CAPÍTULO 8
Nación de Kirigakure
Itachi y Sasuke miraban como su padre con una inmensa tropa partía rumbo a Iwagakure, también pudieron observar como todo Akatsuki salía de la nación al lado contrario, eso extraño a los hermanos Uchiha, pero lo dejarían pasar, ahora debían sacar a los dos bonitos donceles de la nación.
Sasuke le había contado todo a su aniiki, esto sorprendió mucho al mayor, nunca pensó que su padre confiara en su otouto, pero era una ventaja para ambos, así lograrían sacar más rápido a los hermosos donceles, sin pensar que tal vez sus planes no serian así.
¿Cómo te sientes? – preguntó Itachi al ver como su hermano menor tenía un semblante muy diferente, el azabache solo le dedicó una sonrisa de medió lado y se giró dispuesto a irse, pero antes volvió a mirar a su idiota hermano mayor.
Muy bien... yo diría excelente – contesto el menor con una sonrisa, se dio la vuelta y lentamente avanzó rumbo al Ala Sur, estaba un poco nervioso de saber que en unos minutos volvería a verlo, no sabía como se vería, si cambio, si creció, pero de algo estaba muy seguro y era, que esta vez no le dejaría escapar – Naruto – susurro el nombre de su doncel dorado como él lo llamaba.
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Itachi al regresar a sus aposentos se encontró con el doncel comiendo como si su vida dependiera de eso, Deidara al darse cuenta del regreso del príncipe se tragó los restos de su boca y se limpo rápido su boca, se puso de pie mirando al apuesto varón.
Hola Deidara... veo que comiste bien, eso me alegra mucho – decidió empezar la conversación el pelinegro, caminando hasta llegar al frente del bello doncel.
Ah... si... muchas gracias – agradeció con nerviosismo el rubio, sus mejillas se volvieron rojas al tener la mirada fija del príncipe – ¿y puedo ver a mi hermano? – pregunto esta vez sin nervios el doncel.
Si... tengo una buena noticia, mi padre dejó a tu hermano menor al cuidado de Sasuke – informó el mayor con una sonrisa cálida al lindo doncel.
Que bueno, eso nos da la oportunidad de irnos de esta nación ¡verdad! – interrogó muy alegre el rubio de pelo largo, causando en Itachi que su corazón latiera más a prisa.
Si... pero primero debemos planear su escapé para no levantar sospechas – exclamó el pelinegro, siendo observado por un Deidara molesto – recuerda que todos son fieles a mi padre, por alguna extraña razón, sus guardias no confían en nosotros – explicó Itachi.
Oh... ya veo… y ¿cuál es tu plan? – Deidara no muy convencido aceptó, Itachi empezó a contarle el plan de cómo salir de ahí sin levantar sospechas, Deidara le escuchaba muy atento mientras comía nuevamente.
Nación de Konohagakure
Una tropa entera se encontraba en la puerta principal del castillo de Konoha, al frente un hermoso corcel de sangre pura color negro donde el rey Nagato se encontraba montado, mientras hablaba con uno de los súbditos del monarca de esa nación.
El guardia realizo una reverencia al rey de Iwagakure y salió corriendo hacia el castillo, Nagato y sus hombres esperaron unos minutos mientras observaban la imponente muralla, el guardia regreso y les indico pasar, pero solo el rey y sus escoltas, Nagato ordeno a su tropa esperarle a su regreso, estos obedecieron de inmediato, el rey Nagato siguió al guardia y fue guiado al salón principal del hermoso castillo.
Bien venido a mi humilde reino Nagato Uzumaki – hablo Lord Fugaku mientras se puso de pie de su trono y avanzo hasta quedar al frente del rey Nagato que solo se inclino – es un honor tenerle en mi nación – exclamo el rey y deposito un beso en la mano del hermoso rey.
Opino lo mismo su majestad – Nagato realizo una reverencia a su rey – pido disculpas por llegar tan de prisa y con un aviso muy precipitado – se disculpo el rey de Iwagakure.
Fugaku le indico con la mirada seguirlo, le invito a sentarse en un sillón que estaba al lado de su trono, Nagato agradeció, mientras eran atendidos por una plebeya que les serbia una bebida en sus copas de oro.
¡Y a que se debe su visita mi Lord! – interrogo el rey Fugaku mientras bebía de su copa, Nagato le imito y antes de responder se aclaro la garganta.
Majestad… me tome el atrevimiento de venir a su reino porque mi nación nunca le traiciono – empezó el rey de Iwagakure – pero Lord A nos mantuvo amenazados todo ese tiempo y obligo a mi hermana la reina Kushina a contraer matrimonio con Lord A… entonces ella decidió escapar con el hombre que amaba y producto de ese amor mi hermana tuvo dos hijos, que ahora… ahora está en manos de ese desalmado rey – informo como pudo Nagato, Fugaku solo se dedico a escuchar en completo silencio.
Se lo suplico majestad ayúdeme… yo se que rompo las leyes del consejo… pero son mi familia por eso yo… yo – no termino de hablar por la interrupción del monarca de Konoha.
Mi Lord, sé muy bien que pretendes y mi respuesta es no – dijo Fugaku muy serio, vio que Nagato iba a responder pero decidió seguir – sé muy bien que eres un doncel Nagato y que por tu seguridad siempre te hacías pasar por varón… no puedo aceptar una alianza entre nuestras naciones – tomo un poco de aire para continuar – eres muy joven mi Lord, estaría honrado y feliz de tomarte como mi esposo… pero siempre estuve en contra con un matrimonio arreglado – explico sus razones el mayor de los reyes.
Entiendo majestad… pero toda mi nación corre mucho peligro y temo que Lord A pueda dañar a mis sobrinos – confeso el rey Nagato, en su rostro se notaba la preocupación y la tristeza que sentía, el rey Fugaku lo noto.
Mi Lord como monarca de todo este continente yo te ofrezco mi apoyo y protección – hablo muy seguro el monarca de Konoha – mandare una tropa completa a Kumogakure para tener una audiencia con el rey A, te prometo que a tus sobrinos los tendrás sanos y salvos – aseguro el rey Fugaku, Nagato dejo salir de sus hermosos ojos unas cuantas lagrimas poniéndose de pie al igual que el rey de Konoha.
Se lo agradezco mucho su majestad – agradeció el doncel con una cálida sonrisa tratando de inclinarse, pero Fugaku se lo impidió, sujeto la delicada mano del rey de Iwagakure y deposito un cálido beso en el dorso de esa fina mano.
No me agradezca mi Lord… será un placer para mi ayudarte – le confesó Fugaku, el rey de Iwagakure se ruborizo por las palabras del gran monarca.
Nación de Kirigakure
Sasuke ingreso al hermoso castillo del Ala Sur sin decir nada, mientras los súbditos de su padre se inclinaban ante su presencia, ahí se dio cuenta que su padre les había informado de su llegada, se adentro al castillo, camino por el amplio pasillo hasta llegar a los aposentos de su padre, miro para atrás y vio a los soldados de su padre, estaba por ingresar pero fue detenido por una voz que le irritaba mucho.
Mi príncipe deje que yo le abra la puerta – se ofreció un hombre muy viejo, de pelo negro y piel morena, tenía la cabeza vendada y un ojo cubierto.
No es necesario Danzo – contesto con su voz más fuerte – tengo ordenes de mi padre que nadie… aparte de mi este en este sector – hablo muy serio el azabache.
Como ordene príncipe Sasuke… con permiso – realizo una inclinación y se retiro, Sasuke sabía que ese anciano era del consejo real de su padre y que había venido solo para investigar si cumplía con las ordenes de su padre “veo que padre no confía nada en mi” se dijo internamente el azabache, con delicadeza empujo la gran puerta e ingreso al lugar.
Sasuke busco con sus oscuros ojos por toda la alcoba de su padre al doncel de sus sueños hasta llegar a la enorme cama donde se podía ver un bulto, su corazón empezó a latir más rápido y fuerte, camino despacio hasta estar delante de esa enorme cama y noto como debajo de esas finas sabanas el cuerpo del doncel dorado temblaba “seguro tiene miedo, espero que se encuentre bien” pensó el azabache.
Naruto – llamo con la voz más suave el azabache, mientras se sentaba en la orilla de la enorme cama – Naruto ¿te encuentras bien? – pregunto Sasuke, llevo su mano al cuerpo del menor y lo toco con delicadeza.
Naruto al escuchar una voz desconocida y que se acercaba empezó a temblar, más al sentir un toque en su cuerpo salto y grito fuerte – ¡NO… POR FAVOR NO! – dijo, Sasuke al ver por fin al doncel se sorprendió mucho, era el ser más hermoso que en toda su vida jamás había conocido, pero su corazón se oprimió al ver como el doncel le miraba con temor mientras miles de lagrimas salían de esos hermosos ojos azules.
Sasuke lentamente se acerco al lindo doncel dorado – tranquilo… no te are daño… confía en mí – hablo el azabache con una voz cálida para no asustar a su lindo doncel dorado – me llamo Uchiha Sasuke – se presento para formar un ambiente de confianza.
Naruto miro bien al varón, detallándole bien – eres… eres hijo del rey ¿verdad? – pregunto el rubio doncel dejando salir más lagrimas, notaba el gran parecido que tenía ese varón con el rey que le trataba de lastimar, solo que este era muy joven – por favor… snif… no… no me lastimes – suplico el rubio, tenía miedo de que intentara hacerle daño ese varón igual.
Naruto no te are daño… tu hermano nos conto todo – comunico el azabache y ahí noto como su doncel dorado lo miraba con atención – Deidara nos conto todo – repitió y nombro al doncel mayor.
Dei nii – susurro el menor – ¿usted sabe donde esta mi hermano? – pregunto el rubio al azabache, Sasuke se acerco más hasta estar a centímetros de su doncel dorado.
Si, el se encuentra bien… mi hermano lo está cuidando – le conto a su bello doncel quien solo sonrió al saber que su hermano mayor se encontraba bien.
! Puedo verlo! – interrogo el menor con la esperanza de estar junto a su hermano mayor, si Deidara había contado todo a ese hombre era porque tenía confianza en él y tambien en el hermano de ese azabache.
Por ahora no se puede – respondió el azabache, Naruto bajo su mirada con tristeza, Sasuke al darse cuenta de esto continuo – tu hermano se encuentra en el castillo principal, pero este lado está prohibido que salgan o entren sin autorización de mi padre – confeso el azabache con pena – buscare la forma de sacarte de este sitio para que puedas escapar con tu hermano – explico el azabache mirando la reacción de su doncel dorado.
¿De verdad? – pregunto el menor, Sasuke asistió en afirmación – gracias… no quiero estar en este lugar – dijo el rubio menor.
Tranquilo buscare la forma de que salgan de aquí – hablo el mayor, se acerco poco a poco y le abrazo con delicadeza a Naruto, el doncel al sentir ese acto se sorprendió mucho al no sentir ese rechazo que tenia con el rey, estar en esos brazos fuertes y tan cálidos no sabía porque pero se sentía protegido y eso le gustaba mucho, tanto que correspondió al abrazo, Sasuke al sentir como su doncel dorado se apegaba más lo abrazo más fuerte.
Nación de Sunagakure
¡Maldición!, ¿a dónde iremos? – gritaba un furioso Gaara – no quiero irme… me niego – protestaba mientras sus consejeros y escoltas subían varios objetos y cajas a la enorme carreta – Sasori ¿no dirás nada?, ¿estás de acuerdo con este repentino viaje? – hablo el pelirrojo menor.
Si… porque yo no tengo nada que me ate a este horrible lugar – contesto con una sonrisa – en cambio tú si mi querido hermano menor… tus amantes – lo ultimo susurro en el oído de su hermano menor, Gaara frunció su ceño mirando con rencor a Sasori.
Idiota – contesto el pelirrojo menor, miro como su hermano se subía al carruaje, de mala gana se subió en ella y se sentó al frente de su querido hermano Sasori.
Los tres carruajes enormes partieron saliendo de la nación de Sunagakure, todos eran escoltados por una tropa completa, Raza observaba desde su balcón como sus dos hijos y herederos salían de su nación “es por su bien hijos míos, primero debo asegurarme por su bien” se dijo internamente el rey de Sunagakure.
Nación de Kirigakure
Deidara observaba por el enorme balcón a los hermosos jardines y el extenso bosque que rodeaba a la nación “papá espero te encuentres bien” pensó el rubio doncel, una lagrima bajo por su fina piel, salió de sus pensamientos al escuchar el ruido de la enorme puerta, se limpio rápido las lagrimas y se dio la vuelta mirando al príncipe.
Itachi – murmuro el doncel, el pelinegro al escuchar su nombre por el lindo doncel sonrió y una calidez sintió en su pecho formarse – ¿lograste hablar con tu hermano? – pregunto el rubio.
Si, Sasuke me conto que mi padre no izo nada a Naruto, está bien – conto el varón, hace media hora Itachi fue al encuentro de su hermano menor y este le confesó que su padre no había echo nada al bonito doncel dorado, pero que Madara había amenazado al doncel que cuando vuelva cumpliría con su cometido de poseer a Naru – nuestra gente de confianza ya están trabajando para sacarlos del castillo, solo nos queda esperar y que nuestro plan salga a la perfección – conto el pelinegro.
Gracias Itachi – agradeció el rubio regalándole una bella sonrisa que causo un leve rubor en el mayor, que solo correspondió al gesto.
¿Te gustaría salir a los jardines? – ofreció el pelinegro, Deidara asintió porque la verdad se moría de ganas salir de ahí y ver el hermoso jardín – me acompañas – ofreció su brazo Itachi, el rubio se ruborizo por el acto, sujeto el brazo del príncipe y ambos salieron de la alcoba del Uchiha.
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Sasuke miraba embelesado al doncel dorado que solo comía como si su vida dependiera de eso “me pregunto ¿donde entra toda esa comida?” se pregunto internamente el azabache, Naruto al escuchar los planes de Sasuke y que pretendía ayudarle a su hermano y al él mismo, le agradeció mucho tanto que le había dado un beso en la mejilla blanca del varón.
Sasuke ¿puedo salir a los jardines? – pregunto el doncel, sacando de sus pensamientos al azabache que solo miro al bello doncel – ¡pasa algo malo! – interrogo al no recibir respuesta del varón.
No… pero… lo siento mucho Naruto – contesto el azabache con tristeza – no se puede, mi padre tiene prohibido salir de este castillo sin ordenes – conto apenado de no poderle cumplir ese pedido a su doncel dorado.
Está bien Sasuke – dijo el rubio al ver el semblante que puso el azabache, no sabía porque pero no le gustaba ver al varón con esa expresión – puedes llevarme a conocer el castillo – propuso con una hermosa sonrisa.
Sera un honor cumplir su pedido – contesto el azabache, ofreció su brazo y Naru de inmediato sujeto ese fuerte brazo del atractivo azabache, ambos salieron del enorme balcón y empezaron a caminar por todo el castillo, Sasuke le indicaba los lugares con mucha paciencia, se paso todo el día con su adoración.
Nación de Iwagakure
Toda la nación de Iwagakure ardía en llamas, el rey Madara tenía en su rostro una enorme sonrisa – quiero que maten a todo aquel que se ponga en mi camino… no dejen a nadie con vida – ordeno el rey, mientras su tropa mataba a los soldados que trataban de defender a su nación, pero eran muchos del lado contrario – no dejen a nadie con vida – pronuncio con odio – a nadie… ¡MÁTENLOS! – grito lo último.
Poco a poco el ejército de la nación de Iwagakure cayó, junto a ellos las mujeres y niños fueron asesinados de una manera cruel y brutal, las casas fueron quemadas junto con los habitantes de la nación, en dos horas todo absolutamente todo había desaparecido, dejando a la nación de Iwagakure en completa soledad, solo el castillo se encontraba en perfecto estado.
Jajajaja la nación de Iwagakure por fin es mía – grito fuerte el rey – recojan todo y luego tienen el día libre, descansen que mañana comenzaremos con el plan – ordeno el rey Madara.
Los escoltas del rey y Madara ingresaron al catillo y ocuparon las alcobas correspondientes, Madara ingreso a su gran alcoba principal y se hecho en la enorme cama “mi Naru chan espérame que pronto igual que esta nación tú serás mío” cerro sus oscuros ojos y decido dormir por el cansancio.
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Kurenai y algunos escoltas del reino cabalgaban a todo galope a las afueras de la nación de Iwagakure – debemos informar a nuestra majestad de lo ocurrido… ¡dense prisa ahora! – ordeno la pelinegra, todos obedecieron y se perdieron en el inmenso bosque para no ser vistos.
Nación de Konohagakure
Nagato se despedía del monarca, quien solo le brindo una cálida sonrisa, el doncel monto a su hermoso caballo y junto a su tropa empezaron a cabalgar, salieron de la nación de Konohagakure a todo galope, se adentraron al espeso bosque y estaban a punto de salir, pero todo fue interrumpido al ver a varios jinetes avanzar a su dirección.
¡Vuelvan al castillo ahora! – ordeno el rey Nagato habían avanzado un largo trecho, los guardias de Konoha al ver desde la enorme muralla que la tropa de Iwagakure eran asechados abrieron la enorme puerta y mandaron a que escoltaran al rey, mientras mandaron a un mensajero para comunicar a su majestad.
Ataquen a la caraba no dejen que el rey de Iwagakure entre a la nación – ordeno Pain al estar en frente de la tropa enemiga, todo Akatsuki empezó a atacar, mientras el ejercito contrario trataban de cubrir a su rey, Pain al ver al rey de Iwagakure se sorprendió – ¡jo! así que era verdad… el rey es un doncel – murmuro el varón con una sonrisa siniestra – no toquen a su majestad… maten a todos – demando el peli naranja.
Nagato al ver como sus hombres eran derrotados, no sabía qué hacer todo era un caos total “no puede ser, lo siento mucho Kushina” se lamento el doncel al estar rodeado por los Akatsuki, nada podía hacer miro para atrás y toda su gente se encontraban muertos o heridos de gravedad.
Gusto en conocerlo su majestad – hablo Pain bajando de su caballo y sin ninguna clase de delicadeza jalo al rey, quien cayó al piso golpeándose una pierna que causo un quejido de dolor – me disculpo por mi brusquedad pero no sabía que un rey y más un varón fuera tan delicado – exclamo el peli naranja con burla.
Nagato miro con odio al varón – ¡MALDITO DESGRACIADO! – grito el rey doncel y le soltó un escupitajo en el rostro al peli naranja, quien solo se limpio, se acerco al rey y le soltó tremenda cachetada en el fino rostro de Nagato, Pain al darse cuenta que el ejercito de Konohagakure les habían rodeado sujeto al rey de Iwagakure, puso su espada en el cuello de este.
Hola Kakashi es un gusto verte al frente de una tropa, veo que subiste de rango – soltó con burla el peli naranja al peliplata, que tenía una cara seria y tranquila.
Opino lo mismo Pain – contesto el peliplata – veo que sigues igual de miserable de siempre… ¿donde está o que hiciste con mis príncipes?, ¡contesta miserable! – hablo fuerte Kakashi al estar frente de ese idiota que hace años se robo a sus príncipes.
Jajajaja los mate… y ahora quita a tu ejercito o matare al precioso rey – comunico mientras daba un beso en la mejilla a Nagato – tú decides Kakashi – propuso mientras apretaba más su espada en el fino cuello del rey, quien solo tenía los ojos cerrados.
Kakashi buscaba la forma de liberar al rey de Iwagakure, pero no fue necesario Nagato en un rápido movimiento se libro de la espada de Pain y golpeo con fuerza al varón para correr donde estaba el ejercito de Konoha, Kakashi dio la señal de ataque, las tropas de Konoha empezaron a atacar, pero los Akatsuki igual se defendieron.
El ejercito de Konohagakure eran más, razón que llevo a Akatsuki a retirarse – nos volveremos a encontrar mi bello rey – informo Pain mandándole un beso al doncel que solo le miro con odio – una cosa más… espero vuelvas pronto a tu reino que mi rey te dará la bienvenida – dijo mientras galopeaba rápido junto a los pocos que quedaron.
No puede ser – susurro Nagato al saber que quiso decir Pain con esas palabras – ellos invadieron mi nación, todo fue planeado – murmuraba como ibo el rey de Iwagakure.
Majestad por su seguridad debe volver a la nación… por favor – rogo el peliplata, Nagato miro al general del ejército de Konoha y bajo su cabeza, Kakashi ayudo a levantarse al rey con delicadeza, lo subió a su caballo, dio órdenes a su ejército y todos fueron rumbo al castillo.
Al llegar al castillo fueron recibidos por el monarca quien se llevo a Nagato a la alcoba que ocuparía el rey de Iwagakure, por la noche llegaron Kurenai y algunos consejeros quienes contaron lo sucedido y la pérdida de la nación de Iwagakure en manos de Madara Uchiha, Fugaku les ofreció ayuda para permanecer en Konoha mientras buscaba la manera de enfrentarse a su hermano menor.
Los días fueron pasando y las noticias volaron que Lord Madara había conquistado Iwagakure, Nagato estaba destrozado por la pérdida de su nación y su gente, tambien al saber que Lord A había entregado a sus sobrinos a Lord Madara.
El rey Madara había realizado varios cambios a la nación de Iwagakure, estaba molesta al no poder estar con su pequeño Naru chan “llego la hora mi dulce Naru chan, ya voy en camino” se dijo internamente el rey, mientras miraba por el balcón principal las tierras que ahora le pertenecían, como muy pronto le pertenecería todo el continente.
Continuara………………………………………………….