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El Suspiro de un Rey por yue-sama

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Notas del capitulo:

Aquí les dejo el nuevo cap!

 tambien conteste sus rw.

Siento que esto va vuelo en popa! espero que les guste tanto como a mí.

 

También nuevamente les dejare un dibujo en la página de facebook, así que pásense para verlo!

 

Aquí el cap.

Las espadas de pesado acero chocaban furiosas en el combate mientras el susurro del viento refrescaba los cansados cuerpos de los guerreros. Todos peleaban valientes por defender lo que era suyo.

 

 

Naruto se alzó, golpeando con fuerza al desgraciado que había roto su camisa, luego atravesó sin compasión el cuerpo del fuerte hombre con su espada, haciendo que cayera a la tierra. Segundos después, sin que se diera cuenta, una chica lo empujó y ambos cayeron al suelo, donde dio inicio otra furiosa pelea. Naruto alzó su puño golpeándola en la cara, pero la chica le regresó el golpe, sacándole el aire. Rápidamente, comenzaron a agarrarse con fuerza de los cabellos, arañándose sin compasión, y, cuando el Omega intentó zafarse, no le quedó de otra más que darle un fuerte cabezazo a su contrincante dejándola quieta por unos minutos, tiempo suficiente para que agarrara su espada y la atravesara con ella, matándola al instante, logrando que su cara se llenara de sangre y causando un grito eufórico.

 

 

—¡Por Ilargia! —gritó fuerte.

 

 

—¡Aghh! ¡¡Por Ilargia!! —respondieron los gerlari, quienes peleaban por él.

 

 

El reino era grande y basto, muchos codiciosos lo querían, y, no había ocasión, en la que Kakashi se fuera, que no aprovecharan para atacar, por eso Naruto siempre se quedaba atrás, ya que, si ambos reyes se iban, alguien más usurparía el trono y eso no podía pasar. Ahora, muchos de sus gerlari estaban en el suelo muertos mientras otros peleaban fieros, protegiéndose con sus altos y gruesos escudos y llevando sus espadas en alto.

 

 

Naruto era ágil y fuerte, no podía ni contar cuántos muertos llevaba ya, tan solo le importaba hacer retroceder al enemigo y cantar victoria, así que siguió firme, avanzando y matando. Agarró otra espada y comenzó un suave baile de precisión cortando pieles por donde pasaba, dejando un rastro de sangre tras él, ayudando a aquellos débiles que habían quedado atrapados en la disputa.

 

 

Cuando los cuernos habían avisado de la invasión, tuvo que dejar el castillo rápidamente y poner en resguardo a sus cachorros, luego había corrido tan rápido como sus piernas le permitieron, comenzando sin temor la batalla.

 

 

—Malditos desgraciados, soy Naruto, hijo del gran Minato, terror de las bestias, nieto de Tsunade, la mata dragones ¡No me subestimen, bastardos!

 

 

Aquellos que comprendieron quién era aquel Omega, lleno de lodo y sangre con su cuerpo contrayéndose y la respiración agitada, imponiéndose ante ellos con el azul ardiente de sus ojos furiosos y asesinos, tuvieron que retroceder instintivamente y al ser consciente de eso, el líder del bando contrario tocó el cuerno y todos comenzaron a retirarse.

 

Cuando el rubio los vio correr como nenas, miró al cielo y sonrió mostrando todos sus dientes, mientras todos sus hombres gritaban festejando. Sintió las fuertes manos de Kiba agarrarlo por los hombros y lo escuchó reír gustoso por la victoria.

 

 

—¡Ilargia está segura! Otra victoria para ustedes, mis señores —gritó el rubio—. Los dioses están de nuestro lado.

 

Estaba eufórico y la sangre corría rápidamente por sus venas. Limpió su cara llena de sudor y sangre, alzó su mano al cielo, bajándola lentamente frente a su rostro y besándola, para luego arrodillarse y poner su mano en el suelo. Esa era su forma de agradecer tanto a los dioses buenos como a los malos.

 

 

Su pueblo rugía con ánimo mientras que él empezó a dar órdenes, pidiendo rápidamente que agarraran los cuerpos y los quemaran, comenzando así, el veloz trabajo. 

 

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Después de horas poniendo en orden el reino, Naruto entró a la sala del trono donde Ino lo esperaba con un cuenco de agua y unas mantas para limpiarse un poco.

 

 

Con calma, enjuagó sus manos y cara, limpiándose la suciedad de la batalla, y, cuando notó que Haize y Zerura se asomaban viéndolo fijamente, les regresó la mirada.

 

 

—¿Qué es lo que hacen estos niños aquí? ¡Deberían de estar cazando o bebiendo! —habló una voz femenina.

 

La mujer les tendió dos vasos de cerveza dulce y Naruto la miró un poco enfadado, era una Alfa de un linaje puro, de complexión alta y fuerte, estaba bajo sus órdenes al igual que Kiba, siempre fieles a él sobre su esposo.

 

 

Ella se había quedado cuidando a sus hijos mientras se daba pie a la batalla, después de todo, ella había visto nacer y crecer a sus cachorros.

 

 

—¡Sakura! —gritó Haize recibiendo gustoso el alcohol entregado por la Alfa.

 

 

—Queremos aprender a reinar y pelear como lo hace nuestra madre —dijo Zerura un poco más serio, aceptando, aun así, el vaso.

 

 

Naruto sonrió de lado y limpió ligeramente su ropa, quitando a su vez las arrugas, luego miró directamente a la Alfa y comenzó a caminar acercándose mucho a ella.

 

 

—¿Por qué demonios les das alcohol a mis hijos, Alfa? —Sakura sonrió y acarició lentamente la cara de Naruto bajando por su cuello. El rubio la miró con diversión alejándose terminantemente de su toque, sabía lo que causaba en los Alfas y eso de cierto modo le gustaba—. No me has respondido.

 

 

—Tienen la edad suficiente, además, hay que celebrar —dijo simple—. A esa edad, yo ya había tenido a mi primer Omega.

 

 

—Bien —dijo Naruto—, pero no hables de eso. No delante de mis hijos —no sobre los temas sexuales.

 

 

Se acercó dispuesto a quitarles las bebidas, pero sus hijos no eran lentos ni perezosos, se habían tragado el dulce néctar rápidamente, y claro que el rubio se burló al verlos mareados causando que Sakura lanzara una risilla cómplice.

 

 

—Poca resistencia —sentenció.

 

 

—Ahora me ayudarás a cargarlos.

 

 

—P-puedo c-caminar solo —bramó Haize, pero al pararse cayó de rodillas. Sakura bufó y se acercó agarrándolo por las piernas y dejándolo de cabeza—. Voy a vomitar —dijo apresurado sin conseguir que la Alfa tuviera piedad de él, y que, por el contrario, terminara llevándoselo.

 

 

Por su parte, Naruto agarró a Zerura de los brazos y trató de cargarlo, lográndolo después del segundo intento; cuánto extrañaba aquellos tiempos en los que era un cachorro y podía cargarlo fácilmente. Comenzó su recorrido con el chico balbuceando, causando que el rubio quisiera golpearlos a ambos por imprudentes, sin embargo, su enérgica caminata paró cuando vio a Sasuke aparecer por las puertas principales. Entró dejando ver su larga caballera y fuerte apariencia, y él tuvo que contener un gemido e ignorar el deseo.

 

 

Quiso pasar desapercibido para el Alfa, pero este fue muy sagaz, sus preciosos ojos lo captaron rápidamente apresurando su paso para acercarse, al llegar a él, le arrebató a Zerura de los brazos para cargarlo en su lugar, de una forma menos delicada, pero cargándolo, al fin y al cabo.

 

 

—¿Extraño mi presencia mi rey? —preguntó Sasuke—. ¿Mi voz?

 

 

—Ciertamente, los alrededores estuvieron tristes sin su presencia —dijo finalmente—, pero no fue algo tan grave.

 

—Auch, su majestad. Eso le dolió a mi corazón esperanzado por su amor.

 

 

—¿Acaso es también un poeta, Sasuke el bardo?

 

 

—Quizás, en este oscuro corazón haya cánticos para usted y su belleza. Pasión ardiente por su cuerpo.

 

 

—Que poco discreto —dijo—. Mi hijo, quién podría decirle a su padre que un extraño está cortejando a su madre, está en sus brazos.

 

 

—Un niño inexperto en la bebida y mareado por la misma. Yo simplemente siento que sus labios serán dulces como la bebida, que su cuerpo será tan suave como los mejores pelajes, y, que su voz en la pasión será fuego líquido corriendo por mi cuerpo.

 

 

Naruto intentó no sonrojarse, ya había demostrado una conducta deplorable con él antes, así que, se contuvo fielmente a sí mismo y le dio una mirada penetrante levantando su delicada mano y poniendo sus suaves dedos sobre los codiciosos labios del bardo.

 

 

—Debería callar y sólo soñar, porque la realidad siempre será distinta a lo que quiere. Ahora, si me disculpa.

 

 

Naruto pidió a Zerura de vuelta y Sasuke tuvo que ceder, al final de cuentas estaba ante un rey, así que bajó al pequeño para ponerlo en los brazos de su madre y se contuvo de hacer otro comentario al verlo marchar. Frunció el ceño y contuvo el aliento, después de todo, el dulce aroma a moras de aquel rey Omega era sublime y hacía que todo fuera dificil.

 

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Naruto vio el sol ocultándose mientras pintaba sus ojos con pigmento oscuro, y luego, de igual manera se hizo unas marcas en cada mejilla, esa era la pintura que siempre había ocupado y por la cual lo reconocían. Abrochó su túnica por detrás, que era una túnica que se pegaba a su cuerpo y que tenía un escote que mostraba de más su pecho, encima se puso su abrigo de pieles y completó su estilo llevando el cabello trenzado y con flores en él.

 

 

Cuando salió a las calles notó todo desolado, pero sabía cuál era el motivo. Sakura y Kiba estaban esperándolo y al verlo fueron directamente hacia él, poniéndose uno a cada lado de su cuerpo. Avanzaron hasta llegar a la gran casona central, en donde se escuchaba las risas, al final de cuentas la gente estaba celebrando y compartiendo gracias a la victoria que habían tenido ese mismo día.

 

 

Naruto sonrió feliz mientras entraban con paso firme, los tres imponían con su presencia, pero a pesar de ello la fiesta no se detuvo. El Omega se tomó su tiempo para apreciar todo, la comida dispuesta en las mesas, la música y las muchas personas bailando con ella.

 

 

Todos lo recibieron con un gesto de júbilo y a lo lejos pudo ver a un grupo de hombres y mujeres poniéndole atención a Sasuke, tuvo curiosidad de saber de qué hablaban, pero se tomó su tiempo para llegar.

 

 

Sakura le tendió una bebida y el rubio la agarró, tomándola con tranquilidad. Camino despacio por todo el lugar, recibiendo los respetuosos saludos de varias personas, hasta que, cuando llegó al rincón en el que la voz de Sasuke seducía con su historia, tuvo que contener una sonrisa codiciosa.

 

 

—Entonces, Mafiaren golpeó su cetro y el suelo se abrió, detrás de él apareció una enorme bestia de fuego y tierra, después de todo no estaba dispuesto a perder, así que, si el dios Bizitza iba tras él, la bestia titán del inframundo iba a pelear por su causa…

 

 

«Mafiaren, tan hermoso como nunca nadie pudo serlo, envenenó con deseo a sus dioses y aprovechó su debilidad pidiéndoles sacrificarse por él en batalla, sellando el contrato con un beso en su mano, esa mano pálida como la nieve y helada como hielo. Así, el titán custodió el tiempo, donde no había ni día ni noche, mientras que varios caían bajo el terror dejando sus cabezas como adornos en el pasillo de la desesperanza.»

 

 

Naruto se alejó con suavidad, asegurándose de que todo estuviera en orden, luego se quedó mirando la fogata que estaba realmente viva, tomó de un solo trago lo poco que le quedaba de bebida y se acercó a buscar algunas frutas, disfrutando de la acidez de las frambuesas. Poco a poco se dejó llevar por la música y agarró otra cerveza, ¿qué mejor que embriagarse y disfrutar por una noche?

 

 

Cuando el alcohol le aflojó el cuerpo se fue con su gente y comenzó a bailar, girando bruscamente tal como la música lo dictaba. Varios aplaudían su baile y hacían alboroto mientras Naruto sonreía agarrando su túnica y mostrando sus piernas.

 

 

Varias Omegas le siguieron el paso, al igual que Alfas, nadie se quedó atrás, y, cuando sintió el sudor bajando por su cuello, paró, con cuidado se apoyó en una columna tratando de caminar recto, recuperó el aliento y salió a paso lento para respirar un poco de aire fresco.

 

 

La noche oscura le dio la bienvenida, la luna se mostraba alta y soberbia en el cielo, sabiendo que muchos envidiaban su hermosura y que nadie podía sostenerla, se perdió viéndola y reaccionó al sentir dos fuertes brazos abrazando con posesión su cintura. Olisqueó el aire y supo quién era.

 

 

—¿Por qué no fuiste mío, Omega?

 

 

—Porque tú me rechazaste, Alfa —dijo suavemente.                 

 

 

—¡Ya lo sé! —bramó enojada. Sus manos frías bajaron por su cuerpo tocándolo entre las piernas y Naruto ronroneó, para luego gemir cuando ella tocó su miembro.

 

 

—Sakura…

 

 

—Omega —rugió suavemente en su odio, besando la dulce piel de su cuello.

 

 

Cuando sintió que levantaba su túnica, agarró su mano y con fuerza se la quitó de encima, la Alfa lo miró rabiosa por haberla detenido, pero el rubio continuó desafiante.

 

 

—No puedes tenerme, ni hoy ni nunca. En tu pasado tuviste la oportunidad, y de eso ya nada queda. Ahora respétame como tu rey.

 

 

—Ahora, ahora… ¿quieres ser mi rey?

 

 

—Basta. Estás borracha, no puedo hablar así contigo.

 

 

—Bien —finalizó y comenzó a irse provocando que el rubio suspirara.

 

 

—Para lo que recordaras mañana —dijo divertido mirando a su amiga irse refunfuñando.

 

 

Vio como de detrás de las sombras salía Sasuke mirándolo con una sonrisa, así que tuvo que ponerse a la defensiva rápidamente.

 

 

—Veo que no soy el único Alfa que está tras usted majestad.

 

 

—Ni tú ni ella serán los últimos en amarme.

 

 

—Eso no fue nada humilde.

 

 

—Yo creo no serlo, pero es la verdad.

 

 

—Y no lo he negado, no puedo contradecirlo. Usted es tan hermoso que deja a muchos con el corazón roto al saber que ya tiene dueño.

 

 

—Entonces, ¿por qué tú no te das por vencido y dejas de endulzarme el oído?

 

 

—Porque yo no soy como los demás.

 

 

Sasuke se acercó al rey y ambos se miraron fijamente a los ojos. El rubio no pudo evitar ser débil, ese era un hombre hermoso, podía sentir como sus fuertes facciones y sus labios rosas lo llamaban. Suavemente, llevó una de sus manos a tocar el cabello del azabache, este sonrió y acercó su cara al cuello del Omega, olisqueándolo y mordiéndolo suavemente.

 

 

—Mhmm… —suspiró cerrando los ojos.

 

 

—Estás ronroneando, Omega —dijo más bajo, y su voz ronca hizo estremecer a Naruto, luego levantó su cabeza, dejando sus rostros sumamente cerca, ambos compartieron el mismo aliento y sin mucho esfuerzo el Alfa junto sus labios. Fue un roce suave que pronto se tornó lascivo, Sasuke tomó su cintura acercándolo y adueñándose de esos labios prohibidos.

 

 

El beso encendió el cuerpo de Naruto y lo dejó con poco aire, sus labios se acariciaron sensualmente, tentando a una suerte que no tenían, y ahí, con sus labios unidos iniciaron la construcción de un futuro lleno de incertidumbres y lágrimas.

 

 

 

Notas finales:

Que les pareció? se lo esperaban, o de verdad estoy loca?

 

Muchas gracias por leer y dejarme sus rw  eso me da motivos para seguir escribiendo.

 

Si tienen duda por favor decirlo

 

Nos vemos el sábado, ya que el domingo no podre subir nada...

 

Recuerden!! Vayan a facebook a ver el nuevo dibujo.

 


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