A Tao se le erizo todos los vellos del cuerpo, su entrada se contrajo y trato de mantener contacto visual con su vecino mientras sentía como este introducía el hielo por su rosada y estrecha entrada. Pero no pudo, gimió y se removió, el moreno observaba cada gesto de Tao e incluso le había subido las piernas hacia arriba para ver como el anillo de carne de Tao, se contraía y dejaba salir un hilo de agua.
- ¿te refresco?
Tao mantenía sus ojos cerrados por tanto permanecía ajeno a todo mientras se concentraba en el placer que su vecino le proporcionaba.
- ¡Nghh! -arqueo la espalda- d-duele un poco -jadeo y gimió- ¡ahh!
Su vecino se había adentrado en él y sintió como sus paredes apretaban el trozo de carne grueso que se enterraba en el con precisión. Se besaron deseosamente, el vecino jadeo y Tao gimió al sentirse desfallecer cuando el moreno dio en aquel punto.
- Ahí… ¡ah! Por favor … ¡ngh!
- ¡mgh! No me aprietes -gruño-
Ambos gimieron al culminar y el vecino salió fuera de Tao quien gimió quedamente.
- ¿Dónde tienes el mapo?
Tao parpadeo y bostezo
- Duerme, yo lo busco -le beso en la frente-
- Gracias -murmuro Tao para luego dormirse-
El vecino enontró el mapo y seco el bache de agua en el suelo. Fue a su casa un momento y ducho para ponerse algo cómodo. Cocino algo y sirvió en un plato para dos, para luego irse a la casa de Tao donde observo por un rato el cuerpo desnudo de Tao y las marcas que el había hecho.
Luego de un par de horas, Tao se levantó a oscuras a excepción de un par de velas, ya luego buscaría las linternas. ¿Pero quién las encendió? Se levanto del sofá sintiendo mil agujas atravesar sus caderas y se dirigió hacia el patio donde se escuchaban tarareos. Tao agarro la escoba, listo para atacar, pero rápidamente la dejo caer al suelo para cubrir su desnudes con sus manos al notar la mirada de su vecino sobre él.
- Deberías seguir durmiendo
- N-no, estoy bien -se sonrojo-
- Mentiroso -el vecino sonrió de esa manera tan sexy y gentil-
- a todas estas, ¿Cómo te llamas? ¿Qué haces en mi patio?
- Jongin, Kim Jongin. Eres Tao, se eso -se acercó y le dio un beso en los labios, al contrario- pero puedes llamarme Kai, soy el dueño de la hielera
- ¿qué?
- Siento lo de hoy -Kai acaricio la mejilla de un confuso Tao- pudiste haberme pedido hielo a mi -sonrió-
Tao le miro y pestaño… ¡Que idiota!
..... Bueno tengo que seguir escribiendo para llegar a las 500 palabras.....
Tengo cinco fanfics nuevos, que aun no he publicado, primero tengo que terminar los demas... ayyyyyyy... Merry Christmas and Happy New Year!
...................... Sera un copy and paste ...............................
A Tao se le erizo todos los vellos del cuerpo, su entrada se contrajo y trato de mantener contacto visual con su vecino mientras sentía como este introducía el hielo por su rosada y estrecha entrada. Pero no pudo, gimió y se removió, el moreno observaba cada gesto de Tao e incluso le había subido las piernas hacia arriba para ver como el anillo de carne de Tao, se contraía y dejaba salir un hilo de agua.
- ¿te refresco?
Tao mantenía sus ojos cerrados por tanto permanecía ajeno a todo mientras se concentraba en el placer que su vecino le proporcionaba.
- ¡Nghh! -arqueo la espalda- d-duele un poco -jadeo y gimió- ¡ahh!
Su vecino se había adentrado en él y sintió como sus paredes apretaban el trozo de carne grueso que se enterraba en el con precisión. Se besaron deseosamente, el vecino jadeo y Tao gimió al sentirse desfallecer cuando el moreno dio en aquel punto.
- Ahí… ¡ah! Por favor … ¡ngh!
- ¡mgh! No me aprietes -gruño-
Ambos gimieron al culminar y el vecino salió fuera de Tao quien gimió quedamente.
- ¿Dónde tienes el mapo?
Tao parpadeo y bostezo
- Duerme, yo lo busco -le beso en la frente-
- Gracias -murmuro Tao para luego dormirse-
El vecino enontró el mapo y seco el bache de agua en el suelo. Fue a su casa un momento y ducho para ponerse algo cómodo. Cocino algo y sirvió en un plato para dos, para luego irse a la casa de Tao donde observo por un rato el cuerpo desnudo de Tao y las marcas que el había hecho.
Luego de un par de horas, Tao se levantó a oscuras a excepción de un par de velas, ya luego buscaría las linternas. ¿Pero quién las encendió? Se levanto del sofá sintiendo mil agujas atravesar sus caderas y se dirigió hacia el patio donde se escuchaban tarareos. Tao agarro la escoba, listo para atacar, pero rápidamente la dejo caer al suelo para cubrir su desnudes con sus manos al notar la mirada de su vecino sobre él.
- Deberías seguir durmiendo
- N-no, estoy bien -se sonrojo-
- Mentiroso -el vecino sonrió de esa manera tan sexy y gentil-
- a todas estas, ¿Cómo te llamas? ¿Qué haces en mi patio?
- Jongin, Kim Jongin. Eres Tao, se eso -se acercó y le dio un beso en los labios, al contrario- pero puedes llamarme Kai, soy el dueño de la hielera
- ¿qué?
- Siento lo de hoy -Kai acaricio la mejilla de un confuso Tao- pudiste haberme pedido hielo a mi -sonrió-
Tao le miro y pestaño… ¡Que idiota!