Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Viejo Amor - CHERIK AU. por AlatheaMorwellan

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Charles se despertó al día siguiente con una tonta sonrisa estampada en su rostro. Se había quedado hasta altas horas de la noche conversando con Magneto. Ambos habían decidido mantener sus identidades en el anonimato así que ese sería su nombre por el momento.

- Pa, tienes más ojeras que un personaje de Tim Burton. ¿Estás bien? - Peter inquirió mirándolo con interés y las mejillas de Charles se ruborizaron al instante mientras preparaba el desayuno.

- Sí, sólo no me podía dormir. - Mintió intentando disimular. No podía admitirle a su hijo que su táctica del chat había funcionado y que había chateado con un desconocido hasta altas horas de la noche. - ¿Tu que tal dormiste mi amor? -

- Bien, bastante bien. Pa... - Peter comenzó pensativo. - ¿Qué opinarias si papá saliese con otras personas? -

Charles se atragantó con el sorbo de té que acababa de tomar y recién pudo responderle cuando el acceso repentino de tos se detuvo.
- Yo... No lo sé. No sería un asunto mío, hijo. Tu padre es libre de hacer lo que quiera. ¿Por qué lo preguntas? - Ignoró la molestia que surgió en su estómago, y tras abandonar la tostada que había comenzado, continuó con su té. Su apetito se había ido muy lejos.

- Bueno, tu tienes citas y creo que papá también tendría que buscarse una pareja. Ya sabes, ambos son muy jóvenes para estar solos. Además, al igual que tú, es atractivo y con su profesión, pfff... Puede conquistar a quien quiera. No te imaginas la cantidad de visitas que recibe en su consultorio de mujeres que inventan síntomas para verlo. Y hombres también, por supuesto. - Peter explicó mientras mordisqueaba una tostada, alegremente.

En la Antártida. El apetito de Charles ahora estaba en la Antártida.

- Eso es fantástico hijo. ¿Sabes? Tengo que irme. Termina tu desayuno y recuerda que hoy iré a buscarlos yo. - Charles dejó su taza en el lavabo y plantó un cariñoso beso en la frente de su hijo.

- Hoy irá papá. ¿Recuerdas que cambió el día? Así que pasaremos por aquí a buscar los libros de Lorna y nos iremos con él.

Mierda. Charles no quería tener que verlo.

- Oh, es cierto. Lo había olvidado. Entonces los veré luego. Te quiero, que tengas un buen día! -

Salió de su casa con prisa, y dejó todas sus preocupaciones de lado. O al menos eso intentó.

-  ... entonces creí que ya no lo amaba. Pero ahora que está conociendo a alguien  realmente me enoja. Me enferma imaginar que alguien más puede besarlo, o tocarlo. - Su paciente expresó abatida y el nudo en el estómago de Charles creció exponencialmente. Se imaginó a Erik besando a alguien más, dedicándole una de sus sonrisas de tiburón... y sintió que podría vomitar. ¿Qué le estaba pasando?

- ... Tal vez jamás dejé de amarlo. Pero ya sabe... En la convivencia las cosas no son fáciles, y uno termina olvidando lo especial que es la otra persona... -

- Oh, vamos Charles. ¿Realmente te enojaras por eso? Sabes que lo olvido. - Erik se quejó con una sonrisa mientras lo abrazaba por detrás. 

- Es que siempre es lo mismo, cariño! No puedo vivir detrás de ti juntando cada cosa que dejas tirada. Peter es el único bebé aquí. - Protestó ignorando las suaves caricias de Erik a lo largo de su vientre.

- Lo sé, mi amor. Lo siento... prometo dar lo mejor de mi. Pero aunque olvide poner a lavar mi ropa, nuestro aniversario, o sacar la basura... No olvides ni por un momento que te amo, Charles. Y jamás dejaré de amarte. -

- ... usted es un genio! Sabe? No lo había notado hasta ahora. Pero lo amo! Y sé que jamás volveré a amar a nadie de la forma en que lo amo a él! - Su paciente pronunció entusiasmada y Charles se enojó consigo mismo por distraerse con  sus recuerdos y por sentirse físicamente tan mal.

- Si consideras que es lo mejor para ti... ¿estás realmente segura? La vida siempre nos brinda nuevas oportunidades. - Charles repuso intentando que re - pensara la situación. Después de todo ese era su trabajo.

- Es cierto, pero también es cierto que algunas oportunidades son únicas y sólo pasan una sola vez. No quisiera arriesgarme a perderla, y tal vez él aún me ame todavía. -

Las palabras de la joven resonaron muy profundo dentro suyo. Y de pronto recordó las palabras de Erik justo antes de que lo besara. ¿Qué clase de sentimientos tendría su ex - esposo por él? 
Se tironeó un poco el cuello del sweater. Se sentía ahorcado.

- Entonces inténtalo. El objetivo de esta terapia es que tú puedas aclarar tu mente y tomar tus propias decisiones. Esperaré buenas noticias la próxima vez que te vea. - Charles estrechó la mano de la joven con una sonrisa, y ella salió disparada, con más entusiasmo que el habitual. Realmente esperaba que le fuera bien.

Ordenó la ficha de la muchacha intentando ganarle a la pesadez que sentía pero sus brazos parecían pesar veinte toneladas. Se acercó a la sala de espera donde su secretaria trabajaba detrás de su escritorio y cuando se inclinó frente al dispenser para servirse un poco de agua, toda la habitación se volvió oscura.

- Emma... creo que voy a desmayarme. -

*    *    *

Lo primero que vio cuando abrió sus ojos fue un techo que no era el de su consultorio. Miró hacia los costados, notando varios diplomas y al leer el nombre en ellos supo exactamente donde estaba.

- ¡Charles! ¿Cómo te sientes? - El tono preocupado de Erik llegó a sus oídos como una suave caricia. Cerró los ojos un instante y volvió a abrirlos para encontrarse con la mirada profunda de él. Hubiese pagado por desmayarse otra vez.

- E-estoy bien. ¿Por qué estoy aquí? - Intentó levantarse pero aún se sentía algo débil. Erik lo rodeó por la espalda y lo ayudó a sentarse sobre la camilla. Decidió no prestar mayor importancia al tacto cálido de sus fuertes manos. Ya tenía suficiente con estar ahí.

- Te desmayaste. Tu secretaria me llamó al instante y fui a verte. Te traje aquí porque me pareció que podría controlarte mejor. Si despertabas en tu consultorio ibas a querer seguir atendiendo así que le di la orden de que cancelara todos tus pacientes del día. - Erik rió al ver la mueca de espanto en el pálido rostro de Charles.

- ¿Por qué hiciste eso, Erik? Es mi trabajo, no puedo cancelar así como así. - Protestó indignado.

- Porque sabía que tú no ibas a hacerlo. Y si te desmayaste es porque bien no te sientes. - Explicó con calma. - Te revisaré un poco, no es normal que te ocurra lo de hoy. -

- ¡No! - Su voz sonó más estridente que lo usual y se horrorizó por eso. - No... No hace falta. Ya me siento bien, sólo fue algo del momento. -

- Charles... desmayarse de la nada no es algo que haya que tomar a la ligera. Déjame tomar tu presión y mandarte a hacer un chequeo completo. ¿Cuándo fue el último? - Erik inquirió mientras sacaba de su cajón su tensiómetro.

- Yo... No lo recuerdo. - Charles se sintió avergonzado. No recordaba haberse atendido con nadie desde su separación con Erik.

Él lo miró reprobatoriamente.

- ¡Eres increíble! Deberías tomar tu salud más en serio. Te recuerdo que tienes dos hijos y si al menos no lo haces por ti, hazlo por ellos. - El mayor parecía terriblemente enojado y Charles no pudo evitar sentir que una inesperada ternura lo recorría. Hacía demasiado tiempo que Erik no se preocupaba así por él.

- Tienes razón... fui muy descuidado. Prometo hacerme los análisis pertinentes. Ahora ya puedes continuar con tus pacientes tranquilo, iré a casa y descansaré. -

- Quítate la ropa. - La inflexible voz de Erik logró erizarle la piel.

- ¿Disculpa? - Debía haber oído mal.

- Que te quites la ropa, no puedo auscultarte ni tomarte la presión con las veinte capas de ropa que traes encima. - Erik repuso serio.

- Erik... estoy bien. Debes tener pacientes esperando y esto no es serio. -

- Cancelé a mis pacientes en cuanto tu secretaria me llamó. Ahora por favor has lo que te digo o te desnudaré con mis propias manos. -

Charles sintió que hasta sus orejas ardían. ¿Por qué se sentía tan afectado por él?

Comenzó a quitarse el sweater en pleno silencio bajo la mirada atenta de Erik. Se sentía demasiado nervioso y sus manos se movían más torpes que lo usual. Al parecer el doctor pareció notarlo porque puso sus dedos sobre su camisa y comenzó a desabotonarla lentamente.

Charles creyó que se desmayaría otra vez.

- Erik, ¡yo puedo hacerlo! -

- Te he desabotonado camisas más veces de lo que he comido un bistec. Ahora por favor deja de entorpecer mi trabajo y deja tu hermosa boca en silencio mientras hago lo mío. - Erik terminó de abrir por completo la camisa mientras Charles se mordía la mejilla para no protestar. Ni jadear.

Se sentía vulnerable y a punto de tener una erección. La raya del trasero peludo del plomero que vino a casa. La raya del trasero peludo del plomero que vino a casa. Se lo repitió una y otra vez como un  mantra para no tener que pensar en las manos de Erik recorriendo su torso con el estetoscopio.

- Tu corazón está algo acelerado, pero no parece nada serio. - Erik comentó mientras quitaba el frío instrumento de la piel de Charles.

Tú aceleras mi estúpido corazón.

- Bien, ahora tomaré tu presión. - Erik continuó mientras ponía el tensiómetro alrededor del brazo de Charles.

Charles se dedicó a pensar en el plomero mientras Erik hizo lo suyo, y cuando finalmente lo soltó, volvió a respirar.

- Déjame ver una cosa más. - Erik pasó sus dedos a los costados del cuello de Charles y comenzó a presionar. - ¿Te duele? -

- N-no. - Ambas miradas se cruzaron, y Charles sintió su corazón detenerse. La presión sobre su piel se volvió más ligera y Erik comenzó a acariciar su garganta con suavidad.
Tragó en seco cuando los dedos contrarios rozaron su nuez de Adán y continuaron bajando, deslizándose por sus clavículas.

Para su desgracia, Charles era demasiado consciente de su semi-desnudez y del lugar en el que estaban.

- Te lo dije. Estoy bien. - Charles habló rompiendo el encanto y la mano de Erik se despegó de él haciéndolo sentir vacío.

- Aún así te harás los estudios. Aunque lo más probable es que te haya bajado la presión. Siempre tuviste ese problema. ¿Recuerdas en tu primer embarazo que te perseguía para que no cayeras por la casa? - Erik repuso divertido.

Charles no pudo evitar sonreír al recordarlo.
- Si, eras muy sobre-protector. Me seguías peor que mi sombra. -

- Me declaro culpable. Pero me preocupaba que pudieras lastimarte, tú o el bebé. Y en ese entonces aún no era médico. - Explicó con una sonrisa.

- Lo sé. - Un silencio incómodo se cernió sobre ellos y Charles no trató de evitarlo. Un dolor repentino se había instalado en su pecho al recordar esos viejos tiempos. 
Necesitaba alejarse de Erik y volver a la normalidad.

Se deslizó de la camilla al suelo y dándole la espalda, comenzó a abotonarse la camisa. Quería irse cuanto antes a su casa. Sin embargo las manos de Erik lo rodearon en un apretado abrazo por la espalda.

- Erik... - Charles se quejó intentando disimular el dolor en su voz. Necesitaba espacio, no tener a su ex-esposo abrazandolo así.

- Déjame sostenerte unos segundos así, como en los viejos tiempos. Cuando nada se interponía entre nosotros más que nuestras tontas riñas. - Apretó más a Charles contra si. - ¿Qué nos pasó Charles? - Erik hundió su rostro contra el tibio cuello de su viejo amor.

- No lo sé, Erik. No lo sé... - Charles finalmente se recargó contra el firme torso de él, dejándose envolver entre esos brazos protectores que siempre lo reconfortaban y lo hacían sentir seguro.

Más tarde se reprendería por su debilidad.

*   *    *

Tarde pero seguro. Mi inspiración es un asco últimamente, espero que sepan disculparme.

Besitos💕

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).