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Joey´s Pizza por Iztaxochitl

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Notas del capitulo:

Aquí esta un capítulo un poco mas corto, pero la historia sigue avanzando satisfactoriamente.

 

Un gran abrazo para todos y todas 

 

Amor para tod@s

Eran casi las 11 de la noche, y Seto y Joey estaban en la cocina de la pizzería trabajando arduamente.


-Ahora que han reposado las bolas de masa, es más fácil hacer las bases. Están infladas y suaves- Joey tomó una de esas bolas de masa y, como el experto que era, empezó a darle forma circular con el rodillo.


-Hasta haces parecer que es fácil- dijo el CEO, observando a detalle los movimientos del rubio.


-Creéme que no lo es tanto. Es solo la práctica, y mira que tengo mucha- se notaba la maestría en los movimientos de Joey.


-Pues en definitiva se ve que tienes experiencia. Cuánto tiempo tienes haciendo pizzas?- la curiosidad del castaño salió a relucir.


-No mucho, unos cuantos años- un sudoroso rubio trataba de evadir el tema de su pasado. Y era demasiado obvio para el ojiazul.


-Oye, por cierto. Tengo una duda. Qué es eso?- Joey volteó por un momento y vio que el castaño señalaba entre el refri y la pared.


-Lo que esta ahí guardado? Es un catre- Seto ya lo sabía. Pero quería saber más.


-Y por qué hay un catre en la cocina?- Joey volteó un poco confundido.


-Que, Mokuba no te lo mencionó? Es mi cama. Aquí duermo- eso descolocó al ojiazul. No esperaba esa respuesta. En verdad pensaba que era para descansar de repente.


-Y tu casa? Nunca vas?- Joey se detuvo y fue por una charola en la que montó la base que estaba haciendo. La pico con un tenedor para hacerle pequeños hoyitos y que no se inflara, y fue y la metió en el horno que ya estaba caliente y con otra base que el rubio sacó y dejó sobre la estufa para que perdiera calor.


Durante todo ese tiempo Joey estuvo en silencio y Seto respetó eso. No estaba seguro si Joey respondería a su pregunta.


El rubio se alejó un poco de la estufa y recargó su cuerpo en otra parte de la cocina. Y volteó a ver al ojiazul.


-Yo no tengo casa. Este es mi techo y lo más cercano a una casa que he tenido- Eso agarró desprevenido al castaño. Porque si bien le había sorprendido que el catre fuera su cama, saber que la propia pizzería era algo así como su hogar... no estaba seguro ni de qué pensar.


Además, en la mirada del rubio había un algo diferente mientras le hablaba de su situación.


-En fin, no me vayas a mailinterpretar. Me gusta estar aquí- el rubio regresó a su típica sonrisa.


-Y qué haras ahora que sea la remodelación? No me habías comentado nada acerca de esto- Era como si a Joey le molestara que Seto supiera de su situación.


-Pues claro que no te iba a comentar nada. Por quién me tomas? Una cosa es que quieras invertir en esto que a fin de cuentas es un negocio que nos dará a todos y otra muy diferente es que me quiera aprovechar de ti solo por que tienes dinero- Seto Kaiba no recordaba otra ocasión en la vida en la que hubiera habido la oportunidad de que alguien se aprovechara de él, y que abiertamente y en su cara le dijeran que no.


Vaya que ese rubio estaba lleno de sorpresas.


Y unas muy gratas.


Casi hasta quería admitir que comenzaba a agradarle.


-Bueno, y qué es lo que harás en este tiempo? Tengo entendido que al menos serán dos semanas- el ojiazul ya no quiso darle más vueltas al otro tema. Con lo dicho Joey era suficiente para entenderlo un poco mejor.


-Pues de momento me quedaré con Yugi. No se si me pueda recibir todos los días, pero ya vere que hago. Eso es lo de menos- el rubio caminó hacia el lugar donde estaba la última bola de masa y se dedico a darle forma.


Cuando la tenía puesta ya lista para empezar a aplanarla con el rodillo, volteó a ver al castaño.


-Ten, inténtalo ahora tú- el CEO se sorprendió un poco. Pero nunca había rehusado un trabajo, no iba a empezar ahora. Mucho menos frente al rubio.


Tomó el utensilio de cocina y trató de imitar los movimientos del rubio.


Cuando iba algo avanzado se dio cuenta de que en definitiva era mucho más fácil ver que hacer.


-Y lo hacías ver tan fácil- dijo al aire. El rubio rió un poco, pero sin burlas.


De hecho en toda esa noche, no había habido burlas ni indirectas. Increible pero cierto.


-Dale por aquí, y estira más esta parte- el rubio se acercó mucho a Seto y éste se puso algo nervioso. Aunque había algo de distancia, sentía invasión de su espacio personal. Y a eso no estaba acostumbrado.


Unos minutos después, el intento de base de pizzas de Kaiba tenía más forma de huevo que otra cosa, y Joey tomó su lugar.


-Relamente no es tan fácil. No se como es que haces que lo parezca- dijo el castaño mientras se limpiaba el sudor y tomaba un poco de aire.


Un par de minutos después, la última base estaba ya en el horno y las otras se estaban enfriando.


Y de una manera atenta y natural, y también sorpresiva para el rubio, Seto se puso a lavar unos trastes mientras Joey terminaba de poner todo en órden.


-Gracias por eso- dijo simple el rubio. Y como no estaba viendolo a la cara, no pudo darse cuenta que Seto se ruborizó ligeramente.


Después de dejar todo en su lugar, Joey acompañó a Seto a la entrada para despedirse de él.


-Gracias por lo que me enseñaste, y por la pizza. En verdad estuvo deliciosa. Nunca pensé que una pizza podría tener algo nutritivo que la hiciera sabrosa- Joey le sonrió sincero como siempre.


-Las espinacas son uno de mis ingredientes favoritos en pizzas. Y si las combinas con atún, pues ya viste como saben- Seto tuvo la confianza de sonreirle de vuelta.


-Estaba exquisita. Si me lo pregutnas, pensé que nunca me gustaría la pizza. Mokuba me ha invitado durante mucho tiempo pero casi siempre me niego porque no me parece buena- Joey le sonrió pícaro.


-Es que le falta mi toque- ambos rieron suavemente.


Y se produjo un silencio un poco incómodo.


-Bien, ya me voy. Gracias- el CEO se sentía nervioso, y lo peor es que ni siquiera entendía por qué.


-En serio no hay de qué. Espero que esto sirva de ayuda para todo lo que estamos haciendo- Seto asintió.


-No olvides lo que te dije acerca de sistematizar tus procesos- en eso Seto recordó la razón por la que estaba ahí.


-Por cierto Joey, hay algo que quiero preguntarte- el rubio lo vio algo extrañado, pero no quito su típica sonrisa.


-Dime-


-Que te parecería ir a diferentes restaurantes a conocer a sus cocineros y hablar con ellos? He pensado que quizás eso pueda ayudarte a mejorar. Claro que tus pizzas son muy buenas, pero no esta de más- Seto se vio a si mismo hablando de más, queriendo convencer al otro chico.


-Pues si tú piensas que esto nos puede ayudar a que todo mejore, esta bien. Además, a partir del lunes tendré mucho tiempo libre. Podríamos aprovecharlo así-


-En tu educación- Joey rió un poco.


-Bien. Buenas noches, Joey- el ojiazul le extendió la mano para estrecharla, y el rubio gustoso lo hizo. Se vieron a los ojos y se conectaron.


-Buenas noches, Seto- El CEO se dio la vuelta, caminó dos pasos, y justo cuando iba a empujar la puerta para poder abrirla y salir, paso algo que lo sorprendió de sobre manera.


Sintió como unos brazos fuertes le rodeaban la cintura y un cuerpo se pegaba al suyo por atrás.


Se quedó helado.


Nunca había vivido algo así.


Y su corazón latía tan fuerte que pensó que se le saldría del pecho.


Sintió como la cabeza de Joey se recargaba en la parte alta de su espalda.


Y escuchó las palabras del rubio pese a que habló muy suave.


-Muchas gracias por todo lo que estás haciendo por mí, Seto- eso hizo que en el rostro del CEO surgiera un gran sonrojo y una tierna sonrisa.


Respiró profundo, y cuando sintió como el agarre de Joey se aflojaba, le hizo caso a su insinto más puro.


Volteó y ambos se quedaron viendo a los ojos. Le sonrió directamente al rubio, y levantó su mano derecha, acariciando la mejilla del pizzero.


-Al contrario, soy yo quien debe agradecerte. En verdad gracias- y dicho esto, se acercó al rubio y le dio un beso en la mejilla contraria a la que acariciaba.


Fue suave y dulce, e hizo que el rubio se pusiera todo rojo.


Se sonrieron una vez más y el castaño se volteó y se fue.


Seguramente con una sonrisa de idiota, pero eso sí. Un idiota feliz.


Qué acababa de pasar?


Desde cuando se hacía tanto caso en cuanto a impulsos se refería?


Se había sorprendido a si mismo actuando como lo hizo.


Llegó a su auto y antes de entrar ya estaba Yami abriendole la puerta del copiloto.


-Buenas noches Señor- saludó el atento tricolor.


-Hola Atemu- se subieron los dos y Yami arrancó el auto. Un par de minutos después.


-Todo bien señor?- Kaiba pensó que tan solo estaba siendo amable.


-Sí, por qué lo preguntas?- Yami no quitaba los ojos del camino, pero su atención estaba em su jefe.


-Porque lo noto diferente- Una sorpresa más para la noche. Es que nunca terminaría eso?


Si su guardaespaldas estaba notando algo en él, ya se imaginaba el escándalo que le haría Mokuba si lo encontraba despierto.


-Perfectamente. Sabes algo de mi hermano?- Cambio de tema, siempre una buena estrategia.


-Sólo que llegó bien a casa. No lo vi puesto que me vine a esperarlo- No era que Seto fuera obsesivo con eso de la seguridad, pero se estaba acostumbrando a la compañia del tricolor. Y no le desagradaba acostumbrarse.


-Bien- no se dijo más en todo el camino.


Seto iba pensando en todo lo que había vivido esa noche. Todos los puntos a mencionar a los diversos expertos que estaba mandando a la remodelación de la pizzería, los diferentes restaurantes a los que llevaría a Joey para platicar con los chefs, y... en ese abrazo.


Estaba seguro que se había vuelto a sonrojar, así que discreto volteó a la ventana, como haciendo que veía hacia afuera.


Ah, pero su guardaespaldas era de lo mejor. Y claro que se dio cuenta, de eso y de la extraña actitud de su jefe.


Acaso había sucedido algo entre él y el amigo de Yugi? Ya después hablaría con este, para descubrir si sus sospechas eran reales.


Llegaron a la mansión y Seto mandó a Yami a descansar.


Él por su parte, fue a la cocina. Se sirvió un vaso de agua con un par de hielos. El agua estaba helada, como le gustaba antes de dormir. Era buena para enfriar las ideas, solía pensar cuando era pequeño.


Se sentó a tomar tranquilo el agua. Y pensar un poco.


Qué era lo que había sucedido con Joey? Qué fue lo que lo impulsó a darle ese beso?


Se había sentido bien con el abrazo del rubio. Extraña y satisfactoriamente bien. Fue algo sorpresivo de parte del rubio. Pero así era él, lo sorprendía con constancia.


-Me pregunto si en verdad se quedará con ese amigo suyo- externo ese pensamiento porque estaba seguro que no había nadie escuchándolo.


Después de un rato de darle vueltas al asunto, resolvió que, valga la redundancia, dándole más vueltas al asunto no resolvería nada.


Rió suavecito para si mismo ante ese pensamiento y se dirigió a su habitación.


-Pues que pase lo que tenga que pasar con ese... cachorro- dijo sonriendo de una manera tierna. Y más tranquilo se fue a descansar.


 


 


 

Notas finales:

Hermoso día

 

Bonita noche

 

 

Amor para todos


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