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Alcanzando la felicidad. por Akatsuki-san

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James de despertó temprano, se le hacía extraño estar dentro de esa casa y saber que su irresponsable amigo había logrado formar una familia antes que él, era algo a lo que aún le costaba trabajo creer, pero el día de ayer él junto con los demás se la pasaron consintiendo y jugando con el pequeño Camp, era difícil no hacerle caso al pequeño bodoquito de carne,  cuando este se la pasaba riendo y aplaudiendo a cada cosa que le enseñaran.


Ahora más que nada, trataría de mostrarle a la pelirroja chica que él, James Potter también podía ser un gran padre, después de todo, si Sirius pudo, por qué él no.


Tan concentrado iba reflexionando acerca del asunto que no se dio cuenta de que Remus están atrás del sillón, y termino chocando con su lunático amigo.


- Moony que cre... -


Las palabras de James fueron interrumpidas por la mano de Remus, que ahora se encontraba cubriendo su boca para que no hablara.


Sabía que con reclamarle no ganaba nada, mejor se quedó quieto tratando de que en algún momento su amigo lo soltará, pero los minutos comenzaron a pasar y seguía igual que como estaba hace un rato.


Agudizó su vista lo mejor que pudo, tratando de encontrar lo que sea que Remus observará con tanto ahínco, pero solo vio a Severus amamantando a su bebé.


Sus ojos se abrieron grandes y la pupila se dilató,  Oh no no no no su amigo no podía estar haciendo lo que él creía que estaba haciendo.


Si bien, ellos ya se habían dado cuenta de la atracción que Remus sentía por el novio y futuro esposo de Sirius, excepto por el mismo Severus, que parecía no darse cuenta de las emociones que desata en el chico come-chocolate.


Pero nunca, y escuchenme bien, jamás creyó que su atracción llegaría al punto de querer espiarlo, por todos los magos del mundo, tan solo llevaban un día es la casa de la familia de su hermano del alma.


Se quedó quieto detallando al pequeño pelinegro que se encontraba sentado de perfil, aceptaba que el chico era hermoso, bonitos ojos, bonita piel, cintura y caderas estrechas, cabello muy hermoso y sedoso a la vista, y eso que él tenía muy mala visión sin lentes, unos labios bonitos y rojos, Ok, el chico era la belleza y perfección hecha carne.


Pero a él no el venían los hombre, tampoco es como si creyeran que a Sirius lo hiciera, pero el prefería unos pechos grandes, y una vagina, no un, ano, dios incluso pensarlo le parecía doloroso, llevo una mano a su trasero, sea lo que sea, dolorería tanto para un chico como para una mujer.


Pero el chiste de esto, es que aún no comprendía el porque sentirse atraído asía alguien que evidentemente ya tenía pareja, y que por cierto, era está uno de sus mejores amigos, o por qué Moony, no solo iba y se sentaba frente al joven y ya, no era como si Severus se diera cuenta de la atracción que despertaba en su peludo amigo.


Tan inmiscuido estaba en ese asunto que no le incumbía a él, que no se dio cuenta de cuando  Lily se paró atrás de ellos, la pelirroja en un principio pensó que solo había tropezado, pero al ver bien se dio cuenta de sus negras intenciones.


James,balbuceo palabras inentendibles, y fue cuando cayó en cuenta de que podía hablar sin que nadie tapara su boca, donde están su lobuno amigo, esto se veía tan mal para el pobre cuatro ojos.


La cachetada y la palabra degenerado se oyeron en toda la casa como si fueran dichas por un altavoz o por un hechizo del director Dumbledore.


Los pasos de los otros dos habitantes se escucharon, Sirius y Remus venían platicando amena mente por las escaleras, Remus al ver la mejilla de James sintió de manera culpable y nervioso.


- James! ¿que sucedió? - pregunto cómo desconcierto y preocupación fingida, pero era James o él, y mejor James.


- Traidor, eras tú el que están espiándolo, dile a Lily. - Prongs lo miraba con profundo enojo en sus ojos, si hubiese sido otra chica no le hubiese importado, pero hablamos de la joven que lleva tratando de conquistas desde que entró a Hogwarts, así que esto es serio.


- ¿Qué está sucediendo me gustaría saber? - Sirius quien veía sus dos amigos mirarse intensamente no comprendía nada, por otro lado, Severus trataba de calmar a su hijo, que con tanto escándalo se comenzó a remover incómodo.


Se acercó a ellos, llevaba un camisón de seda negra y encaje, le llegaba arriba de la rodilla, el cabello lo llevaba en una coleta baja y suelta, los finos tirantes de la prenda resbalaban por los sonrojados hombros, una escena que muchos hombres pagarían por ver.


Y justo cuando pensó que las cosas no se verían peor para el, los ojos cautivadores de Lily se encendieron en furia, era su fin.


- Pasa que encontré a "éste" mirando a Severus mientras alimentaba a su hijo. -


Oh sí, Lily estaba enojado, furiosa y lo que le seguía.


Remus encontraba tan hilarante la situación, no se imaginaba siendo él el regañado, pero ver a James siendo reprendido por la chica que le gusta, le parecía  bastante graciosa.


Tenía una coartada y si fallaba, bastaba con poner ojos de cachorro regañado y eso desviaría la atención de él.


Aveces ser un licántropo tenía sus ventajas, como sentidos súper agudos que te avisarán cuando había movimiento en la planta de arriba.


Eso hizo más fácil dejar a James, irse a su habitación, para luego buscar a Sirius; platicar con él, era sin duda, una buena coartada.


La cara de Sirius no tuvo precio, incluso Severus se había escondido detrás del cuerpo de su Black, quien se quito la bata y la envolvió en cuerpo de su prometido e hijo.


James sudaba frío, esa sonrisa maniática nunca se la había visto a Sirius, pero si a la loca de Bellatrix, a Regulus en ocasiones, inclusive a la elegante Narcisa, evidentemente heredará de la familia Black, pero no a Sirius... Esto no terminaría bien, al menos no para él.


[...]


Todos desayunaban en el comedor, todos excepto James, quien estaba comiendo en la cocina y aparte lucía un bonito ojo morado, a su querido amigo se le había pasado la fuerza de su puño.


Bastante diría Prongs.


Sirius tenía a su hijo sentado en sus piernas, el bebé metía sus manos en la crema de elote, y luego la embarrada sobre la ropa y cara de su padre, ver a su papá siendo decorado por el bonito color amarillo le causaba gracia al pequeño Campbell.


Severus miraba a los dos con un pequeña sonrisa en sus labios, y de vez en cuando abría y cerraba sus manos para captar la atención de su hijo, los demás observaban de manera boba la forma tan linda en que interactuaban con su hijo.


Lily se pregunto si así se verían James y ella como padres, volteo a ver James que ya lo habían dejado comer en la mesa, de vez en cuando volteaba a ver a Remus y mirarlo de manera desafiante.


Está se las cobraría y muy caro.


[...]


Esa mismo día, sorprendieron al tímido Remus espiando a Sev mientras cocinaba, James reclamo su inocencia, Remus estaba que moría de la vergüenza, Sirius parecía desquiciado... Acaso no podía dejar solo a su futuro esposo por unos cuantos minutos...


Pronto habría otro ojo morado y no sería el de James.


 


 


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