La luz empezó a entrar lentamente por la ventana anunciando un nuevo día, un pequeño cuerpo yacía entra muchas sabanas que cubrían una clara desnudez, cuando los rayos pegaron directamente en su rostro el pelirrojo simplemente frunció el ceño, se estiro lentamente tratando de mantenerse el más tiempo posible que pudiera sobre la cama, hasta que empezó a sentir demasiado espacio, una cama demasiado cómoda … esa definitivamente no era su habitación, así que se levantó de golpe mirando lentamente a su alrededor tratando de reconocer el lugar.
- Pero ¿qué? - por más que trato el lugar no le parecía ni un poco familiar, se destapo notando de inmediato la falta de ropas, entonces las cosas empezaron a hacer clic en su cabeza, el día anterior se había acostado con Viktor Krum, el día anterior había perdido por primera vez la conciencia después de hacerlo algunas veces, y la mayor parte que recordaba era haber estado en aquel salón, supuso que se desmayó justo después de llegar al orgasmo en algún momento, se levantó un poco avergonzado, pero en cuanto sus pies estuvieron sobre el piso y su cuerpo estaba lejos de la cama perdió el equilibrio cayendo casi inmediatamente, el ruido había sido bastante fuerte y había resonado por toda la habitación. Entonces unos pasos empezaron a escucharse en dirección hacia él, Ron simplemente trato de halar alguna sabana para poder cubrirse, no quería que alguien lo viera en aquel estado. Era demasiado vergonzoso.
-¿Ron? - el pelinegro entro a la habitación buscándolo con la vista, el aun esperaba que estuviera en la cama, sabía que había sido un poco rudo con él el día anterior y le preocupaba como se sintiera, en cuanto vio que se encontraba en el piso corrió a auxiliarlo, lo cargo tiernamente como si fuera una princesa y lo acomodo nuevamente en la cama - ¿te encuentras bien?
-s...si, gracias – un tenue sonrojo empezó a aparecer en su rostro e inmediatamente desvió la mirada avergonzado.
-pronto estará listo el desayuno, solo espera un poco más – le acaricio suavemente la mejilla y sonrío.
-em... Viktor – lo detuvo antes de que se fuera – ayer... yo … - trato de mirarlo nuevamente.
-lo sé, no tienes que decir nada – se acercó y le dio un delicado beso en los labios – vamos a avanzar lentamente a partir de ahora – al ver el brillo que apareció en los ojos del pelirrojo no dudo ni un momento en abrazarlo con fuerza – por cierto – la acaricio la espalda mientras hablaban – tengo algo para ti - sonrió.
- ¿para mí? - se separó un poco confuso.
-Si, solo cierra los ojos – el pelinegro espero a que su pareja obedeciera para sacar de su mesa de noche una caja, la cual puso entre sus manos – ya puedes abrirlos.
- ¿Qué es? - miro con curiosidad el regalo y al abrirlo quedo perplejo - ¿Viktor? - llevaba algunos meses saliendo con Draco y él nunca le había mencionado nada sobre unirse, ni siquiera había una pequeña pista de que lo pensara, y el al final había descubierto la verdad, una que le dolía y que le había hecho pensar que nunca podría volver a confiar en alguien, pero ahora se encontraba contemplando un hermoso collar que tenía grabadas las iniciales de Viktor, el cual le insinuaba lo serio que el alpha estaba siendo con respecto a la relación que parecía habían empezado el día anterior.
-sé que es rápido … pero – el semblante del alpha cambio por completo a uno más oscuro – no quiero que nadie más coquetee contigo - frunció el ceño, sabía que su instinto actuaba sin que él pudiera controlarlo muy bien, pero también sabía que había demasiadas personas allá afuera que podían tener algún interés sobre su omega, a quién aún no había reclamado, no porque no quisiera, si no que sabía que su pelirrojo quería que su lazo se fortaleciera aún más, podía sentirlo perfectamente aun sin estar unidos, y por el momento le daría el gusto.
-yo... Viktor - negó algo nervioso – es … ¿estás seguro sobre esto? - lo miró un poco preocupado, Ron sabía que emparejarse con uno de los alphas más codiciados de toda la universidad le traería problemas, si los demás llegaban a saberlo sería hombre muerto, cerro la caja de golpe y se alejó un poco de el – tal... tal vez aun no es el momento – se levantó como pudo y empezó a recoger lentamente su ropa.
-¡Espera! - lo detuvo del brazo – ¿me puedes explicar porque no es el momento? … ayer no parecía que pensaras eso.
-bueno, ayer … fue una cosa que … no pensé que volvería a pasar – trato de soltarse, pero solo sintió como el agarre se hacía más fuerte.
-olvídalo – lo obligo a sentarse y le puso el collar mientras luchaba contra él, al final terminaron en una posición bastante comprometedora, trago lentamente y soltó un pequeño jadeo - ¿Por qué tienes que hacerlo tan difícil?
-¿y...yo? - jadeo también y al moverse un poco, sintió como algo golpeaba contra su trasero – n... no … ¿Viktor? … mis caderas no soportaran otra ronda ...
-eso debiste haber pensado antes de... - el olor a humo rompió todo el ambiente que se había creado – ¡El desayuno! - soltó rápidamente al pelirrojo y salto de la cama para correr a la cocina.
Ron simplemente empezó a reírse a carcajadas de la situación, se giró para quedar boca arriba en la cama y toco con delicadeza el collar. Después de dejar de reírse sonrió de oreja a oreja y cerró los ojos, Viktor realmente era alguien especial, con todos esos gestos que estaba teniendo con él era inevitable enamorarse de él, ahora entendía porque todos se morían por él.
Solo por esta ocasión Ron decidió que su instinto controlara la situación, dejaría que Viktor tratara de conquistarlo (aunque ya lo había hecho), y él disfrutaría cada segundo de eso.
- ¿listo para el desayuno? - Viktor entró a la habitación con un plato de cereal y un jugo.
Ron lo miró confundido y luego entendió lo que había ocurrido, empezó a reírse nuevamente mientras se acomodaba en la cama.
-se ve delicioso – dijo entre risas.
-es tu culpa que lo otro se quemará - frunció un poco el ceño y se acomodó a lado del pelirrojo – pero el cereal esta delicioso, te lo aseguro – le dio un beso en la mejilla y lo abrazo por los hombros – el chef me lo dijo.
-vaya, entonces hay que ver si tiene razón - sonrió y recargo su cabeza en el hombro.
Ese día, seguramente sería un buen día, Ron estaba seguro de eso.