¿Cómo que su padre había vendido la empresa?
—¿Qué ha dicho?
Minato sonrió tristemente —La vendí ayer. Me dijeron que seguiría siendo el administrador. Recibiría la órdenes de "Ōtsutsuki".
—¿Cómo pudiste Minato? Era el legado de ...
—Mis abuelos— la interrumpió—. Lo sé. No me quedaba otra salida. Si seguimos así perderíamos todo. Era lo mejor...
Minato rió y luego comenzó a sollozar —. Le vendí la empresa a mi propio hijo... Naruto la destruyó toda. Toda. Nada quedó de pie. Nada de mi empresa.
Kushina abrazo a su esposo.
Ino y Menma se miraron. No entendían como es que Naruto había hecho algo así.
—————
Naruto estaba leyendo unos documentos en su despacho. Había estado toda la tarde planeando la nueva construcción.
Los cimientos de Rasengan Corp eran demasiados viejos así que tendría que abrir la tierra y hacer nuevos cimientos.
—El electricistas... Creo que le diré a los Nara para que me recomienden uno— farfulló. Se escuchó el toque de la puerta—. Adelante.
—Naru— Gaara se asomó en la puerta.
—¿Qué pasa?
—Sasuke-san está aquí.
Se enfureció —¿Qué hace aquí?
—No lo sé. Pidió hablar contigo, está con Konan en la sala.
Se levantó de golpe y camino rápidamente.
La risa de Konan y Sasuke hizo que se detuviera. Sintió algo extraño en su pecho al verlo sonreír para su amiga. ¿Qué era lo que sentía?
—¿Qué haces aquí, Sasuke?
El azabache miró a Naruto. Se miraba muy sexi en ese shorts corto —¿Estas listo?
Arqueó una ceja, se cruzó de brazos —¿Listo?
—¿Olvidaste nuestra cita?— preguntó con el ceño fruncido.
Cita. Cita. Cita.
Su corazón se emocionó —¿Cita?
Sasuke sonrió —Cita. Tú y yo. Esta noche.
Sintió sus piernas flaquear ante la sonrisa confiada y sensual del azabache —No estoy listo.
—Te espero. La función inicia en una hora.
Asintió, se giró y se dirigió a su habitación.
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Sasuke tenía una plática animada con Konan. La peliazul le cayó muy bien. Según era una artista famosa gracias a sus figuras de origami en miniatura.
No solo hablaron de lo que les gustaba, sino de Naruto.
Konan había conocido a Naruto 5 años atrás gracias a Deidara. Hicieron una bonita amistad y ahora que ella se había mudado, el rubio la invitó a vivir con ellos. Así que ella y su hermano se mudaron a la casa.
—Estoy listo.
—...— Frente a él se encontraba el ser más tierno y sensual del planeta. Naruto se miraba adorable y sexi en esa camis negra de tres cuartos y cuello v. El cual dejaba descubierto parte de su pecho. A los costados la camisa tenía transparencias. Las curvas se acentuaban de maravilla.
Konan sonrió al ver al azabache mirar con tanto amor y deseo al rubio. Sin duda Sasuke estaba profundamente enamorado de Naruto.
—¿Qué tanto miras?— susurró avergonzado.
—Lo hermoso que eres— se levantó y se acercó al rubio, le sujetó la mano y la besó—. Tus ojos azules me encantan.
Se sonrojo. Jamás le había gustado su color de cabello y ojos. Nunca. Pero si a Sasuke le gustaba...
—Vamos— sujetó la mano —. Regresamos más tarde, Konan-san.
—Cuide de Naruto. Y por favor, que no beba más de 3 copas.
—¡Konan!— ¿Cómo se atrevía a decirle eso?
—Gracias— jaló al rubio con él.