— ¡Silencio, van a despertarlo!
—Es culpa de este idiota, no deja de poner esa cara
—D-discúlpeme p-pero…
— ¿Lo ves? Esa misma cara de estúpido
— ¡Jack!
—No te molestes conmigo Anthony, sino con esté bueno para nada que no pudo proteger a nuestro hijo
— ¡Y-ya le dije que…!
— ¡Silencio los dos!
Parecía un sueño. Uno muy extraño por cierto. Estaba sus padres discutiendo o algo así, pero con una tercera persona. Solo que no logra ver bien del todo. A su alrededor no había más que oscuridad. Sus parpados pesaban, pero era más su curiosidad por saber en qué lugar estaba, así que sin más, comenzó a hacer un esfuerzo.
— ¡Esta despertando!
Sus ojos se acostumbraban de a poco a la fuerte luz. Visualizaba lo que parecía el hospital de la ciudadela. El sol se colaba por la ventana abierta, ondeando la cortina por el delicado viento primaveral.
— ¿Q-que fue lo que…?
— ¡Liam, cariño!
El primero en saltar hacia él, llorando con una preciosa sonrisa en su rostro, fue su papá, Anthony. Liam estaba algo sorprendido al sentir aquel cálido gesto, pero que sin duda correspondió al instante, abrazándole con fuerza, sintiendo ese alivio de tenerlo a su lado. Miro a su padre, quien sonreía ligeramente, uniéndose a tan cariñoso abrazo.
—Bien hecho hijo
—N-no entiendo mucho… ¿Cómo es que llegue al hospital?
—Fue por culpa de este estúpido que no fue capaz de protegerte
— ¡Jack!—Y de nuevo el regaño hacia su esposo, apartándose de su retoño para darle espacio al chico mitad serpiente—.
—Colt…
— ¿Q-que tal, príncipe…?
Y soltó una ligera risilla al ver el rostro rojo del azabache, mirando al suelo avergonzado, mientras que su padre rodaba los ojos con fastidio, mirando al otro por haber dicho algo tan estúpido como aquello.
—Bien, tu padre y yo iremos a buscar al doctor para que venga a revisarte, Li
Y fue así como sacó a empujones a un molesto Jack, dejando a ambos chicos en la habitación. Liam soltó un suspiro de alivio, estirándose en la mullida cama, mirando como afuera el viento movía las hojas de los árboles. Fue ahí cuando recordó todo.
— ¡El pueblo, Ngh!—Tomo asiento de prisa, lastimándose el abdomen por tan brusco movimiento, haciendo una mueca de dolor—.
—Tranquilízate Li—Calmo el otro, volviendo a recostarlo con cuidado, tomando su mano entre las suyas—Lo hiciste, salvaste a todos y el pueblo volvió a la normalidad
— ¿Pero como…? Yo no recuerdo mucho, y mis padres… yo creí que tú…
—Por favor príncipe, nunca me dejaste explicarte. Yo jamás atente contra tus padres, al menos no de una malvada manera…—vio como el castaño alzaba una ceja, lo bastante curioso y ansioso por la respuesta. Resoplo y sonrió con delicadeza— Se mantuvieron en una especie de cristal, igual que todos…
— ¿Y el pueblo?
—Luego de que unificaste ambos libros todo volvió a la normalidad, los fragmentos se unieron y recobraron todo en la ciudadela
— ¿Enserio?
—Claro, hasta mi gente ha formado parte de ustedes—sonrío divertido al ver la sorpresa en aquel rostro tan adorable— Luego de unificar los libros, todos los de mi tribu salieron de él, y tus padres gustosos los aceptaron aquí. Ahora todos vivimos en paz…
“En paz”
Y así Liam tuvo un vago recuerdo de un chico pelirrojo, tan sonriente y amable. Sin saber porque, de pronto se sintió un poco triste, pero a la vez alegre. Era una situación demasiado extraña.
—Fue el héroe de todos, príncipe
—Soy Liam—corrigió divertido, afianzando más aquel agarre entre sus manos que aún permanecía— Y ambos lo logramos, juntos…
—Aunque usted hizo más que yo
Ambos rieron ante aquello. Se miraron a los ojos por unos segundos. Diciéndose todo y a la vez nada. Escuchando el claro palpitar de sus corazones, y notando por escasos segundos, aquel hilo rojo que estaba atado a sus muñecas.
Colt acaricio aquel delicado rostro, sonriendo ligeramente al ver como el castaño se acercaba aun más a ese ligero tacto, colocando su mano sobre aquella verdosa que se encontraba acariciando su mejilla.
— ¿Y ahora, que haremos, príncipe?
—Ir en busca de más aventuras, tú y yo, juntos…
Ambos sonrieron y soltaron una ligera risilla antes de abrazarse con fuerza. Ya todo había pasado. El pueblo regresaba a la normalidad y había una historia nueva que contar, leyendas que transmitir y un hermoso futuro por forjar.
Porque este no era el final, sino un bello comienzo.
Y la historia, seguirá…
Fin.