Día 16: funeral de un amigo/familiar (Toffee x Marco)
El día parecía injustamente soleado y la brisa era agradable, era un día con esplendido clima y contrastaba mucho con el estado de ánimo dentro de aquella casa.
Se veía de una salud esplendida para su edad hace unos días, pero como es la vida con sus sorpresas, así igualmente es la muerte.
La familia Díaz estaba de luto con sus trajes negros y las mujeres y algunos hombres como Rafael Díaz con pañuelo en mano llorando la reciente perdida de un ser tan amado y apreciado.
En una esquina una figura que no encajaba ni con la familia o la casa observaba todo en silencio, a pesar de haber convivido poco tiempo por quien lloraban todos en esa desdichosa reunión familiar el también lamentaba la perdida muy a su manera.
-Hey, ¿Cómo te sientes?- acercándose con una tasa de café humeante para ofrecer a su novio Marco llego a su novio reptiliano.
-Yo debería estar preguntándote eso mismo, sé que querías mucho a tu abuela- aceptando la tasa de café con una mano extendió la otra para agarrar por los hombros a su pareja y acercarlo a su lado, aun no estaba acostumbrando a dar muestras de afecto tan abiertamente en público, pero aquí estaban como en palabras de Marco diría, “familia”, lástima que esta se haya reunido para un funeral.
-Creo que aún estoy en shock, no termino de creerlo y a la vez ya la estoy extrañando- el moreno se dejó recargar su cabeza del más alto y se limpió una lagrima que se escapó de su ojo, ya había llorado mucho ese día desde el momento en que su tía llamo a la casa para comunicarle a su padre que la querida Doña Diaz, su abuela, había muerto pacíficamente en su cama aparentemente la noche anterior.
Fue una desagradable sorpresa para toda la familia quien rápidos, a pesar del dolor, inmediatamente se pusieron a organizar el funeral y el velorio, una ceremonia luctuosa que se hace antes de enterrar al difunto y dependiendo de la tradición o religión este podía durar varios días, le había explicado Marco a Toffee cuando le llamo para comunicarle también sobre el fallecimiento de su abuela y pedirle que si podía acompañarlo en esos momentos.
Habían acomodado la casa de la anciana mujer para colocar un ataúd donde el cuerpo de la difunta se encontraba una vez que lo trataron adecuadamente para que no se pudriera de inmediato, Toffee había estudiado un poco del proceso que le daban a los cadáveres de las personas en la Tierra mientras estudiaba esta dimensión, tan diferente dentro de su propia cultura.
-¿En qué piensas?- pregunto Marco después de pasar un rato en silencio ambos.
-Es diferente en mi dimensión, normalmente enterramos o cremamos inmediatamente los cuerpos una vez que una persona fallece si había opción… ¿no es esto alargar el dolor de la pérdida?-
Marco se le quedo mirando un momento pensando en lo dicho por su novio, aun había muchas cosas que no sabía de la cultura en Mewni menos de los monstruos, por lo que suponía que sus procesos para despedir a sus fallecidos sería un poco diferente, pero también recordaba que Toffee había vivido en guerras y había visto más muertes y perdidas que cualquiera en esa casa incluida su abuela fallecida.
-Nos permite despedirnos- al final respondió el castaño.
-Ella no está más aquí Marco-
-No, eso ya lo sé, pero más que honrar sus restos y preparar su entierro, con esto nos permite despedirnos de ella. No permite demostrarle cuanto la quisimos en vida, y decirle un último adiós- dolía decir a alguien que amas y no saber cuándo lo volverás a ver, pero no poder despedirte es aún más doloroso, con esto él y su familia podían despedirse de su querida abuela cada quien a su manera, con lágrimas, con palabras al rostro de una madre, amiga y abuela que amaron, o prendiéndole velas o colocándole flores a su ataúd.
Toffee estrecho un poco más de cerca a su novio, en la guerra hubo muy poco tiempo para otra cosa no fuera sobrevivir, aun así muchos crearon lazos de amistad y compañerismo, él mismo incluido, por lo que siempre dejaba un gran vacío perder a alguien cercano y no saber realmente que le paso o no haber podido despedirse adecuadamente la última vez que se vieron. …l mismo no pudo despedirse de sus padres adecuadamente cuando murieron y era un pesar que siempre le acompañaría.
-Creo que entiendo un poco-
-¿Podrías… acompañarme al féretro?-
Toffee asintió, ninguno de los dos se había acercado al ataúd aun a ver a la abuela de Marcos, parecía aún más pequeña ahí adentro que cuando convivio con ella en vida, aún tenía sus lentes puestos y traía su vestido favorito junto algunas joyas, por un momento Toffee pensó que parecía estar dormida.
Marco tomo fuertemente su mano mientras miraba a su abuela, parecía que lloraría de nuevo pero en su lugar sonrió y se inclinó para besar la frente de su Nana, luego tomo una de las tantas flores que adornaban al ataúd y la coloco en los rizos blancos de la mujer.
-Amaba tanto las flores, cuando era niño solía hacerle coronas de flores de su jardín jejeje decía que se sentía como una reina con ellas-
-Seguramente era mucho mejor que muchas reinas que hubiera conocido, muchas de ellas la envidiarían si la hubieran conocido-
-¿Tú crees?-
-Por supuesto-
Luego de eso se alejaron y se sentaron junto a la demás familia en los sofás.
Más tarde esa noche se enteró de otra forma de duelo entre los familiares después de pasar el día cuidando el ataúd y llorando a Doña Díaz, sentados alrededor de la mesa del comedor ignorando mayormente la comida porque la mayoría tenía poco apetito fue Rafael quien empezó a hablar, su voz aún seguía un poco rasposa de tanto llanto pero quería hablar, recordar a su madre.
-¿Recuerdan cuando mamá logro derribar a un ladrón de bolsos el año pasado? No sabía si tener miedo o estar orgulloso cuando la policía llamo a la casa para avisarnos que mamá está en la jefatura rindiendo una declaración después de derribar al ladrón y ser atrapado por la policía-
-Claro que lo recordamos, mamá les dio un sermón a los policías por ser tan lentos y gordos de comer donas solo porque tardaron en llegar y ya tenía inmovilizado al pobre carterista desde hace rato. ¡Se sentó sobre el hombre! Jajajaja- le respondió la hermana menor de Rafael y tía de Marco.
Fue así que aun con caras tristes pero más llevaderas cada miembro empezó a recordar alguna anécdota de Doña Diaz hasta por algunas miradas a su novio tubo el suficiente valor de también de compartir un par de anécdotas compartidas con aquella señora tan peculiar y en tan corto en comparación de los demás miembros de la mesa.
-La primera vez que me vio no grito como hubiera esperado, dijo que parecía un estirado abogado con mi traje negro y corbata negra, ahí podía afirmar que era pariente de Marco porque dijo algo similar cuando nos conocimos… también que me perdonaba por el aspecto por mi cara le recordaba a sus iguanas, ahí no supe si tomarlo como un insulto o cumplido-
-Jajaja así era mamá, sin pelos en la lengua. Seguro te pidió que te sacaras el saco y corbata cuando entraras a la casa, no soportaba a los abogados o los políticos, pero sí que amaba a sus iguanas ajajaja-
Y siguieron hablando y riendo recordando tantas cosas. Los funerales eran una cosa triste, pero no tan tristes si eres capaz de recordar con una sonrisa a la persona que había partido con la gente ella aprecio, a Toffee le gustaba pensar que un poco del aprecio de Doña Diaz lo tenía él, después de todo también en ese primer encuentro le dejo muy encargado a su querido nieto o lo convertiría en caldo de lagarto.
Un par de días después la enterraron, aun había caras tristes y más de una lágrima, pero todos estaban orgullosos de decir que conocieron a esta gran señora.
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