Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi niño pequeño, inocente hombre-lobo por Shinjimasu

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

-¡SALUD!- exclamamos en coro mis compañeros y yo.

Ya no había podido resistirme más y había decido aceptar las ofertas de mis compañeros para que pudiera despejarme un poco, yendo al bar más cercano a la oficina y liberar por fin todo lo que tenía guardado: toda la frustración, el dolor, la incertidumbre… todo. Me quedé por un buen rato ahí con mis compañeros hasta que ya no pude beber más.

Sentía a mi cabeza dar vueltas y estaba muy mareado. No era la primera vez que me emborrachaba, pero sí la primera a causa de un despecho.

No podía conducir en ese estado, sin embargo no había podido medir el tiempo y cuando me di cuenta ya era demasiado tarde. Ni siquiera podía marcarle a Heroine para que fuera por mí, por lo que mi única opción fue tomar un taxi.

Caminé por varios minutos sin rumbo aparente hasta que sucedió lo que tenía que suceder. Mi alborotada mente hizo que me perdiera entre las calles y por más estúpido que sonara no tenía ni idea de en dónde estaba. Y por si eso fuera demasiado, no pasaba ni un solo taxi.

Comencé a resignarme a pasar la noche ahí y me acomodé en una puerta. No podía pensar claramente y esa parecía ser la opción más viable en ese momento; quizá solo esperaba que alguien me encontrara. Sin embargo para mí, que ya estaba demasiado ebrio, fue imposible no pensar en Shin.

Ese desgraciado se había ido sin más y no había dado ni una sola señal desde entonces: era como si se lo hubiera tragado la tierra, y eso no dejaba de preocuparme. Yo quería que él estuviera conmigo, deseaba que nunca hubiera tomado la decisión de irse… es decir ¿Él sabría cuidarse solo? ¿Estaría bien? ¿Tendría comida? ¿Un techo? ¿Algo con lo cual vivir bien? Claro que sí, se trataba de Shin después de todo, pero quizá era eso lo que me molestaba más: el hecho de que él pudiera vivir bien sin mí en cuanto yo me sentía vacío sin él.

No me fijé en el momento en el que comencé a llorar sino hasta que las lágrimas comenzaron a caer en el suelo frente a mí. Me sentía patético, pero realmente no me importaba. Al menos no bajo el efecto del alcohol.

Cubrí mi rostro con mi antebrazo para limpiarme, pero sin importar cuanto quisiera impedirlo, seguían sollozando. Ahora ese mismo dolor volvía a mí. Ese insoportable dolor, como si estuviera vacío por dentro y un agujero me consumiera desde mi garganta. Quería no sentirme así, pero era imposible no hacerlo. Era algo involuntario.

-Si supiera que esto iba a pasar, jamás te habría recogido de entre la basura- dije con amargura en voz baja –Jamás…-

No supe cuánto tiempo me quedé así. Quizá algunos minutos, quizá algunas horas, solo supe el momento en el que él llegó de nuevo, como si lo hubiera invocado de alguna manera. En un principio pensé que era un juego de mi mente, una ilusión cuyo único objetivo era perturbarme más, pero no lo fue así.

-Hideki-san, no deberías estar aquí-

Entonces lo miré. Sin duda era él.

-Aléjate- respondí poniéndome en pie para rebasarlo.

-Hideki-san, espera por favor ¡Hideki-san!-

-Ya te lo dije, aléjate de mí-

No podía permitir que ahora regresara y me encontrara en una situación tan lamentable como esa. Me haría quedar muy mal.

-Has bebido mucho, no puedo dejarte ir así-

“¿No puedes dejarme ir? Pero tú si pudiste irte ¿No? Y yo no pude hacer nada” pensé –Si me sigues molestando llamaré a la policía-

-¿La policía? ¡Si ni siquiera puedes sostener tu propio celular!- me dijo angustiado mientras me alcanzaba –Por favor, te acompañaré hasta…-

-Te dije que tenías prohibido regresar ¿O no?- respondí molesto mientras lo enfrentaba de frente –Sin importar lo que pasara-

Shin no me dijo nada. Parecía como si una orden fulminante le impidiera seguir.

-No te necesito- le dije dándome la vuelta –Así que ni se te ocurra seguirme-

No quise voltear y caminé varias calles hasta que llegué a las afueras de una tienda que conocía, donde había un pequeño escalón para que pudiera sentarme. Así lo hice y crucé mis brazos sobre mis rodillas. Mientras hacía todo eso trataba de mirar hacia el exterior disimuladamente, esperando verlo… pero no fue así. Él realmente se había ido de nuevo.

En ese momento de verdad deseaba que me hubiera desobedecido.

 “¿Por qué no vuelves? ¿Por qué no me abrazas? ¿Por qué no apareces de nuevo y te quedas a pesar de todo? ¿En verdad piensas que no te necesito? ¿Qué dejarme solo es lo mejor? Si es así entonces me conoces poco…”

--------------------------------------------0--------------------------------------------

Cuando desperté sentía que mi cabeza estaba por estallar y quería vomitar. Todo mi cuerpo estaba pesado y entumido, me daba la impresión de que si me movía podría romperme algo, pero logré sentarme sobre la cama sin mucho esfuerzo. Froté mis ojos y me puse en pie, pero al parecer lo hice demasiado rápido y me senté de nuevo.

En ese momento juré que era la última vez que tomaba de esa forma.

Traté de aclarar mi vista y descubrí que estaba dentro de una habitación completamente desconocida para mí. Si bien pude haber pensado que alguien me había secuestrado, lo primero que pasó por mi mente fue el nombre de Shin, siendo que, en efecto, él estaba ahí, dormido en una de las esquinas de la habitación.

Había regresado por mí después de todo.

Me levanté y caminé hacia él. No me sorprendería pensar que toda la noche se la haya pasado en el suelo, pues era algo que acostumbraba hacer. Llegué a su lado y acaricié su cabeza. Había crecido durante todo ese tiempo, pero seguía viéndose exactamente igual, excepto porque sus orejas y su cola habían desaparecido… después de todo había aprendido a ocultarlas por su cuenta.

Eché un vistazo a la habitación: no sabía dónde estaba ubicada, pero a pesar de verse un poco “extraña” estaba limpia y tenía cierto aspecto que le daba la impresión de ser segura y acogedora.

Me quedé pensando un momento hasta que lo sentí moverse sin permitirme escapar.

-¿Hideki-san?- me llamó enderezándose -¿Cómo te sientes?-

-Estoy bien- respondí dándome la vuelta. Aún no había olvidado lo que había sucedido antes –Gracias por traerme-

-No tienes que agradecerlo- me dijo -¿Quieres que te prepare algo de comer?-

“Pan tostado” pensé “Eso es lo que a ti te gusta” –No, ya debo irme-

-Al menos espera un poco…-

-Tengo trabajo- respondí dirigiéndome a la puerta para abrirla, pero Shin me alcanzó y me impidió abrirla.

-¡No puedo dejar que Hideki-san se vaya solo así!- me dijo –Al menos permíteme acompañarte afuera… este no es un sitio muy seguro-

No le respondí y solo lo aparté para que pudiera salir. Era lógico que me siguiera.

Bajamos por unas escaleras muy largas dentro de un edificio con un aspecto viejo, sucio… no se veía para nada seguro. Salimos, él delante de mí, guiándome entre las calles llenas de gente que iba de un lado a otro. Algunas personas se nos quedaban viendo y realmente tuve miedo por un momento. No mentiré, ese era un rumbo que yo no acostumbraba. La miseria se veía en todas partes.

Shin me condujo con seguridad hasta que salimos hacia unas calles que se veían un poco más “normales”, pero al parecer su intención era acompañarme hasta llegar a casa.

-Dejé mi auto cerca de aquí- le dije –Gracias de nuevo-

-Hideki-san- me llamó, pero no le hice caso. No quería hablar con él, no había nada qué hablar.

Me di la vuelta y caminé, pero él me detuvo de nuevo, sujetándome por el brazo.

-Hideki-san, por favor espera-

-¿Qué quieres?-

-Quiero saber si estás bien- me dijo con pena.

-Lo estoy- contesté –Solo salí a tomar un poco-

-Tú no acostumbras tomar tanto ¿Sucedió algo?-

-Nada que pueda importarte ya- le dije ¿Ahora vendría a reprocharme? No podía hacer eso ¿Quién se creía? –Es solo que antes no tenía tiempo de hacerlo-

-Entiendo- me dijo –Me alegra saber que ahora tengas tiempo para hacer más cosas-

-Estoy mejor ahora- le dije aún sin voltear a verlo. Cada vez me era más difícil hablar, por lo que trataba de ser hiriente con él para que me dejara tranquilo –Ya no tengo que preocuparme por nada más-

-Lo siento- me dijo –No quería ser una carga-

Esas palabras resonaron en mi cabeza…

-Lo siento- susurró –No quiero ser una carga-

-Está bien. No eres una carga, nunca lo serás-

-Soy muy molesto-

-No es así, eres adorable- le sonreí mientras lo cargaba –Ahora prométeme que no volverás a escapar así ¿De acuerdo?-

-No lo eres…- susurré para mí –Nunca lo serás…-

-Sé que… soy molesto, pero…-

-No es así- le dije sin mirarlo –No lo es…-

Hubo un silencio por un momento. Yo realmente era patético.

-Quiero que regreses- dije por fin -Por favor…-

-Pero… no puedo hacer eso- me respondió –Sin importar lo que pasara no puedo volver, eso fue lo que Hide…-

-¡Sé lo que dije!- exclamé en un sollozo mientras me acercaba a él -¡Y fue lo peor que pude haber hecho! ¡No quiero estar así por más tiempo! No podría soportarlo por más… no soy tan fuerte…-

-Hideki-san es la persona más fuerte que conozco- me dijo –Ha cumplido su palabra-

Agaché mi cabeza y me quedé parado frente a él. Ahora parecía más alto que antes; ¿Acaso quería que me rebajara más? -¿Cuánto más quieres que me humille? Porque yo creo que ya fue suficiente-

-En ningún momento quise que Hideki-san se humillara- respondió –No podría hacer algo así-

-¿Entonces por qué sigues castigándome? Hay un límite para lo que puedo soportar y ya ha sido demasiado- le dije apretando mis puños. En verdad eso era de lo más humillante, pero ya había dejado de importarme que lo fuera o no.

Shin tomó mi rostro y lo alzó, limpiando las lágrimas de mis ojos cerrados.

-Lo único que quiero es que Hideki-san y Heroine-san sea felices-

-¿Qué?-

-Ese día yo… los escuché discutir- me dijo bajando sus orejas con pena –No era la primera vez que Heroine-san le reclamaba a Hideki-san porque ya no le ponía atención ni la trataba como antes. Entonces entendí que no estaba bien lo que habíamos hecho, o mejor dicho, lo que yo había hecho: ustedes estaban en una relación y yo me había interpuesto entre ambos. Me sentía tan bien que había olvidado por completo lo que Heroine-san sentía y comprendí que no podía hacerle algo así después de que ella había hecho tanto por mí. Eso no era justo-

-¿Y por qué no me lo dijiste en ese momento?-

-Porque la única manera de solucionarlo era si yo me alejaba y sabía que Hideki-san no dejaría que me fuera-

-¡Por supuesto que no lo haría! ¡Sabías que te quería! ¡Nunca te hubiera dejado ir!- exclamé molesto -¡No tienes idea de cuánto me dolió! Sin explicaciones, sin aclararme nada ¡Creí que había sido por culpa mía!-

-Por eso preferí que fuera algo rápido-

-¡Pues fue la peor decisión que pudiste tomar!- le grité -¡Yo hubiera dejado a Heroine para estar contigo, pero tampoco lo había pensado así! ¡Era tu obligación decirme lo que te molestaba!-

-Es que era lo que yo quería evitar- me dijo –No quería más problemas con Heroine-san-

Lo miré entonces –Creo que aún no lo entiendes- le dije limpiando mis ojos –Yo ya no amaba a Heroine… el estar con ella se había vuelto parte de mi vida, algo cotidiano, y no estaba con ella porque la amara… sino porque se había vuelto parte de mi propia normalidad-

Shin solo me veía.

-No había terminado con ella porque no lo creía necesario: nuestra relación no iba hacia adelante ni hacia atrás. Si bien fue un error mío, creo que ya pagué lo que debía- le dije –Pero tampoco te puedo obligar a nada-

-Haré lo que Hideki-san quiera-

-No Shin, las cosas ya no funcionan así- le dije mirándolo de frente –Solo te debe importar lo que tú quieres- agregué mientras me daba la vuelta.

En verdad no quería que Shin se perturbara más con eso. A pesar de que entendía por qué lo había hecho no dejaba de sentirme incómodo, ansioso, sin saber qué hacer con eso o como interpretarlo: yo solo quería que él estuviera bien.

Caminé por un par de calles rumbo a mi auto, pensando, esperando recibir una señal de su respuesta, pero no lograba encontrar nada. Sin embargo sabía que fuera la decisión que fuese, él estaría bien con ello.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).