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EL PORTADOR por Day_Abril

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Notas del capitulo:

Hola  decidi sibir el siguiente capitulo, espero les guste! esta es la primera vez que escribo y fue mas un arrabato de momento, es una historia que ire estructurando poco a poco asi que espero disculpen los errores que posiblemente se daran a lo largo del camino jejejeje. 

agradeceria mucho el apoyo asi que cualquier comentario que quieran dejar es cariño. jejeje abrazos!!

 

tambien doy muchas gracias a todos los que se asomaron y leyeron y los que se tomaron de dejar un comentario, me hace feliz ;)

 

sobre cada cuanto actualizare aun no lo se tratare de que sea por lo menos cada semana.

CAPITULO 1.

 

CAPITULO 1.

 

Feng Li   sentía que ya odiaba tener que asistir a las reuniones de la nobleza, es mas no es que antes hubiera ido a una pero sabía  que eso  significaba que tenía que aparentar que le interesaban temas banales frente a personas que nunca había visto. Sabía bien como debía comportarse en una reunión, su padre se encargó de educarle desde muy joven con los más renombrados maestros, tuvo clases de etiqueta, política, estrategia militar, matemáticas, ciencia, historia entre otras,   incluso sastrería la cual detestaba.

Seguía sin entender por qué debía asistir si de todos modos no podía siquiera tratar de tener amigos. Teniendo un hijo como portador el Señor Feng tuvo tomo todos los cuidados. Su contacto con terceros era casi nulo, tanto así que a medida que fue creciendo más o menos a la edad de ocho años su rostro fue cubierto por su propia seguridad.

Todo ello se debió a que si bien era pequeño, ya a esa edad tenía una belleza única. Su entonces tutor  no dudo mucho en querer raptarlo, ya que se había enamorado del pequeño y audaz aprendiz.  Engaño  al menor convenciéndolo  de vestirse como un niño humilde con el objetivo de así poder conocer  el pueblo, el menor se dejó guiar por la intriga y curiosidad de manera acepto entusiasta.

El comportamiento de su tutor se volvió extraño así que el menor empezó a  sospechar que su maestro solo pretendía llevárselo lejos una vez estuvieran fuera de la seguridad de las paredes  del señor Feng. Este había elaborado todo  un plan para salir sin ser vistos teniendo en cuenta las rutas más fáciles y menos  transitadas de la casa. Lograron escabullirse sin ser vistos y no fue hasta que Feng Li quiso volver con su padre que se dio cuenta de las intenciones de su maestro y fue arrastrado a la fuerza lejos del camino a casa. El señor Feng noto la ausencia del menor e inmediatamente organizo un pequeño escuadrón de búsqueda; ya habiendo pasado  unas dos horas desde la desaparición fueron encontrados unas cuantas  millas lejos del pueblo, rescatando a  un lloroso Feng Li que se aferraba a los brazos de su padre. Esa y otras experiencias más hicieron del pequeño Feng alguien un tanto desconfiado y un poco más cuidadoso.

 

A raíz de ese inconveniente y varios intentos más de rapto por parte de la servidumbre y espías de otros reinos fue  que su padre tomo decisiones severas frente a su seguridad. Mucho del personal fue removido de la casa y en su mayoría remplazados por mujeres o señoras partiendo del hecho de que estas de algún modo representaban un menor peligro,  quedando así los sirvientes más cercanos a la familia.   El jefe de la familia Feng tomo la resolución de que  el rostro de su hijo siempre debía  estar cubierto por un velo que no dejara ver mucho sus facciones  pero que le permitiera ver por donde llevar sus pasos, dicho velo solo podía ser removido frente a los más allegados y cuando estuviera solo en sus habitaciones.

Si bien es cierto crecí y a mis dieciocho  años puedo defenderme, mi padre aun considera que soy demasiado vulnerable,  por ello no deja que vaya por ahí  sin seguridad alguna.

Estaba atardeciendo y me encontraba en el cuarto de baño sumergido cuando fui despertando de mi ensoñación al sentir como Yu,   una de mis guardianas  lavaba y peinaba  mi cabello lacio, ella no dejaba de decir que estaba envidiosa de lo negro, brilloso y largo que era, ya que este  llegaba  al final de mis caderas.  Cada vez que tomaba un baño ella se encargaba de resaltar mis cualidades,  señalar mis largas pestañas, mi cuerpo estilizado, mi lindo trasero, mis sensuales labios y  lo encantador de mis ojos turquesa poco comunes, que según decía ella parecían ocultar el misterio de la creación. Creo que esta mujer tenía una obsesión conmigo, no se cansaba de repetir que la adolescencia me había dado un porte elegante, misterioso  un tanto  tentador y prohibido. Una belleza exótica para la época.

Las hermanas Fa Yu y Fa Mei  eran mis guardianas y quienes se ocupaban de atender todo lo relacionado conmigo.  Llevaba con ellas  casi toda mi vida, crecimos juntos, básicamente ellas tiene la misión de protegerme. Pero para mí eran más como mis hermanas mayores.

Fueron entregadas a mi servicio cuando ellas tenían la edad de doce años, junto a ellas ya había visto pasar diez inviernos. Tenía el privilegio de tener a mi lado  a  las hijas letales de la familia Fa. Esta familia se encargaba de entrenar a los mejores guerreros del reino, la cual había jurado lealtad y  servicio a la familia Feng. Ellas son de las pocas personas que considero familia y en las cuales he depositado toda mi confianza. Además eran mi único contacto con el mundo, ya que de vez en cuando venían a mí con las noticias y  los chismes del pueblo,  lo cual  era realmente un plus.

 

Terminaron de alistarme aproximadamente una hora después del atardecer, llevaba mi cabello parcialmente recogido  y una túnica de color blanco con algunos estampados y bordes dorados, que hacían resaltar lo oscuro de mis cabellos y el color de mis ojos. Estaba realmente arrebatador según Mei y no dudo en bromear sobre lo violable que estaba, le envié una mirada de reproche divertido y esta me miro satisfecha con una sonrisa antes de poner el velo en mi rostro.

La fiesta se llevaría a cabo en el palacio, al parecer mi asistencia al banquete era idea del Rey Huang, quien insistió y convenció a mi padre de darle el placer de conocer al portador. Mi padre estaba rancio  con que yo  fuera presentado en sociedad pero al parecer el Rey Huang estaba empeñado en que ya era momento, después de todo no todos los reinos pueden decir que tiene en sus manos el futuro de las siguientes generaciones.  Mi padre sabía que eso significaba el inicio de la búsqueda de un esposo para mí, cosa que él quería impedir, pero ¿quién puede ir en contra de la voluntad del máximo gobernante de esta nación?, lastimosamente para mí ni mi padre podía hacerlo.

Sabía bien cual era mi situación actual, era algo así como el tesoro de la nación lo cual se debía a que podía alberga vida de mí, cuentan las ancianas con las que tuve la oportunidad de educarme, que los portadores eran un regalo valioso de los Dioses, ya que toda descendencia  que provenía de ellos estaba destinada a la grandeza, me hablo de innumerable reyes y guerreros que quedaron y cambiaron la historia, cosa que representaba una amenaza o un beneficio dependiendo si estas o no en el bando correcto. Además, se sabía de portadores que llegaron a desarrollar ciertas cualidades. 

Llegando al gran salón en el cual de llevaba a cabo la celebración, fuimos anunciados. Iba un paso atrás de mi padre ya que él era el jefe de la Familia y detrás de mí venían Yu y Mei con sus cabezas gachas y vestidas para la ocasión con los colores de la casa Feng. No pude evitar notar como el salón quedo en silencio y como a medida que avanzábamos la gente no despegaba la vista de nosotros, algunas mujeres se unían para susurrar entre sí, tal vez preguntándose cómo se vería mi rostro detrás del velo. Me limite a levantar mi cabeza y caminar firme hacia el Rey, cuando llegamos al trono  nos arrodillamos y mi padre  envolvió frente a sí su puño izquierdo con la otra mano e inclino la cabeza al suelo y así  presentar sus saludos.

—Su majestad, La casa Feng viene a presentar sus respetos a la familia real, que los Dioses siempre estén guiando su camino—

El Rey se quedó observándonos con atención, al lado de este se encontraba su hijo, quien no despegaba su mirada de mí y mostraba una sonrisa divertida. Este era alto, apuesto y aparentaba estar en sus veinte y  cinco o veintiséis años, vestía para la ocasión pero había algo en el que no me gustaba, tal vez se debía a la mirada fija que me dirigía.

—Lord Feng, estoy realmente grato de que se encuentre aquí, y que por supuesto haya accedido a cumplir uno de mis caprichos y presentarnos a su hijo—me miraba fijamente—sin embargo si bien es cierto hemos escuchado de la legendaria belleza del mismo, no hemos tenido el placer de presenciarla o dar fe de ella— en ese momento sospeche de la intenciones del Rey—muchacho levanta tu velo para que podamos verte—

Inclinado en el suelo, manteniendo mi posición frente al Rey  tome mi velo y lo quite, permitiendo ver a todos los presentes mi rostro, mantuve mi mirada en el suelo.  Un pequeño bullicio se escuchó en de la multitud, este fue interrumpido al escucharse nuevamente la voz del Rey.

—Joven Feng levanta tu mirada— y así lo hice, la multitud aumento sus susurros mientras se quedaban viéndome, el Rey solo se limitó a mirarme con sorpresa. Cuando reacciono ordeno a todos silencio nuevamente.

—Es cierto lo que dicen los rumores de la belleza de su hijo, ahora entiendo tu preocupación por su seguridad, si fuera hijo mío seria aún más estricto frente a ese tema— le sostuve la mirada al Rey trasmitiendo seguridad. Hasta ahora mi padre había hecho un excelente trabajo frente a mi seguridad hasta el punto de asfíxiame, gracias a ese comentario agradecí a los cielos por haber nacido en la familia Feng. Deje mis pensamientos de lado cuando el Rey  empezó a caminar pensativo sobre la plataforma en que se encontraba.

—Sé que ya está en edad casamentera, pensare bien en un excelente candidato para él— sin más dio lugar a que continuara la fiesta y todos volvieron a sus cosas. Sabía que sería el tema de conversación por mucho tiempo.

No pude evitar notar como el  príncipe heredero seguía mirándome. Sabía que había algo malo en esa mirada y no me gustaba que estuviera dirigida a mí.

Fuimos llevados a la mesa de Rey y compartimos el banquete con él, habían muchos nobles que intentaron acercarse hablar con mi padre sobre política y estrategias militares, y una que otra conversación que insinuaba  alianzas familiares, que en pocas palabras traducían a matrimonio, cosa que mi padre se limitó a descartar muy diplomáticamente. No podía evitar sentirme un poco enojado sobre ese tema, no me gustaba la idea de que decidieran con quien debía casarme, pero como era portador y por ser el único en años dicha decisión  al parecer estaba en manos de otros menos las mías, simplemente absurdo ya que era mi vida.

No trate con nadie directamente en la celebración, de hecho no tenía el mínimo animo de hacerlo. En un descuido  logre escabullirme de la sala en donde se realizaba el evento para tomar un poco aire, el cual despejo mi mente y sentí que la carga se aliviaba un poco. Sabía que mi padre me regañaría pero en serio lo necesitaba. Me encontraba en el jardín del palacio observando el cielo nocturno, cuando escuche unos pasos acercarse. Al ver mi reacción defensiva el sujeto en cuestión levanto las manos en señal de rendición de un modo juguetón,  se trataba del príncipe heredero, Huang Zhao.

—Oh perdona si te asuste, no era mi intención pequeña flor de primavera, solo venía  a saludar — odiaba el brillo malicioso que me dirigía  y  las segundas intenciones que sabía guardaba.

—Buena noche su majestad, espero haya tenido usted un excelente noche, me entretuve  y se me ha pasado el tiempo,  supongo mi padre estará ya preocupado, con su permiso me retiro —no quería tratar mucho con el sujeto frente a mí por muy heredero del trono que fuera. Me incline cordialmente dispuesto a irme cuando sentí que el príncipe Huang Zhao me tomaba de repente por la cintura y me pegaba a su cuerpo sujetándome de manera muy íntima y hasta posesiva, casi doloroso.

—No debes preocuparte por tu padre después de todo él sabe bien de mis intenciones frente a su hijo  pero se niega a cumplir mis demandas, en visto a eso he decidido pedir tu mano directamente a mi padre—  sujeto mi rostro y me beso, opuse resistencia pero él me tenía aprisionado, intente alejarlo, se sentía repulsivo no pensé que así sería robado mi primer beso. Mordí su labio,  note como alejaba su rostro con una mueca de dolor, limpio la sangre su labio con una mano,  en ese descuido logre zafarme de sus brazos.

Interpuse distancia entre nosotros y lo mire con rabia, sin embargo el me devolvió la mirada con cinismo.

—Sabes realmente bien mi pequeña ave, me gustas mucho y te tendré para mi sea como sea, después de todo no hay mayor candidato en todo el reino que el  heredero del Rey para el único portador. —definitivamente lo odie.

—Eres bastante engreído príncipe, al parecer está muy seguro, pero de algo tenga presente: primero muerto—le solté en el rostro con rabia y me fui del lugar. Mientras tanto el príncipe lo observaba.

“Serás mío pequeña ave a las buenas o las malas, he esperado mucho tiempo para poder tenerte en mis brazos y ni tú, ni tu padre y mucho menos mi padre me lo impedirán”.

 Me gane una pequeña reprimenda por parte de mi padre, el incidente en el jardín preferí reservármelo, no quería que mi padre tuviera problemas,  sabía que si se lo mencionaba sería el primero tomar reprimendas contra Huang Zhao sin importarle pasar incluso por encima del Rey.

Durante las siguientes semanas todo  trascurrió con normalidad, hasta que una noche vi llegar a mi padre  alterado a mis habitaciones, este  me tomo de los hombros mirándome con unos ojos cargados de varias emociones, sabían que lo que venía no era nada bueno, lo pude ver en su rostro…

 

 

continuara... cha cha chan 

 

Notas finales:

ya saben que hacer, agradezco a todos los que han dejado sus comentarios eso es motivacion para el alma.


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