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Un problema muy problemático por LittleAyla

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Notas del capitulo:

¡Pues aquí estooy!

Me han encantado vuestros reviews, animándome con los exámenes y dándome vuestras opiniones sobre mis nuevos proyectos, que por cierto ya he empezado (solo dos, Pedazos de un alma de cristal y Nubes Rojas). Del primero subí el prólogo hace unos pocos días y el segundo voy a publicarlo en unos minutos ;D.

Pedazos de un alma de cristal

Nubes Rojas

Los gemidos de placer llenaban la habitación mientras Yuri cerraba los ojos, disfrutando de la increíble sensación de comerse esos increíbles nuggets cubiertos por mermelada de arándanos. Al mismo tiempo Adela lo observaba con una mueca de asco en su rostro, ni siquiera ella en alguno de sus embarazos tuvo un apetito tan... perturbador.

- No me mires así, vieja, no es culpa mía que uno quiera una cosa y el otro otra - gruñó el rubio llevándose a la boca un nugget entero.

- Tenme más respeto, niño - demandó la anciana dándole un pequeño golpe en la pierna.

Se quedó en silencio unos minutos, observando como el chico devoraba la comida que acababa de comprar. Le preocupaba. Yuri era un maldito tozudo en todos los aspectos. La mujer pensó que ahora que estaba marcado se relajaría un poco y dejaría de exigirse tanto y querer hacerlo todo él solo, pero no había manera de que se dejara ayudar. Ya ni sabía la cantidad de veces que le había pedido que dejara el trabajo y se apoyara más en su alfa. Pero esa idea parecía no caberle en la mente al omega.

De pronto Yuri dejó de comer y bufó entre molesto y resignado, volviendo su rostro para mirar a Adela. Sabía perfectamente lo que pasaba por su mente es esos instantes.

- Estoy bien vieja, no hace falta que te preocupes tanto - y como al parecer la suerte nunca estaba de su parte, uno de los bebés pateó sus resentidas costillas sacándole un quejido - no es mi culpa que sean alfas y tengan tanta maldita fuerza - murmuró frunciendo el ceño.

- Vale, ya no más - soltó de pronto la mujer levantándose y apoyando sus manos en sus caderas para mirar seriamente al Yuri - ahora mismo te haces una maleta y te vas a casa del alfa - ordenó.

Los ojos del rubio se abrieron como platos y la miraron sin poder creerlo, ¿quién se pensaba que era esa anciana como para mandarle hacer algo como eso?

- Pese a que me gustaría, no puedo estar todo el tiempo contigo y tampoco podemos pedirle a Andrea que lo haga ahora que por fin ha conseguido una novia - empezó Adela antes de que Yuri empezara a insultarla y tacharla de loca - Además Taehyung tampoco puede estar siempre contigo, su banda está empezando el ascenso a la cima y aunque hace innumerables esfuerzos por estar todo el tiempo posible con vosotros no siempre puede estar, así que te vas a trasladar a su casa, vas a dejar el trabajo como mínimo hasta que hayan nacido, y lo vas a acompañar al estudio para no quedarte nunca solo - claramente lo que le estaba diciendo no era una opción que podría rechazar, era una orden - ya lo he hablado con él y está encantado con la idea. También dice que debe comunicarles su situación tanto a sus jefes como a sus compañeros de banda así que daréis una mejor imagen si vivís juntos.

- Otra vez con esas estúpidas ideas - se quejó Yuri cruzándose de brazos y cubriéndose con la sábana de la cama - No pienso moverme de este piso - aclaró dándole la espalda y cerrando los ojos dispuesto a dormir.

- Como si pudieras escoger - soltó Adela con burla - he hecho tus maletas mientras trabajabas, por eso estaba aquí cuando llegaste - Yuri se incorporó mirándola con la boca abierta - Y Andrea se ha encargado de meterlas en mi coche mientras tú dormías tu siesta. Así que solo quedas tú.

El omega sintió enrojecer su rostro de rabia, eso era demasiado. ¿Cómo se atrevían a recoger sus  malditas cosas sin su permiso y llevarlas a casa de un alfa estúpido? Estaban locos si creían que iba a hacer algo como eso.

- A estas alturas ya deberías saber que si no lo haces por las buenas será por las malas  - le avisó.

- JA-JA-JA - se burló - ¿Y qué se supone que le haréis a un embarazado de casi seis meses? - preguntó con socarronería.

- ¡Andrea!

El nombrado no tardó en aparecer por el marco de la puerta, acercándose rápidamente a él y pasando uno de sus brazos por debajo de sus rodillas y el otro por su espalda, levantándolo como a una princesa e ignorando sus quejas, gritos e insultos. Salió del piso y bajó hasta la calle seguido por Adela, quien se apresuró a abrirle la puerta del coche aparcado frente al edificio para que les fuera más cómodo.

Yuri gritaba y pataleaba como un loco pero a esas horas no había demasiada gente en la calle y tampoco tuvo mucho tiempo para dar el cante, no tardaron más de cinco segundos en salir del bloque de apartamentos y meterlo dentro del coche.

- No estés triste chico - le dijo la vieja al beta - no es como si esta fuera la última vez que lo fueras a ver.

- Lo sé, pero supongo que me he acostumbrado a su presencia mandona y amargada por casa - sonrió rascándose la nuca - Bueno, acabaré de empacar sus cosas, gato incluido, y lo llevaré todo a la dirección que me has dicho antes - se acercó a la ventana de Yuri y se agachó para regalarle una sonrisa, ganando solo una mirada asesina y los dos dedos del medio. Soltó una risotada y le dijo adiós con la mano mientras Adela entraba al coche y arrancaba.

Lo echaría de menos.

***

- ¡Taehyung! - exclamaron - ¿Dónde tienes la cabeza? Necesitas concentrarte para que la coreografía salga bien - dijo Namjoon frustrado - Si hay algo que te inquieta solo dilo - suavizó un poco su tono de voz y le dedicó una pequeña sonrisa, animándole a contarles qué le sucedía, todos habían notado que en los últimos días estaba siempre pensando en otras cosas.

El aludido se rascó la cabeza y rió nervioso, tal vez había llegado el momento de contarles a los chicos toda la historia. Jungkook apartó la mirada, sabía perfectamente lo que pasaba por la mente del alfa y no tenía ganas de escuchar esa historia otra vez así que salió del salón ignorando los llamados de sus compañeros. Era consciente de que su reacción había sido demasiado temperamental y agresiva y que debía disculparse por ello pero aún estaba enfadado. No soportaba la idea de que su relación de cuatro años con su compañero de banda hubiera terminado por un simple omega.

- ¡Jungkook! - exclamó Jimin que había salido tras él - ¿Sabes lo que le pasa a Tae? ¿Acaso es algo... relacionado con vuestra ruptura?

- Es el motivo de nuestra ruptura - dijo con acidez  - Deberías volver, es algo importante - dijo entre dientes.

Pese a que no estaba muy convencido Jimin asintió y volvió donde estaban sus compañeros, expectantes a que volviera para que Tae explicara de una vez por todas lo que le tenía ausente des de hacía días.

- Am... verán chicos, esto es algo difícil de decir supongo...

- ¿¡Estás enfermo?! - exclamó Jin, el omega de Namjoon y la "madre" del grupo.

- ¿Eh? No, no - soltó una risa nervioso - Mi salud está perfecta... la cosa es que yo... - a la mierda, decir las cosas con tacto no era su especialidad - He marcado a un omega menor de edad y voy a tener gemelos con él - ya está, ya lo había dicho. Aunque al ver las expresiones de los demás se arrepintió de no allanar el terreno primero.

Todos se quedaron en silencio durante unos muy largos minutos intentando procesar la impactante noticia. El primero en hablar fue Jin.

- ¿¡Vas a ser papá?! - exclamó emocionado. Cierto, Jin también era un omega y des de hacía unos meses su instinto maternal había despertado - ¡Eso es maravilloso TaeTae! ¡Totalmente maravilloso! - gritó lanzándose a abrazarlo - ¡Tienes que presentarnos cuanto antes a ese omega!

- Jin... estás olvidando algunos detalles importantes - dijo Namjoon mucho más serio que su pareja.

Pero el nombrado ni siquiera se inmutó ante ese comentario, solo giró un poco su rostro para fulminarlo con la mirada. Jin llevaba días casi ignorándolo puesto que era su alfa y cada vez que nombraba la idea de tener un bebé este cambiaba de tema rápidamente o sencillamente se hacía el sordo. Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Namjoon ante la mirada que recibió.

- Antes de hacer suposiciones nosotros mismos, dejemos que nos cuente la historia completa - dijo Jin sonriéndole y animándole a hablar.

- Pues... Yuri está de casi seis meses - se rascó la nuca - yo nunca tuve planeado engañar a Jungkook, ocurrió una de esas noches que salimos después del concierto - empezó - estábamos bailando juntos... realmente no fue mi intención pero por alguna razón no podía despegarme de él, su aroma... era hipnótico, embriagante, me atrapó completamente - suspiró sin mirar a nadie - Luego de esa noche no volví a saber nada hasta hace apenas unos días y fue por pura casualidad. Después de ver que estaba embarazado yo no pude dejarlo solo y tampoco podía traicionar más a Jungkook, fue por esto que terminamos - se dejó caer contra la pared - No me odiéis por esto chicos, por favor.

- ¡Oh Dios mío! - gritó Jin cuando terminó de contarlo todo - ¡Él es tu destinado, Tae!

Abrió los ojos como platos ante esas palabras.

- ¿Cómo dices? ¿Mi... destinado?

- Claro que sí, recuerdo muy bien la primera vez que me encontré con ese alfa estúpido - dijo señalando a Namjoon con la cabeza, quien solo rodó los ojos - Y entiendo a lo que te refieres cuando dices que no pudiste resistirte a él, es lo que sucede con los destinados.

A Tae le habría gustado tener tiempo de al menos procesar esas palabras pero sus compañeros no parecieron darse cuenta de eso.

- Yo la verdad es que no sé qué decir... - dijo Jimin - des de luego no me esperaba algo como esto. Me gustaría poder enfadarme contigo por haber engañado a Jungkook pero si lo que dice Jin es verdad tampoco tenías muchas opciones  - le sonrió a su amigo - Ya nos lo estás presentando, Tae - le dijo alzando y bajando las cejas de una forma realmente graciosa.

- ¡Yo quiero ver una foto suya! - exclamó HoSeok haciendo reír a todos.

Solo faltaba uno para dar su opinión. Taehyung buscó con la mirada a Suga pero abrió los ojos al darse cuenta que estaba... dormido en el sofá.

- No se ha enterado de nada, ¿verdad? - dijo intentando no estallar en carcajadas.

- Tiene pinta que no.

- Bueno, supongo que se lo contaré mañana - rio un poco y por casualidad posó los ojos sobre el reloj de la sala. Mierda, ¡era demasiado tarde! Según Adela, Yuri estaría en su casa a las seis y ya eran las seis y cuarto - Chicos, en serio lo siento, pero tengo que volver a casa, Yuri ya debe haber llegado y si tardo mucho más... ¡no creo sobrevivir! - exclamó antes de salir corriendo.

***

- ¿Se puede saber dónde carajos se ha metido ese tonto? - gruñó Yuri sentado en el asiento del copiloto del coche de Adela frente a la casa de Taehyung - ¿No dijiste que estaría aquí a las seis? Porque ya son las seis y media pasadas.

- Relájate un poco cariño - susurró ella totalmente concentrada en el crucigrama que estaba haciendo - deberías dejar de ser tan amargado.

- ¿Amargado? Bueno, para empezar estoy aquí, mudándome, en contra de mi voluntad, encima el tonto este no está ni en casa cuando llegamos y para rematar me duele la espalda como los mil demonios y este coche solo lo empeora. Necesito estirar las piernas - dijo con la intención de salir del coche, pero la mano de la mujer lo detuvo.

- Por Dios no salgas con este frío, no llevas abrigo y el suelo está húmedo, podrías resbalar.

Evidentemente no le hizo caso, abrió la puerta del coche y se levantó, soltando un suspiro de alivio al poder estirar las piernas después del largo rato sentado en el coche

- ¡Yuri! ¡Al menos ponte algo encima! - exclamó la mujer preocupada.

- Estoy bien Adela, tampoco es como si estuviera inválido - se quejó sin mirarla, dando unos pasos por su alrededor para apreciar mejor lo que rodeaba la casa en la que iba a vivir en los siguientes meses.

Debía reconocer que el lugar era bonito, muy bonito. Para acceder a la puerta debías pasar por una pasarela de madera con apenas una delicada barandilla que reseguía el contorno del río que travesaba la ciudad. Por otro lado le gustaba mucho su ubicación, no estaba en las afueras sinó bastante en el centro pero aún así estaba rodeada de naturaleza, con el río a un lado y un enorme parque cruzando la calle. Era realmente preciosa des del exterior. Se apoyó en la barandilla de la pasarela de madera y observó el río, relajándose con su suave murmullo.

Por primera vez en meses se sintió completamente relajado. Su frío habitual había desaparecido y podía disfrutar del viento helado que acariciaba su rostro, enrojeciendo su nariz y revolviendo su cabello. Por unos instantes pensó que estaba en Noruega otra vez.

Sintió como alguien pasaba un suave abrigo sobre sus hombros y ese aroma tan conocido a hierba mojada del alfa al que ahora pertenecía no tardó en llegarle. No se movió ni dijo nada, solo siguió observando el paisaje frente a él. De pronto parecía que mil emociones diferentes le llegaban. Nostalgia, felicidad, tristeza, ganas de llorar, melancolía, alegría...

- ¿Cómo estáis? - preguntó Taehyung pasando un brazo por sus hombros y acercándolo a él.

- Bien supongo, hoy están bastante tranquilos.

El mayor asintió y tras unos segundos de silencio volvió a hablar.

- ¿Y cómo estás tú? - murmuró - Puedo sentirte... inquieto.

Yuri negó con la cabeza y sorbió la nariz. La mezcla de emociones le estaba poniendo demasiado sensible.

- Solo son las malditas hormonas, que de la nada empiezan a alterarme - se quejó.

- ¿Puedo hacer algo para ayudarte? - murmuró en su oído, provocándole un escalofrío. Las manos de Tae se apoyaron en las caderas de Yuri, atrayéndolo hacia él y haciendo que la espalda del omega chocara con su torso - Tal vez... ¿algo así? - susurró apoyando sus labios en el cuello de Yuri y repartiendo pequeños besos por la zona.

- ¿Qué crees que haces? - pese al tono molesto que utilizó, no se separó.

- Bueno, solo beso el cuello de mi... novio - no pudo evitar la sonrisa que apareció en su rostro al pronunciar esas palabras - uno que debe conocer a mis padres - dijo antes de que Yuri hablara.

- ¿Perdona? Repíteme esas últimas dos gilipolleces que has dicho.

- Pues que voy a presentar mi destinado a mis padres - Yuri lo miró anonadado, sin poder creer las tonterías que decía, ¿ahora hablaba de destinados? ¿ellos? - de hecho esta noche cenamos con ellos, exactamente en dos horas.

Y antes de que Yuri pudiera lanzarlo al río, besó su frente y fue corriendo hasta el coche, saludando a Aldea y empezando a coger las maletas.


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