Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Joey´s Pizza por Iztaxochitl

[Reviews - 46]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que lo disfruten.

Ahora así, aparece nuestro amado cachorrito.

 

No olviden dejar un review para saber que les parece!

Eran las 3 de la tarde.

Un molesto y aburrido Mokuba se dirigía a la mansión Kaiba después de la escuela.

Estaba en tercer año de secundaria, pero la verdad es que a él nada se le dificultaba. Es más, de repente sentía que solo iba a la escuela a perder el tiempo, pues cada cosa que explicaban, mientras sus compañeros preguntaban y preguntaban, aclaraban dudas, y hacían ejercicios para practicar, él las entendía inmediatamente, y tan solo se aburría después, esperando a que todos entendieran. Claro que tenía uno que otro amigo, pero la verdad él consideraba la escuela más de relleno en su vida que otra cosa.

 

Y ahora, encima del aburrimiento que le  implicaba la escuela, con el castigo que le había impuesto su hermano a la fuerza, pues el panorama no era nada agradable.

 

Habían pasado 2 semanas desde que su hermano lo castigara, y era todo un suplicio para él. Podía soportar llevar lonche a la escuela, incluso ir a casa después de clases… pero el arresto domiciliario, como el pelinegro lo llamaba, aunado a cero fiestas, y a no darle dinero ni para un dulce… Lo estaba volviendo loco.

 

No había podido localizar a Duke. Eso le preocupaba mucho.

Pareciera que se lo hubiera tragado la tierra. No contestaba su teléfono celular, y al estar castigado, no había podido verlo.

 

Estaba preocupado. Y eso era una piedrita más al saco casi lleno por toda su situación.

 

-Aunque no me guste, creo que buscaré un empleo… Al menos así podré salir de aquí y tendré un poco de independencia con dinero… Quien sabe, tal vez al trabajar Seto me levante el castigo- Entre que resignado y esperanzado, Mokuba tomó su celular, y en el trayecto a casa comenzó a buscar opciones.

 

No tardaron mucho en llegar a la mansión. El joven subió rápidamente a su habitación, y buscó alguna opción de empleo que se pudiera ajustar a sus necesidades.

 

-Se busca… trabajador de limpieza? No, definitivamente no es lo mío… a ver… mesero para turno nocturno… suena bien, pero ni en sueños Seto me dejaría trabajar en las noches, ya lo conozco…- El pelinegro buscaba con atención. Había subido a su cama quitándose los zapatos, y pareciera como si en verdad lo estuviera haciendo por gusto.

-Mmmm…- seguía busque y busque una opción adecuada… y lo logró.

-Aquí está! Es perfecto!- checó el mapa de ubicación, y marcó a su hermano que se encontraba, como siempre, en KC. El teléfono dio tono, y casi inmediatamente contestó su secretaria, quien rápidamente lo comunicó con el CEO.

 

-Qué pasó Moki?- La voz del castaño era siempre tierna cuando de su hermano se trataba.

-Seto, necesito algo. Necesito un chofer y un poco de dinero- Se escuchó un suspiró del otro lado de la línea.

-Mokuba, pensé que ya había quedado bien claro que…- pero fue interrumpido antes del sermón.

-Precisamente es para lo que me dijiste hermano. He encontrado un anuncio en el que ofrecen un empleo que me interesa. Quiero ir y ver cómo está todo, y si me agrada y veo conveniente, entonces solicito el empleo- A pesar de la corta edad del pelinegro, se notaba que era todo un Kaiba, inteligente como su hermano mayor.

Kaiba pensó por unos segundos, y entonces le contestó a su hermanito.

-Está bien. Mándame la ubicación del lugar para yo dar instrucciones para que se te lleve allá y si necesitas algo de dinero, el chofer te lo dará- Por supuesto que Mokuba habría preferido ir solo, pero sabía que se toparía con pared si lo intentaba.

El plan le pareció justo.

Le mandó la ubicación a Seto, se cambió de ropa a algo menos formal y odioso como su uniforme, y emprendió camino hacia su objetivo.

 

Mokuba no tenía idea, pero esa decisión le cambiaría la vida por completo.      

 

 

Llegó a un establecimiento pequeño. No tenía mucha capacidad de gente.

Encima de la puerta, un letrero evidentemente pintado a mano que no lucía impecable pero cumplía con informar a la gente de que se trataba.

 

JOEY´S PIZZA

 

El lugar estaba en una calle pequeña, por lo que no contaba con estacionamiento.

En general, podría verse peor. No porque no estuviera bonito, sino que parecía un poco descuidado. La fachada estaba un poco resquebrajada, y le urgía una buena mano de pintura.

Entró, y definitivamente el lugar era mejor por dentro.

Se veía un lugar cálido.

 

Con una construcción combinada entre cemento y madera, a Mokuba le gustó el estilo. Era como el interior de una cabaña, y pronto llegó un olor que inundó sus sentidos.

Olía delicioso!

Si bien el lugar no estaba impecable, tampoco era el fin del mundo de suciedad ni mucho menos.

Las mesas eran de madera también, acompañadas de unas sillas que poco cómodas se veían.

 

En unos pocos segundos, el joven Kaiba anotó mentalmente todos los detalles. No por nada era un Kaiba, y de alguna manera supo que él podría poner su granito de arena para que este lugar funcionara mejor. El haber crecido en una familia de empresarios, le había enseñado a él también.

 

Se acercó al mostrador, y no vio a nadie desde ahí.

Buscó algún tipo de campana para llamar a alguien, pero tampoco estaba. Entonces se preguntó cuántos clientes habían perdido por no estar bien al pendiente? Seguramente esta era la razón por la que estaban solicitando personal.

 

-Buenas tardes- dijo con voz moderada. Y nada pasó. Su paciencia era puesta a prueba, no estaba acostumbrado a insistir. Siempre todo el mundo se había desvivido por atender a la familia Kaiba, y toparse con esta situación era nuevo para él. Y como buen Kaiba, la paciencia no era su fuerte… aunque definitivamente era mejor que su hermano en eso.

Rio mentalmente por su propio pensamiento.

 

-Buenas tardes!- dijo ya con voz más firme y con mayor volumen, obteniendo por fin una respuesta.

-Voy!- se escuchó por la parte interna del lugar.

El pelinegro tuvo que esperar un poco. Mientras lo hacía, vio los letreros que mostraban cuáles ingredientes tenían. Se notaba que eran pizzas sencillas, pero a la vez se sentía un olor tan bueno que sobresalía.

En unos momentos más, salió de detrás del mostrador un joven, parecía más o menos de su edad, rubio y de ojos castaños. Una gran sonrisa adornaba su alegre rostro.

-Hola! Disculpa la tardanza, pero ya estoy listo- La familiaridad con la que lo saludó Mokuba, fue algo que inmediatamente le llamó la atención. Supo entonces que había encontrado el lugar perfecto para comenzar a trabajar. Sabía que podría contribuir positivamente al crecimiento y mejoramiento del lugar, pues evidentemente tenía muchas fallas, pero también se sentía un ambiente cálido y familiar que era valiosísimo.

-No te preocupes. Ya puedo ordenar mi pizza?- Mokuba le contestó con la misma confianza y entusiasmo. Si todo salía bien, al salir del lugar tendría empleo nuevo.

-Claro! Mira, esos son los tamaños, y esos los ingredientes. Los precios son sin límites de ingredientes, es decir que le puedes poner cuantos quieras- Eso sorprendió al pelinegro. Cuando en su vida había visto una promoción de esa magnitud? Era el paraíso de los amantes de la pizza! Y una mina de oro y se estructuraban ciertas cosas y se mejoraban otras.

-Mmm… Quiero una mediana, con… pepperoni, champiñones y… piña!- Mokuba amaba la piña en las pizzas.

-Muy bien. Orden tomada. Serían 5 dólares por favor- Una vez más en ese momento, el pelinegro fue sorprendido. Una pizza mediana con todos los ingredientes que quisiera… a solo 5 dólares? Sip, el paraíso era ese.

-Iré por el dinero al carro, está bien?-

-Claro! Empezaré a prepararla entonces. Estará lista en aproximadamente 15 minutos- Mokuba salió al carro, y le pidió al chofer que le diera 5 dólares. Lo hizo, y el pelinegro regresó al solitario establecimiento.

Él era el único ahí en ese momento. Eran las 3:35 pm, y se preguntó por qué estaría tan solo el lugar… Será que la comida no es tan buena? Ya lo averiguaría. Entró y se sentó en una mesa, no queriendo interrumpir el trabajo del que esperaba fuese su futuro jefe.

Pasaron 10 minutos. Mokuba estaba parado observando hasta el último detalle del lugar, que si bien no era muy grande, era acogedor y 100% mejorable. En eso, salió de nuevo el rubio de la cocina.

-Ya está en el horno, no tarda en salir tu pizza- Mokuba volteó a verlo y sonrió.

-Excelente, porque tengo hambre- El rubio le sonrió de vuelta.

El pelinegro se acercó al mostrador, tenía muchas dudas y pensó que sacándole plática al muchacho las podría resolver.

 

-Y cómo te llamas?- esa pregunta descolocó totalmente al pelinegro. El chico rubio le estaba preguntando quien era él… que? Sí todo Japón conocía a su hermano, y él había estado incontables veces en la televisión con él, además de exhibiciones y convenciones de Kaiba Corp en las que había participado… en verdad el chico no lo ubicaba?

Vaciló por un momento.

-Soy Mokuba- dijo simplemente. Quizás si le dijera el apellido Kaiba lo ubicaría, pero tampoco quería intimidarlo con eso.

Al contrario, el rubio le sonrió.

-Hola Mokuba, yo soy Joey- le extendió la mano para estrecharla, cosa que el Kaiba menor hizo.

-Estás tú solo aquí?- Esa era una duda de las más importantes, pues Mokuba se había dado cuenta que ya habían pasado más de 15 minutos y no había señales de su pizza. Esa podía ser una de las razones por la cual la pizzería estuviera vacía.

-Normalmente sí. Los domingos viene mi amigo Yugi a ayudarme, pero entre semana estudia y los sábados le ayuda a su abuelito con su tienda. Por eso estoy solicitando un empleado en este momento- Joey se veía un chico muy agradable.

Con esas palabras, se dio cuenta que la pizzería no tenía gran movimiento, pues si él sólo se las arreglaba así debía de ser.

-Tú a qué te dedicas?- El pelinegro volvió a ser sorprendido… en verdad no sabía quién era él?

“Es mejor así” pensó.

-Yo estudio, pero mi hermano insiste en que debo encontrar un empleo porque no está dispuesto a pagar cuando quiero salir con mis amigos o a dar la vuelta- El rubio se le quedó viendo.

-Yo creo que tu hermano tiene razón. Tener un empleo ayuda a madurar. Además quizás para él es muy pesado cubrir todos los gastos, por eso te dice eso. Aunque no sé si tus papás estén de acuerdo- Mokuba sonrió melancólicamente.

-No tenemos papás. Mi hermano me ha cuidado desde que éramos pequeños, pues ellos murieron en un accidente de carro. Yo apenas tenía 2 años, ni siquiera los recuerdo bien- Entonces Joey sintió que había metido la pata olímpicamente.

-Oh cielos, discúlpame por favor!- Rápidamente quiso enmendar su error.

Y Mokuba no estaba realmente molesto, simplemente seguía asombrado porque no lo había reconocido.

-Nah… no te preocupes. Para mí, mi hermano es mi familia, y estoy bien así. Por favor no te compadezcas de quien soy.- A Mokuba se le hacía divertido que el rubio frente a él no supiera quien era él, siendo famoso en todo Japón, habiendo salido un puño de veces en televisión, y siendo, en un sentido, un ícono juvenil.

-Mmm, aún así lo siento, no quería decir algo incómodo- En eso, del interior de la cocina sonó una alarma. –Espera un momento por favor, ya te traigo tu pizza-. El pelinegro asintió y vio al rubio desapareció por detrás del mostrador.

Unos minutos más tarde, llegó Joey con una charola y la puso al centro de la mesa del Kaiba menor. Mokuba se dio cuenta que no era la vista más apetitosa, pero… el olor…

ESE OLOR!!!

Taaaan…. mmm… Delicioso!!!!

 

Instantáneamente se le abrió el ya abierto apetito.

El rubio volvió a desaparecer y regresó casi de inmediato con un plato y diversas salsas, unas llenas y otras por terminarse.

-Por qué no me acompañas Joey?- Invitó con la mano a sentarse al chico.

-Te lo agradezco- El rubio se sentó frente al pelinegro, mientras veía como comía su pizza animadamente.

Mokuba era un conocedor de pizzas, así como de hamburguesas, hot dogs y cualquier comida callejera. Y al momento de probar esa pizza… fue una fiesta de sabores en su paladar.

Casi estaba dispuesto a decir que era la mejor pizza que había probado!

 

-Wow, Joey… mmm… esto está buenísimo!- dijo entre mordidas. El rubio solo sonrió.

-Que bueno que te gusta Mokuba. Ese es el fin del negocio, agradar a la gente y lograr aclientarnos- El pelinegro estaba al pendiente de cada una de las palabras del otro muchacho.

-Pues esperemos que eso pase pronto!- Siguió comiendo en silencio, percatándose que después de lo que había mencionado el rubio, ya no había vuelto a hablar.

-Sabes?- rompió el silencio el Kaiba menor. –Me encantaría trabajar aquí contigo. Podría serte de utilidad. Mi hermano es empresario y se que él podría ayudar te a que este lugar despegara. Porque la verdad es que, amo tu pizza! Es la mejor que he probado- El rubio salió de su mente y dejó ver una verdadera sonrisa.

-Me encantaría eso Mokuba. Aunque se supone que trabajarías para mí, pero… supongo que si algo puedo aprender, será bienvenido! Lo que sea por mejorar- Ambos mostraban sincera felicidad.

-Es un trato entonces, cuándo puedo comenzar?- Joey se le quedó viendo.

-Podrías empezar mañana si quisieras, eso no es problema. Solo que...- Joey suspiró y se notó depresivo por unos momentos. Cosa que también anotó mentalmente el Kaiba.

-Que sucede? Ya tienes a alguien?-

-No, aún no… es solo que realmente pensaba si debía poner ese anuncio, pues la verdad mis ingresos no son muchos y a veces se me dificulta sacar extra, como para pagar un sueldo. Me preocupa no tener para pagarte todas las semanas- Cuentas claras, amistades largas. Uno de los principios de Joey. No engañar y ver las cosas con realidad, por más dolorosas que pudiesen ser. Eso fue también anotado de una manera muy especial en las notas mentales del pelinegro.

Pensó por un momento, y llegó a una conclusión.

-Mira, no te preocupes por eso. Hagamos algo- El rubio lo vio con verdadera y absoluta curiosidad. – Yo empiezo a trabajar y aprender el oficio de pizzero. Cuando tengas modo, me pagas normal, y si no tienes, lo anotamos sin ningún problema. Le pediré a mi hermano que nos ayude para hacer un plan y hacer crecer este paraíso de las pizzas. Y así, también crecerá tu negocio para ti, y para que puedas pagarme. Como ves?- La idea era casi utópica… pero Joey la amó. Y amó el buen corazón del chico que había entrado a su negocio esta tarde.

-Pues si no es problema contigo esa situación, entonces trato hecho. Empiezas mañana!- Joey extendió su mano y ambos se estrecharon, haciendo un trato, y un parteaguas en sus vidas, aun sin saberlo…

 

Notas finales:

Hermoso día para tod@s!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).