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Sutil cambio por 1827kratSN

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—¿Te gusto? — dijo Tsuna con la ilusión pintada en su mirada achocolatada y brillosa debido a su estado — … aunque sea un poquito — terminó cuando el silencio de su guardián se extendió por más de treinta segundos

—Yo… — Gokudera separó sus labios para emitir una respuesta, pero en su mente no había nada… estaba… ¿Qué rayos pasó con sus inteligentes frases para cualquier ocasión?

—Sé sincero — pidió antes de dar un paso para acercarse a su autoproclamada mano derecha, quien enrojeció de repente — Hayato…

—Yo… — escuchar su nombre dicho en esa voz tan suave le hizo temblar de emoción, jamás se hubiese imaginado tal dicha — cómo no voy a sentir gusto por usted — susurró perdido en esa mirada tan brillante, al fin pudo decir algo cuando le fue posible siquiera respirar — es mi…

—¿Tu qué? — elevó una ceja con curiosidad mientras seguía esperando una respuesta clara. Ocultaba la diversión que tenía porque jamás vio a Hayato sin habla, era extraño

—Décimo… — soltó el aire y apretó los puños — decir esto será vergonzoso y preferiría…

—Hayato, dilo… por favor — con el pasar de los años Tsuna entendió que la mejor forma de tranquilizar –y hasta manipular un poco- a su mano derecha, era endulzar su voz y ser más amable de lo normal. Una sonrisa sutil también ayudaba mucho

—Usted… es… mi primer amor — confesó por inercia al ver aquella suplicante mirada, pero luego se cubrió la boca de inmediato y se sonrojó a tal punto que sintió –o eso creyó- que salía vapor de sus oídos — disculpe… yo no… — ¡estaba en pánico por su osadía!

—Me gusta que seas honesto — sonrió con ternura ante la vergüenza de su guardián — por eso… creo que te daré una oportunidad

—¿Eh? — no supo que más emitir mientras retrocedía al ver que su jefe se le acercaba

—Hayato — sonrió divertido por la reacción ajena, ¿desde cuándo Gokudera era así de vergonzoso? Y antes de que su tormenta se desmayara o escapara, le tomó la mano con delicadeza — ven conmigo

—¿Eh? — parecía que la estupidez de todos en esa mansión se le contagio justamente ese día, ¿no podía decir algo más coherente? — Décimo, yo no…

—Vamos — sonrió con emoción sincera antes de tirar levemente de Gokudera — te quiero mostrar algo

—Oh… para eso — dijo calmando su agitado corazón y accedió a seguir a… quien tomaba su mano, ¡Era el mejor día de su maldita vida! Ninguna otra cosa le daría una dicha igual a la que estaba sintiendo en ese instante. Su amado jefe le daba un solo toque, uno en donde sus pieles se tocaban sin impedimento, era suave y cálido, tal vez podría morir feliz con sólo eso. No esperaba más — ¿qué debo ver?

—Entra — sonrió Tsuna antes de tirar un poco de la tela divisoria y jalar a su “amigo”, quien apenas pudo quitarse los zapatos mientras trepaba por el esqueleto de la cama para pasar— ¿te gusta?

—Wow — Hayato miraba aquel conjunto de cosas reunidas en una bonita... ¿qué? ¿Qué cosa era eso? «Vamos Hayato, piensa. Haz que tu cerebro funcione y recuerda el nombre de lo que estás viendo» — Décimo… no sabía que le gustaba acampar en su cuarto — señaló cuando vio aquella camita en el suelo rodeada de diversas cosas — así que esto hacía usted

—Hayato — rió suavemente, estaba divirtiéndose más de lo que imaginó, hasta sintió un par de lagrimillas en la comisura de sus ojos. Veía la duda en su tormenta y decidió dejarlo pasar, le explicaría. Lo invitó a pisar su acolchonada estancia, Hayato era al único que dejó pasar hasta el momento — ¿no sabes lo qué es? — el otro negó con extrañeza y volvió a mirar todo el lugar sin decir nada — es un… nido — dijo con suavidad, divertido por la falta de reacción de su tormenta

—Un nido — dijo con seriedad y se agachó para picar un osito de peluche de color marrón que estaba en una esquina — nunca había visto uno… pero leí que… — se detuvo en seco al recordar lo que un “nido” significaba y giró lentamente hacia su jefe

—Sí, es un nido — se arrodilló junto al de cabello plata y sonrió — mi nido y ahora creo que puede estar completo — mostró la polera que en algún punto le quitó a Hayato y la colocó a la cabecera de su cama

—¡Décimo! — intentó formular palabra alguna, pero la dicha de que fuera considerado para formar parte del nido era… era demasiado para su corazón. ¡Le iba a dar un ataque! — yo… yo… Si soy considerado como parte de su familia y de su lugar de refugio, yo no podría ser más dichoso

—Hayato…

—Leí que sólo los cachorros, es decir la familia pueden formar parte del nido de un omega en celo y…

—Hayato… — insistió mientras seguía mirando las muchas expresiones que su tormenta hacía

—El que usted me considere parte de su familia protectora es…

—Hayato — rió divertido antes de empujarlo para que cayera de espaldas sobre el nido y dejase de hablar — no entendiste

—¡Yo! — intentó levantarse de inmediato, no podía arruinar tan bonito nido fabricado por su amado décimo y… — ¿Décimo? — dijo con duda cuando vio a su jefe evitando que se levantara — ¿Qué?

—Comparte el nido conmigo, Hayato — susurró quedito con las mejillas rojas y soltando un jadeo debido a que el supresor que tomó ya perdió efecto

—¿Eh? — de pronto el aroma de Tsuna empezó a volverse más fuerte y sintió su piel erizarse. Era peligroso, no quería hacer ninguna tontería, así que debía escapar — yo… debo protegerlo y…

—¿No quieres quedarte conmigo en el celo? — susurró mientras fruncía el ceño — Hayato… me mentiste entonces

—Yo no — sintió pánico cuando vio la tristeza en su jefe — es que yo… no sé qué decir, tampoco entiendo qué es lo que usted quiere de mí

—Sólo un poco — Tsuna estaba frustrado, si su tormenta no quería pasar el celo con él… lo obligaría. Claro que lo haría. No había invitado a nadie a su nido, claro que no iba a ser despreciado en esa ocasión — sólo… dime… ¿qué es lo que sientes por mí? ¿Por qué no quieres pasar el celo conmigo?

—Claro que lo desearía, pero usted debe escoger a la persona que ame para… — sus ojos se abrieron desmesuradamente cuando de un solo movimiento su amado décimo lo aprisionó en contra del colchón. Tsuna se sentó en el vientre del más alto y acercó su rostro sin admitir réplicas

—Dijiste que soy tu primer amor — su mirada seria se unió con la de una confundida tormenta — me has ilusionado en vano

—Y lo es, pero yo no quiero abusar de su celo… yo quiero… quiero que me mire con sensatez y decida si es que me quiere ver como algo más que como su simple amigo y guardián

—Ya lo estoy haciendo — enfureció mientras soltaba un suspiro debido al calor de su cuerpo —. Te traje aquí cuando a nadie se lo he permitido. Estoy sobre ti y no estás siendo castigado

—Yo… puedo

—¡Estoy diciendo que pases este celo conmigo, Hayato! — apretó sus puños sobre el pecho del poseedor de esos bonitos ojos verdes que siempre le ofrecieron lealtad y dulzura. La mirada brillosa de Tsuna despedía seriedad y un poco de rabia

—¿Puedo estar con usted? — algo dentro de él estalló en dicha. Se había resignado tanto a su posición simplemente como protector, que estar escuchando eso era… un shock

—¡Eso es lo que trato de decirte! — golpeó la frente ajena con su dedo y se acercó aún más —  créeme que no estoy dispuesto a ser rechazado. No quiero. No lo permitiré

—Décimo — de nuevo quedó en silencio, pero esta vez sintiendo el sabor más dulce que alguna vez probó. Los labios de su amado décimo acallaron los suyos en un roce delicado, hasta podía compararlo con el algodón. El aroma a duraznos y miel lo golpeó tan fuerte que sus fuerzas se anularon… estaba a voluntad de su cielo

—Ahora no me des contra, Hayato… pasarás el celo conmigo y…

—Sería un honor — susurró guiado por la calidez en su pecho y por el aroma cercano. Se elevó para rozar los labios ajenos y escuchar el suspiro de impresión de su jefe — quiero permanecer con usted estos días

—Hayato — se estremeció por el tono de esa voz y el aroma que de pronto envolvió a Gokudera, un aroma a tabaco suave y menta — hueles bien — de pronto sintió un escalofrío recorrerle cuando una mano dubitativa sostuvo su cadera y los labios ajenos rozaron los suyos de nueva cuenta

—Tsuna — susurró quedito antes de depositar un beso suave — yo no puedo controlarme más — susurró antes de abrazarlo por la cintura y acercarlo a él. Estaba mareándose por todas las cosas sucedidas en tan poco tiempo — esto es demasiado para mí — y lo sería para cualquiera. El celo de un omega era poderoso, las feromonas a mil, la calidez, el cuerpo cercano de la persona que amó durante gran parte de su vida, el pedido sorpresivo, todo

—Más te vale complacerme estos días — amenazó mientras se aferraba al cuello ajeno — porque ha sido demasiado insatisfactorio soportar los celos sin compañía

—¿Me aceptaría para todos sus celos? — sonrió divertido porque pocas veces escuchó esa voz autoritaria dirigida hacia él

—Estás a prueba — rió divertido porque sus propias palabras le recordaron a lo que le dijo Reborn en alguna ocasión — debes demostrarme que… ugh

 

 

¿Qué más debe decirse en ese momento? Tsuna no pudo decir más porque ahora era él quien estaba debajo del cuerpo ajeno, siendo besado con dulzura y pasión contenida. Sintiendo una caricia en la piel sensible de su abdomen y embriagado por el aroma del alfa que entró a su nido, al que invitó, al que eligió. El dueño de ese aroma tan especial estaba ahí y estaba dichoso por eso. Tal vez ese sería su mejor celo, tal vez lo repetiría, tal vez… sentía lo mismo que Hayato

 

 

Silencio…

 

 

Cuando los demás miembros de la mansión se dieron cuenta de la ausencia de la tormenta en cierta mañana, se sintieron… extrañados. Si bien la mayoría sabía de los sentimientos de Gokudera por Tsuna, también conocían sobre la resignación del mismo, por eso estaban sorprendidos. ¿Cómo Gokudera logró acercarse a Tsuna? Esa era la duda general de todos en la mesa. Bueno, podría haber la posibilidad que la tormenta se hubiese quedado dormido o tomara a cargo una misión que lo obligó a… ¡No! No era eso y mentirse a sí mismos era indebido. La familia se miró de refilón algunas veces, después todos centraron su atención en Reborn quien estaba de lo más calmado disfrutando de su desayuno

 

 

—¿Qué tanto me miran? — todos se tensaron y desviaron su mirada a otra cosa, lamentablemente fue a las dos paletas humanas en el comedor

—¿No harás nada? — Lambo fue el valiente, últimamente estaba siendo más hablador que los demás

—¿Con qué? — Reborn se hizo el desentendido mientras sonreía de lado

—Pero el cabeza de pulpo está… — Ryohei se vio callado por Chrome, quien usando una ilusión detuvo las palabras del muchacho

—La tarea restante les corresponde a ustedes — respondió el hitman y…

—¡Nos quiere dejar el caos a nosotros! — se alarmó Lambo — por eso está tan tranquilo

—¿A qué te refieres? — Yamamoto le miró con curiosidad — ¿Qué caos?

—El celo de Tsuna es como un evento especial — sonrió Reborn mirando a todos — espero que atiendan bien a los invitados y que… — señaló a Mukuro y Kyoya — cuando ellos sean descongelados, no dejen que destruyan la mansión al intentar matar a Gokudera.

—Olvidé las visitas — rió Yamamoto, pero claramente causó el terror en algunos miembros de esa mesa — supongo que será divertido

—¡Estás loco! — Lambo estaba ya temblando al imaginarse el caos de esos días venideros — A lo que más le temo es a la furia de Tsuna — todos se tensaron, claro, no querían ser castigados si es que algo se destrozaba en la mansión… paletas humanas, papeleo, alguna otra tortura cortesía de las ideas de Reborn… querían evitar eso

—Les recomiendo que empiecen ahora mismo — Reborn terminó con su taza de café y se levantó de su lugar — creo que un alfa llegó

 

 

La definición para el primer día fue: fatal, es más, ardió Troya. Y así sería hasta que acabara el celo de Tsuna

Cuando Byakuran llegó sabían que no sería fácil espantarlo con alguna excusa, nunca lo había sido porque ese loco estaba detrás de Tsuna desde hace tiempo y hasta contaba las fechas de los celos del cielo de Vongola para llegar a la mansión. No fue el único, después arribaron dos aliados que buscaban la aceptación de Tsuna y para rematar, Xanxus, aunque él no venía a “cortejar” sino a divertirse buscando pelea. Junto con el dueño de la llama de la ira a veces Varia llegaba con todo su pelotón para “defender” al actual líder, desgraciadamente para esa ocasión así pasó. La mansión se llenó de dementes

Inicialmente no hubo discordia, hasta que alguno de los “candidatos” para un matrimonio, se dio cuenta de la ausencia de cierto guardián de cabellos platas y ojos verdes. La pelea inició como siempre, todos los defensores de Vongola estaban en la entrada, listos para la demostrar sus habilidades. Eso era tradición, como un juego divertido. Lo malo hasta ese punto fue detener a los atrevidos en la entrada con la falta de Mukuro y Kyoya para que ayudaran a ahuyentar a los demás alfas. Después… lo previsto: alguien pasó la barrera de seguridad. Los interesados buscaron a Gokudera por todos lados, pero claramente no lo hallaron… y fue entonces que, basados en la indignación, estallaron en furia

Iban a ser días agotadores y Reborn estaba sentado en el patio viendo todo por medio de las cámaras instaladas. No iba a perder su valioso tiempo en cosas como esa, se tomaría unas vacaciones como siempre que le convenía

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

 

Jajajajaj me reí feo con este capítulo, por deus. Fue agradable pasar tiempo corrigiendo eso.

Ya sólo falta un capítulo más~

Nos veremos mañana si es posible~

Muchos besos~

Las ama: Krat 


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