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EL PORTADOR por Day_Abril

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Notas del capitulo:

Hola personas hermosas!1

anoche no pude publicar poor que cuando llegue a mi casa diespuesta a hacerlo me encontre con la grata sorpresa de que se me daño el internet!

hasta ahora que llego a mi casa puedo publicar...

gracias a todos los que leen esta humilde historia, quedo atenta a sugerencias, peticiones y reclamos jejeeje. 

hoy les tengo una sorpresa!! si me leyeron en el cap anterior dije que hice unos dibujos de Feng Li, no soy los re wauu pero espero les guste!, estos son mas anime y eso pero en otra ocasion me gustaria intentar uno mas realista de nuestro prota.

deje los Link al final. dejenme saber cual les gusto mas!!

CAPITULO 8

 

La noche estaba particularmente oscura ese día.  Tres figuras encapuchadas se escabullían entre los pasillos con todo el debido cuidado que se ameritaba si querían cumplir con su plan. Feng Li había decidido que iría con Wang Jun con o sin consentimiento pero desde el momento en que este partió a la frontera la seguridad en el palacio se había reforzado,  lo que había obstruido un poco sus planes. No fue hasta unos tres días después que habiendo observado los cambios de turno y vigilando los puestos de guardia que encontraron un punto ciego uno los costados de la gran  muralla que rodeaba el palacio. Esa era su única oportunidad para salir sin  ser vistos, disponían de tiempo escaso para ello.

En las afueras del pueblo aguardaban ya los caballos preparados con los suministros, días previos ya habían arreglado con una pareja de campesinos la compra de los animales.

Se escondieron entre las sombras esperando a que el soldado que estaba de turno se retirara para que otro ingresara a ocupar su lugar, lo que en este caso le resultaba conveniente ya que el guardia en cuestión siempre se escapaba minutos antes sin entregar el puesto directamente.

Esa noche no fue la excepción, apenas vieron cómo se alejaba el soldado, rápidamente corrieron a la  muralla la cual media un poco más de cuatro metros. Debían apurarse ya que el otro guardia no tardaría en llegar.  En su trote Mei y Yu se adelantaron poniendo sus manos juntas para impulsar a Feng encima de la gran pared, Feng aprovecho su impulso y salto con ayuda de sus guardianas llegando a la sima de la pared, rápidamente se inclinó sobre la muralla y ayudo a Mei a su vez fue impulsada por su hermana sujetándola de sus brazos.  Yu aprovechando la que Feng sujetaba a Mei tomo impulso y  ágilmente escalo sobre la escalera humana que fue formada. Una vez estuvo junto a Feng, ambos levantaron a Mei.

Saltaron al otro lado tomando atención a cualquier movimiento sospechoso que pudiera alterar el silencio en el palacio. Se camuflaron rápidamente entre los arbustos que rodeaban el lugar hasta finalmente llegar al interior del pueblo. El lugar estaba casi desolado ya que la madrugada estaba cerca,  en algunas ocasiones divisaron personas y uno que otro ebrio inconsciente tirado en la calle.

Diligentemente evitaron a los soldados que daban rondas nocturnas por el pueblo, a la salida tomaron sus caballos y salieron sin mirar atrás. Feng podía imaginar el  alboroto que haría el personal del palacio apenas notaran su ausencia.  

Estaba resentido con Wang Jun por haberlo dejado atrás ¿Cómo podía pensar que se quedaría tranquilo en casa como una buena esposa?, eso no era el, no encajaba con su personalidad. Así que hizo sus propios planes y los llevaría a cabo. Preparo todo en secreto, había enviado a sus guardianas a que le preparan una armadura la cual llevaba debajo de su gruesa capa oscura, además traía sus armas consigo. Llegaría a la frontera y enfrentaría a su esposo y a sus enemigos.

Cuando se acercaban a su destino  fueron interceptados por un punto de vigilancia de aproximadamente unos diez hombres, detuvieron  su avance exigiendo su identidad ya que llevaban sus rostros cubiertos por las capas. El líder se acercó.

— ¿Quiénes son ustedes? —hablo demandante. No contesto, pensó que podían llegar un poco más cerca sin ser descubiertos, pero sus planes se vieron frustrados. No fue hasta que fue jalonado de su montura que se dio cuenta de que el hombre bruscamente lo había bajado al suelo. Sus guardianas rápidamente reaccionaron bajando y amenazando al hombre con sus dagas.

En un instante la situación se puso tensa y todos los presentes estaban a la defensiva.

—No sabes a quien le estás hablando, así que aleja tus manos sucias de el— hablo con rabia Yu. Esta mujer era totalmente opuesta a su hermana, mientras Mei era más tranquila, Yu era  impulsiva y rebelde, ambas a su modo se complementaban.

—Deja eso Yu, el hombre solo hace su trabajo —tomo la mano de la mujer y lentamente alejo el arma del cuello del soldado el cual estaba totalmente estático.

Bajo su capa revelando su rostro. La sorpresa rápidamente cubrió el rostro de los presentes, lo cuales inmediatamente  cayeron al piso mostrando sus respetos. Al líder no le importo en nada que la daga que sostenía Mei aún le rozara el cuello y también se arrodillo.

— ¡Su majestad, por favor perdone nuestra ofensa!— entendía al hombre, este era un momento en el cual debían sospechar de cualquier extraño, debía prevenirse el acercamiento de visitas indeseadas. No le extrañaba que lo reconocieran, después de todo  la noticia de su matrimonio se extendió a través de los continentes, y no creía que existieran muchos portadores de ojos turquesa por ahí.

—No se preocupe por eso soldado, levántese— hablo Feng con voz dura —necesito llegar al palacio de verano, por ello pido que me indique el camino— claro que sabía el camino, pero el comentario ayudaba a aligerar el ambiente que se había formado.

— Claro mi señor, por favor permita que lo escoltemos al lugar— el hombre mantuvo su cabeza gacha por respeto.  Feng siempre había preferido hablarles a las personas mirando sus ojos, pero sabía que la jerarquía de algún modo daba disciplina y la disciplina era orden en el campo. Ahora debía ganarse el respeto de aquellos a quienes acompañaría en el terreno de guerra. Inclino su cabeza en aprobación y volvió a montar su caballo.  

Vio como el hombre envió adelante a un mensajero para anunciar su llegada. Su esposo no estaría nada contento.

****

La sangre que corría por su cuerpo se iba a evaporar, mataría al cualquiera que se le atravesara en el camino.

Estaba en una reunión con sus generales cuando un saldado llego avisando que su esposo estaba en camino. Dio por suspendida la reunión y salió con pasos firmes al patio justo en el momento en que Feng Li bajaba de su caballo. Llego a él y no espero a que este le hablara y lo tomo del brazo casi arrastrándolo a la fortaleza frente a la mirada de todos en el lugar. No pronuncio palabra alguna en el camino y no volvió su mirada hacia el sino hasta que llego a su habitación.

— ¡¿Se  puede saber qué crees que estás haciendo?! — exploto.

— Hago lo que el deber me indica Mi Rey — Feng le hablaba con una expresión neutra.

— ¡Feng Te estas arriesgando aquí ¡!te enviare de vuelta ahora mismo! —

— ¡No puedes! ¡Debo estar aquí! —

—No, no debes, ¡debes estar seguro y este es el lugar menos seguro en este momento! —amaba a su  pequeño pero realmente lo exasperaba.

—Wang Jun, sabes como soy, no se me da estar sentado en un lugar, no sé por qué te preocupas. Soy bueno luchando y puedo…— lo interrumpí tomándolo de los hombros y lo mire fijamente.

—No lo entiendes Feng, necesito que estés a salvo— suspire revelando mi temor finalmente — si estás aquí estaré preocupado y no poder concentrarme. En el campo no podre pelear pensando en que algo pueda pasarte, si algo te sucediera no me lo perdonaría—

Feng escucho y hubo entendimiento en su mirada.

—Te entiendo, pero entiéndeme a mi también Wang, yo…pese a todo me preocupo por ti, y quiero cuidar de ti, eso no puedo hacerlo si estoy lejos—

—Si pero…—fue callado por el menor cuando este poso un dedo en sus labios.

—No me alejes...quiero...no…necesito estar aquí— Wang volvió a respirar pesadamente, nuevamente había sido derrotado por esos hermosos ojos.

Dio unos pasos atrás y  puso una mano en su sien masajeando un poco ya que  la rabia dio lugar a la frustración, la que a su vez dio paso a su rendición.

—Está bien, pero prométeme que no harás nada imprudente, en el primer momento en que vea que haces algo estúpido te enviare de vuelta —

—Lo prometo— no sabía si podría cumplir esa promesa pero por lo menos  eso parecía aliviar al mayor.

La sonrisa en los labios de Feng le recordó a Wang Jung que ese pequeño era un astuto demonio, uno muy hermoso por cierto. Y debía mantenerlo vigilado.

 

****

En el momento en que vio a Wang Jun llegar a él y la mirada llena de rabia que le dirigió hizo que su cuerpo se estremeciera. Ahora sabia porque lo llamaban el demonio del Este, con esa mirada podía convertirse en la peor pesadilla de cualquier hombre, debía admitir que le dio un poco de miedo. Pero pudo mantenerse firme y gracias a ello consiguió quedarse.

Wang se retiró ya que tenía una reunión pendiente. Se tomó un tiempo para reconocer  lo que sería su nueva habitación, la cual no era tan grande con la del palacio pero era cómoda. Dormiría con Wang Jun nuevamente. No sabía cómo reaccionar a ello, pero el mayor el advirtió antes de marcharse que ese era su lugar. Todos los ojos estaría puestos en ellos, lo que necesitaban los soldados era unidad y la imagen de una pareja enojada no trasmitía nada de eso, así que lidiaría  con la idea de compartir nuevamente la cama con su esposo.

Volvió al patio donde había dejado a sus guardianas quienes desmontaban las cosas de los caballos, lo cual no era mucho.  

— ¿Cómo te fue? —pregunto Mei.

—Nada mal, por lo menos conseguí que no nos enviara de vuelta— eso era todo un logro debía alardear de sí mismo.

— No te irías aunque él te lo ordenara—dijo Yu sabiendo bien el carácter del pequeño.

— Que bien me conoces— soltó una sonrisa pícara.

— Te vez mejor, estas siendo tú de nuevo. Eso me alegra Li— hablo Mei.

— Me siento mejor, aun no sé qué hare pero ya me siento más ligero— devolvió una mirada  a  Mei, le agradecía que le hubiera hecho ver ese detalle, estaba sanando.  Su momento emotivo se vio interrumpido cuando una muy alegre Yu se colgó de su cuello.

—Bien ahora que estamos en nuestra primera batalla real deberíamos integrarnos, ¡he visto un par de soldados que parecen haber escapado del plano celestial! — los tres pudieron reír abiertamente.

El ruido de la muchedumbre llamo su atención, caminaron unos pasos y se encontraron que cerca al campamento montado alrededor del  palacio.  El  gran patio era utilizado como un lugar para entrenar y en ese momento muchos de los hombres se encontraban observando una pelea que se estaba presentando. Los hombres aclamaban a los contrincantes.

Su presencia no pasó desapercibida y rápidamente los hombres pusieron su atención en él deteniendo todo movimiento incluso el de los luchadores. Ante eso hablo.

— Por favor continúen —  los alentó, los hombres lo dudaron un poco pero retomaron su lucha. Quería conocer las habilidades de los soldados. A través de los reinos se hablaba del temeroso ejército de Reino del Este.

Reparo en los hombres que luchaban,  ambos eran de muy buena condición física, jóvenes,  se podía ver que aún estaban en sus veinte. El primero era más grade que el otro, media aproximadamente metro un noventa y su contextura gruesa, el otro por su parte no era bajito pero se  notaba que podía ser bastante ágil si sabía cómo utilizar sus cualidades.  Si se miraba superficialmente se podía pensar que el más grande tenía la ventaja. Escucho a varios soldados dar sus apuestas al más grande.  

La lucha empezó y ambos hombres adoptaron su posición de ataque, si bien ambos eran versados en la artes marciales, debía decir que el más pequeño de los dos tenia potencial que no supo cómo aprovechar, ya que rápidamente fue noqueado. Se lamentó ante el hecho y al parecer no era el único.

—Es una pena…- escucho susurrar  a Mei.

Noto las capacidades del más pequeño de los luchadores, la agilidad era su punto a favor, pero este no movió bien sus fichas. Su error fue pretender ser igual a su oponente y atacar frente a frente con base a la fuerza, pero su cuerpo no estaba diseñado para eso y rápidamente fue vencido. Pudo ser más inteligente y planear una estrategia de lucha.

Su padre siempre le recordaba que un soldado debía conocerse a sí mismo para luego conocer a su enemigo, una vez lo hiciera podía determinar  su alcance y explotar sus habilidades.

El otro soldado por su parte se levantó victorioso ante los anclamos del público. Con arrogancia se dirigió a todos.

— ¡Alguien más quiere retarme! ¡¿Algún otro cree que puede contra mí?! — parecía un pavo real y su pecho se inflaba.

 Lo medito y se decidió, sería una buena forma de ganarse la confianza de los presentes.

—Yo lo hare —sentencio. La incredulidad lleno lo expresión de todos en el lugar y la euforia dio lugar al silencio. Esperaron alguna continuación de Rey consorte Feng Li creyendo que se trataba de alguna especie de broma por parte del mismo.

—No es por ofender su majestad, pero creo que debería estar atendiendo las necesidades físicas de nuestro Rey y no aquí con los hombres—hablo el retador.

Decidió ignorar ese comentario, desde el comienzo sabía que se encontraría con todo tipo de pensamientos. La sociedad aún no estaba preparada para ver a un portador en la guerra, los portadores eran escasos y debían cuidarse como joyas preciosas, no debían estar ensuciándose las manos.  

Seguramente los soldados pesaban  que estaba en el lugar para mantener la cama caliente del Rey. Les demostraría que podía hacer más que eso.

— ¿Acaso me tiene miedo soldado? —

— Tengo miedo de romperlo si pongo un dedo sobre usted, se ve tan frágil como un fino cristal su majestad — bufo mientras todos reían. Seguramente a todos les sonaba ridícula la idea de verlo pelear.

—Me temo que no tendrá ni siquiera esa oportunidad soldado—

— ¡Ja!, está muy seguro su majestad, es bueno tenerse en alta estima pero podría hacerse daño, ¿alguien más se atreve? — no se dejaría ignorar.  

— Lo estoy, no tiene nada que perder o ¿teme que pueda lastimar algo más que su cuerpo? — pregunto, debía tocar el orgullo del hombre si quería lograr su propósito.

— No es eso mi Rey, temo que su majestad el Rey Wang tome reprimendas si lastimo su bello rostro— era un punto, no quería imaginar la rabia de su esposo si alguno de los suyos lo hiriera.

—hagamos un trato soldado, me hare responsable de las consecuencias, déjeme a mi lidiar con mi esposo y a cambio no se contenga en la lucha. Tráteme como su igual y le aseguro que no habrá nada que temer— tal vez parecía caprichoso pero quería hacerlo, era la única forma en la que podía empezar a tener su lugar en el grupo.

Aquello pareció convencer al mayor ya que después de una breve meditación respondió.

—Está bien su majestad, creeré en su palabra—  Feng Li sonrió con victoria y se dispuso a quitarse la capa.

Llevaba puesta la armadura que había preparado a su medida del color de su hogar, el Reino del Este. Ello pareció agradarle al público quienes lo miraban atónitos. Ahora proyectaba la imagen de un soldado. Yu no dudo  en dar su opinión al respecto.

— ¡Ve por él y dale su merecido!... por cierto luces arrebatador con esa armadura— esta le guiño un ojo mientras recibía la capa que Feng Li le entregaba, Feng le devolvió una sonrisa de lado.

Entro al círculo que los soldados habían hecho y se acercó al hombre mayor, se miraron fijamente y se inclinaron levemente poniendo sus manos frente a sus ojos, mostrando respeto y dando comienzo de una lucha honorable entre iguales.

 

****

 Si bien a un no soportaba del todo la idea de que su pequeño estuviera tan expuesto,  tenerlo cerca mejoraba su ánimo. Los pocos días que estuvo lejos del palacio y de su amado se le hicieron eternos y fueron sus generales y soldados los que tuvieron que aguatar su mal temperamento.  Ahora lo tenía a su lado, aquello aliviaba un poco su malestar.

Apenas termino con su reunión se dirigió al patio en compañía de su  más importante general, su tío Wang Min. El hombre estaba dichoso por la idea de ver a  Feng Li, al cual no había podido visitar ya que su agenda se había tornado ocupada.

Caminaba junto al mayor por el patio tratando de encontrar a su escurridizo esposo. Miro curioso al gran grupo de hombres reunidos gritando en euforia, se acercó junto a su acompañante. No esperaba ver aquello.

En medio del lugar se encontraba Feng Li luchando con un hombre que parecía ser incluso un poco más grande que el mismo. Observo la situación y solo pudo apiadarse de una sola persona de las dos que luchaba, el pobre soldado realmente estaba en aprietos.

Feng al ser más pequeño utilizaba su agilidad para esquivar los golpes del hombre, los cuales se tornaban más desesperados con el tiempo. Pudo identificar la estrategia del menor, este estaba decidido utilizar lo que se creía seria la ventaja del soldado en su contra, lo estaba agotando haciendo que este se moviera innecesariamente.  El hombre era más lento por su contextura y no podía ni siquiera rozar a Feng Li, además confiaba tanto en su fuerza que descuidaba otros aspectos exponiéndose, su postura era un asco.  El pequeño se dio cuenta de que era el momento y empezó su verdadero ataque, ahora que el enemigo estaba cansado Feng se movía rápidamente atacándolo en los puntos claves, hiriendo de manera precisa, aturdiéndolo. Finalmente en un movimiento, girando  sobre su cuerpo se agacho dándole una patada al soldado haciendo que este aterrizara en el suelo.

— Dime soldado, ¿aun crees que debería estar calentando la cama o en el campo de batalla?- le hablo Feng al hombre en el suelo.

—Admito mi derrota mi Rey y lamento mi ofensa—  Feng sonrió  y le ofreció la mano para ayudarlo a levantarse, nuevamente se inclinaron,  pudo reconocer en la mirada del soldado admiración y reconocimiento. Todos los hombres presentes aclamaron.

Un sentimiento de orgullo se coló dentro del el, su esposo era un hermoso guerrero, una diosa de la guerra. Amaba cada cosa de él, incluso sus arrebatos.

Pudo reconocer que la presencia de Feng le traería más beneficios a parte de los personales, el pequeño podía convertirse en una fuente de inspiración para los soldados.  Le parecía ya escuchar los cantos y leyendas que hablarían de un bello portador que fue a la guerra a defender el honor y a la nación, de un guerrero con una determinación tan grande como su hermosura que aterreraría al más grande de los reyes y conquistaría corazones. Fue despertado de su admiración cuando escucho la voz del tío a su lado.

—Sobrino no me habías contando de  habilidades de tu consorte— el mayor observaba con satisfacción a un sonriente Feng entre la multitud, hablando y conociendo a los hombres. Verlo rodeado por tanta personas del género masculino hacía que su ceja tomara un pequeño tic. Estaba celoso.

—Créeme tío cuando te digo que esto es apenas el comienzo de lo que descubrirás de el— dijo eso mientras se disponía a sacar a su amado de entre el público que se pegaba más  a él.

— ¡Rey Wang! — grito algún soldado, en ese momento todos se dieron cuenta de su presencia. Había observado todo y estuvo allí desde casi toda la lucha pero hasta ahora todos parecían notarlo. Se acercó a Feng Li

—Necesitamos hablar—  le susurró al oído de forma íntima  al alejarse casi rozo su labios,  con ello solo pretendía marcar lo suyo frente a los espectadores. No espero respuesta y se giró sabiendo que el menor lo seguiría, pudo notar miradas de envidia mientras salían del lugar.

Ya en sus habitaciones encaro al menor.

—Pensé que habíamos acordado algo Feng, se supone que debes mantenerte a salvo no buscando pelea con los soldados— no lo regañaba seriamente, solo quería hacerle saber que no permitiría esos encuentros tan seguido.

—No he roto mi promesa, solo estaba haciendo amigos—

—Está bien, procura no hacer amigos tan seguido— fue al verdadero asunto— ya que estas aquí debo informarte de la situación—

—Tienes toda mi atención—lo bueno es que Feng ya no le hablaba de forma tan impersonal, su corazón se regocijo ante ello.

—Bien, el Reino del Norte y el  Reino del Oeste han ubicado sus tropas en la frontera, aún no han realizado ningún ataque hacia nosotros. Según la exploración que hicieron algunos de nuestros hombres cuentan con aproximadamente unos cinco mil hombres.  Hasta el momento lastimosamente no hemos podido obtener mucha información ya que están siendo muy estrictos con su seguridad y ninguno de los nuestros ha podido infiltrarse a profundidad. Hasta el momento estamos esperando el primer ataque y hecho un reconcomiendo del terreno en el que posiblemente se desarrollaría la guerra—

— ¿El Rey Huang se ha vuelto a comunicar? —

—Sí, ha enviado mensajes queriendo que se le entregue lo suyo como te nombra — apretó los puños ante eso, Feng era solo suyo de nadie más.

—Me parece extraño que no hayan atacado aun— comento Feng pensativo.

—Lo he consultado con mis generales y estamos planteando la posibilidad de atacar, somos más y tenemos la ventaja, el clima nos favorece y el lugar lo conocemos bien—

—No creo que sea prudente, eso es tal vez lo que ellos quieren—

—Puede ser pero no podemos seguir posponiendo el asunto—

—Creo que puede ser una estrategia del enemigo para tratar de agotarnos, además no se trata de posponerlo o no, son nuestros hombres quienes mueren en las guerras, no podemos agotar nuestros recursos y arriesgar las vidas de los soldados vanamente—

— ¿Que propones?—  si algo conocía de Feng es que era un excelente consejero de guerra, el pequeño tenía varios talentos escondidos, como Rey lo sabio era buscar consejo en él. Feng lo medito.

—Debemos poner el control del juego en nuestras manos, debemos infiltrarnos—

—Ya te dije que hay mucha seguridad no podemos hacerlo— no le gustaba la mirada que el pequeño le daba.

—Lo hare yo— No, claro que no lo dejaría.

— ¿Qué? ¿Estás loco?, en ningún momento dejare que eso pase— hace poco habían estado hablando de no cometer estupideces pero al parecer Feng Li no lo escuchaba en serio.

—Soy la única persona que puede atravesar las defensas del Rey Huang—

—Feng no, es peligroso, eso es lo que él quiere, tenerte—

—Sabes que es una muy buena oportunidad, debemos hacerles creer que ellos tiene el control una vez que sepamos sus planes sabremos cómo actuar—

—No Feng, no te arriesgare de esa forma ¿que no entiendes? —

—Wang es la única posibilidad si queremos no arriesgar las vidas innecesariamente—

—No, ¿sabes lo que puede hacerte Huang? —

—Sabré lidiar con eso—

—Tal vez tú puedas pero yo no—

Continuara---

Notas finales:

aqui esta!!

Feng Li 1

https://1drv.ms/i/s!AnACsNTJGDmxb0Nog4Xiv3pstr8

Feng Li 2 

https://1drv.ms/i/s!AnACsNTJGDmxcLOJDTgO8sfWRMg

Feng Li 3

https://1drv.ms/i/s!AnACsNTJGDmxceCcQuru8lYX6b8

Realemte me gustaria saber cual les gusto mas!! 

Nos leemos...pronto!!

Gracias por los cometarios que me dejaron ¡los amo!!


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