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KONOHAGAKURE por Yanel uchiha

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Notas del capitulo:

Holis mis lectores espero este capítulo sea de su agrado.

Veremos el nacimiento del pequeño Naru chan y algo más.

 


CAPITULO 2


 


Nación de Kumogakure


 


 


El rey A se encontraba furioso, su maldito plan había resultado un completó fracaso, la estúpida reina de Iwagakure había escapado y dejado el reino a cargo de su primo Nagato Uzumaki, un varón de pelo rojo, piel blanca como la leche, ojos verdes iguales a su prima, era muy bonito para ser hombre, más parecía un doncel, quien tuvo la osadía de romper el tratado de alianza entre ambas naciones “maldito mocoso, pero esto no se quedara así, Kushina me las pagara muy caro por su maldito desplante” exclamo en su mente.


 


¡Bee!  - llamo fuerte a su hermano menor, quien tenía la misma complexión física al rey, Bee rápido acudió al llamado de su hermano mayor – quiero que busques al maldito traidor de Minato y a la zorra de mi prometida y los traigas ante mi presencia, ambos deben pagar por traidores – ordeno el rey.


 


Bee solo realizo una reverencia y junto a su súbditos, salió del palacio para comenzar la búsqueda de la reina de Iwagakure y el consejero Minato, conocía muy bien a su hermano y sabía que era un hombre de temer “por más hermano suyo, el me odio, porque soy una amenaza a su trono y es capaz de matarme si no le obedezco” pensaba el príncipe, cabalgando a todo galope junto a su ejército.


 


Así comenzó la búsqueda de la reina Kushina y el consejero Minato, por alta traición a la corona de kumogakure, por días enteros los buscaron tanto por mar y tierra, sin poder encontrarlos, cansado y agotado Bee, al igual que sus guardias, decidió regresar al reino, recibiendo de parte de su hermano una gran golpiza por no cumplir con su labor, enviándoles a él y a sus hombres al calabozo, donde permanecieron semanas encerrados ahí sin comida ni agua, por mandato del rey A.


 


Nación de Sunagakure


 


 


El rey Raza estaba con el genio que se lo llevaba los mil demonios, sus malditas tropas, no habían conseguido encontrar el paradero de los hijos del rey Fugaku, buscaba y buscaba pero no había rastros de los pequeños, parecía como si la tierra se los hubiera tragado a los príncipes Uchiha, ya habían buscado casi todos los continentes sin obtener resultados.


 


Además ver la cara sonriente de Orochimaru todos los días le molestaba más “¿por qué no permites que te ayude?, yo podría encontrarlos” recordó las palabras del viperino, el no era ningún tonto, si permitía que Orochimaru le ayudara, estaba cien por ciento seguro que el maldito le pediría una alianza, pero eso era una locura, todos sabían que el maldito viperino era un arma de dos filos y al primer descuido, el desgraciado lo asesinaría, quedándose con su reino “eso nunca, antes muerto que permitir esa maldita unión” pensó el rey de Suna.


 


Se le acababa el tiempo, el rey Fugaku se estaba impacientando y cada vez que lo veía estaba más insoportable que de costumbre “si no los encuentras rápido, olvídate del maldito trato Sabaku, que mi paciencia se acaba” el desgraciado Uchiha lo había amenazado y eso era una mala señal para él y todo su reino.


 


Lo único bueno de todo esto, era que el maldito y miserable Lord A, se quedo con las ganas de invadir su nación y quedarse con su reino al no poder aliarse con Iwagakure, debido a que la reina había escapado con el consejero real de Kumogakure, eso le agrado escuchar, pero aun no estaba nada seguro, conocía al gobernante de Kumogakure y sabia que buscaría la manera de invadir su reino y eso no podía permitirlo para nada, por eso debía darse prisa en encontrar a esos mocosos.


 


Nación de Konohagakure


 


 


El rey Fugaku estaba destrozado, sus dos pequeños príncipes no aparecían, cada día que pasaba sin obtener noticias de ellos le devastaba, por más que trataba de mostrarse fuerte ante sus súbditos y al rey de Suna para que no vieran su estado actual, en su lecho cuando estaba solo, dejaba salir sus lagrimas de impotencia, al pensar ¿qué talves?, no volvería a ver a sus hijos, eso le destrozaba por dentro cada día.


 


Kakashi junto a Iruka buscaban la manera de encontrar el paradero de los pequeños príncipes, pero parecía que la tierra se les hubiera tragado, solo de pensar que tal vez ambos príncipes ya estén muertos, los destrozaba, no solo al rey, sino a toda la nación que adoraban a los pequeños.


 


******************************


 


Los meses fueron pasando poco a poco, Lord Fugaku tomo la decisión de que era el momento de salir adelante y continuar con su vida, no elegiría otra consorte, como el consejo le había sugerido, la memoria de su reina siempre estaría presenté, no podía volver a tener un hijo ya no, muy dentro de su alma el rey sabia que algún día encontraría a sus pequeños.


 


El Consejo real, al saber la decisión de su rey, que había decidido renunciar con la búsqueda de los antiguos príncipes, imploraron a Lord Fugaku, para que elija una nueva consorte real y tenga un herdero para el reino, pero su gobernante, les informo que no estaba en sus planes tener una consorte y que había mandado un mensaje a su primo doncel el príncipe Obito, que en unos días llegaría a la nación junto a su sobrino.


 


Cuando llego el príncipe Obito Uchiha junto a su heredero Sai, el rey Fugaku y Obito empezaron a entrenar a todo el ejercito real, para prepararlos de cualquier invasión futura, sus tropas empezaron a fortalecerse y crecer en número, cosecharon grandes terrenos de sembradíos y criaderos de ganados, la nación fue fortaleciéndose cada vez más, hasta convertirse en la nación más poderosa y temida del continente, Konohagakure había vuelto a ser el imperio que años atrás eran.


 


País del hierro aldea de los Samurai


 


Una pareja caminaba por las calles de la aldea del hierro, mirando todo a su alrededor, el varón cargaba un enorme bulto en su espalda y la mujer un pequeño bultito que traía entre sus brazos.


 


Minato… creo que Deidara tiene sueño, pero no puede dormir por todo este espantoso calor – menciono Kushina mirando como su pequeño hijo no dejaba de removerse entre sus brazos, tenía la piel blanca como su madre, los ojitos azules y el cabello dorado como su padre – ¿verdad mi bebe? – pregunto a su recién nacido, llamando la atención del rubio, que de inmediato empezó a buscar una posada donde quedarse.


 


Está bien cariño, búsquenos donde quedarnos – comento el varón, empezaron a caminar rumbo a una posada de aspecto humilde, al ingresar pidieron una habitación y pagaron por adelantado.


 


La pareja decidió quedarse en el lugar, al ver como las personas de la aldea eran muy amables, bondadosos, los días fueron pasando para Minato y Kushina, que cada día observaban como su pequeño hijo crecía, el jefe de la aldea de los Samurai, contrato como consejero a Minato y gracias a sus conocimientos, la aldea iba progresando cada día más, todo era pacifico, lleno de paz debido a que esa aldea era la más lejana y no estaba aliada con ninguna nación, ellos luchaban por su honor y defender a sus familias.


 


******************************


 


Año 1842, Kushina esperaba el regreso de su esposo, junto a su hijo de un año de edad, que miraba el camino donde siempre su padre aparecía, hace más de un mes Minato fue asignado a una misión fuera de la aldea y eso tenía muy preocupada a Kushina, que solo sujetaba la pequeña mano de su hijo doncel.


 


Mami ¿por qué no llega papá? – fue sacada de sus pensamientos por la pregunta que realizo su pequeño – ¿ya se olvido de nosotros? – pregunto inocentemente el menor, con sus ojitos brillosos producto de querer llorar.


 


Mi vida… claro que no, tu padre nos ama y mucho – respondió Kushina con una cálida sonrisa, colocándose a la altura de su pequeño – solo… se le debió complicar su trabajo, pero pronto llegara, eso espero… – lo ultimo susurro para sí misma, ella estaba preocupada de que talves el ejercito de A, lo hubieran encontrado y capturado, sabia por los aldeanos del lugar que ellos eran buscados por toda las tropas del rey de Kumogakure por traición a la corona de Lord A.


 


¡Mira mami!, ¡ES PAPÁ! – grito muy feliz Deidara, sacando de sus pensamientos nuevamente a su madre, Kushina se puso de pie soltando a su pequeño y corrió al encuentro de su esposo, quien solo le recibió con un abrazo fuerte.


 


Te extrañe mucho querido, pensé que los hombres de Lord A te habían atrapado – comentaba la pelirroja con unas cuantas lagrimas saliendo de sus hermosos ojos – ¡me asuste mucho! – confeso abrazando más fuerte a su esposo.


 


Tranquila cariño, todo estaba bien… y yo igual los extrañe mucho mis amores – confeso Minato soltando a su amada esposa y colocándose a la altura de su hermoso hijo que esperaba ansioso para que su padre lo abrazara – te extrañe mucho mi adorado hijo – menciono, dándole un pequeño besito en la frente a su doncelito.


 


¡Papá!, yo igual te extrañe mucho – dijo Deidara, sujetándose más fuerte de la vestimenta de su padre – ¡no vuelvas a irte papá!, yo te quiero mucho y mamá igual – reprocho el pequeño, realizando un gesto infantil.


 


No lo haré hijo, ya no lo haré mas… siempre estaremos juntos – prometió a su pequeño, hasta que al levantar la mirada, vio como su esposa se tambaleaba, se paro rápido y antes de que su esposa cayera al suelo, la sujeto entre sus brazos – Kushina… ¿qué pasa?, reacciona cariño – miro como su pequeño hijo miraba preocupado a su madre – vamos adentro Deidara… debemos cuidar a tu madre – informo el rubio, ingresando rápido a su hogar junto al doncelito, deposito con delicadeza a su esposa en la cama y la cubrió, para luego salir rumbo a la casa del médico de la aldea, cargando entre sus brazos a su hijo.


 


******************************


 


Una vez el médico examino a la pelirroja mujer, salió de la habitación donde lo esperaban los dos habitantes del lugar, que esperaban ansiosos de saber cómo se encontraba Kushina, tanto Minato como el pequeño Deidara miraban al  médico para que les informara.


 


¿Cómo se encuentra mi esposa? – pregunto de inmediato Minato, el médico solo le indico que se sentara y empezó hablar.


 


Su esposa se encuentra bien Minato san, es normal en su estado – comunico el médico, Minato solo miro sin entender, causando gracia en el mayor – lo que trato de decir… es que su esposa está embarazada señor – contesto con una sonrisa, al ver el rostro desencajado del rubio y ver como el pequeño doncelito miraba asustado a su padre por su reacción, causando más gracia al adulto – ¡mira pequeño!, lo que trato de decir es que vas a tener muy pronto un hermano o hermana, a quien debes de cuidara – explico el médico al pequeño, que al escuchar esas palabras Deidara salto de alegría.


 


Un hermano kyaaaaaa, ¡voy a tener un hermano!, gracias papá – gritaba el infante contento por la información, abrazando lo más fuerte que podía a su padre, quién solo se mantenía en su estado de shock por la información.


 


¡Bueno!, creo que es mejor que me retire – sugirió el adulto, Minato al escuchar al médico solo asintió, todavía en su estado de shock – la señora necesita muchos cuidados, con permiso – comento antes de salir y despedirse de la pequeña familia, dejando solos a los habitantes de esa casa, sacando con esas últimas palabras de su estado a Minato.


 


¿Papá?, ¿qué quiso decir el médico con esas palabras? – interrogo el infante a su padre, que solo se dedico a mirar la puerta y luego mirar a su pequeño tesoro, que esperaba atentó a su respuesta.


 


No se hijo… pero creo que, debo buscar un trabajo más – murmuraba el rubio, ante la mirada de confusión que su hijo le brindaba – ¿qué te parece si comemos algo?, hasta que tu madre despierte – sugirió el varón a su pequeño, quien solo soltó un fuerte “si” corriendo a la cocina.


 


******************************


 


Los días, las semanas y los meses pasaron para la pequeña familia, que esperaban ansiosos la llegada del nuevo integrante, el más emocionado era el pequeño Deidara, que rogaba para que sea un doncelito igual a él, para jugar juntos, Minato y Kushina estaban muy felices al ver como su pequeño arreglaba su pequeña habitación para compartirlo con su hermanito.


 


Año 1843, toda la aldea estaba muy tranquila, llena de paz, hasta que presenciaron la llegada de muchos jinetes en caballos, estos tenían una extraña vestimenta de color negro con nubes rojas, sin razón alguna, empezaron a matar gente a diestra y siniestra, quemando las casas, destrozando todo a su paso.


 


Los habitantes como eran Samurai luchaban con honor por defender a sus familias, pero ellos les ganaban en número y además que estaban en caballos, toda la aldea empezó arder en llamas, algunos trataban de huir de tal masacre, mientras estos empezaron a entrar a los hogares y sacando a mujeres y niños para llevárselos, al ver que se resistían los empezaron a matar sin consideraciones.


 


Minato luchaba con todo lo que tenia, habia aprendido las artes marciales junto a los Samurai y el manejo con la espada, tratando de proteger a su familia, que estos estaban asustados por tal masacre refugiados en la habitación.


 


Kushina se espanto al ver ingresar a dos hombres, que estos sin pensar dos veces atacaron a la mujer a al pequeño niño de dos años, la pelirroja al ver como ese maldito hombre, estaba a punto de clavar su espada en el pequeño cuerpo de su bebe, se lanzo contra su hijo cubriendo con su cuerpo y recibiendo el golpe ella, que al sentir el filo de la espada en su cuerpo, grito fuerte por el dolor, Minato con todas sus fuerzas mato a sus adversarios, entro a la habitación y mato a esos dos sujetos “debemos salir de este lugar, si no moriremos, ellos son muchos” pensó el rubio, cargando a su esposa en su espalda y sujetando la mano de su hijo camino hacia la salida.


 


Cuando salió de su hogar pudo ver como mujeres y niños eran asesinados sin contemplación alguna. Logro ver el estandarte que portaban esos malditos y conocía muy bien a quien pertenecía “Madara Uchiha” pronuncio el nombre del maldito que atacaba el lugar, sabía que el Uchiha invadía aldeas de todos los lugares, buscando crear una nueva nación, para destruir a su hermano mayor.


 


Todo aquel que se oponía y no quería unirse a su reino, los asesinaba sin consideración y su aldea era consumida por las llamas del fuego, tal como ahora pasaba con la aldea del hierro, el jefe de los samurai había rechazado el tratado de alianza con esa maldita nación, que era gobernado por Madara Uchiha.


 


Minato corrió junto a su pequeño hijo al inmenso bosque para salvar sus vidas, era su única opción si quería que su familia siga viva, una vez a salvos, busco desesperado un lugar para recostar a su esposa y ver la profundidad de la herida que no dejaba de sangrar, sabía que eso era riesgoso tanto para la salud de su esposa y futuro hijo o hija que en unas semanas ya estaría con ellos, segun el médico les había informado “debo hacer algo de inmediato” se dijo internamente.


 


Caminaron por horas sin encontrar un sitio, el pequeño Deidara solo caminaba en silencio, siguiendo los pasos a su padre, cuando Minato perdía las esperanzas, encontró un pequeño refugio de aldeanos, que al ver lo, corrieron para ayudarlo de inmediato y atendieron a su esposa.


 


******************************


 


Horas y horas de espera paso Minato, estaba preocupado por el estado de salud de su esposa e hijo o hija, hasta que escucho el llanto del bebe, su hijo o hija había nacido, sonrió por saber la llegada de su otro hijo y rogaba al cielo por que su bebe no tenga nada y este saludable, debido a que el parto se había adelantado, pero a la vez le preocupaba su esposa.


 


¡Minato san! – escucho que alguien le llamaba y dirigió su mirada a la partera que atendió a su esposa, una mujer de edad muy avanzada – el bebe ya nació… es un hermoso doncel – conto la mujer, el rubio solo asintió con la miraba suplicante.


 


Y mi esposa, ¿cómo se encuentra?, ella está bien ¿verdad? – interrogo desesperado Minato, el silencio de la mujer adulta no le gustaba para nada.


 


La señora Kushina pidió hablar con usted Minato san – informo, antes de dar señal para que pase, Minato ingreso temeroso, vio como su esposa reposaba en medio de esas mantas improvisadas que hacían de cama, entre sus brazos tenía un pequeño bultito.


 


Al ver a su esposo, Kushina le brindo una cálida sonrisa y le indico con la mirada que se acercara, Minato de inmediato obedeció, llegando junto a su esposa y pudo ver como su pequeño hijo recién nacido, le miraba con sus ojitos tan azules como el mismo cielo despejado, su matita de cabello rubio, su piel de color canela y lo más curioso eran esas tres marquitas que portaba el infante en cada lado de sus mejillas.


 


Es hermoso ¿verdad?, es nuestro pequeño hijo – hablo Kushina, se notaba que se esforzaba por hablar – Minato… por favor cárgalo – pidió, el varón de inmediato agarro a su bebe, mirando con angustia a su esposa – quiero que los protejas, nunca los dejes solos, ellos te necesitan – murmuraba con dificultad Kushina, empezó agitarse, sentía mucho sueño, sabía que era hora de partir – Minato… te amo mucho, siempre lo haré… por favor… cuida bien de nuestros hijos, me hubiera gustado estar junto a ellos, verlos crecer… que me presenten a su primer pretendiente y verte lo posesivo que eres, verlos formar una familia, pero no se podrá, por favor… haz de ellos unos donceles de bien – recomendaba Kushina, que poco a poco, sentía que las fuerzas lo abandonaban – aléjalos de las peleas, quiero que sean unos donceles bien educados y delicas, no que se enfrenten a luchas sin sentido... por favor, mantenlos bien lejos de estas locas naciones – rogaba la pelirroja, Minato se puso de rodillas y dejo salir sus lagrimas al ver como la mujer que tanto amaba, se estaba despidiendo y muriendo poco a poco, el no podía hacer nada.


 


Cariño… yo igual te amo snif… perdóname por no haberte protegido snif… perdóname Kushina – suplico el varón dejando salir más lagrimas, sujetando con fuerza, pero sin dañar a su bebe, que solo miraba en silencio como su padre lloraba.


 


Te amo Minato snif… y prométeme que cuidaras bien de ellos… snif… promételo – rogo la pelirroja dejando que sus lagrimas salgan, al saber que no vería a sus pequeños crecer, le dolía dejarlos solos, siempre soñó con estar junto a sus hijos y a su adorado esposo – por favor snif… Minato, promete que alejaras de las peleas a mis hijos – exclamo inaudible Kushina, serrando lentamente sus ojos.


 


Te lo prometo amor… snif… te prometo que cuidare bien snif… de nuestros hijos – prometió Minato agachándose y depositando un beso en los tibios labios de su esposa, que cerró sus ojos, manteniendo una sonrisa en su rostro, por saber que dejaba a sus dos pequeños en buenas manos, sabía que Minato los amaría por ambos.


 


¡Kushina! por favor no me dejes… snif… ¡por favor Kushina!, snif… te amo – soltó en llanto Minato al sentir la pérdida de su amada esposa, su pequeño bebe lloro junto a él, como si supiera la pérdida de su madre.


 


Deidara al enterarse de la muerte de su madre lloro casi toda la noche, cayendo dormido por el cansancio de llorar tanto, Minato cuido de sus dos pequeños toda la noche, al amanecer enterraron el cuerpo de su esposa, la pequeña aldea se levanto para empezar una nueva marcha, no era seguro quedarse en ese sitio, todos sabían eso, el ejército de Madara Uchiha podía encontrarlos y matarlos si no se unían a ellos.


 


Los aldeanos empezaron a dividirse tomando rumbos diferentes, algunos decidieron ir a naciones donde se encontraban sus familiares, Minato junto a un pequeño grupo de aldeanos empezaron su viaje en busca de una aldea cercana, para abastecer provisiones, para continuar con su viajé hacía una aldea que no esté aliada con ésas naciones.


 


Minato solo tenía en mente una meta, cumplir con la última voluntad de su amada esposa, cuidar y proteger a sus bebes y siempre mantenerlos lejos de las constantes luchas por dominar los reinos, no volvería junto a su madre como prometió, lo sentia mucho, pero ahora debía de cuidar de sus pequeños y empezar una vida nueva.


 


Y así el viaje del consejero Minato y sus pequeños tesoros, juntó algunos aldeanos inició pasando los días, las semanas y estos convirtiéndose en años.


 


 


Continuara……………………….…....…......


 


 


 

Notas finales:

Nos vemos en el próximo capítulo mina.

No me odien por matar a Kushina san, pero mi historia es así.

Avances del próximo cap. Veremos el encuentro de nuestros protagonistas.

Bueno agradecerles a las 5 personas que dejaros sus reviews y mil gracias por leer mi fanfic y espero su apoyo.

Arigato minaaaaaaaaaaaaa.


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