- ¿Se te ha perdido algo? - preguntó Yuri intentando aparentar normalidad - Este lugar es solo para empelados.
Taehyung borró la sonrisa de su rostro y suspiró, dándole una mirada angustiada a Yuri. En un primer momento había querido tomárselo todo con calma y positivamente pero era imposible. Totalmente imposible. El solo hecho de pensar que casi seguro el niño que Yuri llevaba dentro era suyo lo aterraba. No era porque no lo quisiera, claro que no, él siempre había querido tener hijos, pero se sentía demasiado joven e inseguro. Incapaz.
- Es mío, ¿cierto? - preguntó temeroso - El... el bebé digo - habló nerviosamente.
Yuri posó una de sus manos en su vientre e intentó regular su respiración. No debía ponerse nervioso por estar frente a Tae, solo era un alfa más.
- No es de tu incumbencia.
- Lo es - pese a su nerviosismo su voz no tembló al decir esas dos palabras - Oye mira, yo nunca esperé que esto sucediera... sé que fue culpa mía por anudar pero como te llevaste las pastillas del día después pensé que todo había quedado solucionado y no te busqué... Pero ahora que lo he descubierto quiero ayudarte en todo lo que pueda.
Yuri suspiró y decidió sentarse en el sofá. Esa conversación iba para largo y sus pies ya no daban para más.
- Ni quiero ni necesito tu ayuda - ni siquiera él se creía esa mentira pero no pensaba aceptarlo tan fácilmente - Así que ya puedes irte. No voy a pedirte nada, ni que te hagas responsable y te cases conmigo ni que me pases una pensión, así que puedes olvidarte completamente de esto y desaparecer de mi vida.
Tae negó.
- No voy a hacer eso - sentenció sin titubear - para empezar va contra mis principios pero aparte de eso, sencillamente no deseo dejarte solo. Y quiero conocer a mí hijo.
El omega lo miró de reojo y volvió a suspirar.
- Bien, hablaremos de esto pero no aquí, en cualquier momento entrará Yoona y si te ve aquí mañana estará insoportable - se levantó apoyando una mano en su espalda y otra en el borde del sofá para empujarse - ahora espérame fuera, tengo que cambiarme.
Taehyung asintió y también se levantó, quedándose parado frente a él con el ceño fruncido, ¿por qué Yuri tenía los ojos tan rojos? se preguntó a sí mismo.
- ¿Has llorado? - fue la única explicación que se le vino a la cabeza.
El rubio maldijo en su interior, se había olvidado completamente de su bajón.
- Son solo las hormonas - explicó yendo hasta su taquilla y cogiendo la ropa que llevaba esa mañana - me traen de cabeza.
Tae no tuvo que esperar demasiado para que Yuri saliera y cuando lo hizo este pasó por su lado sin decir nada, tan solo haciéndole una seña con la cabeza para que lo siguiera. Y así lo hizo. Caminaron en silencio por las heladas calles de la capital del país unos diez minutos - en los cuales Tae solo deseó envolver sus brazos en el omega para protegerlo del frío - hasta que Yuri paró frente a lo que parecía ser un pequeño y cálido restaurante.
Entraron y fueron hasta la mesa más apartada, buscando toda la privacidad posible para poder hablar con calma de lo que estaba sucediendo.
- Tú eres el padre, sí - afirmó Yuri en cuanto estuvieron sentados - Pero no quiero volver a verte.
El alfa no se extrañó demasiado por las últimas palabras que dijo, recordaba bastante bien el día que se conocieron y la mala leche que tenía el chico, así que solo rodó los ojos y apoyó los brazos en la mesa.
- ¿Por qué?
Yuri se quedó un poco desconcertado por esa pregunta.
- ¿Cómo que por qué? Pues porque no, no te necesito y no te quiero cerca de nosotros.
- Yuri... - Tae estaba empezando a desesperarse - Por el amor de dios, soy muy conscientes de las dificultades que conlleva tu embarazo y no quiero que ninguno de los dos - Yuri se mordió el labio inferior ante la cifra que dijo - sufráis algún daño.
- Estamos perfectamente bien - bueno, eso no era del todo cierto, para empezar apenas había conseguido llegar a los cincuenta quilos - no necesitamos tu ayuda.
- No puedes negarme el derecho de ser padre, Yuri - hasta el momento Tae había mantenido un tono de voz muy tranquilo y calmado pero lo cambió a uno más serio - Muy posiblemente no me creas pero no te he podido sacar de la cabeza en los últimos meses y ahora que te encuentro no voy a dejar que te alejes de nuevo. Mucho menos sabiendo que esperas un hijo mío.
Aunque no quisiera admitirlo, su omega interior saltó de felicidad al oír esas palabras.
- Pues lo llevas mal - sentenció al mismo tiempo que se levantaba de su sitio con la intención de irse de allí - esta conversación termina aquí.
Pero antes de que pudiera siquiera dar un paso en dirección a la puerta una mano cogió su muñeca. Inevitablemente un escalofrío recorrió su cuerpo al volver a sentir su piel contra la de ese alfa.
- Yuri, por favor, esto no depende solo de ti - Tae estaba haciendo todos sus esfuerzos para volver a hablar de una forma calmada - Pese a que ya estés en el... ¿quinto mes? - calculó rápidamente - el riesgo de un aborto espontáneo no ha desaparecido. No te he marcado y tampoco he estado a tu lado durante los primeros meses del embarazo, es peligroso que sigas así.
El omega intentó deshacerse de su agarre para continuar caminando en dirección a la salida pero este se incrementó - en ningún momento llegó a ser tan brusco y fuerte como para hacerle daño o dejar marca - impidiéndole dar un solo paso en dirección contraria a la del alfa.
- No me gustan los alfas y no tengo intención de depender de ninguno - escupió frunciendo el ceño y mirándolo enfadado.
- Y yo no te pido que lo hagas, solo te pido que me dejes ayudarte para que así puedas estar más relajado y descansado - lo miró de arriba a abajo preocupado - Joder, estás malditamente delgado Yuri, realmente me preocupa que estés así. No es bueno para ninguno de los dos.
Taehyung soltó al omega cuando este volvió a sentarse en su sitio pero aún así no dejó de fruncir el ceño al darse cuenta de lo delgado que estaba. Por no hablar de sus ojeras y de su piel extremadamente pálida, ¿cómo no podía haberse dado cuenta antes?
Se quedaron en silencio durante varios minutos. Tae ya lo había dicho todo, ahora Yuri debía decidir. Lo examinó con detenimiento. A parte de su increíble físico - algo que ya de por sí le daba ventaja puesto que distraía en demasía al omega - parecía alguien bastante amable, al fin y al cabo en ningún momento le había gritado ni amenazado, mucho menos dañado. Pero aún así no soportaba la idea de tener que someterse ante alguien. Si ya de por sí tenía un carácter rebelde e indomable des del incidente con Zane esa parte de su personalidad se había incrementado.
- ¿Qué hay con tu pareja?
- ¿Eh? Ah claro, Jungkook - no se esperaba esa pregunta a pesar de ser algo obvio - bueno, yo... voy a cortar con él en cuanto pueda, ya hace tiempo que no estamos bien - le sonrió levemente - No debes preocuparte por él, es muy bueno así que espero que entienda la situación. Además tampoco te estoy pidiendo matrimonio, solo que me dejes formar parte de la vida del bebé.
Yuri volvió a quedarse en silencio unos segundos.
- Son dos - confesó al fin - son dos bebés - murmuró apoyando sus manos en su vientre.
Los ojos de Tae se abrieron como platos. Bien, eso des de luego que no se lo esperaba aunque ahora que lo sabía debía reconocer que el vientre de Yuri era demasiado grande como para ser de solo cinco meses.
- ¿Dos? - su voz sonó más aguda de lo normal y sintió la necesidad de dar un trago de agua para intentar hacer desaparecer el nudo en su garganta.
- ¿Vas a retractarte ahora?
- Por supuesto que no - dijo rápidamente - Es solo que no me lo esperaba... dos bebés - cubrió su boca con ambas manos - Dos bebés - repitió anonadado - Guau, voy a tener dos hijos - no podía creérselo - No puedes no aceptar mi ayuda Yuri, mucho menos sabiendo que son dos. Es malditamente arriesgado si no estoy a tu lado y lo sabes, lo sabes muy bien. Incluso mejor que yo. Solo debes mirarte al espejo.
Bien, tal vez esas últimas palabras no fueron las más adecuadas. Cuando el rostro de Yuri empezó a volverse rojo del enfado tragó saliva instintivamente, si no hacía algo rápido se la iba a cargar.
- N-No digo que te veas mal o que estés gordo, porque no lo estás - empezó - Sinó porque estás realmente delgado y tienes muchas ojeras, lo que demuestra que no puedes dormir en condiciones.
Al parecer esta vez no la cagó porque Yuri pareció relajarse.
El rubio volvió a relajarse en su sitio y suspiró con cansancio, ese día se le estaba haciendo eterno, lo único que quería era volver a casa y meterse en la cama para dormir todo lo que esos engendros le permitiesen.
- No sé lo que te han hecho en el pasado para que desconfíes tanto de los alfas - continuó hablando Tae - pero te puedo asegurar que yo no quiero hacerte nada malo, solo ayudarte a sobrellevar los meses que quedan de embarazo.
Cuanto más lo pensaba más factible le parecía la idea. Taehyung parecía hablar en serio y tampoco podía negarle el derecho de ser padre. Además su médico le había repetido infinidad de veces que estaría mucho más cómodo si el alfa estaba cerca. Y tal vez podría aprovecharse de él. Sí, eso último no sonaba tan mal.
- Estoy de veintitrés semanas, cinco meses y medio - habló finalmente - La próxima revisión es en dos semanas, será la de los seis meses, puedes venir - tampoco perdía nada diciéndole, ¿no?
Inevitablemente Tae formó una enorme sonrisa ante esas palabras.
- ¿Puedes darme tu número de teléfono? - preguntó el alfa - Así me mandas el día y la hora de la cita, además estaría mucho más tranquilo si puedes llamarme si algo va mal.
Como respuesta Yuri extendió su mano a la espera de que le diera el móvil. Una vez tuvo su contacto guardado Tae no tardó ni un segundo en enviarle un mensaje para que el omega también lo tuviera.
- Cuando llegue a casa te paso la información - dijo Yuri haciendo el amago de volver a levantarse pero Tae lo detuvo antes de que lo hiciera.
- Espera - el omega lo miró con una ceja alzada esperando a que hablara - ¿Puedo... puedo tocarlo? - preguntó tímidamente señalando a su vientre.
Esa pregunta pilló a Yuri desprevenido aunque supo disimularlo bien.
- Uhm, claro - murmuró.
Taehyung no tardó ni dos segundos en arrodillarse frente a la silla de Yuri y observar su barriga con fascinación. Aún seguía sin poder creer que allí dentro crecieran sus dos pequeños cachorros. Levantó una mano vacilante y con un extremo cuidado la apoyó en el vientre del omega. No tuvo que esperar demasiado para sentir movimiento bajo su palma.
- Oh Dios, se han movido - murmuró impactado.
- No dejan de hacerlo - respondió Yuri entre dientes, pateaban malditamente fuerte.
- ¿Estás bien? - preguntó Tae al notar el tono del menor.
- Sí, sí, es solo que tienen mucha fuerza - intentó ponerse cómodo en la horrible silla de la cafetería (no lo consiguió) - apostaría que tienen más que yo.
El alfa soltó una pequeña carcajada ante esas palabras y continuó acariciando su vientre.
- ¿Sabes ya su sexo?
Yuri negó.
- No se dejaron ver en la última ecografía - cerró los ojos con fuerza cuando sintió otra patada, esta vez de lleno en sus costillas - Tal vez en la próxima.
Pese a la fascinación que embargaba al alfa no pudo evitar preocuparse por las muecas que hacía Yuri de vez en cuando, ¿era normal que las patadas le afectaran tanto?
- ¿Quieres que te acompañe a casa? Tienes mala cara.
- No hace falta - gruñó apartando su mano y levantándose - la parada del bus está a dos cuadras de aquí.
Está loco si piensa que lo dejaré coger el transporte público tal y como está, pensó Tae en su interior. Pero como sabía que era arriesgado insistir en llevarlo - seguro que si lo molestaba demasiado empezaría a ignorarlo - cogió su cartera y sacó algunos billetes.
- Al menos coge un taxi, estarás más cómodo.
Yuri cogió el dinero, no iba a negar cosas obvias y ya que se lo pagaba lo aprovecharía.
- Nos vemos, alfa - dijo pasando por su lado sin siquiera mirarlo.