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Secret Love por KoichiBielefeld18

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Notas del capitulo:

Luego del incidente, Ignis esta bastante irritado y no faltaba mas que apareciera la bella Aranea para ponerlo peor

Después de andar por un rato, vieron que estaban por llegar al santuario de Oathe, así que decidieron acampar ahí.

                Ignis estaciono de nuevo el Regalia en un aparcadero cercano y los otros tres comenzaron a bajar las cosas y armar el campamento;

                - ¿Dónde coloco tus cosas? - preguntó Gladio con pena mirando a Ignis, quien desde el altercado con el Basilisco se había encontrado bastante irritado

                -puede dejarlo por ahí señor Amicitia- contesto el otro con molestia. Gladio al oírlo se molestó y tocándole el hombro al otro comenzó a hablar;

                - ¿puedes dejar esto? No fue mi culpa, tú estabas bajo la toxina de confusión… ¡tú fuiste quien me beso! - terminó en voz baja. Ignis ni siquiera volteo a mirarlo, simplemente se separó de su agarre y se dispuso a mover las cosas de su cocina,

                -la toxina de confusión no tiene un efecto tan extravagante Gladiolos

                -no sé si lo tiene o no… pero tú fuiste…

                -no discutiré más esto ¿de acuerdo?... hare la cena, así que por favor vigile que su Alteza y Prompto estén listos y no hagan nada estúpido-. Gladio lo miró con enfado, así que solo asintió y se fue a sentar cerca del fuego, bastante pensativo;

                “¿porque demonios lo niega?... ¿acaso le resultó asqueroso?” pensó mientras veía como las llamas de la fogata crecían y oscilaban de allá para acá.

                Pasado un rato, mientras Gladio leía, escuchó a los dos menores gritar y correr tras algo que venía hacia el campamento muy rápido;

                - ¿lo tienes Noct? - grito Prompto mientras tomaba una fotografía

                -es bastante escurridizo- exclamo el otro cayendo hacia un lado

                - ¿Qué demonios están haciendo ustedes dos? - grito Gladio levantando la vista de su novela

                - ¡un Cactilio! - exclamo Prompto muy alegre -Lo encontramos y lo estamos persiguiendo

                -saben que eso es peligroso, entren al santuario

                -ya casi lo tengo… ¡mierda! - exclamo Noctis cuando cayó sobre Prompto y el pequeño Cactilio se posó frente a ellos y se dispuso a atacarlos.

                Gladio corrió hacia ellos y en una fracción de segundo, salto, cayó al frente de los dos jóvenes y con un movimiento de su mano hizo que pareciera su gran escudo, el cual evito que las espinas los lastimaran.

                Los tres se quedaron inmóviles, hasta que vieron como el pequeño Cactilio corría bosque adentro;

                -estamos a salvo- dijo Noctis poniéndose en pie

                -a ustedes les encanta estar haciendo cosas estúpidas ¿no? - les reprendió Gladio. Luego miro hacia Ignis sin dejar de hablar, - ¡Iggy! ¡Diles algo señor voz de la razón! -. Los más jóvenes miraron al otro y fue cuando Noctis corrió hacia su consejero cuando lo vio de rodillas en el suelo sosteniendo su hombro derecho;

                - ¡Ignis! ¿estás bien? - dijo al llegar junto al otro mientras que los otros dos venían detrás

                -si, - contesto este -solo sentí un leve golpe, supongo que es un desliz por la pelea de esta tarde.-. Ignis se levantó y puso su siempre postura firme y refinada, -Ahora siéntense, la comida ya está lista-, los otros asintieron y se dispusieron a comer alrededor de la fogata mientras que Ignis los reprendía por perseguir a un Cactilio y por ser tan distraídos e imprudentes.

                A la mañana siguiente, los cuatro se dispusieron a dirigirse a Taelpar a reclamar la recompensa.

                Al llegar, Noctis y Gladio entraron al Nido de Cuervo a buscar al cazador mientras que Ignis y Prompto se dispusieron a comprar pociones y unas revistas en la pequeña tienda que estaba en la parte de afuera.

                Ambos estaban comprando, cuando una bella dama de cabellos blancos se acercó a ellos por detrás;

                -hasta que por fin te encuentro- dijo la joven a lo que Ignis voltio a mirar, ya que reconocía la fina voz de quien le hablaba

                -Aránea. - dijo con seriedad - ¿Qué estás haciendo por Taelpar? ¿No deberías estar destruyendo alguna base o en Nifelheim? -. La mujer solo rio con escepticismo y miro al hombre directamente a los ojos;

                -si debería, pero por ahora me di un descanso para poder hablar contigo

                -no tengo nada que hablar con usted señorita Highwind. - concluyo Ignis dándole la espalda y colocando una mano sobre el hombro de Prompto, -Vámonos, nos están esperando

                -no puedes huir de mi Ignis, sabes que debemos hablar de esto- exclamo la chica desde donde se encontraba mientras que los otros dos caminaban lejos de ella.

                Ignis y Prompto llegaron hasta el Regalia al mismo tiempo que los otros dos. Los cuatro chicos entraron en el auto y retomaron de nuevo su camino hacia Insomnia.

                Llegada la noche, por fin habían llegado a la Ciudadela.

                Ignis se dirigió al palacio y estaciono enfrente de la entrada principal:

                -hemos llegado. - anuncio con cansancio -Alteza, recuerde la reunión que tenemos mañana por la mañana con el Consejo Real

                -acabo de llegar y ya me tienes tareas. - contesto Noctis tomando su mochila y subiendo las escaleras -Mejor démonos un descanso mañana, ¿si Iggy?

                -no lo creo. - exclamo el otro y encendió de nuevo el auto -Volveré en un rato. Iré a dejar a Prompto y Gladio a sus casas

                -bien… nos vemos mañana

                - ¡hasta mañana! - soltó Prompto con una sonrisa

                -nos vemos en el entrenamiento de mañana… su Alteza- exclamó Gladio con burla a lo que el principie solo soltó un bufido y se dispuso a entrar en el palacio mientras que los demás se marchaban.

                El primero en ir a dejar fui Prompto, quien vivía en las afueras de la Ciudadela. El chico se bajó del auto junto con su mochila, se despidió con un saludo y un “nos vemos mañana” y se metió en su casa.

Así que entró, Ignis volvió a arrancar el auto y se dispuso a entrar de nuevo a la Ciudadela a dejar a Gladio.

                El camino fue bastante silencioso, hasta que el mayor rompió el silencio;

                -Ignis… ¿podemos hablar de lo que paso ayer? - preguntó Gladio con firmeza

                -no tengo nada que hablar con usted señor Amicitia- contestó el otro con arrogancia

                -no soporto tu comportamiento

                -no tiene porqué hacerlo- concluyo el otro y estaciono frente a la enorme casa del otro, dónde por una ventana Iris saludaba felizmente con una mano.

                Gladio se bajó bastante molesto del auto, tomó su mochila y se dio la vuelta.

                -esto no se quedara así Ignis Scientia- concluyo antes de entrar rápidamente a su casa ante la mirada de enojo y confusión de Ignis.

                

Notas finales:

Esta semana actualizare mas rapido n.n

Muchas gracias por leer--


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