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Joey´s Pizza por Iztaxochitl

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Notas del capitulo:

Espero que sigan disfrutando de esta linda historia.

 

Por cierto, una gran disculpa a tod@s aquellos que dejan un review.

No los contesto porque no se como.

Pero creanme que alegran mi día y se los agradezco de corazón.

 

A leer!

 


-Hola hermano- saludó un animado Mokuba a Seto, quien estaba en su despacho de la mansión terminando unos asuntos de la empresa. El menor tuvo que esperar unos segundos para que su hermano se detuviera y le hciera caso.


-Hola Moki. Se te ofrece algo?- Por fin el CEO levantó la mirada de su laptop y le puso toda su atención a su hermanito.


-No en realidad. Acabo de regresar de la pizzería. Todo es un caos por allá- Seto sonrió entretenido.


-Que sucedió?- cuestionó al menor.


-Pues que es la última semana que abriremos antes de la remodelación, y Joey esta muy estresado. Es un poco... como decirlo? Estructurado. Le cuesta trabajo soltar las cosas, o dejar viejas mañas- El castaño rió internamente.


-Se nota. Como se ha llevado con la gente que he mandado?- aunque no lo denotara a simple vista, esto era demasiado entretenido para el castaño. Por alguna razón incomprensible para él, le encantaba hacer rabiar al rubio.


-Pues bien en general. Aunque a veces le gana esa parte que te digo. Le gusta hacer las cosas a su manera, y como nunca ha tenido nadie que le mande, pues más. Lo bueno es que las cosas caminan. Se ve que sí quiere salir adelante- El castaño sonrió aún más, pero de manera inconsciente.


-Oye, que piensas de que llevemos un cocinero profesional para que hable con él?- El pelinegro lo pensó por unos momentos.


-Uy hermano, no se que tan buena idea sea. Por un lado Joey es receloso de lo que hace. Y por otro, si te soy sincero, no creo que lo necesite. Sus pizzas son inmejorables- el mayor pensó muy bien en sus próximas palabras. Sabía del cariño de su hermanito por su jefe, y no tenía la más mínima intención de ponerselo en contra.


-No lo digo por eso. Las pizzas de Joey son excelentes, y la prueba es que a mí me gustaron. Pero me refiero a que el proceso que el tiene para hacer pizzas no es muy efectivo. Por ejemplo, si alguien le pide una pizza, él dice que de 15 a 20 minutos está, y la entrega en 30. Eso no es bueno para el negocio. Si sistematizamos el proceso será más fácil y mucho más productivo- Mokuba se había dado cuenta de eso desde la primera vez que fue al lugar, cuando pidió la pizza antes de solicitar el empleo.


-Pues tienes razón, yo mismo lo vi desde el principio. El problema es el carácter de Joey. Esta cediendo en muchas cosas y abriendo su mente y todo. Pero no creo que si nos metemos con esa parte lo reciba con tanta apertura. Creo más bien que se pondrá a la defensiva- Ambos Kaiba se quedaron pensando en como podrían hacerle.


-Ya sé!- dijo emocionado el menor, y el ojiazul tan solo lo vio expectante.


-Pídele ayuda a Yami, él lo sabrá solucionar mejor que nosotros- y soltó la carcajada. Era obvio que estaba bromeando. Después de la salvada que les dio el guardaespaldas con el asunto del señor Watanabe, Mokuba se sentía aliviado, agradecido, y de repente se burlaba de su hermano por que él no había podido solucionarlo solo.


-Tengo una idea mejor- el pelinegro dejó de reír y aún sonriendo volteó a ver a su hermano.


-Dile a tu obstinado jefe que quiero que me enseñe todo el proceso de hacer pizza. Desde que hace la masa hasta que saca una pizza recién hecha. De esa manera cubrimos todo. Por un lado, aprendo como funciona esa parte. Tú sabes que para saber llevar un negocio hay que aprender bien como se hace todo, desde lo básico hasta lo complejo. Y por otro lado trataré de hacerlo entrar en razón acerca de sistematizar ese proceso, para volverse más estable, fácil y sobre todo productivo- el pelinegro se sintió en verdad sorprendido.


Y es que Seto se estaba involucrando al 100% en el proyecto.


Mokuba era consciente y sabía desde hacía ya mucho tiempo que su hermano amaba trabajar y era muy dedicado. Pero... esto ya era demasiado. O al menos así lo veía él. No que le molestara ni mucho menos. Al contrario, le daba gusto.


Solo era extraño.


-Puedo preguntarte algo hermano?- Después de un debate interno aacerca de preguntar, se decidió a hacerlo.


-Ya sabes que sí- el castaño pensó que le iba a preguntar algo del mismo tema del que estaban hablando.


-Por qué te estás involucrando tanto con este proyecto de la pizzería? Y no me malentiendas, me da gusto y te lo agradezco. Es solo que me sorprende- La pregunta le llegó a un CEO desprevenido. Pero como buen empresario y genio que era, su hermanito ni lo notó.


-Bueno, para empezar esto tiene pinta de ser un verdadero negocio productivo. Tú sabes que esa parte me gusta. Pero, si te soy absolutamente sincero, esa no es la principal razón de mi interés que esto salga bien- el pelinegro se extrañó por el comentario de su hermano.


-Ah no? Y cuál es la verdadera razón entonces?- el ojiazul se dio cuenta que tenía toda la atención de su hermano, y consideró un buen momento para abrirse con él.


-Pues tú- simple y directo, como lo era siempre.


-Yo? Y yo por qué?- dijo un sorprendido Mokuba.


-Moki, no se si eres consciente o no de esto que te voy a decir. Desde que entrarste a trabajar a ese lugar hace varias semanas, has estado cambiando mucho. Ahora eres más responsable y sabes que no todo es suave y rosa en la vida. Estás madurando. Esta resultando mucho mejor que cualquier terapia que hubieras podido tomar- Seto pudo haber agregado que gracias a que tenía toda su atención en la pizzería, ya no había buscado a ese bueno para nada, pseudo amigo y busca pleitos y problemas de Devlin. Pero... un paso a la vez.


Mokuba escuchó con atención las palabras de su hermano y reflexionó unos momentos lo que acababa de escuchar.


-Vaya. No lo había notado. No ha profundidad- el CEO volteó a ver a los ojos a su hermanito.


-Espero que sepas que aunque sea duro contigo, eres lo más importante en mi vida. Eres mi pequeño hermano y te amo, y siempre quiero y busco lo mejor para ti- Por primera vez en muchísimo tiempo Seto Kaiba sintió en verdad que su pequeño y algo problemático hermano Mokuba lo estaba escuchando.


-Yo también te amo Seto y eres muy importante para mí. Es cierto que si me pongo a pensar un poco, puedo darme cuenta que todo lo que has hecho ha sido por mí, sacrificandote a ti mismo y tus intereses en el proceso. Muchas gracias hermano- Un emotivo Mokuba se acercó a la silla de su hermano y se le aventó encima para darle un fuerte y fraternal abrazo.


Seto Kaiba empezó a sentir que recuperaba a su hermanito después de mucho tiempo que se había alejado y casi caído en malos pasos.


Las heridas por fin estaban empezando a sanar.


Un lloroso pelinegro se puso de pie mientras limpiaba sus ojos.


-Bien. Le diré a Joey que quieres ir a criticarlo y molestarlo un día de estos, y ya que él me dia cuando- Moki le sonrió y le guiñó el ojo a un sonriente y genuinamente feliz Seto.


-Ya vete a descansar, mañana tienes trabajo- le revolvió los cabello como cuando era pequeño y Mokuba se fue sonriendo a dormir.


En definitiva, Seto se felicitó a si mismo por haber castigado a Mokuba de una manera tan severa. Buenos frutos estaban empezando a crecer.


-Ahora a tratar con el perro- por alguna razón había tomado el insano gusto de decirle apelativos caninos a Joey cada vez que pensaba en él.


Con una suave sonrisa y mucho más relajado retomó su trabajo en la laptop.


 


Al día siguiente Mokuba informó a Seto que Joey lo recibiría el viernes por ahí de las 9 de la noche. El rubio argumentó que si quería ver todo el proceso de cerca, debía de ser en un momento en el que no hubieran muchos pedidos para prestarle bien atención a todo.


Kaiba arregló todo para no ir ese día a la corporación. Trabajó desde casa y antes de que se diera la hora se puso a leer diversas recetas de pizzas. La verdad era que no había ninguna demasiado complicada, pero había que ver cómo era la receta de Joey. Y las mañas que ya tenía arraigadas.


Cerca de la hora de partir decidió escabullirse al guardaropa de su hermano y tomar prestado un pantalón de mezclilla.


Se dio cuenta que entre su propia ropa no tenía algo informal. Puros trajes y pantalones de vestir, y no creía ser lo más adecuado para «ir a trabajar a una pizzería».


De inmediato se río de su propio pensamiento y se apresuró a cambiarse a una playera ajustada de color negro y el pantalón de su hermanito.


Tenía la fortuna de que Mokuba y él podían compartir ropa sin problemas, porque a pesar de que él era un poco más alto, usaban la misma talla de pantalón.


Tomó su auto y se comunicó con Yami. Tan solo le dijo que iría a la pizzería y que lo esperara en el carro dentro del estacionamiento. El guardaespaldas confirmó que ahí estaría, con una copia de las llaves del auto del castaño para poder esperarlo dentro.


Cuando colgó, Seto reflexionó que ese chico en verdad se había ganado su absoluta confianza. Y estaba a gusto con ello.


Manejó hasta el lugar y al llegar sencillamente entró. Como de costumbre no había nadie en mostrador, y eso sí era algo que el rubio debía de arreglar.


-Joey?- cuestionó en voz alta el Kaiba.


-En la cocina- el ojiazul fue hasta allá y entró para encontrarse con un apurado rubio cortando un par de pizzas.


-Entrega a domicilio?- dijo sereno el más alto.


-Sí. Ya debo llevarlas. Te pido que me esperes aquí por favor. Y si no es mucha molestia, si alguien llega atiéndelo. Estaré de regreso en un momento- El rubio salió como bólido, sin esperar respuesta de un serio castaño.


Y es que Joey no era consciente de que le acababa de pedir a Seto Kaiba, CEO de Kaiba Corp y el empresario más famoso de todo Japón, que atendiera su pequeño establecimiento en lo que regresaba.


-Es lo que me pasa por no dejar las cosas en claro- suspiró.


Fue y buscó una silla para sentarse detrás del mostrador. Y no pudo encontrar ninguna. No creía que hubiera ninguna escondida.


Es decir, para que Joey escondería su propia silla?


-De veras no tiene algo así?- pensó en voz alta.


-Con razón nunca hay nadie esperando en mostrador- y le dio una vuelta más a la cocina, sin encontrar ninguna silla.


Pero vio algo que le llamó la atención. Estaba entre el refrigerador y la pared. Era algo extraño, y lo sacó un poco para examinarlo.


No es que quisiera violentar la intimidad del rubio ni mucho menos, pero creía saber que era. Y si era lo que estaba pensando... pues ni sabía qué.


Y, efectivamente como lo pensó desde el principio, era un catre doblado, una especie de cama de resortes plegable.


-Quiere decir que aquí duerme a veces? O será que siemrpe está aquí?- diversos cuestionamientos llegaron a la mente del castaño. Se preguntó mil cosas a la vez, y no quiso responderse ninguna. Era Joey el único que podía decirle todo.


Y solo si quería.


Entonces resolvió mejor sentarse en una de las mesas para el público.


Para su sorpresa, no pasaron ni 3 minutos desde que se sentó cuando regresó el rubio.


-Ya llegué- dijo un sudado y agitado Joey mientras entraba con todo y bicicleta, la cual recargó en una mesa. Cosa que por cierto era poco profesional para el ojiazul.


-No vino nadie? O llamó?- le preguntó al castaño mientras recuperaba el aliento.


-No. Estás bien?- por unos breves instantes, el CEO pareció preocupado por el otro chico.


-Sí, claro. Es solo que en verdad me apresuré para no dejarte aquí solo- el castaño se sintió un poco cohibido por las palabras de Joey.


-En fin, voy a cerrar y a cambiarme para que podamos empezar. Es un poco temprano, pero creo que es mejor que no nos interrumpan- El ojiazul tan solo asintió y el rubio desapareció tras la cortina que separaba la cocina de todo lo demás. Momentos después, regresó con el cabello algo mojado y otra playera.


Ante los ojos del empresario, pensó que se veía atractivo. Pero tan pronto como llegó ese pensamiento, fue deshechado.


-Estoy listo. Ven a la cocina para que veas el proceso de la masa- El ojiazul se dirigió allá en silencio. Aún le molestaba el asunto del catre, pero supuso que ya habría tiempo de preguntarle.


-Mira, esta es la tina donde hago la masa- le mostró una tina redonda de plástico de buen tamaño.


-Cuántos kilos haces en esta cosa?- la voz del CEO sonaba un poco más fría de lo normal, señal de la tensión que sentía.


-Pues no se. La verdad es que nunca he tenido que hacer muchos porque mis ventas son limitadas, y además procuro siempre tener bases hechas por si hay pedidos. Lo más que he hecho son 3 kilos de harina, que se hacen más de 5 kilos de masa- Joey se veía cómodo, a diferencia del tenso ojiazul. Que además ni siquiera sabía por qué estaba tenso.


-Ahorita vamos a hacer tan solo 1 kilo de harina. Lo importante es que veas el proceso, y además no queremos que se nos vaaya demasiado tarde- El CEO asintió y siguió observando con real interés.


-Se le pone harina, aceite, agua, levadura, sal y azúcar- Kaiba lo volteó a ver sorprendido.


-Azúcar? A la masa?- Joey le sonrió.


-Sí, es importante para equilibar el sabor. No se le pone mucho, solo lo suficiente- A continuación Seto se dedicó a ver como le echaba las medidas de cada cosa. Todo estaba calculado desde antes.


Pero al momento de echarle el agua, Joey agarró la jarra y le echó.


-Cuánta agua es esa?- preguntó el castaño.


-Pues en realidad no lo sé. Le echo al tanteo- Seto respiró profundamente.


-Sabes que eso es un error grande, verdad?- Ok, no quería atacar a Joey, y mucho menos cuando se estaba tomando el trabajo de enseñarle paso a paso el proceso de su receta. Pero tenía que hacerle ver su gran metida de pata.


-Pues, creo que lo puedo mejorar si a eso te refieres- Joey se sintió algo incómodo.


-No es solo mejorar. Todo lo que usas, lo que le pones a cualquier parte del proceso de hacer las pizzas de be estar medido y pesado- El CEO suspiró, tratando de encontrar las palabras correctas.


-Creo que la receta de las pizzas es muy buena, no se si deba cambiar algo- Ahí estaba lo que el ojiazul no quería, un Joey sintiendose atacado y, por consiguiente, defendiendose.


-Por supuesto que tus pizzas no necesitan que cambies nada. Ni un gramo más de nada, ni uno menos. Ese es el problema, y la razón por la cual tienes que saber con exactitud las proporciones de todo- El rubio se le quedó viendo.


-No entiendo- Fue sincero.


-Tus pizzas son tan buenas que mereces crecer. Pero no puedes estar haciendo la masa todo el tiempo. No puedes estar metido todo el tiempo en la cocina- Joey lo pensó unos momentos.


-Pero por qué no? Es lo que me gusta, hacer pizzas. Prefiero eso a tomar órdenes o repartir-Bueno, Joey era medio cabeza dura, y para eso estab ahí Seto.


-Y qué vas a hacer cuando no sea una pizzería, sino 3? O 5? Cómo te vas a dividir para hacer las pizzas de todos los establecimientos?- Seto se dio cuenta que Joey no dimensionaba del todo lo que estaban haciendo juntos.


Como que Joey pensaba que el CEO le ayudaría a tener una pizzería exitosa y ya. Pero no había pensado en que era el principio de algo mucho más grande.


-Wow, no había pensado en eso. De verás crees que podremos crecer tanto?-Era evidente la duda y hasta el temor en la voz del rubio. Y para contestar, Seto puso su atención en suavizar su propia voz.


-Joey, no has entendido, verdad? Lo grandiosas y deliciosas que son tus pizzas. Y todo el potencial que tienen y tienes tú para crecer a un nivel enorme- El rubio se sonrojó ante el comentario de su benefactor.


-No estoy tan seguro de eso- Seto se dio cuenta de que a pesar de que Joey parecía un chico alegre y optimista, tenía problemas con su propia autoestima.


-Yo sí. Estoy completa y absolutamente seguro de tu éxito- Seto se encontraba a un par de pasos de Joey, con la tina de la masa ente ellos. Pero eso no impedía que lo viera directo a los ojos.


Joey por su parte estaba sonrojado. Las palabras del castaño le infundían ánimos y lo hacían sentir bien.


-Lo único que tienes que hacer es abrirte a escuchar y tal vez cambiar ciertas cosas, como esto de medir el agua. Crees que puedas hacerlo?- Era un cuestionamiento serio, y podría demostrar qué tan dispuesto estaba Joey.


-Sí. En definitiva hay cosas que no me gustaría cambiar. Cosas de receta por ejemplo- Seto afiló su mirada.


-Es que nadie quiere que la cambies. Yo no quiero cambies nada. Me gusta como está, como lo haces. Solamente hay cosas que nos van a beneficiar si arreglamos. Necesitamos poder sistematizar el proceso de hacer pizzas, para hacerlo más fácil y rápido, y entonces será más productivo- la voz del castaño había tomado un tono casi dulce. Casi.


Joey suspiró.


-Entiendo a qué te refieres. No sé si en realidad podamos lograr tanto como lo estas planteando, pero pondré de mi parte para ello- el rubio le regaló una cálida sonrisa, y el castaño le regresó otra igual.


-Bien, entonces qué sigue?- El ojiazul en realidad sí quería aprender. Era importante para él saber como se hace todo dentro del negocio de las pizzas.


Joey revolvió todo y empezó a amasar. Después de un poco, le dijo a Seto que lo intentara. Y fue ahí donde el castaño sorprendió al rubio, dejando una masa bien hecha en no mucho tiempo.


-Vaya, habías hecho masa antes?- le preguntó un sorprendido Joey.


-No, pero sí se cocinar un poco- Joey se le quedó viendo.


-Se de mucha gente que sabe cocinar, y no deja una masa tan bien hecha como tú. El mismo Mokuba no ha podido hacer una masa solo, y mira que lo he puesto muchas veces- el castaño levantó los hombros, restándole importancia al asunto.


-Qué sigue?- preguntó al pizzero.


-Esperar. Hay que dejar reposar la masa un rato hasta que infle, para después seguir con el proceso- Kaiba anotaba mentalmente todos los pasos que estaban siguiendo.


-Tarda mucho?- Joey malinterpretó la pregunta.


-Pues, este reposo no mucho. Pero para llegar a tener las bases listas sí tardamos un rato. Si estas cansado...- el ojiazul lo interrumpió al instante.


-No, no estoy cansado. Solo quiero saber como mides cuánto reposo necesitan- hasta el mismo Seto se sorprendió a si mismo por haber interrumpido al rubio.


-Pues siempre lo hago más bien por el tamaño que va agarrando. Pero voy a empezar a tomar tiempos cada vez que haga masa, para ver cuanto tiempo toma e impementarlo cuando reabramos el lugar- Kaiba asintió amable.


-Qué te parece si cenamos?- esa pregunta sorprendió al mayor.


-No es necesario- en realidad le dio algo de pena.


-Vamos! Cómo nova a ser necesario? Es el último fin de semana antes de cerrar por no se cuanto tiempo. Debemos celebrarlo- Joey se veía sincero. Y aunque el castaño se sentía apenado, aceptó.


-Tú ganas- El castaño sonrió.


-Además, la verdad es que tengo mucho que agradecerte. Y esta cena también es en agradecimiento- Seto vio como el rubio se sonrojó fuertemente. Y él se sintió así también.


-Y qué vamos a cenar?- dijo para aligerar el ambiente.


-Déjame prepararte una pizza especial. Te aseguro que te gustará- Pizza en una pizzería, qué más podría ser?


-Estoy seguro de que así será, sobre todo si tú la preparas- Joey sonrió y se dispuso a preparar algo especial para su benefactor.


Mientras hablaban de una cosa y de otra, ambos pasaron un agradable rato.


Después de todo, aunque estaban trabajando, siempre era bueno darse un pequeño espacio para sentirse bien, estar alegre y ser feliz.

Notas finales:

Bonito día!

Hermosa noche!

 

Amor para todos


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