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Sangre Inocente por Silvia_Riffie

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Notas del capitulo:

Holitas a toda mi gente que me sigue, muchas gracias, para los que pedían la continuación de la historia aquí esta para ustedes.


Aviso importante lean de nuevo el cap 3 antes que éste, ya que hice varios cambios y lo edité.


Sin más que decir, espero que les guste el capitulo. (tuve que leer e informarme mucho sobre catotonía)

 

 

Las risas se escuchan desde afuera de la habitación, Sasuke sonrió afirmado en la pared, era grato escuchar a Naruto reír. Su madre había tenido razón Minato había sido de gran ayuda llevaban dos semanas de terapia por alguna razón el mayor dejaba un espacio en su agenda cada día para ir a ver a Naruto.

Los primeros días los dedicó para conocer al menor, y que éste le conociese también, costó el pequeño rubio no se fiaba de nadie que no se llamase Sasuke Uchiha. Por otro lado el doncel no quería a Minato los primeros días, era cortante y seco, hasta un poco desagradable. Una faceta que Sasuke no le conocía y que lo sorprendió bastante,  pero con el pasar de los días Naruto comenzó a ceder ante la presencia encantadora de Minato.

Dentro de la habitación estaban jugando Jenga con verdad o reto, era una de las tantas maneras que tenía Minato para hacer hablar a Naruto. Sasuke se quedaba afuera de la habitación apenas e iba a su casa, trabajaba casi todo el día en la clínica, el juicio había sido aplazado hasta que a Naruto le dieran el alta del hospital. Ya que tanto Sakura como Minato se habían alineado para asegurar que el Doncel sentenciado de asesinato no estaba lo suficientemente saludable para hacer frente al nuevo juicio, increíblemente Tobirama estuvo de acuerdo con la opinión de los médicos y reafirmó la solicitud de Sasuke. Como resultado el Juez Sarutobi no tuvo más remedio que dictaminar el aplazamiento del juicio.

Su rubio lo molestaba mucho, porque no faltaba el paciente, o trabajador de la clínica que no fuese por una consulta gratis, algunos muy avergonzados pero conociendo la fama de ambos hermanos Uchiha como abogados se envalentonaban para hablar con ellos.  Tanto que Sasuke e Itachi se  comprometieron  a ayudar varios de ellos en temas judiciales engorrosos. Para mantener activo a Naruto le pidieron ayuda para organizar sus agendas, papeles, incluso el menor ya se presentaba como el asistente del abogado Sasuke Uchiha y ayudante de Itachi Uchiha.

Eso generó una discusión con el Namikaze con Sasuke, porque temía por el futuro ¿Qué pasaba si Naruto no era absuelto del caso? La risa del Uchiha molestó tanto a Minato, que éste perdió la paciencia algo inaudito en él, a opinión de su marido Madara, lanzándole al abogado una libreta donde anotaba cosas sobre sus pacientes, Sasuke le aseguró que eso no iba a pasar entre risas.

Podía sentir la ansiedad faltaban solo días para que le dieran el alta a Naruto y con eso el comienzo del juicio, ya tenía todo lo que necesitaba para armar el caso, incluso ya tenía la sospecha de quién era el real asesino. Hizo toda una investigación, tanto los detectives privados como los peritos forenses que trabajaban para él habían llegado a la misma conclusión lo debía colocar a esa persona en el estrado y la torre de mentiras que había detrás de la muerte de Neji caería.

- Estás muy serio, más de lo usual – La voz de Madara lo hizo salir de su fuero interno.

- Solo estoy pensando en caso y cómo plantearlo – En realidad era como hacer la trampa para que esa persona terminara aceptando su crimen.

Madara sonrió levemente al escucharlo su bis primo era un completo obseso cuando se trataba de algo que le interesaba.

- Sasuke sé que no es de mi incumbencia pero estás enamorada de ese chico ¿Verdad? – Madara tenía que preguntarlo llevaba días con la idea en su cabeza  – Al principio pensé que era venganza contra Gaara y para ti debió de ser de esa manera, pero ahora hay más que eso –

El abogado se removió en la silla,  hizo un gesto con sus ojos  y labios como tratando de buscar una respuesta, luego levantó las manos y las dejó caer, soltó un suspiro y contestó – No puedo colocarle nombre y apellido a esto – Apuntó hacía la habitación donde estaba Naruto  – Me gusta, sería tonto negártelo, es más que obvio – Susurro casi avergonzado de sus sentimientos – Pero no te puedo decir que lo amo, no me voy a enredar con esas palabras, no ahora. Él solo necesita un amigo, un compañero  un soporte  que lo mantenga con los pies en la tierra, y eso es lo que seré para Naru –

- ¿Hasta cuándo? – Madara le miró muy serio al hacer la pregunta – No es fácil, imagina no fue fácil para mí estar con Minato. No al ser uno de los únicos sobrevivientes del tiroteo en su escuela, no después de saber que no podría tener bebés, y peor de la violación que sufrió de parte de su enfermera. Fue un reto, me quise rendir un poco. Pero sabía que valía la pena luchar, más ese chico, está quebrado – Miró hacia el cielo antes de soltar lo pensaba – Mejor dicho está pulverizado, trato y no puedo ni siquiera imaginar todo lo que ha sufrido. Es cómo, no lo sé, Haber – Dijo tratando de poder explicarse – Sin desmerecer un ápice el sufrimiento de mi esposo, es la nada con lo que ha vivido ese niño, ¿Podrás lidiar con todo? –  No podía no preocuparse por su bis primo, para él era más el sentimiento de amor por un sobrino. Sentía que él era más un tío que un primo en segundo grado para los hijos de Fugaku.

Sasuke buscó la mirada de Madara – Estoy en esto hasta el final – Dijo con resolución  – Sé que tendré problemas, que perderé la paciencia, que querré rendirme, que lidiaré con mucha frustración. Pero lo quiero – Sonrió antes de agregar – Mucho, por lo tanto estoy dispuesto, hacer lo necesario para que se cure –

-Bien, entonces cuando necesites desahogarte siempre puedes acudir a mí  –  Golpeó la rodilla de Sasuke en una muestra de cariño.

El teléfono del abogado sonó justo en esos instantes, haciendo que la conversación terminara, el Uchiha contesto sin conocer el número.

- Buenas tardes, habla con Uchiha Sasuke –

- Buenas tardes Señor, lo llamo del sanatorio mental San Bautista –

Inmediatamente Sasuke colocó toda su atención a la persona que lo llamaba – ¿Pasó algo con mi hermano? – Madara también se interesó en la llamada.

- Sí, lo siento contratamos unos practicantes y se equivocaron con la nomina, y su hermano fue tratado con Benzodiacepinas y electro shock – La mujer a la otra línea estaba mortificada, porque sabía que lo Uchiha habían pedido no hacer nada por Sai, por los continuos episodios de intentos de suicidio, no querían tratamientos para evitar hacerlo sufrir más, además con un catatónico nunca se sabía. Solo que éste estuviese confortable y ser atendido. Lo peor ambos hermanos eran abogados.

- …  –  Sasuke se quedó en silencio tratando de evitar gritarle a la mujer  –  Mi hermano cómo está  – Solo necesitaba saber que estaba bien y lo dejaría pasar.

- Su hermano respondió al tratamiento – Contestó  –  De hecho, habló, él  lo nombró –

Sasuke dejó caer el teléfono, que Madara tomó, preocupado ante la acción del menor, comenzó él hablar con la persona en la otra línea.

- Sí, está bien, iremos de inmediato, muchas gracias – El mayor cortó la llamada, luego de minutos hablando con la mujer  – Minato, Hola Naruto – Entró a la habitación – Amor tengo que salir con Sasuke, ¿te quedas con Naruto? – Sonrió y habló con voz suave, esa que le decía a su marido que había más pero que no preguntara.

- Claro, no se preocupen, me quedaré con él hasta que lleguen – Tranquilizó el rubio mayor.

- Nos vemos más tarde, traeremos la cena para los cuatro  – 

- ¿Ramen? – Dijo esperanzado Naruto.

- Ni de coñas mocoso – Madara dijo con superioridad – Comeremos cualquier otra cosa, casi siempre comemos Ramen por ti, quiero algo más jugoso como carne –

- Eres un pesado – Le sacó la lengua al mayor, cruzándose de brazos.

- No me molestes pequeño gamberro – Amenazó en broma a Naruto.

- Qué me harás – Retó el menor.

- No lo sé en estos momentos, pero creo que traeré mucha comida de color verde –

- No te atreverías – Naruto puso sus manos a los costados de sus mejillas y abriendo la boca sorprendido.

- No me tientes “Dobe” –

- ¡¡Oye!! – Naruto se quejó con las mejillas arreboladas – Así solo me puede llamar el Teme, nadie más – Infló sus mofletes con ternura a ojos del matrimonio.

- Deja de molestar al pequeño – Minato le dio un suave golpe en la pierna a su marido – Tráeme una hamburguesa doble con mucho crispys de cebolla y tocino –

- Yo quiero lo mismo, pero con muchas papitas fritas y una gran cola – a Naruto se le hizo agua la boca en solo pensar en esa jugosa hamburguesa y las papas fritas.

Madara sacó su móvil y rápidamente utilizo una app para hacer un pedido con delivery – Listo, vendrán entre treinta a cuarentaicinco minutos a dejarles el pedido – Les informó – No sé que tanto nos demorarnos, así que prefiero pedirles un pequeño Snack mientras volvemos, par de rubios golosos – Besó los labios de Minato y revolvió el cabello de Naruto – Nos vemos –

Al salir Sasuke sonreía al ver la interacción de esos tres, parecía extrañamente una familia, sobre todo porque Naruto se parecía bastante a Minato. Le hizo una seña de despido a Naruto con las manos que éste respondió de la misma manera regalándole una hermosa sonrisa ¿Se podía ser más tierno? Se pregunto el Uchiha ante las acciones del pequeño Doncel.

Llegaron al sanatorio en cosas de minutos, no estaba muy lejos del hospital Central. Los estaban esperando, dos hombres y una mujer.

- Señores Uchiha – Saludó la mujer que se presentó como Hana Inuzuka, la mujer que los llamó – Ellos son el director de nuestro Sanatorio Kabuto Yakushi y el Shin Shimura nuestro nuevo psiquiatra –

Se presentaron entre todos y una vez terminada. Sasuke fue directo al hueso preguntando por Sai.

- Lamentamos lo ocurrido – Habló Shin, un varón de uno con ochenta, de cabellos gris lo llevaba en una melena hasta uno o dos dedos más arriba de los hombres, de ojos negros y mirada analítica, también parecía pasar los treinta como Sasuke – Soy nuevo acabo de llegar hace dos semanas, no sabía de las instrucción con respecto al paciente Sai. Por lo cual hice el procedimiento que salía en la planilla, lo atendí con benzodiacepinas y sesiones de electro shock – Explicó – Antes de que llegasen estuve leyendo el caso de Sai y creo que puedo ayudarlo –

Todos estaban tensos, excepto Shin, pero tanto Kabuto como Hana miraban preocupada a los Uchiha. Sabían que tanto Sasuke como Itachi eran temibles abogados, y el hombre que venía con acompañando al hermano de Sai un poderoso empresario, si ellos querían podían estar graves problemas. Peor aún porque Sai estuvo recibiendo tratamiento por dos semanas completa, sin saber ellos de lo que Shin hacía.

- ¿Puedes evitar que deseé acabar con su vida? – Inquirió Sasuke, molestó de saber que nadie le avisó antes lo que estaba sucediendo con Sai en esos catorce días.

- Creo que su hermano fue víctima de un mal tratamiento por un diagnostico erróneo –

Madara levantó una ceja incrédulo - ¿Mal diagnostico? –

- Sí, lo diagnosticaron con Bipolaridad, pero por sus síntomas más parece un trastorno límite de la personalidad, además de una profunda depresión por un aborto a causa de un gran shock – Shin estaba seguro de lo que decía – Los medicamentos usados en él en vez de ayudarlos hizo que todo empeorara, eso lo arrastro a tratar decenas de veces de quitarse la vida –

- ¿Tiene cura? –

- Sí – Contestó concisamente el médico – Si me permiten tratar la catatonia y el bordelinde de Sai, podría volver a tener una buena vida, con calidad de vida – Prometió – Pero claro, tendría que estar toda la vida con tratamiento y  siendo asistido, para evitar que deje de tomar sus medicamentos, es imperativo eso es la base para que se esté bien –

Sasuke lo meditó, no era algo que podía tomar decisión por sí solo, necesitaba consultarlo con sus padres, por lo que prefirió pasar del tema por unos momentos  - Cómo está él ahora –

- Confundido, llevo desde el primer día que estoy aquí tratándolo, y hoy es donde ha mostrado mayores signos de recordar y volver a la realidad, los últimos días se ha movido y podido tomar cosas por sí solo, incluso hablar un poco – Dijo Shin – Llamó a su hermano Sasuke, supongo que es Usted – El Uchiha asintió – ¿Quiere verlo? –

- ¿No le hará mal? –

- No, todo lo contrario, él necesita de grandes impulsos y estímulos tanto físico y  emocionales para salir de donde se encuentra – Tranquilizó – Si me acompañan – Comenzó a caminar siendo seguido por los demás.

Llegaron hacia una sala común donde había muchos pacientes psiquiátricos, a lo lejos Sasuke divisó a su hermano, tenía el cabello largo, y estaba muy flaco, porque seguramente apenas comía, no lo veía hace años, desde que se había ido a Estados Unidos. Se sintió culpable porque con el tema de Naruto, no había ido a verle aun cuando llevaba semanas en Japón. Dolía ver a su hermano muerto en vida, como una muñeca que donde la pusieran se quedaba estática mirando a la nada.

 Sai miraba hacia la ventana, movía su mano, sostenía un lápiz y lo movía con movimientos torpes sobre una libreta. Shin llegó a su lado y le tocó el hombro con suavidad, agachándose para quedar a la altura del Uchiha.

- Sai Mírame – Pidió amablemente al Doncel, usado su mano para guiar el rostro de éste y le mirase – Eso es – Sonrió – Tienes visita – Avisó – Mira quien vino a verte – Sasuke se acercó cuando Shin le hizo una seña que fuera a su lado.

- Sa..Sas…Sasu…ke – Pronunció con dificultad Sai, observando meticulosamente a su hermano, le habían dicho que llevaba años en catatonía, le costaba procesar todo en su mente, había un gran agujero negro en ella. Su hermano no era como lo tenía en su mente, era un adulto.

- Sai – Susurró Sasuke, pensando que en cualquier momento se iba a poner a llorar de felicidad – Hola copia barata – Molestó con la voz quebrada a éste.

Sai levantó su mano con ineptitud hacia su hermano, Sasuke la tomó de inmediato, ambos apretaron la mano del otro, Sai un poco más suave.

- Qué…Qué…p…pa…so – El menor preguntó como pudo.

Sasuke miró a Shin – No le hemos dado mucha información a su hermano, pero él no recuerda mucho – Informó al abogado.

- Tuviste un episodio de descontrol hermanito y caíste en oscuridad de la cual has salido – Dijo con suavidad.

Sai apenas movió la cabeza de forma afirmativa – Mam…pa…pa…y…I…Ita –

- Todos están bien – Le dijo - ¿Quieres verlos? ¿Puede verlos? –

- Claro – Shin contestó de inmediato – Se lo dije entre más estímulos mejor para la evolución de él – El galeno miró a sus jefes, quienes parecían volver a respirar. Lo habían retado tanto de hecho querían echarlo por haber tratado a Sai, a pesar que éste no tenía la culpa de Nada.

Madara de forma inmediata llamó a Fugaku para avisarle de la noticia, y luego a Itachi.

- Me…gus…ta…ria…ver…los –

- Vendrán a verte – Aseguró Sasuke sentándose a su lado sin soltar la mano de su hermano – Qué dibujabas –

La familia restante llego en menos de una hora, Itachi voló, pidiéndole a su asistente que reagendar todas sus reuniones. Arribó primero que sus padres, así que al igual que Sasuke casi se puso a llorar de ver a su hermano hablando.

A diferencia de Sasuke, él iba a menudo a verle, a pesar de saber que su hermano quizás ni se enteraba de esto, era una emoción indescriptible verlo moverse por sí solo, y ¡Dios! ¡¡Estaba hablando!! Algo con lo que no soñaba.

Cuando llegaron sus padres, Mikoto tuvo que controlarse para no saltar encima de su hijo menor y llorar a destajo. Fugaku a pesar de ser un hombre de pocas demostraciones afecto o emociones, amaba a sus hijos y ver a su único hijo Doncel despertar de ese letargo en que estuvo durante años era una cosa que lo inundaba de cálida felicidad.

A pasitos cortos Sai caminaba acompañado de su familia, hacia el exterior del psiquiátrico, iban a pasear por los jardines de este aprovechando el bonito día.

Madara sonrió viendo al menor de los Uchiha, despierto y comunicándose, eso había que celebrarlo a lo grande, pero eso lo harían cuando tanto Sai estuviese mucho mejor y Naruto fuera de toda culpa. Sería el momento idóneo para hacer una gran fiesta pero solo entre ellos.

Fugaku le había dicho de las intenciones de llevar a Sai a casa, así que a diferencia de los demás Uchiha, él comenzó hacer preguntas a Shin sobre cómo sería el nuevo tratamiento del menor, qué cosas necesitaba y cuanto tiempo él veía la posibilidad de que Sai volviese a su casa.

Una vez que tuvo la información, llamó a su hermano menor Izuna, vivía en Kioto, soltero y amargado como Madara le decía. Era momento de regresar le informó sobre Sai y Naruto, necesitaba refuerzos, sabía muy bien que toda la familia de su primo ni su amado esposo podrían solo. Izuna era enfermero universitario, y se había escapado de casa a temprana edad luego de una gran discusión con su difunto padre Tajima, porque el viejo pensaba que un Doncel solo servía para casarse.

Colgó una vez su hermano acepto volver a Tokio para ayudar, diciendo que solo lo haría por lo lindo que era Sai y lo buena persona que era Minato. Sonrió su hermano tenía un carácter de los mil demonios, pero era su pequeño hermanito, y lo amaba con locura, por eso entendía muy bien a Sasuke e Itachi.

Naruto y Minato habían devorado sus hamburguesas con papitas fritas con gran apetito, incluso Madara había pedido dos hamburguesas para cada uno, con porciones extra grande en las papitas y las gaseosas. Al parecer el Uchiha sabía que ambos tenían grandes estómagos.

Naruto miró a Minato un momento meditando una pregunta que tenía desde el primer momento que el psiquiatra le hablo.

- Pasa algo pequeño – El rubio mayor se dio cuento de la mirada seria de Naruto.

- Sí, tengo una pregunta que no puedo dejar de tener en mente –

- Dila –

- ¿Está bien que me trate? ¿No es acaso poco ético? – Sacó las preguntas que tenía en su cabeza.

Minato lo miró extrañado por las preguntas – No, por qué lo sería –

- ¿De verdad usted no lo sabe? – Inquirió, Naruto miro con sus añiles ojos la turbación en Minato, cerró los ojos un segundo meditando lo que iba a decir – Sabe en mi orfanato, el director de ahí, guardaba las pertenecías de los bebés que llegaban hasta que estos estuvieran más grandes – Comenzó con su relato, haciendo que Minato dejase de respirar – El director me entregó cuando tenía quince años mis pertenecías, entre ellas el diario de mi madre Kushina Uzumaki, en ella habían muchos párrafos dedicados a usted, incluso ella tenía una foto suya – Naruto calló un segundo antes de decir lo que tanto quería decirle desde el momento que lo vio – Sé que usted es mi padre, sé que soy producto de una violación que sufrió de parte de mi madre –

- …  –  Minato  sudó frío, siento que en cualquier momento iba a comenzar a vomitar todo lo que había comido.

- No tiene porque asustarse – Apresuró a decir – De veras, yo entiendo que usted no lo supiera y si lo hizo, no quisiera buscarme, ni saber nada de mí, mal que mal sé perfectamente lo que significa ser violado, no creo querer ver al engendro producto de aquello tan horroroso que viví –

- Naruto, yo…-

- Siempre quise saber de usted, pero nunca lo hice, sabía que podía encontrarlo pero me avergonzaba mucho llegar y decirle hola soy tu hijo, soy como una mala broma del destino, lo investigue un poquito, conozco su historia del tiroteo y el único superviviente pero que no puede engendrar vida por culpa de una bala, y aquí estoy yo, su hijo pero no él que nació de sus entrañas, sino de una oscura noche –

- Naruto, yo no sabía de tu existencia, mi abuelo dijo algo, pero tu mamá, Kushina, era alguien mentirosa y muy manipuladora – Dijo aprovechando el momento en que su hijo se quedó callado – Pensé que era una mentira más, quizás para sacar dinero, o no sé, ella decía que me amaba, pero nadie abusa de otro  si lo amas. Cuando te vi y supe quién era tu madre,  de inmediato comprendí que eras mi hijo – Su garganta quemó – No me importa si eres producto de una violación, solo me importa que seas mi hijo, pero no sabía cómo decírtelo, has pasado por tanto –Tomó con miedo la mano de Naruto, pensando que este le iba hacer el quite, pero no pasó – No puedo dejar de pensar que si hubiera escarbado en la vida de Kushina, si tan solo hubiese puesto más esfuerzo en encontrarla, te habría hallado y quizás tú  no habrías vivido nada de esto. Yo no sé ni siquiera qué hacer, solo sé que no puedo apartarme de ti porque te amo de una manera que nunca pensé amar a nadie además de mi esposo, es un amor tan grande por ti que sería capaz de recibir una bala – No supo en qué momento las lágrimas caían por su rostro – Yo preferiría mil veces haber pasado por todo lo que tu viviste para evitar tu sufrimiento –

- No me odias – Naruto estaba de la misma manera que Minato.

- No, por supuesto que no te odio hijo – Besó suavemente la mano del menor.

- Puedo llamarte papá – Dijo con la voz entrecortada.

- ¡¡Dios Naruto!! Me harías muy feliz – Sin poder aguantarlo se levantó para abrazar a su hijo, el abrazo fue correspondido por el menor.

- Entonces papá no crees que es muy poco ético que me trates – Molestó.

- Sí, es muy poco ético, pero no me importa, quiero ayudarte a salir adelante, lo haremos juntos –

- ¡¡Hay No!! – Naruto de pronto soltó una exclamación asustando a Minato – Entonces Madara sería mi padrastro – Puso cara de horror provocando la risa de su padre.

- Sí, él en efecto es tu padrastro – Afirmó divertido.

Naruto soltó un bufido de fingido hastió – Él sabe que soy tu hijo –

- Tiene la sospecha, queríamos hacer una prueba de ADN, pero tío Tobirama nos prohibió hacerla, porque si se revela que eres mi hijo, él tendrá conflictos de intereses, y podría afectar tu caso y eso es lo que menos queremos, por eso ni siquiera a Sasuke le hemos dicho –

Se pasaron el resto de la tarde hablando y poniéndose al corriente de la vida del otro, sonriendo como un par de bobos. Sabían que existían varios baches por pasar entre ellos, sería un camino pedregoso pero ambos tenían el firme propósito de avanzar y salir adelante.

Madara llego solo al hospital donde estaba ingresado Naruto, llevaba cena para los tres, grandes y jugosos Ribeyes a la sartén con patatas asadas acompañados de una salsa barbacoa con tocino y champiñones. También llevo de la misma comida para los dos policías que cuidaban de Naruto.

Comieron en una amena conversación, Naruto lo molestó llamando papito, cosa que increíblemente en vez de hacer incomodar o enojar a Madara, lo hizo sonrojar.

La comida y la conversación fueron increíbles, como una cura para el alma de ambos rubios, Madara estaba muy contento como nunca en años, simplemente ese día era maravilloso.

Sasuke llegó casi a las diez de la noche con una sonrisa de oreja a oreja. Su tío ya le había contado a los rubios que Sai había despertado, algo que ocasiono mucha alegría en Naruto. Los padres del Doncel se fueron pasada la medianoche, una vez que explicaron al abogado la verdad.

- Aún no me puedo creer Dobe que esos sean tus padres – Madara dejó bien en claro que no solo Minato era padre de Naruto, él también lo era porque estaba casado con el Namikaze y que eso lo hacía automáticamente  su otro padre – Tampoco me creo que Madara fuese tan posesivo, con razón encontraba tan raro que ambos se dejaran caer todos los días aquí –

- Yo en cambio no puedo creer que Sai haya recobrado la noción – Sonrió pensando en su compañero de dolor.

- Sí, fue emocionante, al parecer no recuerda a Gaara o al bebito que perdió, y eso mejor que eso quede de esa manera hasta que esté más recuperado, ese psiquiatra Shin Shimura es bastante bueno, él cree que unos dos a tres meses Sai podría ser dado de alta…

Los días pasaron y Naruto fue dado de alta, fue trasladado a la casa de los Uchiha con no una pareja de policía sino tres. Tobirama era un tío abuelo bastante exagerado, no se hablaba abiertamente del tema para evitar que los policías supiesen del parentesco, pero lo estaba cuidado mucho.

Sasuke y Naruto compartían la habitación, al principio no lo hacían, pero el rubio experimentaba muchas pesadillas, terminaba gritando y  llorando.

De hecho el Uchiha un día lo encontró en el baño, de la habitación que le fue asignada a Naruto, al doncel con pijamas dentro de la tina mientras el agua de la regadera caía sobre él, mientras él lloraba desconsoladamente.

Sasuke se pasaba todas las noches a ver a Naruto a alguna hora en la madrugada, se preocupó de no verlo en la cama, por lógica fue hasta el cuarto de baño, cuando le vio abrazado a sí mismo, con la mirada perdida y llorando como si no hubiera un mañana. Tomó una toalla y con palabras dulces sacó al rubio de ahí, que entre balbuceos le decía que quería bañarse porque se sentía sucio.

Fue la primera vez que le vio desnudo, tenía cicatrices que nunca se irían, pero eran heridas de una guerra que estaba seguro que Naruto iba a ganar, con su apoyo y él de los otros que lo apoyaban. Su tío Izuna, hermano de Madara llegó a la habitación.

Llegó a Tokio al otro día de la llamada que tuvo con su hermano y se instaló en la casa de Fugaku para ayudar a atender a Naruto en todas sus necesidades. Izuna era como todos los Uchiha con el cabello negro y largo al igual que Itachi y Madara, ojos negros, sus facciones eran muy a Sasuke, de hecho molestaba a su sobrino diciéndole que en realidad era hijo de él, recordaba como hacía llorar al Uchiha cuando tan solo era un pequeño y mono niño de cuatro años, recordaba los coscorrones de Mikoto y Fugaku en represalia por hacer llorar al pequeñito.

Ayudó a Sasuke a colocarle un pijama seco al menor, también fue de la idea de que durmiesen juntos, quizás eso ayudaba a dormir más tranquilo a Naruto, así poder obtener un mejor descanso. Le administro una píldora para que pudiese dormir más tranquilo, lo calmó diciendo que no era ninguno tipo de psicotrópico. El Uzumaki se negaba a tomar cualquier tipo de aquellos medicamentos, Izuna lo sosegó diciendo que solo era clorfenamina una pastilla para la alergia que en la mayoría de las personas produce sueño.

Dicho y hecho, el médicamente le dio somnolencia al menor, por lo cual cayó rendido en los brazos de Sasuke en menos de una hora. Desde esa noche compartían habitación.

Sasuke miró al rubio que dormía abrazado de él, acarició su delicada mejilla, para él todo Naruto en sí era delicado y lo trataba de esa manera. A pesar que el Uzumaki se quejaba diciendo que no se iba a romper, Sasuke a veces temía que si lo hiciera.

Cerró su laptop, tenía los ojos irritados por utilizar continuamente ese objeto. Estaba haciendo la demanda civil contra la cuidad de Tokio, por todo el daño que había recibido Naruto, iba a colocarla el día de manaña, una vez que salieran del juicio fijado para las ocho de la mañana.

- Duerme – Naruto dijo somnoliento.

- Lo dice el zorrito que también está despierto –

- No quería despertar pero necesito ir al baño – Se quejó, se sentía demasiado cómodo en esa mullida cama, como para querer levantarse, con pesar lo hizo para hacer sus necesidades, al regresar Sasuke estaba en la misma posición – Qué pasa – Sabía que su amigo estaba preocupado, durante todas esas semanas compartiendo con él, conocía bastante del Uchiha.

- Solo pensando en muchas cosas – En efecto así era, un torbellino de pensamientos se entre mezclaban en su interior.

- Yo debería estar sin poder dormir – Se acostó  y acomodó para quedar cerquita del mayor – Mañana es el gran día –

Sasuke se giró para abrazar a Naruto y darle de esa manera protección que el menor recibió gustoso. El único varón que podía tolerar era a Sasuke, con las mujeres y donceles no había problema, pero eran los varones que le producían mucha aversión, toleraba bastante bien a Itachi, Fugaku y a su padrastro Madara, pero a ninguno más.

- No tienes nada de que estar nervioso, mañana ganaremos – Susurró.

- Gracias, no importa si estás haciendo esto para vengarte de Gaara, todo lo que has hecho por mí ni siquiera sé cómo voy a retribuírtelo –

- No tienes que hacerlo, ya lo hemos hablado Dobe – Sasuke pensó en la razón de la porqué termino junto a Naruto – Si bien empezó por Gaara, y sí aún quiero verlo hecho polvo. En este instante me importa más tu libertad y seguridad que él –

- Si ganamos, cumplirás lo prometido –

- Sí Naruto, si ganamos y eres libre mañana iremos a ver a Sai –

- Perfecto – Sonrió feliz, quería conocer al hermano menor de Sasuke.

Mikoto le mostró la habitación de Sai, era una nueva diferente a la que había tenido en su otra casa, pero ahí estaban todas sus pertenecías excepto claros las que podrían herirlo. Leyó sus novelas gráficas estilo gótico con grandes tramas, era un genio, vio sus dibujos y pinturas, Sai era dueño de un gran talento. Agradecía al cielo que el doncel estuviese recobrando el juicio, un genio como él no debería perderse.

Se quedaron dormidos abrazados, pensando en el día que debían afrontar mañana.

 

Notas finales:

El próximo cap será el tan ansiado Juicio, cómo les irá...yo no sé la respuesta aún ????


En fin. Agredezco muchos sus comentarios porque me dan animos de seguir escribiendo.


Nos leemos pronto.


Silvi


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