Al día siguiente, Gladio se encontraba en la sala de entrenamiento como siempre, cuando la puerta se abrió y por ella entro un Prompto algo adormilado;
-buenos días- saludo el escudo mientras continuaba su ejercicio
-diiiaaasss- alargo el otro con cansancio
- ¿estás bien?
-si… solo no dormí bien. Noct no dejaba de hablarme
- ¿te quedaste a dormir con Noct?
-si-. Gladio comenzó a reír a fuertes carcajadas mientras que el rubio le dirigió una mirada y una sonrisa coqueta; - ¿y Tú? ¿Cómo dormiste? - preguntó con una sonrisa picara. El más grande se sonrojó pero le devolvió la sonrisa;
-muy bien… en mi cama, antes de que pienses algo extraño
-Noct dijo que te dejáramos para que estuvieras con Ignis
-no quiso. - termino el otro con molestia -Estaba lleno de trabajo y si queremos irnos el fin de semana, debía terminar informes
-eso es problemático
-si- dijo una voz desde la puerta. Ambos voltearon y vieron a Noctis entrar a la sala de entrenamiento -Y más si quieres pasar tiempo con él
-me alegra que hayas venido. - exclamo Gladio al verlo -Porque de eso quiero hablar con ustedes dos
- ¿ah? - preguntaron los otros al unísono.
Gladio se sentó en el suelo, apoyando su espada de madera en sus piernas. Noctis y Prompto hicieron lo mismo;
- ¿y bien? - pregunto el príncipe con curiosidad
-primero… - y Gladio extendió su mano -quiero ver la foto que de antemano sé, que ya le mostraste a Noct, Prompto. -; el chico sonrió y le paso su celular. Gladio lo tomó y sonrió de oreja a oreja al ver la foto de él e Ignis, besándose, -Quiero una copia
-te costara- respondió Noctis antes de que su amigo rubio respondiera
- ¿Cuánto?
-no más reuniones del consejo para mí y…
-tus postres por un mes. - exclamo Prompto emocionado -Bueno, - continuo ante la mirada de los otros dos, -los que Ignis te cocine
-lo de los postres lo puedo solucionar, pero lo del consejo… me costara
-nada que una de tus miradas de cachorro no solucione chico grande- Gladio rio
-ahora, lo importante. - Gladio tomó una mejor postura y colocando su mejor cara seria, continúo hablando -En Galdin Quay quiero pasar el mayor tiempo con Iggy y ver si llega a pasar algo más, que solo poder besarlo sin que se apene porque ustedes están cerca, ya que él no quiere que nadie sepa de nuestra relación y mucho menos sepa que ustedes dos están más que enterados… así que… quiero proponerles un trato
-espera, espera… - le detuvo Noctis mientras que lo miraba con curiosidad -Lo que nos quieres decir, es que en Galdin Quay… vas a querer una habitación para ustedes dos “solos”- eh hizo unas comillas en el aire -solo… ¿Por qué quieres comerte a Iggy?
- ¿comerse a Iggy? - pregunto Prompto confundido
-muy perspicaz Noct- contesto Gladio haciendo como si disparara con su dedo índice
-comerse a Iggy…
- ¿sabes cuánto cuesta cada habitación en el hotel del puerto?
-lo se… ahí es donde va mi primera parte del trato
-escuchamos
- ¿Cómo se comerá a Iggy? - continúo preguntando el rubio siendo ignorado por sus amigos
-les daré dinero para que ustedes se queden en la caravana, mientras que nosotros nos quedamos en el hotel
-mmmm no me suena
- ¿es carnívoro? ¿Por qué quiere comerse a Iggy? ¿a qué sabrá?
-qué te parece entonces… te doy la mitad del dinero para la habitación que ustedes dos compartirán
-eso me suena más. - contesto el príncipe poniéndose una mano en la barbilla, mientras que el rubio continuaba distraído -Pero también… te tocara pagarnos todo lo que queramos comer
- ¡¿eh?! ¡eso me costara mucho!
-no lo entiendo… - continuaba el rubio
-entonces no hay trato
- ¡bien! - soltó el escudo pasándose una mano por su cabello -Pero solo podrán pedir 4 platillos diferentes y ustedes pagarán las bebidas
-trato
-trato
- ¡ya entendí! - soltó de pronto Prompto mientras los otros dos lo miraban sorprendidos. El rubio miro a Gladio con su rostro completamente rojo - ¡eres un depravado! - grito mientras parecía salirle humo por las orejas de lo rojo que estaba
- ¿hasta ahora caíste en cuenta Prompto? - pregunto Noctis dándole un coscorrón a su amigo, este rio
-lo siento-. Los tres chicos soltaron una risita mientras que, poniéndose de pie de nuevo, comenzaban su entrenamiento.
A la hora del almuerzo, los Chocobros se encaminaron al despacho del consejero mientras pensaban donde podrían almorzar.
Al llegar, Noctis toco a la puerta dos veces y hasta la tercera vez, fue que escucho un débil “¡pase!” desde dentro, así que abrió la puerta y entrando junto a los otros tres, comenzó a buscar a Ignis, a quien solo le veía la punta de su cabello perfectamente peinado, tras una montaña de papeles que había sobre su escritorio;
-Iggy… ¿estás bien? - preguntó acercándose, mientras que Prompto y Gladio se quedaron cerca de la puerta
-sí, su Alteza- contesto el otro sin dejarse ver
- ¿nos acompañaras a almorzar Iggy? - preguntó Gladio desde la puerta
-no lo creo Gladio… estoy lleno de trabajo… parece que se me acumulo mucho por mis días de incapacidad… -. El castaño se levantó y se encaminó hacia unos archiveros que se encontraban cerca de donde se encontraba el más grande, - ¡demonios! - dijo mientras que abría las gavetas y buscaba algo con mucho afán - ¿Dónde demonios deje el tratado de comercio con Tenebrae?
- ¿este? - preguntó Prompto dándole al de gafas un montón de hojas que estaban juntas por un clip
-gracias- contesto Ignis y se volvió hacia su escritorio. Sus amigos se dirigieron una mirada de preocupación y Prompto empujo a Noctis hacia el escritorio. Este caminó hasta ahí y dando la vuelta, se recostó frente a su estratega y vio que en el perfecto y cuidado rostro de su amigo, se asomaban unas pequeñas ojeras, -Iggy… detén esto por un momento y vamos a almorzar
-lo siento chicos… no tengo tiempo. Tengo una junta esta tarde y necesito terminar este informe lo antes posible- contesto el estratega sin apartar la vista de un montículo de hojas que tenía enfrente. Luego se volvió hacia la computadora y cuando toco un botón, dejo al descubierto su tan “apreciado” fondo de pantalla, el cual Noctis vio en el momento en que este se mostró en la computadora;
- ¡¿Qué rayos?!- soltó sorprendido y algo enojado - ¡¿de dónde sacaste esa foto?!
-papá me la mando y yo a Ignis- dijo desde el otro lado un sonriente rubio
-traidor
-es un bello recuerdo de mis días de descanso. - comento Ignis moviendo al menor que tapaba unos documentos, -Ahora, si disculpan mi grosería, será mejor que vayan y almuercen sin mi
-bien. - contesto el príncipe y se encamino hacia la puerta con sus dos amigos detrás. Antes de que Gladio saliera, lo detuvo con la mano y señalo al castaño -Ve y dile que, si quiere que le traigamos algo, tonto… ¡esta estresado! ¡ve!
-está bien- contesto el otro alterado ante la orden de su príncipe. Gladio se devolvió y se acercó a Ignis mientras que los otros dos salían del lugar. El escudo caminó hasta el estratega, que aún se encontraba en su escritorio revisando y escribiendo en su computadora, mientras que tomaba un poco de Ebony;
- ¿de verdad estas bien? - preguntó Gladio al llegar junto al de gafas
- ¿no iras a almorzar? - pregunto el castaño sin apartar su vista del trabajo
- ¿quieres que te traiga algo para comer?
-no te preocupes por eso, ahí tengo una Cup Noodle que comeré más tarde- Gladio se impresiono
-no sabía que te gustaran las Cup Noodle- exclamo con una pequeña sonrisa de medio lado
-no es que me disgusten. A veces pienso que les falta sabor, pero son bastante prácticas para momentos como este… además, - agrego y lo miro por unos segundos antes de volver su vista a las hojas de nuevo -son tu comida favorita
-por eso te amo. - dijo Gladio dejándole un pequeño beso sobre la frente -Te traeré algo más tarde, intenta no morir antes de eso
-sí, gracias
-y te veré más tarde… ¿verdad?
-puede ser Gladio. – Ignis abrió la gaveta de su escritorio en un movimiento rápido y sacando una llave, se la paso al oji ámbar -Toma esto, es la llave de mi departamento. Te veré en la noche y así cenamos juntos-. El escudo tomo la pequeña llave con mucha sorpresa y sin más, tomo la cabeza del castaño, la hizo hacia atrás y le dejo un dulce beso en los labios, haciendo que el otro se sonrojara. Después de soltarlo y sin decir palabra alguna, salió por la puerta, dejando al otro continuar con su trabajo, mientras mantenía una enorme sonrisa.
Llegada la noche, Gladio se encamino hacia el apartamento de Ignis como habían quedado. Cuando llego, noto que este aún no estaba por lo que decidió esperarlo en la sala de estar.
Había estado muchas veces en el apartamento del estratega, pero nunca solo y mucho menos como su novio. Gladio se dispuso a dejar las cosas que compró para la cena sobre el mueble de la cocina y luego fue a dejar en el cuarto del de gafas, un pequeño ramo de margaritas sobre la cama de este, para nuevamente sentarse en la sala a esperar mientras leía una de sus tan apreciadas novelas.
Las horas pasaron e Ignis no aparecía, por lo que el escudo decidió mandarle un mensaje;
Gladiolus (22:20): Iggy ¿Dónde estás? Ya es bastante tarde y estoy completamente seguro de que no has salido de tu oficina ni levantado de tu escritorio desde que Prompto te llevo esa tarta de crema de la cafetería de la Ciudadela
Gladiolus (22:23): estoy preocupado… te seguiré esperando en tu apartamento. Por favor comunícate conmigo apenas puedas y apresúrate
Gladio continúo leyendo su novela, hasta que, sin darse cuenta, se quedó profundamente dormido.
Después de un par de horas, el chico despertó por lo incomodo que se encontraba. Primero no se dio cuenta de donde estaba, lo que lo alarmó un poco, hasta que ya visualizo bien el lugar y recordó que estaba en el apartamento de su novio;
“¿No ha llegado?” pensó mientras se ponía de pie y se acercaba al cuarto del estratega. Luego saco su teléfono y vio la hora “¡¿son las 4:00 am?!... Iggy”
Gladio tomó su teléfono y marcó el número del de gafas. Espero respuesta por un momento, hasta que por fin escucho aquella voz que anhelaba desde el otro lado de la bocina;
- ¿hola? - se escuchó decir a la cansada voz de Ignis
- ¿Iggy? ¿sabes qué hora es? - preguntó Gladio con molestia -Te he estado esperando
-lo siento… mi trabajo no ha terminado. Aunque no sé porque te preocupas, no es tan tarde
-Ignis Stupeo Scientia, son las 4:10 de la madrugada-, se mantuvo un silencio del otro lado de la bocina por un momento
-no juegues conmigo Gladio. Sé que me retrase, pero aún no es tan tarde
-no juego contigo Iggy, estoy preocupado. No has dormido
-no puede ser… creo que… me iré a casa enseguida
-si quieres mejor ve a la mía Iggy, está más cerca. Duraras menos en llegar. Yo te veré allá
-me daría pena que Claurus me viera entrar de madrugada en su casa
-no te preocupes por eso, papá no está-, de nuevo silencio
-de acuerdo, te veo allá en 15 minutos
-bien.
Gladio se levantó de donde estaba, tomó un poco de la ropa del castaño y salió por la puerta con una pequeña mochila y una enorme sonrisa de satisfacción.