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KONOHAGAKURE por Yanel uchiha

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Notas del capitulo:

Holis espero sea de su agrado este capítulo mis queridos lectores.

Las cosas no siempre son como uno quiere y eso lo veremos en este capítulo.

 

 

CAPITULO 5

 

Nación de Kumogakure

 

Mira nada más jajaja yo pensé que te encontrabas muerta – comentó divertido el rey A – creó que a tu hijo le gustará saber que estas en mis manos – hablaba el mayor, se inclinó y con su grande mano agarró de los cabellos a una mujer de edad de cabello largo y rubio, piel blanca, ojos miel, portaba un hermoso kimono color verde, tenia toda la cara lastimada, llena de moretones – ¿qué opinas Tsunade? – pronunció jalando con fuerza el cabello de la mujer.

 

Eres... eres un desgraciado A... sabes bien que el reino le pertenece a… – pero no pudo continuar al ser golpeada nuevamente por el rey A.

 

Nadie te a pedido tu opinión ¡bruja!, TE MATARÉ AL IGUAL QUE MATARE A TU MALNACIDO HIJO – grito histérico el rey – llévenla al calabozo y manden a los mensajeros para que comuniquen que la vieja borracha fue atrapada por el rey A y que al alba será ahorcada ¡ahora! – ordeno el rey, todos salieron asustados a cumplir con la orden de su majestad.

 

Nación de Kirigakure

 

Bien hecho mis queridos hijos – felicitaba el rey Madara, abriendo los cofres donde había oro – ¡bien!, tienen toda una semana libre, pueden hacer lo que quieran – demando el rey, ambos jóvenes asistieron y se retiraron, Madara justo cuándo estaba por retirarse a descansar fue interrumpido por uno de sus consejeros.

 

Lord Madara, Kumogakure se niega a pagar los impuestos que su majestad a impuesto – informo realizando una reverencia sin levantar la cabeza.

 

¡Vaya!, bueno creó que realizare un viaje yo mismo... mis amados hijos están en descansó – empezó a murmurar – preparen mi carruaje y una tropa completa, tambien comunica a mi grupo de Akatsuki, diles que partiremos al ocaso – ordenó muy serio, todos se inclinaron y se retiraron para cumplir el mandato de su rey.

 

******************************

 

¿Y qué piensas hacer durante tu tiempo libre otouto baka? – interrogó el mayor, Sasuke solo le miro con una sonrisa de lado – ¡oh!, veo que el principito te flecho – soltó divertido el pelinegro mayor.

 

No digas tonterías aniiki... solo es una pequeña diversión nada más – respondió como si nada el azabache – ¿y que harás en tu tiempo libre? – consultó el menor.

 

Nada que te importe tonto hermano menor... tal vez entrenar y mejorar mis técnicas – contesto con sorna – yo si aré algo productivo y no correr por un trasero como otros – espetó con malicia Itachi.

 

Hmp... Itachi ¿porque jamás te fijas en una mujer o doncel? – interrogó el azabache, desde que tenía memoria a su hermano jamas le vio con una pareja, en cambio él se había divertido con muchas mujeres y tambien con donceles que se le habían ofrecido en bandeja de plata.

 

Espero a una persona muy especial... si no lo encuentro tal vez me decida seguir tus pasos otouto baka – propuso el mayor con un semblante serio, era raro verlo así y eso no paso desapercibido para su hermano menor.

 

¿Si tu lo dices?, yo no creó en eso... son estupideces – explicó el menor  – debemos seguir la vida sin mirar atrás – informó Sasuke, en su rostro se dejo ver melancolía, cuando tenía doce años el creí en el amor, pero su padre lo arruinó todo al matar a su doncelito dorado, desde ese día se prometió jamás tener esa clase de sentimientos por nadie.

 

¿Sasuke?, aún no olvidas a ese pequeño doncel ¿verdad? – preguntó el mayor, al no recibir respuesta continuó – cuando encuentres a una persona que ames, espero que esa persona no te rechaze por tu forma de ser otouto – recomendó poniéndose de pie – piensa bien todo lo que haces o te puedes arrepentir – con esas últimas palabras se retiro del salon para irse.

 

Mi doncelito dorado... papá lo mató hace años y hasta hoy lo busque pensando que estaría con vida, pero no logré encontrarlo – murmuraba para él, se había enamorado de ese pequeño y hasta ahora no podia dejar de pensar en él, agitó su cabeza, para dejar en él pasado esos sentimientos tan dolorosos, había cambiado su forma de ser y de pensar, se volvió frio, prepotente nada que ver con el chiquillo que era antes.

 

******************************

 

Príncipe Sasuke ¿saldrá solo? – preguntó uno de sus escoltas al no recibir ordenes para alistarse, el azabache solo se dedicó arreglar a su Chidori.

 

Si... tienen el día libre, quiero cabalgar por los límites – comentó y sin esperar respuesta monto a su caballo y lo puso en marcha, cabalgando a todo galope.

 

Mientras tanto Itachi miraba desde su balcón las hojas caer de los árboles, pronto las flores de sakura florecerian, su vida jamas tubo sentido, desde que despertó en aquel campamento, Pain le dijo que su padre y hermano lo esperaban, los días fueron pasando y tambien los años, siempre era muy unido a su pequeño hermano y tenía que estar siempre pendiente de él, cuando su hermano cometía cada travesura él se encargaba de pagar junto a su tonto hermano las reprimendas de su padre.

 

Príncipe Itachi, su padre me informo que al ocaso saldrá rumbo a Kumogakure y me ordenó informarle que usted se hará cargo hasta su regreso – comunico el consejero real de su padre, parado fuera de los aposentos del pelinegro, observo como el príncipe no lo volteaba a ver.

 

Bien... puedes retirarte – ordeno, el consejero realizó una reverencia y se fue con la mirada al piso, Itachi dejo salir un fuerte suspiró y su vista fue a dar con el sol ocultándose en el horizonte, su mirada siempre reflejaba tristeza.

 

Nación de Sunagakure

 

El príncipe Gaara se encontraba en su alcoba tocandose los labios, ese varón era como un príncipe, se había enamorado de él y sentir sus labios junto a los suyos le causo una sensación que jamás había sentido, ni con su amante.

 

¡Vaya!, mi tonto hermano perdió toda la paga de Konoha, que incompetente eres – comentó Sasori con una sonrisa siniestra – sabía que no podrías con el mandato de padre, eres un total fracaso – exclamó el mayor.

 

Sasori déjame en paz... en otra te aras cargó tú – contesto de mal humor el menor – se puede saber ¿a que se debe tu visita en mis aposentos? – preguntó el doncel menor mirando con enojo a su hermano.

 

Tu amante te busca.... deberias dejar de citarlo en el reino y verte con él en las afueras – comunicó antes de salir con una sonrisa maliciosa.

 

Sai – murmuró, corrió al otro extremo de sus aposentos hasta llegar a un pequeño bosque – Sai... qué bueno verte – pronunció abrazando a un varón alto, de piel muy pálida, ojos y cabello negro corto, era muy guapo, quien correspondió el acto.

 

Gaara yo igual te extrañe y mucho – contestó el varón besando al doncel, quien correspondió de inmediato, ambos se comian a besos.

 

Me entere que asaltaron tu caravana y me preocupé mucho al pensar que algo malo te hubiera pasado – exclamó triste el varón, sujetando la fina cintura del doncel.

 

No pasó nada tranquilo – respondió el pelirrojo, se acordo del azabache y se separó de inmediato de su amante con brusquedad – será mejor que te marches Sai... ¡si mi padre te ve!, se enojara mucho – informó de forma seca, el pelinegro lo miro sin comprender, Gaara se dio la vuelta y se fue sin decir nada, dejando a un Sai confundido por el comportamiento de su amante.

 

Afueras de la Nación de Iwagakure

 

Se podía ver como un hombre de edad entregaba un pergamino a Minato y se fue, el rubio abrió y empezó a leer su contenido, su cara mostraba sorpresa y a la misma vez preocupación.

 

Maldita seas A – maldijo el varón, sin perder tiempo agarro un saco pequeño donde metió unas cuantas pertenencias y salió corriendo hasta llegar donde un mercader de carruajes, hablo unos minutos y luego abordo un carruaje y partió a todo galope tirando de las riendas de ambos caballos que tiraban del carruaje.

 

Madre espero te encuentres bien, solo espérame ya voy en camino” – pensaba angustiado Minato al recordar el mensaje “Minato san, su madre fue capturada por el rey A y mañana al alba será ahorcada, espero ordenes mi señor” tiro más fuerte de las riendas para que los caballos aceleraran su marcha, no era consciente que fue visto por una persona que salió corriendo hacia el bosque.

 

******************************

 

Un hermoso doncel de 18 años, contemplaba el ocaso, solto un fuerte suspiró, todo era calma y paz, se puso de pie dejando ver su hermosa figura, tenia puesto un hermoso kimono color rojo con bordados de flores blancas, tenía el cabello rubio y largo, recogido en una cola alta dejando caer un mechón de su cabello en su rostro, tenia la piel blanca, ojos azules, muy bonito.

 

¡DEI NII... DEI NII! – escucho que lo llamaban, se volteó y vio a su pequeño hermanito, era muy pequeño, tenía el cabello semilargo, rubio, estaba recogido a un lado con un broche de plata muy bonito, su piel era color canela, sus ojos tan azules y brillantes y sus tres hermosas marquitas en ambas mejillas, su figura era envidiable, traía puesto un kimono color naranja con estampados color negro.

 

Naru chan... ¿qué pasa? – preguntó confundido Deidara, al ver a su hermanito tan exaltado y agitado.

 

Papá se fue, dijo que tenía asuntos importantes en Kumogakure a un señor – contó el menor, Deidara al escuchar esas palabras, sin perder más tiempo sujeto la mano delicada de su hermano y corrieron al pequeño pueblo donde se hospedaban.

 

Al llegar se enteraron que su padre salió en un carruaje muy aprisa y que solo dijo que tenía algo importante que debía hacer en Kumogakure, ambos donceles no sabían cabalgar, Deidara decidió alquilar una carreta y asi alcanzar a su padre rogaron al cochero que los llevara a toda prisa, tomaron lo necesario y partieron rumbo a Kumogakure, viajaron toda la noche, ambos donceles miraban las estrellas, no acostumbraban viajar solos siempre habían viajado con su padre.

 

Dei nii ¿por qué papá se fue sin nosotros?, es raro que se vaya sin nosotros – comentaba el menor, el mayor solo soltó un fuerte suspiró antes de contestar a su hermanito.

 

La verdad no tengo idea Naru chan... papá jamás nos dejaría solos, por lo menos eso pensaba hasta ahora – contesto nervioso de que algo malo podía haberle pasado a su padre.

 

No importa, me gusta viajar debes en cuando solos – opino el menor con una sonrisa mirando el hermoso paisaje que había a las afueras de Kumogakure, estaban por llegar – Dei nii ¿sabes porque siempre tenemos que estar moviéndonos de lugar para otro?, nunca hemos estado en un lugar permanente, siempre nos movemos y me da curiosidad saber el porqué – interrogo a su hermano mayor quien estaba por contestarle, pero fueron interrumpidos por el cochero.

 

Se bajaron y pagaron, empezaron a buscar a su padre y lo encontraron hablando con un hombre alto, de cabello negro sujeto en una coleta bien alta, avanzaron hasta estar parados detrás de su padre, quien les daba la espalda sin darse cuenta de nada.

 

Padre – hablo Deidara, Minato al escuchar la voz de su hijo se volteo rápido y miro con sorpresa a sus dos hijos quienes tenían una sonrisa en sus rostros al haber alcanzado a su padre.

 

Deidara, Naruto pero que hacen aquí – pregunto un molesto Minato sorprendiendo a los dos rubios que miraron asustados por como su padre los había hablado – deben irse rápido – ordeno estaba por llevarlos al carruaje cuando de un momento a otro varios jinetes los rodearon y amenazaron con sus espadas, Minato cubrió rápido a sus dos hijos – Deidara quiero que no hables y no levantes tu cabeza para nada y Naruto por ningún motivo muestres tu rostro, sujétate a tu hermano fuerte, por ningún motivo deben levantar sus rostros entendido – susurro en los oídos de sus hijos, quienes asistieron asustados.

 

Pero miren nada mas, Minato Namikaze mi fiel consejero y tambien traidor – se escucho una voz gruesa y ronca, el rey A se encontraba montado en su caballo mirando con odio al varón rubio, pero algo llamo su atención, dos cabezas rubias que eran cubiertas por el rubio – llévenlos al castillo andando – demando el rey mientras se daba vuelta y todos emprendieron marcha, los soldados sujetaron al rubio y lo obligaron a subir a la carreta junto a sus hijos.

 

Lo siento mucho padre… nosotros nunca quisimos esto – se disculpo un asustado Deidara, Minato al ver a su hijo mayor así, lo preocupo mucho, que recordaba su hijo mayor tenía un carácter fuerte y explosivo, por más que no sabía pelear buscaba la manera de hacerse respetar – ¿que pasara con nosotros?, ¿que nos harán padre? – preguntaba un angustiado doncel abrazando fuerte a su pequeño hermano.

 

Lo siento cariño, nunca debimos venir a este maldito lugar – se lamento el mayor, mirando como su hijo menor tenia la carito oculta en el pecho de su hermano mayor, su pequeño Naru chan era muy diferente a Deidara, siempre creció protegido por él y su hermano, era muy alegre e hiperactivo, pero no sabía defenderse, esto afectaría mucho a sus dos hijos, pero cumplió con su promesa de siempre estar alejados de peleas tal como su difunta esposa le hiso prometer, pero ahora se arrepentía mucho – todo estará bien, solo obedezcan y siempre mantengan la vista baja y no dejen que los vean prométanlo – les dijo era su única forma de ayudar a sus dos pequeños, ambos donceles asistieron, Minato sabía que sus dos hijos eran muy hermosos y que era raro ver donceles con el cabello dorado, por eso no quería que sean vistos sus rostros.

 

******************************

 

Al llegar al palacio fueron llevados hasta el salón principal, donde el rey A ordeno castigar a Minato, Deidara quería ver, pero debía obedecer a su padre, sujeto con fuerza a su hermanito para apoyarlo más a su cuerpo, al sentir como Naru quería mirar al escuchar los lamentos de dolor de su padre.

 

Eso y más te mereces… pero no te preocupes tenemos todo el tiempo para ponernos al día – exclamo divertido al ver como ese maldito rubio se quejaba del dolor, lo haría pagar por toda la vergüenza que le izo pasar cuando se llevo a su prometida – sufrirás como la rata que eres, me traicionaste maldito desgraciado y eso nunca te lo voy a perdonar – hablo con resentimiento y odio – ¡QUIERO QUE SUFRA… AHORA! – grito, viendo satisfecho como uno de sus verdugos azotaba nuevamente con un gran látigo en la espalda descubierta del rubio, que solo grito de dolor.

 

Minato ya no sentía dolor, tenía todo su cuerpo entumecido, pero sus ojos se estaban empezando a cerrar, se sintió débil “tal vez es por la pérdida de sangre” se dijo internamente Minato, A estaba por volver a ordenar que golpeen al traidor, pero fue interrumpido por uno de sus consejeros.

 

Su majestad… Lord Madara se encuentra en palacio y solicito audiencia – comunico agitado el pobre consejero y se asusto mucho al ver como su rey se ponía de pie muy molesto, el rey A estaba por ordenar que cortaran la cabeza de ese entrometido pero la voz del recién llegado le cambio de opinión.

 

Veo que estas muy entretenido A – hablo el pelinegro con una sonrisa de medio lado al ver como su aliado se inclinaba al igual que sus súbditos – no sabía que tenias invitados a tan tempranas horas – comento divertido pasando de largo a los dos donceles que se encontraban en el piso de rodillas abrazados, dio un vistazo al varón que era masacrado y reconoció ese cabello dorado - ¡oh!, jajaja veo que encontraste a tu consejero traidor, Minato Namikaze ¿quién lo diría?, es una sorpresa encontrarte en este lugar – pregunto a un Minato débil, se puso de cuclillas y miro a esos ojos azules como el mar, se puso de pie y miro a su objetivo.

 

Uno de mis consejeros me informo que tu nación se negó a pagarme los impuestos ¡eso es verdad rey A! – interrogo Madara empezando a caminar hasta quedar frente a ese rey viejo – sabes los tratados sobre nuestra alianza y ¿aun así te niegas a pagarme? – explico el pelinegro con una cara seria, asustando al rey de Kumogakure.

 

Su majestad por supuesto que no es verdad jajaja, yo le pagare cuando termine unos asuntos – comento nervioso el viejo A, sabía que con Madara Uchiha no se jugaba, pero sus malditos impuestos eran muy elevados, a ese punto su nación pronto llegaría a la quiebra total.

 

Bien… eso me agrada escuchar ahora solo dame la paga – ordeno el pelinegro esperando su dinero para marcharse de ese lugar.

 

Su Majestad en estos momentos no lo tengo listo… ¿sería tan amable de esperar unos días?, se lo prometo, yo mismo se lo llevare en persona – propuso el rey A, tenía que ganar tiempo para planear como emboscar al desgraciado Uchiha.

 

Está bien… pero me llevare a tu prisionero hasta mientras – opino divertido al ver la cara que puso el rey de Kumogakure – será mi esclavo y si no cumple su deber lo matare – amenazo con una cara que asusto a todos los presentes.

 

NO… SON UNOS MAL NACIDOS… MI PADRE NO SE MERECE NADA DE ESTO – grito un enojado Deidara, no podía soportar más ver como trataban y golpeaban a su padre, sin darse cuenta que había levantado su cabeza y miraba a los dos gobernantes, quienes al escuchar ese grito giraron a ver al que se digno hablarles de esa forma, ambos monarcas se sorprendieron de ver al doncel mayor que los miraba con odio, mientras apretaba más en su pecho a su hermanito.

 

Ohooo… interesante – exclamo Madara, se acerco al doncel rubio y miro esos hermosos ojos que lo miraban con odio puro – te daré una semana A, mientras me llevare a este doncel conmigo – comunico sujetando con una de sus manos la barbilla de Deidara, que intentaba soltarse.

 

Maldito… su… suéltalo eres un… un desgraciado – hablo apenas Minato al ver como ese rey agarraba a su hijo mayor, A estaba molesto tan ocupado estaba que no se dio cuenta de ese par de donceles, ese rubio era muy lindo lo hubiera escogido como uno de sus consortes, pero ahora era tarde Madara lo quería, nada podía hacer.

 

Está bien acepto… puedes llevártelo – contesto resignado al perder a tan lindo doncel, Madara ordeno llevarse al doncel a Pain, cuando este sujeto al rubio mayor no quiso moverse de su lugar ni soltar al rubio más pequeño, que este tambien se aferraba fuerte a su hermano mayor.

 

Maldito… suéltalo… no tienen derecho… ¡SUELTA A MI HIJO! – grito como pudo Minato, Madara ya fastidiado con todo eso, se acerco al varón rubio y le dio un fuerte golpe que le dejo inconsciente, estaba molesto no le gustaba perder el tiempo, ver como ese insolente doncel no quería obedecer ni soltar al otro rubio, se enfado más.

 

Llévatelos a los dos Pain y deja de estar perdiendo el tiempo – ordeno irritado, ante la atenta mirada del rey A, que no pudo impedir que se llevara al otro rubio más, Pain sin nada de delicadeza sujeto a los dos donceles de cada brazo y los alzo llevándolos afuera, perdiéndose de la vista de todos los presentes – una semana A, si no toda tu nación lo pagara – amenazo y sin más se dio la vuelta y salió con todo su ejército.

 

Maldito… solo espera y veras quien amenaza a quien – murmuro mirando al rubio desmayado – llévenlo al calabozo y déjenlo ahí – ordeno, saliendo del salón rumbo a su alcoba para descansar, sus súbditos levantaron el cuerpo herido del varón y lo llevaron al calabozo donde sin ninguna consideración lo arrojaron dentro, cerraron las rejas y se fueron.

 

Nación de Kirigakure

 

La tropa de Madara llego junto a los Akatsuki, Pain conducía la carreta donde estaban ambos donceles, una vez en palacio Madara ordeno llevar a ambos rubios al salón principal, mientras ordenaba a su ejercito retirarse quedándose solo con los Akatsuki, una vez Madara se sentó en su trono miro al doncel rubio era muy hermoso se divertiría mucho con el, además que era muy rebelde eso le encanto.

 

¿Cuál es tu nombre hermoso? – pregunto con una voz aterciopelada el rey, Deidara solo le miro con rencor y desvió su vista para otro lado ignorando al monarca quien arqueo una ceja al ver que ese doncel era un atrevido – veamos hasta donde llega tu rebeldía rubio – dijo, se puso de pie y avanzo lentamente asustando al doncel que solo apretó fuerte a su hermanito, quien no podía ni hablar al estar tan apretado.

 

Madara llego hasta quedar al frente del doncel, se inclino y miro esos ojos que le fascinaban – ahora sientes miedo, que curioso – exclamo divertido Madara, al ver en ese rostro hermoso miedo – ¿qué te parece si me dejas hablar con tu pequeño hermano? – sugirió el rey acariciando los cabellos del rubio más pequeño, quien al sentir esas carias se tenso.

 

¡NO… NO LE TOQUE! – grito exaltado Deidara al sentir como su hermanito se tensaba, Madara molesto por el atrevimiento del doncel le dio tremenda cachetada que mando al rubio mayor al suelo soltando a Naruto, quien asustado decidió hablar.

 

Dei nii – hablo el doncelito dejando escuchar una melodiosa voz, Naruto se acerco a su hermano y acaricio con su pequeña mano la mejilla lastimada de Deidara – ¿te encuentras bien? – pregunto muy preocupado Naru olvidándose por completo donde estaban y en que circunstancias.

 

Madara detallo con mucho cuidado al pequeño doncel, era muy bonito, tenia rasgos felinos, que le hacían ver muy adorable, su forma de ser era muy distinta a la de su hermano mayor, era tierno, delicado, despistado muy despistado, su piel era única, sus cabellos rubios, esos ojos tan azules mostraban un cielo azul puro, había encontrado a su consorte por fin, sus gestos, su forma de hablar, su mirada y esa bondad que tenia le recordó mucho a Mikoto, pero ese doncelito era muy diferente.

 

Pain – llamo a su escolta principal quien de inmediato se apareció en el salón realizando una reverencia – llévate al doncel de cabello largo, que lo bañes y lo cambien de ropa – comunico sin quitar su vista del menudo cuerpo del menor de los rubios, que al escuchar la voz del rey se exaltaron y miraron con horror – y luego llévalo con mi hijo mayor, dile que es un regalo de mi parte – ordeno, Itachi siempre fue su favorito era obediente y siempre cumplía con sus ordenes, merecía un obsequio, mientras su hijo Sasuke era un caso perdido.

 

¡No… no suéltame desgraciado! – grito Deidara mordiendo la mano de Pain, quien se quejo del dolor y con algo de brusquedad saco al rubio del salón, dejando a su rey con el rubio más pequeño, Naruto no sabía qué hacer, recién había procesado su situación y cuando salió de sus pensamientos vio como ese hombre se llevaba a su hermano no sabía dónde, estaba por salir atrás de ellos pero un fuerte agarré en su muñeca le obligo a voltear y quedar frente al rey de Kirigakure.

 

Ahora mi pequeño ¿quiero saber tu nombre? – hablo Madara sujetando más fuerte la muñeca del doncelito, que solo soltó un gemido de dolor – contesta o te juro que matare a tu hermano – advirtió el rey, Naru se asusto por esas palabras, el no quería que lastimaran a su hermano.

 

Naruto – murmuro, bajando la vista, su padre le había dicho que no permitiera que nadie lo viera pero ahora ya era tarde.

 

Bien Naru, ¿Cómo se llamo tu hermano? – pregunto satisfecho al ver que era fácil hacer hablar al pequeño rubio, parecía que amenazando con lastimar a su hermano podía lograr mucho y eso le gustaba.

 

Deidara – contesto queriendo soltarse del agarre le estaba lastimando, Madara al darse cuenta de su fuerte agarre disminuyo la fuerza y sin perder tiempo sujeto al doncelito de su estrecha cintura y lo junto a su cuerpo, noto que la diferencia era mucho el doncelito era muy pequeño y frágil, Naruto al ser sujetado de esa forma no le gusto para nada y a su mente llego un recuerdo de años atrás “Eres muy bonito y por eso serás mi esposo, Hmp... ¿eh?, bueno yo... solo quiero presentar a mi padre a mi futuro esposo” recordó esas palabras de ese niño azabache, agito su cabeza para retirar esos pensamientos – suélteme… me está lastimando – se quejo el menor tratando de soltarse en vano de aquel agarre.

 

Escúchame bien Naruto… tu serás mi esposo y por eso me debes obediencia ¿me entendiste? – informo a un desconcertado Naru que se quedo congelado al escuchar esas palabras, ese rey podía ser su padre, era muy mayor para el – Hidan llévate a mi futuro esposo a mis aposentos, báñalo y cámbialo de ropa ahora – ordeno, soltando al doncelito, el doncel peliplata sujeto fuerte uno de los brazos de Naruto y lo saco del salón.

 

Ahora por fin encontré al indicado y esta vez nadie absolutamente nadie me quitara lo que me pertenece – murmuro con una sonrisa de medio lado, tantos años sin encontrar a una persona que le haga latir su frio corazón, pero ahora vasto con una mirada y ese doncelito se había convertido en su perdición, pero esta vez no tenía a nadie que lo impidiera estar con el – valió la pena esperar – susurro, se puso de pie y salió del salón para ir directo a su alcoba principal donde esperaría a su futuro esposo, sin saber que tal vez si tenga un rival y que estaba justo en el mismo lugar.

 

 

Continuara……………………………………......

 

 

Notas finales:

Nos vemos en el próximo capítulo.

Agradecer a los que siguen mi fic y dejan sus RW, comentarios y opiniones, los tomare en cuenta en los posteriores capítulos.

Arigato minaaaaaaaaaaaaaaa.


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