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Joey´s Pizza por Iztaxochitl

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Notas del capitulo:

Aquí seguimos, desarrollando más la historia y los personajes.

 

Tal vez puedan sentir que la historia avanza un poco lento, pero una de las cosas que me interesan es sentar las bases para lo que pasa después, además del buen desarrollo de personajes.

 

De cualquier manera espero que la sigan disfrutando tanto como yo.

 

Amor para todos!

-Entonces esta bien que lo deje ahí esta noche?- Yami entraba al despacho del CEO. Y escuchó un poco de su conversación.


-No quiero causar molestias, puedo mandar a buscarlo- el castaño se veía preocupado.


-Bien. Mañana por la mañana mandaré a alguien a buscarlo- el ojiazul cerró los ojos y frotó su sien, con un evidente dolor de cabeza.


-Eres terco- mira quien habla, pensó Atemu.


-Bien, espero tu llamada o la de él mañana para ir por él- el CEO colgó sin decir o escuchar más. Un intenso dolor de cabeza lo atacaba.


-Señor?- Atemu no quería ser imprudente, por eso aguardó.


-Mokuba esta de nuevo con ese Noah. Al parecer se quedó dormido allá y ese chico me dice que lo deje dormir allá. Qué piensas de ello?- el tricolor lo pensó durante unos segundos.


-Pues si Noah dice que esta bien y Mokuba se encuentra dormido, no veo por qué presionar las cosas para ir por él- el CEO rió bajito.


-Ya verás, ese tipo de pelo verde terminará siendo pareja de mi hermano- ese comentario descolocó al tricolor.


-Por qué lo dice? Le comentó Mokuba algo?- el desconcierto era grande.


-Ya verás. Vi algo en los ojos de Mokuba cuando se despedía de él la otra vez. Recuerda mis palabras, ese muchacho y mi hermano están o estarán juntos- Yami no sabía si su jefe estaba exagerando o tenía una excelente visión, más allá de lo normal.


-En fin, como va la remodelación?- el castaño abrió los ojos y volteó a ver a su confidente. Necesitaba escuchar buenas noticias.


-Se suponía que entregaban todo este viernes, pero lo que es la construcción lo entregarán el lunes de la próxima semana. Al parecer su encargo especial hizo que su trabajo se complicara un poco- el CEO se quedó pensando en esas palabras.


-No importa. Entonces para el otro lunes esta listo?- el ojiazul estaba satisfecho con eso. Aunque hubiera preferido que estuviera en la fecha acordada, pero sabía que eran cambios importantes los que había hecho.


-Lo que es construcción sí, ya de ahí falta la decorazión y todo el inmobiliario. Le calculo que para el jueves o viernes ya estara todo al 100%- el tricolor sonaba satisfecho con lo que decía.


-Mientras no atrasen más el resultado, todo está bien-


-No se atrasará más, he estado presionando y los trabajadores están dando su máximo para ello.


-Bien. Es hora de descansar, mañana será un día ajetreado, hay que ir por Mokuba- el CEO se tomó la libertad de estirarse un poco, cosa que solo hacía con gente de plena confianza.


-A qué hora habrá que estar allá?- el ojiazul se puso de pie para ir a su habitación.


-Esperaré la llamada de Noah, él me indicará el mejor momento. Espero que no sea muy tarde- sin decir una palabra más, el castaño desapareció con rumbo a su habitación. Y Yami se retiró a dormir.


Ya en su habitación, Yami se tumbó en su cama. A pesar de ser un poco tarde, tomó su celular y marcó. Sabía que no se enojaría con él.


-Hola Yami- la voz de Yugi no se escuchaba para nada adormilada.


-Hola Yugi, como estás? Pensé que quizás ya estaría dormido- la voz del tricolor más alto brillaba cuando hablaba con Yugi.


-Estoy bien, y cansado. Justo preparando todo para acostarme. Y tú? Es tarde- ya había caído la noche.


-Estaba ultimando detalles con mi jefe. Ya sabes como es- la risilla de Yugi al otro lado del teléfono lo hizo sonreir.


-Cómo va lo de la remodelación? No tienes idea de las mil excusas que le he tenido que dar a Joey para que no vayamos a ver como está quedando. Es muy terco- el más alto bostezó.


-Va bien, pero al parecer se atrasará una semana más la entrega. Crees que puedas entretenerlo sin problemas?-


-Claro que sí. No será tan fácil, pero algo se me ocurrirá- los dos se quedaron en silencio por unos momentos.


-Te he extrañado- dijo Atemu con una voz suave.


-Yo también. Ya sabes que puedes venir cuando quieras- Yami sonrió desde su cama.


-Lo sé, es solo que aquí las cosas han estado un poco tensas con la situación de Mokuba- Yami ya había puesto al tanto a Yugi acerca de lo sucedido.


-Pasó algo?- el enano era intuitivo.


-No lo sé, Seto recibió una llamada del chico que lo ayudó la otra vez. Al parecer estaba con él y se quedó dormido. Mañana iremos a buscarlo- fue el turno de Yugi para bostezar.


-Vaya. Espero que todo se solucione- y era sincero en sus palabras.


-Todo regresará a la normalidad. Solo hay que ayudarle un poco a Mokuba a superarlo, pero es un chico fuerte. Lo logrará- un nuevo bostezo de parte de Yami.


-Te dejo descansar, parece que mañana tendrás un día algo pesado, sobre todo con el mal humor de tu jefe- Yugi rió suave.


-Pues sí. Descansa Yugi- la voz del tricolor era casi melosa.


-Nos vemos pronto Yami, te quiero- Yugi era muy transparente en lo que sentía.


-Yo a ti- y de una manera suave y lenta, colgó.


Estaba contento de haber hablado con Yugi.


Si bien no eran pareja formal, se procuraban el uno al otro, y se considereban en una especie de relación informal.


Nada más habían tenido la oportunidad de salir en una cita una vez, pero lo habían disfrutado muchísimo.


En definitiva, Yami quería explorar más ese mundo en donde podría compartir algo más con Yugi. Si bien nunca habían sido amigos cercanos, ahora se daba cuenta de lo valioso que era ese chico que se parecía tanto a él.


Con esos pensamientos, y sin siquiera cambiarse por lo cansado que estaba, Atemu se quedó dormido.


 


 


De un momento a otro, se sintió despertar. Sintió el cuerpo muy pesado, como si hubiera estado en un estado de sueño profundo durante días.


Poco a poco abrió sus ojos, y lo primero que notó es que estaba todo oscuro. Y cuando vio a su alrededor se sintió completamente desorientado. No reconocía el lugar en el que estaba. La cama, los muebles, todo era extraño para él.


Mokuba se enderezó y se cuestionó con seriedad si no seguiría dormido.


Fue solo hasta que se ocurrió voltear atrás de él que vio a Noah sentado en una silla, dormido y sin darse cuenta que él había despertado.


-Noah?- seguía sin entender.


Entonces, la memoria regresó a él.


Recordó que salió con la intención de buscarlo para platicar inquietudes. Y cuando se dio cuenta, estaba en su departamento, semidesnudo y mojado.


Cuando cayó en cuenta de eso, volteó y vio que tenía puesto un pants, aunque seguía sin playera.


Luego recordó ese momento en el que le gritó a Noah por decirle cosas crueles, y como después de eso fue reconfortado por el mismo peliverde.


Entonces fue que se quedó dormido.


Pero, qué hora era? Ya había anochecido, Seto estaría muy preocupado por él. Buscó su celular y sus cosas y no vio nada.


De un momento a otro, Noah se estiró encima de la silla. De seguro estaba muy incómodo, pero no se quiso pasar a su propia cama para descansar. Se la dejó.


Esos pequeños detalles conmovieron a Mokuba.


-Despertaste?- la voz del peliverde lo sorprendió.


-Qué hora es?- fue lo único que pudo articular el pelinegro.


-No tengo idea, pero supongo que ya está entrada la noche- Noah se frotaba los ojos.


-Mi hermano me va a matar. Ha de estar enojadísimo conmigo por no llegar- la voz del Kaiba tenía pesar.


-Tu hermano esta bien y no está enojado contigo- Noah bostezó. Al parecer, Mokuba estaba mucho más despierto que él.


-Por qué lo dices?- el pelinegro seguía acongojado.


-Por que fui yo quien le avisó que estabas aquí y te quedaría a dormir. Él se preocupó un poco, pero se quedó tranquilo al saber dónde estabas, y aunque no llegarías a dormir, estarías seguro conmigo- Noah no pudo aguantar otro bostezo, y se estiró en la silla.


-Oh.. pues gracias por avisarle- un silencio incómodo cayó sobre los dos.


-Voy al baño- fue Noah quien lo rompió.


Mokuba notó que mientras caminaba hacia el bañoel peliverde se sobaba unas partes del cuello y de la espalda. De seguro estaba entumido de haber dormido parte de la noche en la silla.


Un par de minutos después, Noah regresó.


-Si gustas, puedes usar el baño- Mokuba asintió y se paró. Fue al baño sintiendose nervioso, sin entender en realidad por qué.


Cuando entró de nuevo a la habitación, estaba vacía. Se sentó en la cama, pero se sentía mal con la idea de Noah cediéndole su cama.


-Toma- el peliverde lo sorprendió con un vaso de agua. Mokuba le agradeció, y vio como el chico se sentaba de nuevo en la silla y checaba su celular.


Unos momentos después, Noah lo guardó y se paró a estirarse de nuevo.


-Cómo te sientes? Ya estás más tranquilo?- se fue acercando a la cama hasta quedar al lado de Mokuba, quien seguía sentado.


-Sí. Me siento cansado, pero me siento diferente. No sabría explicarte cómo- Noah se puso en cuclillas para estar a la altura del Kaiba.


-No te sientes como si te hubieran quitado un peso de encima?- a pesar de la oscuridad, Mokuba pudo distinguir la sonrisa del otro.


-Sí. Algo así. Es como si físicamente estuviera agotado, pero en otros sentidos me siento más ligero-


-Me da mucho gusto- Noah le revolvió los cabellos. Luego se puso de pie.


-Iré a dormir al sillón. No creo aguantar más tiempo en esa silla. Tú duerme tranquilo en mi cama- Se dio la vuelta, y cuando iba a dar un paso, sintió que Mokuba lo tomaba de la mano.


-Espera- la voz de Mokuba era inestable. Y las acciones que estaba tomando el pelinegro sorprendieron a Noah.


-Te hace falta algo?- el peliverde era muy amable.


-Yo dormiré en el sillón. Esta es tu cama y no tienes por qué dejarmela- Noah entendió que el otro chico se sentía mal por la amabilidad que estaba teniendo con él.


-No es necesario. En verdad, duerme aquí- pero Mokuba no soltó su mano. Al contrario, la sujetó con más fuerza.


-Insisto. Me siento mal por que te vayas- la cabeza de Mokuba estaba cabizbaja.


-No lo hagas, lo hago con todo gusto- y sintió como el agarre del pelinegro se apretó aún más.


-Entonces... duerme aquí... conmigo- lo último que dijo, lo hizo a un volúmen muy bajo. De no haber sido de noche, de seguro no lo habría escuchado.


Y aunque fue sorprendido por la petición del Kaiba, no vio mal en tomar su oferta.


Se dio la vuelta y se volvió a poner en cuclillas.


-Esta bien- le dijo con una sonrisa que Mokuba solo vio entre las sombras.


Y Noah no pudo notar que Mokuba estaba sonrojado.


Cuando el pelinegro lo soltó, Noah fue a ponerse un pants de dormir. La verdad es que dormía en ropa interior todas las noches, o incluso a veces desnudo. Pero pensó que quizás iba a incomodar mucho a su acompañante.


Así que una vez cambiado se metió a la cama, donde Mokuba lo esperaba.


Lo más impresionante para él era que, a pesar de haber vivido una situación traumática para él unos días antes, Mokuba no se mostraba reacio a su toque o cercanía. Sería por que fue él quien lo ayudó.


No estaba seguro, pero le agradaba eso.


Mokuba le dio la espalda, y sintiendo el nerviosismo del pelinegro, puso su mano en su cabeza y comenzó a acariciar sus cabellos.


Al primer toque se tensó, pero poco a poco fue relajandose, hasta que notó que se había quedado dormido.


Y unos momentos después Noah le siguió.


Ya por la mañana, un adormilado Mokuba se estiraba en la cama, empezando a despertar.


Lo primero que notó es que estaba solo en la habitación.


-Será que se fue a dormir al sillón?- había pesar en su expresión en voz alta. Pero no podía hacer ni saber nada mientras siguiera acostado, así que se levantó y buscó su ropa, la cual no encontró por ningún lado.


Entonces salió de la habitación con el pants que no era suyo y sin playera, algo apenado.


Un delicioso olor a café llegó a su olfato, y lo siguió hasta la cocina, donde vio que Noah estaba haciendo algo en su celular. Estaba parado junto a la estufa, recargado en la cocina. Y al igual que él, no tenía playera.


Y que cuerpo, pensó Mokuba, a lo que de inmediato se sonrojó, y cambio de pensamientos para no decir o hacer algo que no.


-Buen día- saludó lo más normal que pudo. Noah levantó la mirada y le sonrió.


-Buen día Mokuba, cómo estás?- el pelinegro trato de fingir, pero estaba medio embobado con el torso del peliverde.


-Bien. Descanse mucho, muchas gracias- Mokuba sonrió.


La verdad era que el pelinegro nunca había sido un chico penoso o introvertido. Al contrario, siempre sabía como expresar sus gustos y deseos. Por eso mismo era que se sentía tan descolocado con Noah, porque todo el tiempo se sentía nervioso.


No era que el peliverde hiciera algo a propósito para que él se sintiera así, sino que él solito se sentía así, como si fuera natural.


-Siéntate- el peliverde interrumpió sus pensamientos, y el Kaiba hizo caso.


Frente a él Noah puso un plato grande lleno de pan dulce y una taza de café.


-No te pregunté qué querías desayunar. Espero que este bien- Mokuba se sonrojó una vez más.


Y es que el hecho de que Noah estuviera medio desnudo no ayudaba nadita.


-Esta bien. No es lo que acostumbro, pero cambiar siempre es bueno, sobre todo cuando es algo delicioso- la sonrisa sincera de Mokuba hizo sentir bien a Noah.


Entonces se sentó junto a su huesped y desayunaron juntos.


Cuando terminaron, Noah retiró los platos y se sentó de nuevo.


-Quieres que le hablemos a tu hermano para que venga por ti?- Mokuba suspiró cabizbajo.


-No lo sé. No tengo muchas ganas de verlo, pero no quiero incomodarte- Noah sonrió sin que el toro se diera cuenta, y le puso la mano en el hombro.


-Yo no te estoy corriendo. Solo quería saber para llamarle por teléfono, pero puedes quedarte el tiempo que quieras- Mokuba se sonrojó una vez más.


-Pues me gustaría quedarme un rato más, si no te molesta-


-Para nada, ya te dije. Iré a cambiarme para dar una vuelta en la panadería. Si quieres puedes tomar un baño, lavé tu ropa de ayer y esta tendida en el patio de servicio, ya debe estar seca- le sonrió y se fue a cambiar.


Mokuba suspiró de nuevo y se recargó n la silla, echando su cabeza para atrás.


«Qué demonios me pasa, yo no soy así. Debería ir con mi hermano, pero me incomoda estar cerca de Seto. También me siento extraño cerca de Noah, pero es una incomodidad diferente. Qué será lo que me está pasando?»


Por más vueltas que le daba en su cabeza, no se podía responder esos cuestionamientos. Era muy extraño para él.


Siempre había tenido suficiente confianza en si mismo, y ahora se sentía algo roto.


«Estúpido Duke». Le dolía.


Le dolía que el chico que tanto había querido lo hubiera tratado de esa forma, y que tuviera el poder de romperlo de esa manera, sieniéndose indefenso y sin remedio.


-No le des tantas vueltas al asunto, ya verás que se resolverá- la voz de Noah lo tomó por sorpresa y casi hace que se caiga de la silla.


-Qué?- su respiración era agitada-


-Cuando uno trata de entender todo lo que le pasa, empieza a tener problemas existenciales. No lo trates de entender, solo vive, ama y disfruta- Noah le revolvió los cabellos y salió sin decir más.


Por un momento le recordó a su hermano. Y entonces sonrió.


«No sé si funcione, pero intentaré hacerle caso» y se levantó, dispuesto a bañarse y despejar su cabeza.


 


 

Notas finales:

Bonito día!

 

Hermosa noche!

 

Amor para todos!!!


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