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Punto de Quiebre por minima

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TRECE

Ha corrido ya una semana y un poco más desde su exitoso escape, que toda la población juvenil de la isla viva ahora en tres barcos es algo apretado y desordenado, pero han logrado caer en una rutina y asignado tareas para todos. No preocuparse por el que dirían sus padres y las alianzas o enemigos de estos ayuda mucho, ya no ven al chico de al lado como “el hijo de…”, cosa que siempre debían tener en cuenta en la isla, sino más que lo reconocen por su nombre y habilidades.

La mayoría de los chicos han dejado de utilizar el apellido de sus padres para llamarse entre sí, Carlos es el que más firmemente se ha negado desde el principio a que vuelvan a referirse con el apellido de la fallecida Cruella, comprensible, en este punto también ya es conocida la verdadera historia de la muerte de la amante de pieles, haciendo que la mayoría de los jóvenes miren con nuevos ojos al pequeño y flacucho chico que conocieron por tantos años.

Carlos no fue el primero ni último que recibió alguna clase de maltrato físico por parte de sus padres, pero si el que casi muere por las manos de su progenitora, y también el que regreso el golpe con éxito mortal.

Hablando del joven de cabellos blancos este se encontrando revisando los motores de la nave, en realidad su responsabilidad era revisar que todos los motores y maquinaria de la nave para que estuvieran en óptimas condiciones, ya que en el peor de los escenarios tuvieran la oportunidad de escapar utilizándolos de nuevo, y en caso de un enfrentamiento, por exigencia de Uma y las demás capitanas pirata los cañones recibieron ciertas mejores además de una que otra sorpresa extra.

Sinceramente esperaba no tener que utilizar esas últimas, pero estar preparado para lo que sea siempre era mejor que enfrentar un problema con desventaja.

-Aun me sorprende que hicieras esas cosas con chatarra- comenta Gil al lado de un Jay recargado en el casco interno del barco.

No es como si necesitaran vigilarlo, no ahora, pero donde va Carlos va Jay, y bueno, cuando estuvo en territorio pirata mientras ocurrió la planificación y complot del escape, Uma siempre tenía a uno o más de sus hombres vigilando al muchacho, y por extraño que parezca hasta para el mismo Carlos y Gil, el par empezaron a llevarse bien.

El chico obviamente no era el más listo o brillante, era más musculo que cerebro, y decía las cosas muchas veces antes de pensar, aunque sin malicia la mayoría de las veces.

Como Carlos, el joven rubio no era el mejor de los villanos, tenía más potencial en cuestión física como cualquiera de sus hermanos, pero no podía pensar en planes malévolos o de venganza, y a pesar de ser hijo de Gastón siempre fue el más olvidable de los hermanos ya que guardaba mayor parecido a su madre, incluso el propio Gastón no se molestó en ponerle su nombre y fue su madre quien lo bautizo con Gil.

Lo que hacía bien Gil era seguir órdenes, especialmente de Uma, muchos pensaban que Harry fue el primer hombre de su tripulación, pero la verdad es que fue Gil el primer miembro de su banda, y aunque tenía más la esencia de un secuaz, Uma lo tenía como uno de sus hombres de confianza.

-Seguramente los auradianos tampoco, usar la isla como su vertedero de basura personal durante años nos brindó de todas las piezas necesarias- Jay sonrió burlonamente, seguramente en Auradon seguirían preguntándose qué fue lo que paso con la barrera, y ninguno de ellos sabrían que los desechos que tiraron y enviaron a la isla fue pieza clave de la ruptura de la barrera.

-Aunque siempre decían que eran sus “donaciones”- comento Gil recordando los anuncios de los comerciales que a veces pasaban en los pocos canales de televisión donde aparecía rey Bestia recordando a los villanos aprovechar lo mejor posible sus donaciones.

Incluso Gil sabía que eso era ser hipócrita.

-Estos están en perfectas condiciones, no presentan ningún problema- dijo Carlos después de inspeccionar hasta el último detalle de su creación “ahora toca ir al barco de Harriet-

-Yo digo que lo hagamos después de comer algo, llevas trabajando toda la mañana-

-Buena idea pirata, vamos C… y ehm, no es que seas molesto viejo ¿pero por qué nos has seguido toda la mañana? Creí que eso se había acabado hace mucho tiempo-

-Uma me lo ordeno. Dice que no quiere que nadie fornique en su barco o que haya un embarazo repentino dentro la tripulación, al menos hasta que lleguemos a un puerto seguro- explico Gil repitiendo las ordenes exactas que le dio Uma, que las tuvo que repetir porque le tuvieron que explicar que significaba “fornicar”, otra palabra para el sexo.

-¿Qué acabas de decir?- Jay pensó que tal vez había escuchado mal, Carlos por otro lado se había quedado congelado en su lugar.

-Uma me lo ordeno-

-No, lo otro Gil-

-¿Qué no quiere que nadie fornique en su barco y que no haya embarazos repentinos? Yo en un principio tampoco entendí que era la palabra fornicar, al parecer es una palabra elegante y difícil para decir cuando alguien tiene sexo-

-En realidad se refiere a tener relaciones sexuales fuera del matrimonio- dijo Carlos saliendo un poco de su shock “pero ¿Qué tiene eso que ver con que Uma te enviara a vigilarnos?-

-¿Todo?-

-No tiene sentido-

-Pero eso es lo que hacen las parejas, ¿no?-

Ambos chicos le miraron extrañados.

Carlos podía racionalizar las cosas con una velocidad asombrosa, podía comprender la preocupación y desagrado de Uma de saber que alguien estuviera cometiendo actos carnales sobre su amada nave, la chica era tan posesiva y celosa con Jolly Roger que fue un milagro que accediera a que tuviera que tener modificaciones para colocar los motores. Podía ser tolerante con su tripulación original, que seguiría las ordenes de su capitana sin rechistar y les tenía confianza, pero con un nuevo grupo de adolescentes en la nave no permitiría que mancillaran su navío o hicieran algo tan problemático como dejar a una chica embarazada, estaban huyendo, alguien en cinta implicaba más complicaciones.

Lo que tardaba en comprender es el porqué de repente Carlos y Jay estaban dentro de esas preocupaciones, pudiera entenderlo si pusieran a alguien vigilándolos a ellos en compañía de Mal o Evie aunque era más que comprobable que ninguna de ellas se sentía atraída de esa manera por alguno de ellos, pero ¿ellos dos?

Rápidamente la pálida piel del chico tomo un tono de rojo por toda la cara, oídos y muy probablemente recorriendo su cuello hasta su pecho al llegar a la respuesta más lógica.

Creían que Jay y Carlos podrían “FORNICAR” en cualquier momento si no estaban vigilados.

Después de todo es lo que hacen las parejas, y al parecer en opinión de Uma eran algo parecido a eso.

-¿Carlos?- Jay miro asombrado el cambio repentino de color del joven pálido, de una blanca piel a un rojo casi furioso, como de alguno de los jóvenes que después de estar por tanto tiempo bajo los rayos del sol directamente sobre su piel terminaron con quemaduras en la piel, Evie había encontrado nuevo negocio en esa oportunidad ahora repartiendo cremas que curaban esa irritación en la piel o que los protegían de los rayos del sol a los que tenían piel más débil.

Curiosamente a Carlos no le había pasado aquello a pesar de ser uno de los chicos más pálidos de la isla, mantenía el mismo tono de piel no importaba las horas bajo el sol, ni siquiera Evie estaba extensa a tener que utilizar sus propias creaciones para evitar broncearse según ella.

Pero ahora estaba rojo, todo por lo dicho por la descuidada boca de Gil el pirata.

Jay no era ajeno al tema del sexo, al contrario de Auradon a los jóvenes de la isla se les enseño que un hijo no es producto del amor de los padres como muchas veces le explican a los niños del continente, sino de relaciones sexuales, y no necesariamente dentro del matrimonio.

Incluso había gente que le sacaba provechó a eso, mujeres que solo se juntaron con villanos y criminales para estar más seguras en la isla y ofrecerles placer e hijos a cambio de ello, muchas esposas eran así en la isla, y estaban las que sacaban un negocio más lucrativo no solo ofreciéndose a un solo hombre, en los callejones de la zona roja de la isla, prostitutas que habían sido enviadas a la isla al igual que los demás criminales que realmente no habían participado directamente en la guerra de los villanos y príncipes de Auradon.

Porque, pues al parecer eran malas personas por ofrecer tan libremente pasar un buen rato por una cantidad de dinero a cambio, o al menos así era el juicio del hechizo con el que habían mandado a los villanos a la isla.

Continuaron con su negocio en la isla, era lo único que sabían hacer y ya sabían defenderse de los clientes problemáticos por lo que sobrevivieron y prosperaron durante esos 20 años y más en ese pedazo de tierra olvidado por el mundo exterior, y los jóvenes que lidiaban con sus hormonas y no podían conseguir pareja se les hacía más sencillo pedir el servicio de una de esas mujeres a conseguir una pareja entre las chicas o chicos de la isla, Jay había sido uno de esos jóvenes que iba a solicitar los servicios de esas mujeres. Era lo más cercano a educación sexual que tuvieron varios jóvenes en la isla.

Sabía que significaba fornicar y todos los sinónimos del sexo, ¿pero por qué rayos tenían que relacionar esa palabra con Carlos y él?

Era cierto que la mayor parte del tiempo se la pasan juntos, Jay ha llegado un poco a los extremos con la protección con Carlos estos meses si alguien se le acercaba de manera sospechosa o amenazante al joven genio, realmente estuvo más insoportable cuando tuvo que quedarse en territorio pirata los primeros meses…

-Espera, aquí hay una equivocación. C y yo no…- Jay se detuvo antes de terminar la frase, ¿realmente no lo estaban haciendo?

A pesar de su experiencia sexual y de coquetería no era experto en relaciones de pareja, y las relaciones de la isla eran hechas especialmente por conveniencia o porque no había mejor opción, no quería tener que andar protegiendo a una chica solo por su cuerpo, tampoco quería alguien débil para estar a su lado o que fuera capaz de traicionarlo en la peor de las situaciones, las únicas féminas a la que tenía confianza eran Mal y Evie, pero no las veía como potencial de pareja, claro que pudiera soltar un comentario coqueto de vez en cuando y no le parecían desagradables a la vista, pero eran Mal y Evie y no sentía atracción hacia ellas, pero con Carlos…

Era una historia diferente.

Mal era sexy como la personificación de una chica mala, Evie tenía esa elegancia que muy pocas mujeres y chicas de la isla tenían, y luego estaba Carlos.

Alguien leal, cosa difícil de encontrar en la isla, una mente más brillante de lo que cualquiera pudiera entender, valiente aunque la mayoría de las veces se le consideraba un cobarde en el pasado por todos en la isla por casi siempre parecer tener miedo, ¿pero ese no es el significado de ser valiente? ¿plantarle la cara a tus miedos aun si estos te hacen temblar?

Carlos le era admirable, al igual que Mal y Evie a su manera, pero había algo indudablemente diferente en sus sentimientos por Carlos en comparación con las chicas o de cualquier persona en la isla, este último año solo era prueba de ello.

-Gil déjanos solo un momento- Jay empujo al rubio hacia la escotilla, la única entrada del cuarto donde se encontraba el mecanismo del motor.

-Pero ya les dije, Uma no quiere que nadie forn…-

-¡No vamos a tener sexo! ¡Necesitamos hablar!- agarrándolo de la ropa aprovechando su fuerza mayor a la del rubio arrojo a este por la entrada, Gil era fuerte pero Jay estaba a otro nivel, después de escuchar el golpe que significaba que había aterrizado cerro la escotilla y volteo a ver Carlos.

El pobre chico seguía tan rojo que parecía casi a un metal al rojo vivo.

-¿Por qué sacaste a Gil?-

-Tenemos que hablar-

-… Jay, no tienes de que hablar de esto, yo sé que este malentendido parece que creo un rumor raro entre nosotros pero…-

-Yo no creo que sea un malentendido-

-¿Eh?-

-O más bien no quiero que sea un malentendido- ahora el turno de Jay de sentir sus mejillas calientes, y no precisamente por el sol.

Relaciones, ¿en serio que tan difícil podía ser? Para chicos como ellos que fueron tratados como esclavos como esclavos y las primeras relaciones con otros jóvenes de su edad eran tratadas como alianzas y tratos primero antes de algo más, a veces ami-enemigos o quizás más, las relaciones como la conocían como la gente normal, o al menos fuera de la isla, era algo nuevo.

Aunque algo era seguro, no lo harían como tontos príncipes y princesas.

Casarse con un desconocido que apenas viste unas cuantas horas o un día, simplemente estúpido, aun si es que existía esa cosa del amor verdadero a primera vista, eso sonaba más a capricho del momento que algo pensado con la cabeza fría, aun las mujeres desesperadas en la isla analizaron sus opciones, algunas mejor que otras, para juntarse con quienes lo hicieron. Incluso un matrimonio arreglado tenía más sentido ya que eran más un contrato para beneficiar ambas partes y había tiempo para que ambas partes se conocieran, pero auradianos, una bola de ilusos enamorados que actuaban más por impulso que otra cosa.

-Nos conocemos por mucho tiempo…-

-Conoces por más tiempo a Mal, hay un montón de otras personas que conoces por más tiempo que yo-

-Sí, pero pocos les confiaría mi vida o bajaría la guardia como contigo-

-…No sería capaz jamás de hacerte algún daño Jay, incluso a Mal o Evie-

Ya no es un “capaz” de no tener la habilidad o el coraje de hacerle daño a alguien, Carlos se dio cuenta que incluso él con la motivación adecuada como temer por su vida puede causar gran daño y contratacar. Pero no sería “capaz” de hacer nada contra Mal, Evie y mucho menos Jay.

-Lo sé-

-También confías en Mal y Evie-

-Así es-

-Entonces… ¿Por qué…?-

-¿Por qué te elijo a ti?-

-…-

-Tal vez ni siquiera yo mismo lo sepa-

-Esa no es una respuesta Jay-

-Pero es la que tengo. Confió en Mal, en Evie e incluso en ti, pero hay algo diferente en lo que yo siento por ellas a lo que siento por ti-

Esto no es como las historias de Auradon, no una princesa que espera a que el príncipe la rescate, no hay un baile o encuentro en un bosque o el mar de escasos momentos decisivo para ellos como declarar que la otra persona es el amor de sus vidas, en realidad ni siquiera están seguros de usar la palabra amor para esto, que es tan “auradiano”.

Están en el fondo del casco del barco, Carlos está manchado de aceite en su ropa y piel pareciendo un poco a un dálmata, Jay no está en tan mejores condiciones ya que ha servido de ayudante durante toda la mañana al joven genio, tienen esta conversación por los descuidados comentarios de Gil quien se escucha quejarse de fondo al otro lado de la puerta de la trampilla por el fuerte aterrizaje que tubo contra el suelo.

Parece repentino pero no es una cosa de un momento para otro, solo que Gil acertó a decir algo que parece tan obvio que ellos mismos no se dieron cuenta aun.

-Tú… ¿te sientes algo igual?- Jay siente la garganta un poco seca, tal vez sea por el calor de los motores y este lugar tan claustrofóbico, quizás sea otra cosa, y jamás admitirá que le tembló un poco la voz al hacer esa pregunta.

Carlos lo mira fijamente con esos grandes ojos café tan expresivos, con el tiempo ha recuperado el brillo que le caracterizaba, pero nunca serán los mismos después de lo que vivió con Cruella.

Él tiene mucho menos experiencia con estas cosas que Jay.

Puede hacer que casi cualquier maquina vuelva a funcionar como nueva o mejor que antes de acuerdo a las herramientas que tenga a la mano, analizar y pensar demasiado rápido que a veces incluso él se pierde en sus pensamientos, le teme a muchas cosas, no es el más fuerte, y está seguro que hay muchas mejores opciones que él, no solo habla de Mal o Evie.

Y aun así, con todo, Jay lo escoge a él de entre todos los demás.

A veces siente que ha sido una carga para todos ellos, especialmente Jay, cuando se perdió en lugares tan oscuros de su mente en ese año, herido y simplemente loco. Y aun así no puede evitar aferrarse a ellos, Evie, Mal y Jay, quizás pueda imaginar a Mal y Evie que encuentren a alguien como pareja y no duela tanto, pero con Jay, imaginarlo alejado de su lado teme que por fin caiga en la locura total, le aterra esa idea, y quiere ser tan egoísta como para mantenerlo en a su lado.

No se diga que Carlos no puede aprovechar una oportunidad, especialmente una que le haga feliz.

-No quiero compartirte con otras chicas o chicos-

-Yo tampoco-

-Soy un desastre Jay-

-C… todos en isla lo somos-

-Pareja ¿he?-

-Si-

-Tendrás que guiarme en esto, ser pareja es un tema completamente desconocido para mí-

-Me encantara ser el maestro por una vez, aunque debo decir que tú también serias mi primer pareja. Supongo que no será tan diferente a este año que prácticamente hemos vivido juntos casi todo el tiempo-

Jay extendió la mano a Carlos, solo un par de pasos los separaban y parecían los dos pasos más importantes en la vida del chico.

Habían sobrevivido a la isla, a sus padres, destruido la barrera y descubierto secretos sucios de Auradon, recordando eso y tomando coraje de ese lugar a veces tan desconocido para él camino esos dos pasos y entrelazo los dedos una vez que unió sus manos.

-…chicos, en serio, si Uma descubre que hicieron algo ahí abajo estamos muertos. Últimamente ha dicho que quiere estrenar la tabla para tirar a alguien en mar abierto- hablo fuertemente la voz de Gil para hacerse escuchar a través de la gruesa madera.

-Bueno, ahora ya no es un malentendido lo que lleguen a creer los demás de nosotros- sonrió con picardía Jay tomando al menor por la cintura y estrechándolo contra su cuerpo.

-Con calma Jay, yo no sé nadar-

Ambos jóvenes nuevamente se miraron a los ojos y sonrieron. A veces la bocota de Gil podía decir las cosas en el momento correcto.

El cambio no tardó en ser notado, especialmente los que conocían bien al par de chicos, y esas personas obviamente eran Mal y Evie, que cuando se enteraron como es que por fin terminaron juntos sus amigos los felicitaron pero también miraron con cierto reproche y a la vez agradecimiento al rubio pirata causante de este avance, eso no evito que Evie fuera a reclamarle a Uma.

-¡Uma! Tu pirata arruino lo que pudo ser una de las mejores confesiones de amor de la historia de la isla- se quejó la chica de cabello azul dramáticamente.

La chica había estado ilusionada con el desarrollo de la relación de Carlos y Jay.

-Esto no es Auradon princesa, ¿y ese par no estaba ya juntos?-

-No, fue algo repentino, yo esperaba ser testigo de su confesión o incluso ayudar a armar un plan para que saliera perfecto. Ese par es un poco denso-

-Fue un poco anticlimático, incluso yo esperaba algo más… ¿dramático?, aunque por fin nos libraremos de que sean tan ajenos entre ambos- Mal también había creado ciertas expectativas con el desarrollo de la relación de ambos chicos aun si lo negara a Evie a veces.

Las chicas estaban en la cubierta del timón.

-Si ya era el perro guardián sin ser pareja, ese Jay seguro será un lobo ahora marcando territorio- razono la capitana, los primeros meses en que el hijo de Cruella se quedó en su territorio no causo ningún problema, el que fue un verdadero dolor de cabeza fue el moreno hijo de Jafar.

-Solo es un chico enamorado- defendió Evie a su amigo, aunque que le rompiera la nariz a uno de los chicos de la tripulación de Uma cuando este molesto a Carlos por tener pesadillas todas las noches en las primeras fases del plan de escape puso muy tensa la relación que tenían con Uma y sus piratas en su momento.

Jay definitivamente era del tipo protector.

Ahora que era más consciente de sus sentimientos, era muy posible que esa protección y posesividad con Carlos fuera mucho más evidente.

Oh, y ahora tenía poderes de genio.

-Si le llega a hacer algo a mi barco o tripulación de una vez les advierto que los arrojare por la borda- advirtió Uma sin mucho humor.

Aun así las chicas no sentían que la amenaza fuera tan fuerte como antes de pactar su alianza.

Ya no eran enemigas, ya que literalmente estaban en el mismo barco escapando, pero obviamente tampoco eran las personas más cercanas.

-Es por eso que le has estado haciendo que tu tripulación vigile a las parejas, ¿no? Para no “fornicar” en tu amada nave- dijo con algo de sarcasmo Mal.

-Mi barco, mis reglas-

-Aunque hubieras usado una palabra menos vulgar, “fornicar” suena más a algo que harían animales-

-De nuevo princesita, esto no es Auradon. Mi barco, mis reglas. Detesto repetir las cosas-

-Aye aye capitana-

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