mi señor?, ¿Qué es lo que te aleja de mi lecho amor mío? — se puso frente  el mientras hablaba.

—Mi gran preocupación eres tu mi amado, temo el dia que te pierda—Feng Li vio la necesidad reflejada en los ojos de su amado y hablo.

—Nunca me perderás mi amor, soy solo tuyo— se acercó a su esposo y se situó encima del regazo del mismo, a horcajadas, apretando con sus piernas las caderas del mayor.  Rodeo con sus brazos el cuello de este y respiro en sus labios para depositar un suave beso, una vez se separaron el Rey delineo los rasgos de su amante, se fascino con la imagen de un hermoso Feng Li y el cielo estrellado a su espalda. Sabía que nunca se cansaría de mirar a su esposo sin importar el tiempo, lo que había quedado prendido del carisma, la fortaleza y la valentía de su amado.

—Háblame, dime que es lo que no deja que duermas a mi lado—

—No es nada amor, solo son asuntos del reino— Feng Li sabía que eso no era del todo cierto, pero por la mirada en él supo que no tendría una respuesta, no hoy por lo menos. Decidió dejarlo pasar por esta vez. Feng empezó un pequeño vaivén sobre el regazo del hombre, haciendo que este levantara una ceja — ¿qué crees que haces pequeño demonio del bosque? — a Li le causo risa ya que él se había llamado así para asustar al niño apenas esa mañana, tal vez si era un demonio después de todo…— no inicies algo de lo te puedas arrepentir—  añadió Wang Jun con una sonrisa pícara en sus labios.

—Me siento solo, mi esposo no me dedica atención así que me toca hacerme notar- presiono más su pelvis al cuerpo del mayor, y siento como el miembro de este empezaba a despertar— además soy una persona que asume las consecuencias de sus actos- los ojos del Rey Wang destellaban deseo.

—Me alegra porque me encargare de que no puedas caminar mañana —ahora el miembro del mayor estaba completamente erecto y se encontraba siendo acariciado entre los glúteos del menor, aquello solo despertaba mas la necesidad de enterrarse en el pequeño que solo jugueteaba. Feng alargo un poco más el sufrimiento de su esposo, lo sentía rozándose entre su culo, en ocasiones lo tentaba acercando intencionalmente la punta de su pene a su entrada para luego retirarla y continuar la tortura. El también estaba caliente, desde esa posición podía ver como el mayor se consumía en el deseo y empezaba a soltar pequeños suspiros y gemidos roncos. Su Señor repartía besos sobre su pecho, mordía sus tetillas y acariciaba su espalda con necesidad.  Él también estaba duro pero al parecer su esposo no quería ponerle atención a esa zona de su cuerpo, iba a darse placer cuando sintió que una mano detuvo su avance y el susurro de una voz ronca llego a su oído.

—No lo harás, no hasta que me des lo mío— se lamio los labios, cosa que encendió mas al mayor, sin previo aviso se vio levantado y posicionado justo arriba del miembro del mayor, sintió la punta de este en su entrada, pensó que ya había llegado el momento pero el mayor se detuvo y dejo sus caderas quietas sin completar la penetración. Su esposo le dirigía una mirada juguetona, entonces entendió cuáles eran sus intenciones así que tomo el miembro de Wang Jun , lo acaricio un par de veces y lo dirigió dentro de su cuerpo con lentitud, un gemido escapo de sus labios, esa posición hacia que pudiera sentir más.

Una vez se adaptó al tamaño empezó el movimiento de sus caderas montando al mayor, los gemidos de placer que emitía Wang Jun eran la clara señal de que estaba haciendo un buen trabajo, flexionaba sus músculos alrededor del miembro aumentado el placer de ambos. Tenía el control sobre el mayor y eso lo hacía sentir bien. Su erección era dolorosa pero ahora no quería tocarse, quería terminar con lo que el mayor le daba, Wang Jun apretaba su cuerpo y lo arremetía contra el sin piedad alguna. Las embestidas se hicieron más fuertes y necesitadas, ambos sabían que no durarían mucho. Después de unas estocadas más se liberaron con un gemido.

Feng Li cayó rendido sobre el pecho del mayor, y este lo recibió en un cálido abrazo mientras superaban el reciente orgasmo, fueron repartidas en su espalda caricias suaves.

—Mi pequeño Feng Li ya no es más el niño inocente que conocí, se ha vuelto toda una fiera— dijo el mayor.

—Esa es tu culpa,  pervertido— hablo Feng Li mientras respiraba el aroma de su esposo, la risa de este lleno el lugar.

—He creado un demonio — las risas se hicieron más fuertes y los besos se hicieron presentes nuevamente. Wang cargo a su amante y lo llevo a la cama, cerró sus ojos solo un momento después de que este se rindiera al sueño.

 

****

Feng Li había tenido una noche excelente así que su ánimo era bueno ese dia, estaba dando un paseo por el palacio cuando en el camino se encontró con el consejero Zhi, este era un señor de unos sesenta y cincos años. En los meses que había pasado en Reino del Este tuvo la oportunidad de entablar conversación con el anciano, quien era muy amable y  cálido, sumado a ello su esposo le indico que este era uno de sus hombres de confianza, y el entendía el porqué, pese a lo poco que lo conocía podía notar en el anciano un gran sentido de lealtad, y honor y buenos valores.

—Su majestad Feng Li, que los dioses bendigan su camino—

—Gracias consejero Zhi, mi esposo me informo que no ha podido asistir a las últimas reuniones ¿Cómo ha estado su salud? —

—No hay nada que preocuparse su Majestad, un simple resfriado no puede derribar a este duro viejo- Feng soltó una risa por el comentario del mayor —sin embargo estoy aquí porque al parecer nuevamente hemos recibido un comunicado del Reino del Norte-aquel comentario lo sorprendió.

— ¿A qué se refiere con otro comunicado?, ¿cuantas veces han sido ya? ¿Qué decían? — lleno de preguntas al anciano. La sorpresa dio paso al enojo, su esposo no le había comentado nada de la situación con el Reino de Norte, eso solo alerto al pequeño Feng Li.

—No, no es nada grave su majestad— trato de calmar rápidamente el anciano, cayendo en cuenta de que había cometido el error de hablar de más.

—Quiero saberlo todo—exigió con una fuerte mirada.

El anciano no quiso revelar mayor detalle así que en ese momento se dirigía con paso firme al gran salón donde sabia se encontraba Wang Jun, ante su llegada las puertas fueron abiertas para él.

El  Rey Wang estaba en su silla real poniendo atención a lo que algunos funcionarios decían, ante su presencia la atención se centró en él. Este noto la mirada determinante del menor, quien finalmente no se contuvo.

— ¡¿Por qué no me dijiste que el Rey Huang había enviado mensajes?! — la mirada enojada que le dirigía Feng Li era un claro mensaje de que no debió haberle ocultado ese detalle. Con un suspiro no le quedo más que confesarse, ordeno a todos que se retiraran del lugar para finalmente hablarle a Feng Li.

—No quería que te preocuparas—

—No tienes derecho a negarme eso, ¿hace cuánto llegaron? ¿Qué decían? — ¡Diablos! La mirada que le dirigía su esposo estaba condenándolo a posibles noches sin sexo.

—El primer comunicado llego hace aproximadamente un mes, en el exige que seas devuelto al Reino del Norte, de lo contrario habría guerra, advirtió— los ojos se Feng se abrieron al máximo con esa última frase.

— ¡Demonios! — Exclamo— ¿Qué más? —

— El segundo comunicado llego hace un par de días, nos invita a lo que sería una fiesta— si lo primero lo  sorprendió, lo segundo lo dejo sin habla.

— ¿Qué?, ¿Cómo es eso posible? —

—Al parecer es por su ascenso al trono— Feng arrugo aún más el ceño — ¿Cuáles son sus planes?, sus acciones no concuerdan— dijo aquello mientras caminaba pensativo de un lado a otro — ¿se está burlando de nosotros? —

—No importa de todos modos no aceptaremos esa invitación, no iremos—dijo el mayor, a lo que Feng Li reacciono.

—Debemos ir, no sabremos lo que planea si no vamos—

—Es peligroso, no planeo arriesgarte—miro seriamente a Feng Li.

—Negarse podría tensionar la relaciones, supongo que invito a los demás Reyes, ¿Qué crees que eso causara?, sería una ofensa—

— No me importa, no puedo arriésgate— repitió Wang Jun.

— No se trata solo de mí, se defenderme, se trata de todo un Reino, de tu pueblo que esta amenazado por guerra a causa mía, no puedo solo quedarme cruzado de brazos sin hacer nada— se acercó a su esposo y lo señaló mirándolo fijamente— y tú no debes olvidar que eres un Rey, un gobernante que debe velar por su pueblo, si no vamos le daremos la oportunidad al Rey Huang de reforzar alianzas, debemos hacer las nuestras también.  No podemos quedarnos a esperar que los tres reinos ataquen nuestros muros y ya! ¡Debemos ir, sabes que así es! —a ese punto su voz se alzaba un poco más de lo normal.

—No iremos, he dicho— la frustración se adueñó de Feng Li, pero su esposo solo le dirigía una mirada severa, sabía que el hombre era terco pero no pensó que llegaría a ser tan irracional. Con rabia se giró y salió de la gran habitación.

No sabía porque era tan testarudo el mayor, Feng se desahogó con un grito cuando llego a su habitación, debía convencer a Wang Jun de que lo mejor era ir, era la única forma de obtener alguna pista de las intenciones nada claras del Rey Huang, además también le permitiría darse una idea de en donde estaba la lealtad de los otros Reyes.

Miraba por el balcón cuando sintió unos pasos a su espalda, sabía que era Wang Jun, había aprendido a reconocer la casi imperceptible presencia de su esposo en el tiempo que llevaba allí. Pese a todo no se giró y mantuvo su mirada al jardín. Sintió como fue rodeado por sus brazos.

—Lo siento— dijo después de un tiempo el mayor —sé que tienes razón pero actuó así por miedo, ahora que te tengo no puedo imaginar una vida sin ti —guardo silencio  y se giró entre  los brazos de su esposo y se apretó contra su pecho.

—También tengo miedo amor mío, pero eso no nos puede convertir en cobardes — el suspiro de derrota del mayor no demoro en llegar.

—Iremos, daré las ordenes pertinentes — el abrazo se intensifico — definitivamente no puedo llevarte la contraria, me tienes en tus manos—añadió este.

 

****

Se prepararon y dejaron en orden los asuntos del Reino antes de partir. La reunión se llevaría a cabo en la frontera que unía todos los países, ese era el punto común que permitía a cada Rey desplazarse sin salir de su territorio y al mismo tiempo llegar al país vecino, por ello hace mucho tiempo fueron construidos cuatro Palacios de Verano, los cuales estaban en cada territorio pero ayudaba a la estadía de cada Rey cuando se querían celebrar eventos como esos. Inicialmente llegarían al Palacios de Verano de Reino del Este, el viaje seria de aproximadamente cinco días por mucho, una vez allí se instalarían por dos días,  después cruzarían la frontera e irían a la fiesta en el palacio del Norte, el cual estaba a menos de medio día viaje desde allí, una vez terminada la reunión,  en la mañana partirían para retornar a la capital del Este.

El viaje le permitió a Feng Li conocer más los territorios del Este, pudo observar desde su carruaje que era un país bien organizado y con una serie de caminos buenos lo que permitía el buen comercio y un viaje cómodo dentro de lo posible. Cuando llegaron al Palacio de Verano no pudo evitar asombrarse por el mismo, este tenía muy buenos colores, pero más que un lugar en el que un Rey tomaría sus vacaciones parecía una especie de fortaleza, lo cual era lógico ya que el punto que en que se encontraban era estratégico en materia militar, tal vez todos los palacios tenían una estructura similar y los llamaban “Palacios de Verano” con el objeto de mantener las buenas relaciones entre los países, pero era evidente que tenían la función de ser una protección y un punto de mando en caso de guerra, Feng Li estaba seguro que esa era la verdadera intención detrás de su construcción. Rápidamente se instalaron. El dia no demoro en llegar, Mei y Yu lo alistaban para el evento, se vestiría con los colores del Este.

—Te ves hermoso Feng Li, robaras el alma de todos los presentes— el joven solo atino a observarse en el gran espejo, en eso llego su esposo.

—La diosa del agua ha caído en mis manos, debería encerrarte en una caja de cristal, así podría atesorarte mi hermoso esposo— lo tomo de la cintura y lo acerco a él de forma posesiva. Mei y Yu  murmuraban entre ellas mientras reían.

 — Si me encierras mi Rey, me marchitare una diosa necesita volver a su dominio para tomar fuerzas—dijo siguiéndole el juego a su señor.

—Construiría una casa en el mar para ti amor, y sería el único que tenga la llave—

— Soy una diosa juguetona, si me encierras no podre salir a jugar— contrataco el joven Feng.

—Te aseguro mi consorte que he ideado muchas formas de mantenerte entretenido— el sonrojo en sus mejillas no dudo en aparecer, la risa se las hermanas escucharon más fuerte, muestra de que disfrutaban ver a la pareja juguetear. El ambiente cambio drásticamente cuando el Rey volvió a hablar.

—Hoy no quiero que te separes de mi Feng Li, en ningún momento, me escuchas— dijo esto con un tono que no daba lugar a protesta alguna.

—Está bien, lo sé —complació.

Se alistaron para su salida, estaban a punto de llegar al lugar señalado para el evento.  Feng Li sabía que tenía que asumir una buena actitud, no iba a permitir que el Rey Huang lo intimidara. Ese  hombre solo despertaba en sentimientos de rabia y rencor en él, ya que este era el culpable de la muerte de su padre y de todas las personas que alguna vez conoció. Entraron al palacio, el gran salón donde se levaría acabo el evento estaba lleno de mucha gente, se dieron camino entre la multitud que los miraba con atención, como la etiqueta lo indicaba iban acompañados de una pequeña comitiva la cual era liderada por el Rey Wang, dos pasos detrás estaba Feng Li, ambos tenían un aire inmaculado casi perfecto. Detrás de ellos venían Mei y Yu y unos cuantos funcionarios más. La gente no pudo evitar murmurar.

—Mira es el portador—

—No es tan lindo como creía— dijo una que otra mujer.

— ¿De qué hablas?,  es precioso… que suerte tiene el Rey Wang—

—Ambos hacen una hermosa pareja— escucho decir.

No se detuvo frente a los comentarios, continuo caminando con la frente en alto. El lugar estaba lleno de lo mejor de la sociedad de los cuatro reinos. Algo que le gustaba de Wang Jun es que este no le exigía que llevara el velo en su rostro todo el tiempo, solo cuando la ocasión lo ameritaba. Estaba agradecido ya que si bien es cierto su padre solo buscaba protegerlo eso solo había causado que Feng Li se sintiera como algo prohibido, como un objeto que no se podía ni mirar ni tocar, ahora era más humano.

—El Rey Wang y el Rey consorte Feng Li—dijo uno de los funcionarios anunciando su llegada al centro del gran salón, allí estaban los tres Reyes entre esos el Rey Huang.

—Bienvenido Rey Wang, justo estábamos hablando de que al parecer no nos honraría con su presencia- dijo este con alegría, la hipocresía se le daba.

—Es un honor estar aquí Rey Huang, agradezco su invitación, que los Dioses bendigan su camino como Rey del Norte—al Rey Wang también se le daba bien al parecer ya que acompaño sus palabras de una pequeña inclinación, la cual fue imitada por sus acompañantes.

—Después de la trágica muerte de mi padre, no me quedo más que asumir mi deber ante el Reino, todos aquellos que se vieron implicados en su muerte ya fueron castigados, me encargue de eso personalmente, los nobles pueden ser muy desleales pese a que mi padre fue un buen hombre —en ese momento fijo su mirada en mi— pero eso es tema para otro momento, Joven Feng, el matrimonio le ha sentado muy bien, que bien le quedan los colores  del Reino del Este, veo que el Rey Wang ha cuidado muy bien de usted— me incline y lo salude.

—Muchas gracias Rey Huang, así es, mi esposo y su reino han sido muy buenos conmigo—

— Lamento no haber podido asistir a su boda, si hubiera sabido de los planes de mi padre de entregarlo en matrimonio a tiempo, las cosas hubieran sido diferentes— el doble sentido de sus palabras denotaban veneno, pero en ningún momento aparto la mirada.

—Las cosas salieron como debían ser gracias a los dioses, pero agradezco sus buenas intenciones su majestad— irrumpió el Rey Wang llamando la atención nuevamente. 

La conversación quedo de lado cuando se continuaron con los saludos, fue presentado al Rey Zhu del Reino de Sur y al Rey Xhao del Reino del Oeste.

— Rey Wang deje que le presente a mi hija, la princesa Wei — hablo el Rey Zhu mientras una joven a unos veinte años caminaba unos pasos por delante y se inclinaba tímidamente  ante el Rey Wang.

— Es muy hermosa Rey Zhu, ha sido usted bendecido— era cierto, la joven era muy linda, tenía unos cabellos largos y una mirada color verde que al parecer había heredado de su padre. Feng no trato con ella directamente pero la mirada que esta le dirigió le resulto incierta. Todos tomaron asiento en la gran mesa y comieron los alimentos, la noche trascurrió con tranquilidad haciendo gala del protocolo, las conversaciones cordiales, el banquete, la música y el ruido. En ese momento un grupo artístico alegraba el ambiente de la fiesta y animaban a los nobles al baile y el canto. En el desorden Feng Li vio como el Rey Zhu se acercó a ellos.

—Rey Wang, me gustaría hablar con usted a solas si me lo permite— hablo  el Rey Zhu, Wang lo miro significativamente diciendo en silencio un “no te mueves” antes de alejarse con el rey a los jardines, así fue me quede justo en el lugar en que estaba junto a mis guardianas.

Poco tiempo después estas fueron acaparadas por un par de hombres nobles, les di el permiso de que se retiraran, estas no querían déjalo solo pero sabía que solo necesitaba darle un espacio al Rey Huang para que este diera el primer paso y se acercara. Tenía que tener un encuentro con él si quería averiguar algo, lo único que hasta el momento pudo descubrir fue la fachada que había inventado el Rey Huang sobre la muerte de su padre, este armo una historia en la que unos nobles habían cometido traición y asesinado a su padre, por lo cual el desconsolado príncipe heredero no tuvo más remedio que asumir el trono y vengar a su padre tomando la vida de los rebeldes, pero él sabía que lo solo fueron vidas inocentes las que quedaron allá, entre esas la de su padre.

 No paso mucho cuando sentido que era arrastrado del brazo entre la multitud que disfrutaba de la fiesta. El dolor de su espalda al chocar con la pared  le saco una mueca pero con valentía alzo el rostro y miro fijamente a su captor, quien lo había apartado a los silenciosos pasillos del palacio.

—Hola pequeño Feng, ¿Qué tal te trata el Rey Wang? —tomo con una mano la mandíbula de Feng Li y las apretó con crueldad. Se zafo manoteándolo.

— Mejor de lo que tú lo harías— le respondió con rabia.

— Eres mío Feng Li, no permitiré que lleves una vida tranquila si no es a mi lado— una amenaza clara.

—Lo hecho,  hecho esta Rey Huang y mi matrimonio es legítimo y consumado —  el Rey se acercó rosando sus labios con su aliento.

—Créeme cuando te digo que lo que menos me preocupa es tu matrimonio, te tendré no importa que—lo beso demandante, finalmente pudo separarse  y atino a estrellar la palma de su mano en la cara de hombre. No tenía que aguantar eso, solo podía sentir asco.  Se dispuso  irse cuando fue nuevamente aprisionado en los brazos del Rey Huang.

—Cuídate de los que te rodean mi hermoso portador, puedes hallar la traición hasta en tu cama —escupió apretándolo más fuerte, sus manos fueron sujetas a su espalda. Este aprovecho una vez más para besar sus labios y lo dejo ir.

 

****

El Rey Wang no podía creer lo que le estaba diciendo el Rey Zhu, quien no reparo y fue directo al punto.

—Rey Wang, presiento que lo sospecha, pero el Rey Huang tiene intenciones de emprender una guerra con su reino, el dia de hoy nos hemos reunido sin su presencia y nos ha propuesto una alianza,  me temo que el Rey Xhao ya ha dado su lealtad al Rey del Norte. Esto se lo estoy contando porque nuestros pueblos han tenido una historia en común, lo admiro Rey Wang y por ello estoy dispuesto a darle mi lealtad —hablo el Rey Zhu.

—Agradezco su sinceridad Rey Zhu, pero entiendo que dicha lealtad debe tener un precio —el Rey Wang hablo sin tapujos, necesitaba dejar las cosas claras.

—la oferta del Rey Huang es tentadora, sin embargo para mí son más importante las buenas relaciones, no habría mayor honor para mí y mi reino que su nombre sea unido al nuestro, por ello  pido que tome a una de mis hijas como concubina del Reino del Este, que sea consumada la unión y que si los dioses lo quieren su semilla sea plantada en ella—

 

 

Continuara…

 

Notas finales:

que tal?,les gusto?, bueno esperen el siguiente jejejeje, dejen sus  opiniones es alimento!! 

 

nos vemos! abrazos!! 

 

tal vieron uno que otro error, tratare de echarle una revisada mañana y de arreglarlos.


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