- Entonces tío Charles no quiere volver con tío Erik? - Kurt preguntó decepcionado mientras pedaleaba más fuerte en la bicicleta fija.
- No. Es decir... no a simple vista. Aunque estoy seguro de que sigue amándolo. Hace unas semanas durante el desayuno sugerí que papá también tenía derecho a tener citas y casi se desmaya. Y literalmente se desmayó más tarde y terminó en el consultorio de papá. Esa fue la mejor jugada que armé en mi vida. - Peter comentó con ojos soñadores.
- Tío Charles se desmayó por baja presión. Hasta donde sé tú no puedes manejar reacciones fisiológicas en el cuerpo. - Kurt comentó con una gota de realismo.
- Oye! Deja de criticar! No es mi culpa que ese musculoso rubio sin cerebro no te de ni la hora. Aunque en mi humilde opinión... te esta haciendo un favor. Eres demasiado inteligente para alguien como él. - Pietro sonrió mostrando todos sus dientes, y Kurt suspiró apesadumbrado.
- No juzgues a un libro por su portada... -
- Él más bien parece un batido energético. Nada más alejado que un libro! - Se burló Peter con descaro.
- Oh, claro. Porque Logan es el rey de lo intelectual, verdad? - Rebatió su primo ofendido.
Las mejillas de Pietro se tornaron rojas.
- Cállate y sigue pedaleando. En menos de dos horas tengo que estar en casa y necesito que antes me acompañes a comprar algo. -
- Qué cosa? - Inquirió Kurt con curiosidad, olvidando su vieja disputa.
- Oh, ya verás primito. Algo que a papá le encantará. -
* * *
- Emma, ven por favor. - Charles llamó a su secretaria que obendientemente llegó en menos de un minuto.
- Qué sucede, Charles? - Preguntó la joven mientras le dejaba sobre el escritorio su agenda.
- ¿Qué harías si tu hijo de casi 18 años se pone a salir con alguien? -
La muchacha soltó una carcajada y él la fulminó.
- Me parecería lo más normal del mundo, Charles. Es joven y está a punto de cumplir la mayoría de edad. Por supuesto que se pondrá a salir con alguien. -
- Pero es mi bebé... no puedo imaginarlo saliendo con nadie. ¿En qué momento Pet creció tanto? - Repuso abatido.
Emma le sonrió con ternura.
- Creo que alguien comienza a sentir el síndrome del nido vacío. Pero oye, aún tienes a Lorna. Y siempre puedes volver a tener otro... -
Charles la miró como si le hubieran salido dos narices, y estaba a punto de responderle horrorizado que no, cuando sonó el timbre con su primer paciente.
Y así intentando sacar de sus pensamientos a su hijo, comenzó la jornada.
* * *
Erik bajó del auto las pertenencias de sus hijos, mientras Charles aguardaba en el umbral. Algo que le llamó demasiado la atención. Por lo general su ex se mantenía lo más alejado que podía de él. O al menos eso había hecho las últimas dos semanas.
- Erik, estoy preocupado. - Charles acortó la distancia que los separaba y soltó esa simple frase en un susurro. Probablemente para que su hijo no lo oyese.
Porque Erik sabía perfectamente que ese era el motivo de preocupación en Charles. Lo veía en sus ojos angustiados, y en sus hermosos labios fruncidos.
Contuvo el deseo de abrazarlo, y habló, intentando animarlo.
- Charles... Peter es grande. Tenemos que confiar en él. En todo caso si quieres puedes sugerirle que lo traiga aquí así tu puedes conocerlo. Se que todo esto se trata del supuesto novio de Peter. -
- Podamos. - Charles repuso mirándolo seriamente.
- ¿Disculpa? - Erik se había perdido en alguna parte de la conversación.
- Podamos, Erik. Podamos conocerlo. No pasaré por esto solo. Estaremos divorciados pero seguimos siendo sus padres. Estaremos juntos en esto. Además necesito tu poder para discernir, yo ahora mismo me siento un idiota incapaz de distinguir un lobo de un cordero. - Repuso apesadumbrado.
Erik sonrió sin poder disimular.
- Oye, por qué sonríes? Te estoy contando algo que me hace mal y tu sólo sonríes? Olvídalo, Erik. Sólo olvídalo. - Charles se dio media vuelta, dispuesto a volver a la casa pero Erik lo atrapó del brazo, obligandolo a voltear.
Erik habló antes de que su ex lo golpeara.
- No te enojes. Sonreí porque me parece tierno verte tan fuera de ti por algo tan pequeño. Ni siquiera estamos seguros de que Peter esté saliendo con la persona en cuestión. Tal vez simplemente le gusta alguien. Pero quédate tranquilo, averiguaremos que esta pasando. Y lo haremos juntos, si? -
La sonrisa cálida de Erik lo reconfortó quizás aún más que sus dulces palabras. Una extraña tranquilidad que no sentía hacia semanas volvió a adueñarse de él. Tal vez sí era buena idea compartir sus temores con su ex. No eran más una pareja, pero aún seguían siendo juntos los padres de Peter. Su psicólogo tenía razón en eso.
- Tienes razón. Quizás ni siquiera está saliendo con nadie y es todo mi imaginación. Eso me dejaría más tranquilo. - Charles repuso con una tímida sonrisa.
Erik lo tomó de los brazos en un suave agarre.
- Pero si no fuera tu imaginación y realmente estuviese con alguien, sólo nos quedaría aceptarlo. Si? -
Charles dejó escapar un largo suspiro.
- Sí, Erik. Ahora dime... En qué momento dejó de ser nuestro bebé? - Los ojos azules y húmedos de Charles lo miraron tan vulnerables, que Erik sólo pudo hacer lo que cualquiera hubiese hecho en su lugar. Rodear a su ex amor entre sus brazos.
- Él siempre será nuestro bebé, Charles. Así tenga novio, así se case, o así nos de nietos. Siempre lo será, no sufras por eso. - Susurró esas palabras contra el oído de Charles, ignorando su delicioso aroma característico.
Y Charles no había intentando escabullirse de sus brazos, lo que era realmente una odisea.
Se quedaron unos segundos así, abrazados, hasta que Charles se apartó un poco para mirarlo a los ojos.
- Yo... supongo que no estoy listo para verlo crecer. Me da miedo que lo haga. Y si ya no me necesita? -
El temor en la voz de Charles era palpable y si no hubieran estado junto al auto, en medio de la acera, Erik lo hubiese estrechado el resto de la tarde contra si, intentando llenarlo de palabras de aliento. Pero no podía. Y probablemente él tampoco querría.
- Charles, Peter te ama, y siempre necesitará de ti. Pero debes dejarlo crecer y confiar en él. Tiene que tomar sus propias decisiones... como tú y yo lo hicimos también en su momento. -
Lo cierto era que Erik jamás se había arrepentido de enamorarse de Charles y de haber formado la familia que tenían. Lo único de lo que se arrepentía era de no haber luchado más cuando las cosas no habían ido bien.
Por eso estaba dispuesto a reconquistar a su Charles.
- Sólo espero que no cometa los mismos errores que nosotros. - El tono lúgubre y la manera en que Charles se apartó de él, dolió.
Pero estaba seguro de que Charles lo amaba también. De otra manera su pasado le sería indiferente. Y sus abrazos también.
- Papi! Vas a entrar?? - Lorna gritó desde el umbral y Charles asintió con más vehemencia que lo usual.
- Si, mi amor. Enseguida! -
La pequeña les dedicó una amplia sonrisa y volvió a meterse dentro.
- Bueno, debo irme al hospital. Por favor no continúes torturándote con el tema. - Erik se despidió con una inclinación de su cabeza, y cuando estaba a punto de subir al auto, Charles lo detuvo del brazo.
- Gracias, Erik. Agradezco mucho tus palabras. Trataré de no pensar mucho más en esto. Tienes razón. Cuídate. - Charles le sonrió genuinamente, y Erik subió al auto para evitar caminar hacia él y besarlo.
- Cuídate también, Charles. Saludos a los niños. - Y sin esperar más, arrancó dejando atrás la dulce silueta de su ex.
* * *
- Hijo, qué es esto? - Charles tomó de la mesa un perfume bastante costoso a juzgar por la marca, y lo examinó minuciosamente.
- Ah, eso? - Peter se acercó con una sonrisa pícara dibujada en su rostro. - Es un regalo que le hizo una paciente a papá. Siempre le regala cosas así, así que papá me lo dio a mi porque él no pensaba usarlo. No es genial? Hace una semana le trajo un pastel que decía "Para el mejor médico del mundo". Sin razón alguna! Supongo que para su cumpleaños directamente saldrá ella desnuda de adentro de un enorme pastel! -
Charles ignoró el nudo que se formó en la boca de su estómago. Si Erik tenía una paciente zorra que le regalaba cosas todo el tiempo, no era problema suyo.
- Que bien, hijo. Ahora guárdalo en su lugar y lávate las manos que pronto estará la cena. - Volteó para revolver lo que estaba cocinando y Peter sonrió triunfal al ver la tensión en los hombros de su padre.
- Pa... del uno al diez, qué tan celoso estas ahora mismo? - Peter pinchó con picardía, intentando contener la risa al recibir una asesina mirada por parte de su padre.
- No estoy celoso. Y si no mueves tu trasero ahora mismo y llamas a tu hermana, adivina del uno al diez que tan castigado estarás mañana? - Charles sintió una divertida satisfacción al ver el semblante lívido de Peter. Era tan parecido a Erik cuando le ganaba una discusión.
- Oye, viejo... tranquilo. Subiré a llamar a Lorna. - Su hijo extendió las manos en señal de paz, y desapareció en busca de su hermana.
Charles decidió ignorar la molestia en su pecho. Si él tenía citas, Erik también podía. Era totalmente justo. Sólo que él comenzaba a creer que no tendría suerte en encontrar a alguien que realmente valiera la pena.
Su última cita había terminado antes de siquiera empezar.
**Flashback una semana atrás**
Charles esperó en el parque en que Raven le había indicado que su cita llegaría, durante al menos una hora. Habían pocas cosas que él detestara tanto como la impuntualidad, pero estaba haciendo un gran esfuerzo por ser menos estructurado así que decidió esperar.
Por supuesto supo que había tomado la elección equivocada cuando lo vio bajar de su gigante moto, encuerado hasta partes que Charles prefería no saber. Él no tenia problemas con los motoqueros, siempre y cuando se mantuvieran lejos de él.
Sin embargo terminó de afirmarse a sí mismo que había sido la peor idea cuando se quitó el casco. Era un bebé.
- Hey. Me llamo Logan. Qué hay? -
Probablemente no superase los 28, y hablaba con más hosquedad que un guardabosques.
No, gracias.
- Lo siento, Logan. Probablemente seas un buen tipo pero no sólo te llevo una década si no que no me subiría a una moto ni aunque mi vida dependiera de ello. Así que esto no va funcionar. No te haré perder el tiempo. Adiós. -
Y sin esperar respuesta, caminó rumbo a su auto con la furia quemando en su garganta. Mataría a Raven. Volvería a ser hijo único.
*****
Bien, su no-cita había sido un asco. Quizás debería dedicarse al macramé, y a soñar con un hombre perfecto que probablemente no existiría más que en su imaginación. Aunque para su desgracia el aspecto de ese imaginario hombre de su imaginación solía ser el mismo Erik.
Estaba a punto de golpearse la cabeza por haber vuelto a pensar en él cuando su celular sonó con un mensaje.
Magneto:
Leí ese tonto libro de poemas que me recomendaste. "Puedo escribir los versos más tristes esta noche..." en serio eso es romántico? Es casi una redundancia que anuncie en un verso que va a escribir un verso triste. Lo siento, no fue de mi agrado.
Charles dejó escapar una carcajada al leer el mensaje de su amigo por mensajes.
Profesor X:
Tienes el mismo tacto con la poesía que mi ex - esposo. Sólo se quedan con un mínimo detalle y se pierden de la magnífica obra. Pero allá tu, mi querido amigo. Tú te lo pierdes.
Magneto:
Oh, ya me estas comparando con tu ex... Eso es bueno. ¿En cuánto crees que te enamorarás de mi?
Charles sintió sus mejillas arder al ver el tonto error que había cometido. No podía estar comparando a su gracioso amigo con Erik. Eso estaba realmente mal.
- Papi, ya está la comida? - Lorna preguntó entusiasmada mientras se sentaba en la mesa. Peter la siguió, y se sentó en su lugar también.
- Sí, enseguida les sirvo! - Anunció con una sonrisa, y tecleó rápidamente una respuesta para Magneto.
Profesor X:
Lamento la comparación. Tengo que cenar con los niños. Hablamos luego, besos!
Charles se sentó en la mesa, y comenzaron una animada charla mientras comían.
Magneto:
Sigue huyendo, Charles.
Un beso para ti también, donde gustes.
Charles se maldijo por estar comparándolo otra vez con Erik.
*********
Holi! Ya sé que no tengo perdón por haber demorado tanto! Pueden tirarme con tomates!!
En fin, espero que les guste el capitulo y bueno, ya no prometo nada porque mi inspiración ya saben lo volátil que es.
Un beso gigante y gracias por leer y comentar
♡♡♡