El primero en atacar fue el hombre serio, no dudo en usar su velocidad para tomar desprevenido al castaño y acertar el primer golpe. Esto hizo que una sonrisa de satisfacción apareciera en el rostro de Bebe y una mueca en el rostro de Kenny, Craig miraba serio y yo, preocupado
Sabía lo confiado que era Cartman, por culpa de ese exceso de confianza es que Kyle lograba acabar con los planes del gordo antes de que se convirtieran en algo difícil de controlar
El serio al ver que el primer golpe había acertado no dudo en dar más golpes consecutivos, sin embargo, contrario a mí que los esquivaba Cartman los recibió de lleno
Kenny y Craig no cambiaron su expresión, por lo que veía confiaban ciegamente en Cartman cosa que yo quería hacer, pero me era imposible ni siquiera sabía cuál era su plan y tampoco quería decir algo que lo arruinara. No me quedo más remedio que observar la pelea
El serio no dudaba en dar golpe tras golpe y Cartman como estatua los recibía sin chistar. Mi preocupación menguo al notar que los movimientos del tipo eran menos veloces que en un principio y, en consecuencia, menos potentes. Duro todo un rato hasta que se detuvo
Fue entonces que Cartman muy calmado lo miro y en su rostro en vez de aparecer una mueca de dolor por los golpes recibidos, apareció una sonrisa burlona
-Veo que esto es todo lo que puedes hacer- se sacudió sus ropas, como si lo que le había hecho el otro no fuera más que una simple arrugada de ropas –ahora es mi turno-
En un rápido movimiento, repentino y sin esperarse de una persona de su tamaño, logro darle el primer golpe al hombre serio, este sorprendido por el ataque de gran fuerza, pues se trataba de un Alfa el que le había dado el golpe, termino sin hacer nada al verse tomado de la camisa y levantado sin posibilidad de escape
-Escucha imbécil- hablo con una mirada que intimidaría a cualquiera –no puedes, ni tienes derecho a dañar a este Omega-
El hombre sin dudarlo le escupió, Cartman del asco lo soltó
-No por ser un Alfa significa que te obedezco- sin duda había odio en esa oración -¿Quién eres? ¿su dueño?-
-No, es ese de ahí- contesto despreocupado señalando a Craig
-¿Qué haces defendiendo a un Omega que ni siquiera quieres?- le pregunto burlón -¿eres algún tipo de buen samaritano?-
Cartman lo miro por un breve momento, analizando la gracia en esas palabras al ser una persona tan objetiva y manipuladora no tardó en darse cuenta de que el otro solo trataba de molestarlo
Suspiró
-No creo que deba darle explicaciones a un tipo que apaleare- aseguro –pero si realmente quieres saber, sólo lo hago porque de lo contrario me ganare unas cuantas palabras molestas de un par de personas igual de molestas-
Di un vistazo al rubio a mi lado. Su sonrisa me recordaba a un niño al que habían atrapado en una travesura, con eso pude confirmar de que personas estaba hablando
Regrese mi mirada a los sujetos que no se estaban comportando para nada como un adulto
-Tsk, si eso fue una broma no fue graciosa-
Cartman simplemente sonrió y sin mediar palabra tomo al hombre del brazo para atraerle y golpearlo en el rostro. El hombre desprevenido no pudo evitar el golpe, pero eso no impidió que pateara una de las piernas de Cartman, al verlo doblarla supe que le dio en un punto algo sensible
El hombre también se dio cuenta de esto y aprovecho ese desliz para golpearle el rostro y luego en la pierna en el mismo punto, después en el hombro y en la pierna otra vez. Estuvo dando golpes en diferentes partes de su cuerpo, siempre acompañados del mismo golpe en la pierna. Vi la mueca que se formó en el rostro de Cartman y supe que el golpe en verdad le había afectado
Sus movimientos se ralentizaron, como si el dolor estuviera limitando sus movimientos. Me preocupe, pero Cartman al verse acechado no dudo en devolver la jugada
En cuanto vio al hombre serio ir por su pierna lastimada, interpuso de inmediato su otra pierna para obstruir el golpe recibiéndolo de lleno, si le dolió o no al parecer no le importo, pues sin detenerse uso su otra pierna de inmediato para atrapar la del contrario y, de alguna forma dio un salto para terminar ambos en el piso
Dos quejidos, como no, la nieve era dura
El primero en levantarse fue el hombre serio, a Cartman se le dificulto un poco por su complexión exagerada en tamaño. Gracias a dios era músculo y no grasa
El hombre serio intento hacerle más difícil la tarea lanzándose como toro para derribarle, pero Cartman vio sus intenciones y se recostó de inmediato. Por lo que el hombre termino de cara contra el suelo
Fue un poco gracioso debo admitirlo por la manera en la que Kenny llevo la mano a su boca me pareció que a él también le dio gracia
Fue entonces que Cartman aprovecho ese momento para inmovilizarlo poniendo su peso sobre él, sólo le dio tiempo a voltearse para después agarrarlo de golpes, sonidos sordos y quejidos quedos fue lo que logre escuchar viniendo del hombre antes de oír el sonido de una sirena aproximándose
Era la policía
Kenny al igual que yo, se dio cuenta y no perdió el tiempo en actuar para quitarle de encima a Cartman al hombre. Hubo resistencia del gordo, pero Kenny tiro insistentemente de él para lograr quitarlo en el momento exacto que los oficiales aparecieron frente a nosotros
-¿Qué sucede aquí?- pregunto el oficial observando al Beta tirado sobre la nieve y siendo ayudado por la rubia
-¿Qué acaso está ciego?- le respondió molesta –ese tipo ha atacado a este pobre hombre sin razón- apunto a Cartman
Vi como la mirada del oficial oscilaba entre el Beta lastimado y el Alfa que solo tenía sus puños magullados. La escena no nos favorecía en nada y sentí miedo de que arrestaran a Cartman al ver como el otro Oficial sacaba unas esposas
-¡Eso no es verdad!- exclamo Kenny con un grito lastimero, su rostro de diversión y satisfacción quedo atrás, como si nunca hubiese estado ahí –ese hombre estaba por atacar a mi amigo- me apunto –nosotros teníamos tanto miedo de que quisiera hacer algo más que lastimarnos- dolor cubrió su expresión –si no fuera porque nuestros Alfa llegaron a tiempo, quien sabe que…a nosotros…- se detuvo cubriendo su boca, su voz se quebró en la última parte
Estaba apegado a Cartman y cerro la distancia que los separaba abrazándolo y escondiendo el rostro en su pecho. Parecía una escena digna de un Omega buscando a su Alfa
El Oficial los vio a los dos, Cartman como para confirmar sus sospechas paso un brazo por la cintura del rubio dándole más realismo a la imagen que trataban de transmitir
Después poso la mirada sobre nosotros, no me moví pues no creí que hubiese necesidad de armar un drama como mis amigos. Craig por otro lado reafirmo el agarre sobre mi cuerpo pegándolo sutilmente al suyo
El oficial retiro su mirada de nuestra persona para posarla en los Beta
-Creo que es obvio lo que pasa aquí- señalo a la rubia –arréstalos-
-¡¿Qué?!- la rubia grito indignada -¿le cree a ellos?- nos apuntó despectiva
-Es la típica historia de un Alfa protegiendo a su Omega- le contesto el Oficial como si esa fuera la explicación para describir la situación. Un poco acertado, pero estaba igual de lejos de la realidad
-¿Y qué? ¿solo por eso me convierto en la mala?-
-Un Alfa sólo se muestra agresivo cuando piensa que su pareja está en peligro- me señalo –ese Omega- después a Cartman –y ese alfa se ven bastante lastimados al igual que tu amigo- señalo por ultimo al Beta –es obvio que hubo una pelea y dudo que tu amigo este así por culpa del Omega- me señalo burlón. Resistí el impulso de decirle lo equivocado que estaba, no podía ser imprudente en este momento
-¡Aghh! Es un imbécil, ellos los están engañando- dijo harta de querer hacerlo entrar en razón -¡¿Por qué no puede hacer su trabajo y llevárselos de una vez?!-
-Escuche señorita, sólo estamos aquí porque recibimos una llamada de alguien avisando del posible abuso de un Omega, solo la persona que nos llamo puede decir si estamos haciendo nuestro trabajo-
-Y lo están haciendo bien- hablo Cartman –se los dice la persona que los llamo-
Los Oficiales asintieron satisfechos al ver que estaban en lo correcto y, sin importarles las quejas o gritos de loca que llego a soltar Bebe, la arrestaron junto al otro Beta
-¿Qué creen que hacen? ¡¿tienen idea del error que cometen?! NO SOY LA MALA- fue lo último que escuchamos de ella antes de que cerraran la puerta para, la patrulla finalmente marcharse
El silencio que nos envolvió luego de eso fue extraño
-Ya está hecho- dijo Cartman alejándose de Kenny y encaminándose a nuestro apartamento-
-Espera ¿qué crees…- Kenny se puso frente a mí con una sonrisa
-Nos vemos en tres días Stan- luego lo pensó –o tal vez más- se fue, riendo
-¿Qué? No, esperen…- quise detenerlos, sabía de sus intenciones pero Craig me detuvo -¡¿Qué haces?! Debo impedir que lo hagan, no puedo…-
-Ellos ya son adultos Stan- me contesto sin dudas con su agarre firme en mi persona –saben lo que hacen-
-Pero Kyle…- intente razonar, pero él negó
-Estoy seguro de que esto es también lo que él quiere- esas palabras fueron suficientes para drenar mi voluntad por luchar
Muy en el fondo yo también lo creía
Con una mirada derrotada, observe como Cartman abría la puerta con llave e hizo pasar a Kenny primero para ser él el que entrara después. Resignado mire como la puerta se cerraba a su espalda estando al tanto de que esta era mi única oportunidad para detenerlos
El sonido de la puerta cerrándose me devolvió a la realidad
-¿Estas bien?- asentí -¿seguro?-
-Es como dijiste- sonreí –ellos ya son adultos pueden tomar sus propias decisiones sin necesidad de que alguien los esté cuidando-
-Es bueno oír eso-
-Pero…- Craig me miro con una ceja alzada y yo mire en dirección a nuestro apartamento -…ahora donde dormiremos?- ahora que mis supuestos amigos se ocupaban de su celo, yo me había quedado sin un techo en el que resguardarme
Vi a Craig abrir la boca para contestarme, pero el sonido de mi celular lo detuvo, gracias a eso pude darme cuenta que al menos traje el aparato conmigo. Mire el número y extrañado, confirme que era de mi jefe
-¿Hola?- pregunte dudoso, no entendía porque mi jefe me hablaba en las vacaciones que él me había otorgado
-Marsh necesito de tu presencia en la oficina-
-¿Ha ocurrido algo malo?-
-Ciertamente no, o al menos no lo diría de esa forma-
-¿Entonces? ¿Por qué debo volver tan pronto al trabajo?- dije desganado, de verdad no quería ir
-Se trata del sospechoso que tú y Tucker atraparon- me tense ante la mención del desgraciado, no creí que lo vería después de atraparle –se niega a darnos su testimonio-
-¿Y en que entro yo?- de verdad que no lo sabía, acepto que tampoco quería verle la cara al tipo
-Creemos que eres el único con el que hablara, además has sido el único que ha tratado con el antes-
-La última vez que vi a ese tipo era cuando estuvo a punto de violarme- recordé enojado –así que disculpé jefe, pero no me parece razón suficiente para arriesgarme a verlo-
-Marsh sé que puede ser difícil para ti-
-Lo es jefe- le interrumpí olvidando por un segundo la jerarquía de puestos que nos regia
-Necesitamos de ese testimonio Marsh-se puso serio –no sabemos si hay otros jóvenes como Dan recluidos de su libertad y repartidos por ahí, necesitamos que nos diga si hay una mínima posibilidad-
Me mordí el labio angustiado, pensar en niños sufriendo fue lo que me caló hondo en el pecho, no les deseaba un destino tan cruel
-¿Está seguro de que hablara conmigo?- vacile
-Al menos hay que intentarlo- eso era todo, era lo único que podía hacer
-Está bien jefe, iré ahora mismo hacia allá- me gire a ver a Craig que en ningún momento había retirado los brazos de mi persona. Internamente me sentí reconfortado –creo que ya sé a dónde iremos-
…
Mire la mano de Craig sobre el reposabrazos del asiento a mi lado, me pregunte a mí mismo si le molestaría que la tomara
Justo ahora nos encontrábamos viajando en autobús a Canadá, no queríamos hacer gastos innecesarios trayendo el auto y además sólo regresaríamos por pocos días para continuar con nuestras vacaciones
Mande al diablo la consideración y la tome como si me aferrara a un tesoro importante. Craig me miro con su típica expresión neutra
-¿Te encuentras bien?- preguntó al notar el agarre férreo en su mano -No- admití –estoy temblando de nervios Craig ¿Qué tal si hace algo cuando este frente a él?-
-No hará nada- me aseguro y acerco su mano a mi mejilla que no dude en frotar contra ella –sólo debes mostrarte seguro como siempre lo haces- me aleje de su mano y negué
-Dijo que esa actitud le atraía, no quiero que piense que me comporto así por lo que dijo-
-Esa es tu personalidad, no la debes cambiar por un idiota como ese- lo sabía, por supuesto que lo sabía, pero…
-Temo que me haga daño-
-No lo hará- me tomo del cabello y me acerco para depositar un beso en mi frente, el gesto fue tan sorpresivo que no pude evitar sonrojarme –y si lo intenta yo estaré ahí para protegerte, aunque sé que no lo necesitas- me sonrió y yo golpee su brazo al saber que se burlaba de mí. Pero gracias a sus palabras, el viaje fue menos inquietante que al principio
…
-Marsh- me saludo el Oficial PC
-Jefe- le sonreí -¿él está adentro?- apunte a la puerta a mi costado y asintió
Llegamos directamente a la Oficina, en cuanto el Beta que envió mi jefe a buscarnos nos vio, fuimos llevados al frente de la sala de interrogatorios
-Confío en que puedes hacerlo Marsh- mire inseguro la puerta, no quería entrar ahí. Suspire, mejor ahora que nunca pero antes…
-¿Puedo pedirle un favor jefe?- el hombre me miro extrañado a lo que yo sólo respondí acercándome a su oído para susurrarle lo que quería
-¿Sabes de las consecuencias que esto tendrá si algo sale mal?-
-Sé a qué atenerme jefe, solo haga lo que le pido- razone –por favor-
El Oficial PC me miro serio por un momento para después asentir e irse mientras yo me quedaba solo en el pasillo. Agradecí mentalmente pedirle a Craig espacio para hablar con él maldito, si él estuviera aquí me habría detenido de hacer cualquier estupidez
Inspire, gire la perilla y entre a ese lugar oscuro y extraño al que no había entrado desde que entreviste a Dan. El lugar se sentía tan familiar y tan extraño por partes iguales que me resultaba increíble el pisar de nuevo esa sala tan llena de recuerdos en parte agradables, en parte no tantos
La ventana, la mesa y las sillas, todas eran iguales menos la persona que se encontraba desparramada y de brazos cruzados sobre la silla
Un olor oxidado y pesado se distinguía en la habitación. Era el olor de un Alfa enojado
-No recuerdo que fueras Alfa- fue lo primero que le dije al hombre que me miro con ojos afilados
-Yo no recuerdo que fueras policía- recargo sus brazos sobre la mesa –creo que ambos no nos hemos dicho muchas cosas Stephanie- me miro serio, sin señal de la sonrisa petulante que me mostraba cada vez que pronunciaba en broma ese nombre
-Es irónico que tu tengas al menos una idea de mi nombre, pero yo no tenga ni idea del tuyo-
-Alexander- me respondió sorprendiéndome
-¿Así nomas? ¿Qué tal si lo uso en tu contra?- me senté en la silla frente a él
-Eres policía, es claro que eso es lo que buscas con un criminal como yo-
-Fuiste agradable conmigo mientras estuve en la cafetería- le recordé –es normal que quiera devolverte el favor a pesar de lo ocurrido con mi secuestro-
-Los Omegas y su compasión por el prójimo- irónico rodo los ojos –deberías temerme, pero sé que con tu personalidad sería más bien odiarme-
-Es un poco de ambas pero no es exactamente así como me siento- me sincere -¿puedo preguntar por qué el cambio de actitud a antes y después de mi secuestro?-
El me miro serio, como si la simple pregunta fuese estúpida o como si necesitara pensar que respuesta darme para dejarme satisfecho
-Cuando nos topamos por primera vez creí que eras el alma más libre que pude haber conocido en la vida, me recordaste a alguien a quien lastimé y salió de mi vida- suspiro sacando todo el aire que tenía contenido en sus pulmones –por eso decidí que sería yo quien domara esa alma libre y me aseguraría de tenerte a mi lado- soltó una risa seca –lamentablemente mis planes se vieron truncados al verte tan obediente con el Alfa que salió del vestidor- se estiro echándose para atrás en la silla –cómo pudiste notar en ese momento no pude controlar mis emociones y, sintiéndome tanto herido como enojado te secuestre- dejo caer su cabeza a un lado mirándome aburrido –felicidades, lograste obtener mi testimonio-
-¿Jamás te preguntaste porque esa persona se alejó de tu vida?- ignore olímpicamente su ultimo comentario
-Porque le hice lo mismo que a ti ya te lo dije- se rasco el cuello –la única diferencia es que a él si logre enamorarlo-
-¿Te arrepientes de engañarlo?- ante esa cuestión el frunció el ceño y se sentó derecho en la silla colocando deshaciendo sus brazos cruzados y poniendo cada mano a su costado en la mesa
-Me arrepiento de conocerlo- aclaro –tal vez de esa manera hubiese evitado fijarme en él y hacerle pasar por todo ese sufrimiento-
-Entonces te arrepientes de haberlo llevado contigo-
-Si hubiese dejado las cosas como estaban, si no le hubiese pedido dejar su trabajo y aprovecharme del sentimiento que él sentía por mí en ese momento jamás le hubieran hecho daño y no lo habría alejado de mi lado-
-¿Lo quieres?- risa, una risa triste fue lo que salió de sus labios
-Es gracioso que ambos hayamos llegado a la misma conclusión- me sonrió –en verdad me hubiese gustado seguir creyendo que era un capricho, tal vez de esa manera no dolería tanto recordarlo-
-El nombre del chico al que tanto extrañas… ¿es Dan?- él detuvo un momento su sufrimiento para mirarme sorprendido
-¿Cómo sabes…- sonreí
-Ya pueden hacerlo pasar- la puerta se abrió incluso antes de que terminara de hablar. Un chico con el vientre un poco hinchado bastante conocido por ambos, se encontraba de pie en el marco de la puerta con una mano en su vientre y la otra en la boca, sus ojos llenos de lágrimas que se negaba a dejar caer
-Dan- susurro sorprendido Alexander y se acercó al chico mirando atentamente su vientre -¿Cuándo tu…? ¿Quién te hizo…?-
-Es hermoso ¿no?- le pregunte desde mi lugar con una sonrisa llena de ternura –tiene 4 meses de embarazo-
Alexander me miro sorprendido para después observar al niño sin palabras, quien aun con la mano en la boca y desbordando las lágrimas acumuladas en sus ojos asintió a la muda pregunta del Alfa
Fue entonces que el hombre comenzó a acercarse despacio, sobrepasando el límite permitido a lo que yo hice una seña para que los hombres detrás del vidrio no hicieran ningún movimiento y les permitieran ese aunque pequeño muy significativo acercamiento.
El Alfa, entonces acerco con cuidado al pequeño Omega a su cuerpo pasando una mano por su cintura y la otra guiando su cabeza a su hombro. Un abrazo, eso fue todo lo que necesitaron