—Un hijo nuestro… vaya, me siento tan feliz… ¿Tú no, Jack?
—B-bueno… aún estoy algo sorprendido…
—Me es divertido verlos jóvenes
— ¿¡Somos viejos en tu época!?
— ¿¡Eh!? ¡N-no, no!—se retracto enseguida, viendo el pánico en el infantil rostro de su papá— Es solo que, siempre los he visto con esa aura valiente, y ahora parecen de mi edad
— ¿Cuántos años tienes, Liam?
—Diecisiete—respondió sonriente, disfrutando de las caricias que su papá le brindaba, siempre había sido así con él—.
—Vaya, que grande eres
—Sí, ustedes me han educado bien. Padre siempre me ha enseñado defensa personal, solemos practicar por las tardes
Jack sonrió ligeramente, aun sorprendido tras todo eso. Aún se le hacía imposible que su hijo estuviera ahí, sentado tan cómodamente con ellos en la sala principal. Se sentía tan feliz, dichoso; Amaba a Anthony, y saber que tendrá un hijo con él, lo hacía el hombre más feliz, más aún al conocer en lo que éste se llegaría a convertir, era todo un joven fuerte.
—Dime, Liam, ¿Quién es el que te trajo aquí, y cómo?
—Es lo que no sé, padre, discúlpame. De pronto apareció, todo el pueblo ardía en llamas, y el libro profeta escribió que ustedes…
Se detuvo de golpe, ni siquiera quería recordar aquello, lo hacía sentirse más triste aún. Se negaba a aceptar el hecho de que sus padres hubieran muerto, y ni siquiera fue capaz de impedirlo…
— ¿Qué sucedió, Liam…?—estaba algo asustado, Anthony ya deducía por donde iba aquel asunto, así que sin más abrazo con fuerza al que es su hijo—.
—Murieron… el libro profeta escribió algo así, pero no pude cambiar nada ya que ese sujeto misterioso me trajo aquí
Tanto Jack como Anthony se miraron entre sí, lo bastante preocupados. No querían preguntarle a Liam más detalles como el tiempo al que pertenecía, pero si ese enemigo había aparecido de la nada a atacar el pueblo entero, debió llevarle años de preparación, por lo que debían hacer algo a tiempo. Por desgracia no tenían demasiadas pistas.
— ¿Acaso puedes utilizar la palabra profeta?
—S-sí…—le respondió a su papá, apartándose un poco de él para poder limpiar sus ojos y tranquilizarse— Ustedes me heredaron ese poder en conjunto con el libro
—Debemos investigar seriamente a los habitantes del pueblo—dijo Anthony al azabache, quien lo miraba decidido, asintiendo— No podemos dejar que algo así ocurra de nuevo
—Este enemigo no es del pueblo, al parecer el salió de su propio libro
— ¿A qué te refieres, Liam?
—El llevaba consigo un libro, parecido al libro profeta solo que, estaba escrito en un dialecto extraño… Dijo que el poder que utilizaron ustedes contra el rey oscuro, le hizo aparecer, era lo que necesitaba, poder…
—Y con los nuestros unidos…
—Fue como apareció—termino la oración del castaño, soltando un largo suspiro, aun pensando en todo lo que estaba sucediendo— Debemos investigar cuanto antes, Anthony, Liam, abarcaremos más lugar si nos separamos
—Pero yo…No sé como repercutirá en el futuro el que yo esté aquí, no sé como regresaré o, si es que voy a desparecer con el tiempo…
Miro sus manos con detenimiento, era cierto, no lo había pensado hasta ahora. Seguro el plan del enemigo era mandarlo ahí para que de alguna manera desapareciera o algo, no estaba del todo seguro…
— ¡Entonces hay que darnos prisa! No dejaremos que nada te pase, Liam…
—Es extraño escucharte decir Liam, papá, siempre me dices Li—dijo divertido, sacándole una sonrisa al otro. Si iba a desaparecer o no, se sabría con el tiempo, ahora lo más importante era aprovechar a sus padres una vez más, y solucionar aquello que ese enemigo ocasiono—.
—Lo siento Li…
+
—Eres un estúpido, se supone que debías ir con él, y en cambio te tengo aquí, pedazo de inútil
—Mis más sinceras disculpas, su majestad. Partiré de inmediato
—Hazlo rápido, imbécil. Y encuentra el segundo libro antes de que ese mocoso lo haga, no sabes siquiera la magnitud de la estupidez que has cometido.
—Le pido me disculpe.
—Sí algo nos llega a suceder, tu sentencia será letal, maldita escoria
Dio una reverencia por última vez, aun arrodillado en el suelo. Apretó los puños con fuerza, soltó un largo suspiro y se levanto, encaminándose a la salida de aquella enorme sala.
Claro que sabía lo que había hecho, y fue claramente, todo intencionado. Sí el príncipe encontraba el libro, podía darle fin a todo aquello, a esos malnacidos que siempre lo trataron como basura. Así podría tener una muerte tranquila al fin, y su amado pueblo sería salvado…
Solo debía darse prisa.
<Deprisa…príncipe...>