Desde el día en que fue a la muestra en la escuela de Nanase habían comenzado a intercambiar un mayor número de mensajes; a veces era sobre un nuevo platillo que pensaba probar o algo que había cocinado Sousuke.
A veces Haruka también le mostraba recetas que había probado o que pensaba podría querer intentar. Se sentía extraño pues la mayor parte de sus conversaciones eran en torno a la comida, pero considerando que desde que comenzaron a intercambiar mensajes la comida era el principal tema del que hablaban, no pensaba demasiado en eso.
De vez en cuando le mostraba algún video sobre fauna marina o eventos en acuarios, incluso un par de veces había tenido conversaciones en torno a la majestuosidad del mar y los misterios que aun ocultaba.
Rin comenzaba a sentirse mucho más cómodo, parecía que su amistad, el tiempo libre y las actividades que la psicóloga sugirió le habían sentado bien pues las pesadillas eran menos intensas y le resultaba más sencillo conciliar el sueño.
Aun no se sentía del todo bien y a veces, cuando no podía despertar por si mismo de la pesadilla o tenía algún ataque de migraña, lo único que quería era poder olvidarse de todo ese asunto y no pensar en nada más.
Su psicóloga insistía en que era parte normal del proceso y debía enfocarse en los avances que estaba teniendo o resultaría desgastante y frustrante. Por eso intentaba no pensar demasiado al respecto y mantenerse ocupado mientras se ejercitaba o leía algo que llamara su atención.
De vez en cuando se sentía demasiado abrumado por la situación y se preguntaba cuanto tiempo más tardaría en aclarar lo que provocaba las pesadillas. Incluso había investigado un poco sobre lectura de sueños y algunas recomendaciones para dirigir sus sueños hacia el punto que necesitaba.
Y aun así no estaba seguro de lo que esperaba encontrar, lo habló con la doctora Kaidou y ella le recomendó no pensar demasiado en eso. Le explicó que no era tan fácil como buscar en un diccionario el significado de alguna palabra y que por el momento lo más recomendable era redirigir sus actividades para reducir sus niveles de estrés.
Se sentía frustrado y no podía ocultarlo, cuando leyó al respecto apostaba que sería la opción más fácil para resolver todo ese asunto y ante la respuesta de la terapeuta sus ánimos habían decaído y creía que tardaría una eternidad en poder aclarar lo que pasaba.
Ni siquiera recordaba claramente como lo había afrontado en su infancia y su terapeuta había insistido en que había trastornos del sueño más comunes en menores y que la causa de que sus pesadillas volvieran podía ser completamente distinta a la que las provocó la primera vez, por lo cual era necesario un nuevo diagnóstico y una terapia adecuada para el mismo.
En ocasiones sentía que no podría seguir con la situación por más que se esforzara aunque intentaba disimularlo para no preocupar más a Sousuke, por eso había días en que la terapia lo agotaba al enfrentarlo con sus sentimientos y regresaba a casa con la única intención de descansar.
Se sentía agotado física y mentalmente, incluso más que cuando las pesadillas regresaron y tenía tantos pendientes con los exámenes y las actividades del club. Y aún así hacia un esfuerzo casi sobre humano por mantenerse en pie y seguir lidiando con la situación por difícil que pareciera.
Por eso había decidido ir directo al parque a trotar al volver de terapia ese día. Solo envió un mensaje para su amigo hablando de sus planes antes de comenzar con algunos estiramientos para prepararse. Desde un par de días antes había retomado su rutina de ejercicios y la aprovechaba para escapar por un rato de todo lo que estaba sucediendo.
Solo el ejercicio, cocinar y las conversaciones que tenía con Haruka lo ayudaban a mantener su mente despejada y por eso intentaba ocupar la mayor parte de su tiempo en ello para no pensar demasiado en las pesadillas.
Luego de un par de horas ejercitándose volvió a casa, no sin antes comprar algo para preparar la comida y mantenerse ocupado mientras Sousuke trabajaba. Había hablado con Nanase sobre una nueva receta que podía probar y probablemente le tomaría un par de horas prepararla, así que era el mejor momento para dedicarse a ello.
En cuanto entró al departamento respondió los últimos mensajes antes de ducharse y comenzar a cocinar. Tenía mejor ánimo que en otras ocasiones y debía aprovechar ahora que sentía energía suficiente antes de volver a la incertidumbre de su situación.
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—Estoy de vuelta —saludó desde la entrada antes de mirar a su amigo—. Pensé que seguirías fuera.
—Bienvenido —dejó el teléfono sobre la mesa antes de centrar su vista en el recién llegado—. Estuve menos tiempo del que tenía planeado en la biblioteca, incluso pase a comprar algunas cosas que hacían falta. Hay comida lista si tienes hambre.
—Gracias, me encargaré de la comida mañana —sonrió al notar todos los materiales de dibujo y la concentración de Haru mientras tomaba algunas fotografías—. Has estado ocupado, me sorprende que tuvieras tiempo para preparar la comida.
—Solo he hecho un par de bocetos, los otros ya estaban hechos y Matsuoka preguntó por ellos —tomó un par de fotografías más antes de redactar su mensaje y poder enviarlo.
Solo asintió en silencio con la sonrisa ampliándose mientras miraba a Haru concentrado en el aparato entre sus manos. Él no utilizaba mucho su teléfono, incluso en ocasiones olvidaba llevarlo consigo dado que no le resultaba indispensable.
Y aun así, desde que había intercambiado su información de contacto con Matsuoka era más común ver que un par de veces al día el teléfono estuviera con él y el azul atento a la pantalla mientras se dedicaba a responder los mensajes.
Además, Haru no acostumbraba tomar demasiadas fotografías y menos aun enviarlas a alguien para compartirlas y ahora era común que un par de veces a la semana tomara fotografías de algún platillo, receta o incluso de algo que estuviera realizando para mostrárselo al pelirrojo.
Desde que se cruzaron el día del accidente Haru se comportaba de manera extraña y creía que todo se debía al mal momento por el que pasó. No esperaba que de alguna manera volviera a encontrarse con el mismo chico y menos aun que terminarían entablando una amistad.
Haru es reservado y no habla más de lo necesario, razón por la que su grupo más cercano es pequeño, por eso le sorprendió que lograra sentirse cómodo tan rápidamente con ese chico extrovertido que conoció por casualidad.
Quizá aun era pronto para considerar que fueran cercanos, pero conocía a Haru lo suficiente para saber que Matsuoka se había ganado su confianza. Era reservado, sobre todo con sus pasatiempos, y no todos habían podido mirar su libreta de dibujo a menos de que él así lo quisiera.
Él y Haruka son amigos desde pequeños y aun así no conocía por completo el contenido de esa libreta, solo alrededor de diez paisajes completos y algunos bocetos sueltos que tenía en el librero del departamento.
Le hacía feliz verlo tan animado compartiendo uno de sus mayores pasatiempos aunque prefirió no hablar demasiado de ello y mejor darle un poco de espacio para continuar ya que parecía entusiasmado para dibujar.
Luego de leer y responder el último mensaje de Matsuoka había vuelto a centrar su atención en el dibujo que estaba haciendo. Aprovechó su tiempo en la biblioteca para investigar un poco más sobre el tema que despertó su interés en la muestra académica y luego de ello había sentido la necesidad de comenzar a dibujar.
El agua era su fascinación y le encantaba aprender más sobre los depósitos acuáticos y sus habitantes, por eso tenía varias libretas llenas de dibujos de plantas, animales y diferentes cuerpos de agua en los que intentaba plasmar la complejidad que tenían.
Luego de iniciar la universidad había comenzado también a elaborar esquemas y todo tipo de representaciones gráficas que le permitieran visualizar el conocimiento que adquiría. A veces agregaba algunos de ellos en sus notas o los conservaba como material de estudio.
Habló con el pelirrojo al respecto de su pequeña investigación y decidió contarle también sobre la forma en la que plasmaría ese nuevo conocimiento. No esperaba despertar tanto el interés del chico y por ello le sorprendió que pidiera mantenerlo al tanto de su avance.
Haruka no acostumbraba mostrar sus ilustraciones pues en alguna ocasión habían intentado convencerlo de que debía dedicarse a las artes o la ilustración pues tenía una habilidad maravillosa para expresarse mediante dibujos.
No prestaba demasiada atención a esos comentarios pues lo único que buscaba al detallar tanto sus dibujos era plasmar lo maravilloso que era el agua y sus residentes, no tenía especial interés en el dibujo si no se trataba de reflejar ese sentimiento.
Pero cuando se los mostró al pelirrojo su reacción fue diferente; sí, halagó su trabajo y le dijo lo maravillosas que eran sus ilustraciones, pero no hablaba del dibujo como tal, sino que había prestado especial atención en lo detallado de sus esquemas y lo claro que resultaba lo que intentaba mostrar en cada uno.
Incluso le había dicho que con solo observar sus dibujos se podía aprender bastante sobre la vida en las profundidades y lo mucho que aun faltaba por descubrir en los océanos. Había visto más allá de las imágenes y en eso se basaba su halago, lo que hacía que genuinamente agradeciera su comentario.
Siguió observando los trazos de su boceto pensando en lo que aún faltaba por agregar antes de poder definir el dibujo, considerando también las notas que pondría para conservar la mayor parte de información que recolectó. Estaba absorto en los trazos sobre el papel mientras revisaba las notas que realizó acerca de su investigación agregando más detalles y cambiando la ubicación de algunos otros.
Era minucioso en todo lo que hacía, pero la dedicación que tenía cuando se trataba de esa actividad en particular lo era mucho más. El agua era su fascinación y le gustaba aprender sobre ella, debía ser cuidadoso con cada detalle y esforzarse por plasmar lo mejor que pudiera lo maravillosa que era.
No podía descuidar ni un solo detalle y todo lo que pusiera en el papel debía estar perfectamente planeado y elaborado, de otra manera no estaría satisfecho.
Su atención permaneció en esa actividad durante largo rato hasta que el resultado le satisfizo. Definió los trazos que conservaría en el resultado final y mientras contemplaba su trabajo casi pudo sentir la arena bajo sus pies, la brisa sobre su rostro y el sabor salado del agua.
No fue sino hasta que el sonido de la puerta lo trajo de vuelta a la realidad que se percató del tiempo que había pasado sumido en su trabajo y salió de la ensoñación para notar la notificación en su teléfono.
—Lo siento Haru, no quería distraerte. Necesitaba algunas cosas y salí a comprarlas —le dedicó una sutil sonrisa al verlo negar—. ¿Tienes hambre? El baño está libre si quieres ducharte primero —lo miró durante algunos segundos antes de que una ligera risa escapara de sus labios.
Era curioso, pero Haru conservaba varias costumbres de cuando era más pequeño y verlo cambiarlas era algo muy extraño. Sin embargo, desde el encuentro que tuvo con Matsuoka de vez en cuando actuaba de forma diferente y nada cercano a lo acostumbrado.
En cualquier otra situación le hubiera sorprendido verlo tomar un par de fotografías a su ilustración antes de recoger sus materiales, pero considerando que unas horas antes lo había visto enviando fotografías de otras ilustraciones al pelirrojo no le resultó tan impactante.
Claro que era poco común verlo compartir un pasatiempo que la mayor parte del tiempo mantenía en privado, pero a la vez le alegraba que socializara más y sintiera la suficiente confianza para mostrar tan abiertamente lo que le gustaba.
Tenía algunos amigos en la universidad y a veces salía con ellos o hacían actividades no relacionadas con el ámbito académico, pero estaba seguro de que conocer a alguien fuera de su entorno más cercano y con quien podía encontrar cosas en común sería favorable para él; aun si la situación en que conoció a esa persona fue tan peculiar como su encuentro con el pelirrojo.
Makoto guardó sus compras mientras Haru preparaba la mesa antes de reunirse frente a ella y comenzar con la comida. El chico fue mucho más silencioso que de costumbre y parecía estar demasiado concentrado en otro asunto como para distraerse.
Lo cierto era que tras responder el último mensaje de Rin se había apresurado para mostrarle como había quedado el dibujo final que estaba realizando. No pensó mucho antes de enviarlo y mientras comía no paraba de preguntarse la razón para hacerlo.
Se sintió tan entusiasmado para dibujar que no pensó demasiado antes de mostrarle al chico el resultado final pese a que muchos de sus dibujos quedaban solo como bocetos y no acostumbraba mostrarlos incluso si estaban terminados o si alguien le pedía verlos.
Y aun así había sentido la necesidad de compartir lo que hizo durante ese tiempo y saber que opinaba al respecto. No pudo contener su emoción, aunque ahora se preguntaba si debió enviarle esa fotografía.
No es que quisiera ocultar lo que dibujó o que le preocupara la respuesta que pudiera darle Matsuoka, en verdad quería saber lo que pensaba, solo era extraño haber actuado de manera tan repentina y no podía dejar de pensar en eso.
El mensaje tardó un poco más de lo habitual en ser respondido y aun así Haru siguió sumido en sus pensamientos largo rato antes de tomar el teléfono para dar una respuesta.
Se tomó unos minutos para contestar antes de entrar a la bañera y sumergirse en el agua intentando despejar su mente. Acostumbraba hacer eso cuando necesitaba pensar y esa ocasión no podía ser la excepción.
Se sentía extraño, Rin siempre era muy expresivo en sus mensajes y se había acostumbrado a eso, ni siquiera cuando halagó los bocetos que le mostró antes se quedó sin palabras y justo tras su último mensaje se sentía abrumado.
Habló de cada uno de los detalles en los que más se había esmerado y resaltó la precisión con que había plasmado sus características. Se notaba en sus palabras lo mucho que admiraba su trabajo y lo maravillado que se sentía mientras lo miraba.
Y aun así, pese a la gran cantidad de palabras que usó para expresar ese sentimiento una sola oración fue suficiente para desconcentarlo "Juraría que pude sentir la brisa cuando lo vi, la arena tibia entre los pies, la sensación salada cuando estás en la playa...".
Podía parecer absurdo seguir pensando en eso, pero al leerlo tuvo un gran impacto en él para ignorarlo. Era una simple coincidencia que ambos tuvieran una sensación tan similar al mirar el dibujo, no había razón para pensar tanto en ello.
Al menos intentaba convencerse de eso mientras permanecía sumergido en la bañera pese a que las palabras de Matsuoka seguían presentes en sus pensamientos. Era una sensación tan extraña que responder su mensaje sin mencionarlo fue difícil.
Finalmente solo hizo algunos comentarios sobre los detalles y le explicó porque eligió incluirlos intentando desviar un poco la atención del tema que lo tenía tan pensativo.
El chico siguió haciendo algunos comentarios más resaltando el maravilloso trabajo que hizo en tan poco tiempo, y sin querer quedarse atrás le envió algunas fotografías de lo que cocinó durante ese tiempo aprovechando la oportunidad para volver a mencionar el reto de cocina del que hablaron la vez anterior.
Pasaron un rato más conversando hasta que fue la hora de dormir, ambos se despidieron para descansar y Rin volvió a recordarle que tenían pendiente el reto de cocina y la reunión con Sousuke y el presidente apenas pudieran organizar sus horarios.
Haru agradeció por el interés y recalcó que seguiría investigando sobre el tema antes de que pudieran reunirse, estaba muy interesado en ello e incluso si aun no era posible tener esa conversación quería saber más al respecto.
Su interés era tanto que antes de dormir pensó en algunos diagramas que podría hacer y la información que necesitaba para ello; se sentía tan emocionado por comenzar a trabajar sobre ello que olvidó por completo el asunto con el dibujo y solo esperaba poder seguir realizando más diagramas y conversar sobre eso con Matsuoka.