Una vez ahí no dudes…
El viaje fue menos difícil de lo que pensó, incluso emprendiéndolo sin dinero ni pertenencias las cosas le resultaban fáciles, comenzó por ir al pueblo, ahí pidió a uno de los comerciantes lo llevará hasta la cuidad donde vendía sus productos y aún que aclaró que no tenía como pagarle por ese favor, pero que en verdad era un asunto de vida o muerte el hombre accedió con una sonrisa en el rostro, tres días fue lo que duró su aventura, entre viajes en el medio de zonas boscosas, estancias muy breves en pueblos que traían a su mente el recuerdo de su aldea, hasta los vastos caminos que parecían infinitos , cuando el sol frente a ellos, estaba por ocultarse, dejando tras de él un brillo anaranjado o rojizo.
Sasuke caminaba ahora junto a una pequeña familia que se mudaba a la capital, ellos le ofrecían refugio y alimento, tal vez guiados por la condescendencia que sentían por el, y es que aún que su embarazo no era tan avanzado, la delgadez de su cuerpo ya lo revelaba con un pequeño abdomen que comenzaba a sobre salir de sus ropas, durante las noches, el azabache miraba las estrellas al tiempo que disfrutaba de los suaves movimientos de su hijo.
Aquella noche soñó con el futuro del bebé, en sus sueños se vio a el mismo, parado frente a una casita, frente a esta, un jardín plantado de hortalizas y verduras, Naruto estaba ahí entre todas esas plantas, con un pantalón que había arremangado hasta la altura de sus rodillas, sus pies hundidos en el lodo y una pequeña que balbuceaba a sus pies, parecía feliz de ver a su padre trabajar, la anciana también aparecía en aquel episodio , y por ello cuando despertó se sintió feliz, tal vez después de todo si tendrían un futuro juntos
Entraron a la gran ciudad, sasuke se sorprendió, la cantidad de gente lo mareaba, sus vestimentas lo asombraban, negocios en todas partes atraían compradores que se amontonaban en sus afueras, en algunas zonas, el crepitante sonido del shamisen y los tambores taiko atrajo su atención, algunas mujeres y donceles bailaban a su ritmo, vestidos en sus más finos kimonos, y la gente los observaba con alegría, el azabache camino atravez de aquella multitud, con sus brazos protegiendo su vientre, permaneció ahí algunos minutos, sonriendo al descubrir que aquellas notas alegraban a su bebé.
Poco a poco su atención se volcó al palacio que en silencio vigilaba la ciudad, su corazón pálpito esta vez con miedo, y se sintió la peor persona al recordar que Naruto podía estar muriendo mientras el, como un tonto, disfrutaba de los espectáculos.
Se encaminó con inseguridad hasta el, fueron algunos minutos más el tiempo que le tomó llegar , la entrada principal ya lo amedrentaba, y las dudas atacaron su mente, ¿ Lo dejarían entrar?, ¿ Que era lo que diría?, ¿Cómo encontraría a Naruto?. Uno de los guardarías lo miro interrogante, a pesar de su temor la voz de sasuke fue clara.
- Soy un conocido de kabuto, el consejero del rey – afirmó el azabache. Y aquella frase quedo al aire algunos segundos, el guardia sonrío con cierta burla mientras le veía el vientre.
- Si, parece que eres un “conocido” – contesto. – por ahora el no está aquí, pero le diremos que vino a verle, hay algún mensaje que guste dejarle. – sasuke se molesto ante el tono en que le hablaban, su mente se agilizó.
- Sé que está aquí, traigo más información sobre el ejercito mongol- ante sus palabras el guardia se tensó, le vio de arriba abajo e inmediatamente lo dejo pasar.
- Así que es usted el doncel que dio la información, esos mongoles cayeron como moscas, no tuvieron oportunidad alguna, y por si fuera poco, un tifón azoto el lugar en el que desembarcaron – una carcajada resonó, pero sasuke se mantuvo con la mirada baja u en silencio. – su líder siguió peleando a pesar de la derrota segura, el emperador quería matarlo tan pronto llego como prisionero , sin embargo el señor kabuto le aconsejo tortura, tal vez así revelaría el paradero del khan, pero ese mongol es necio y no suelta palabra alguna – el hombre volteo a ver al azabache – así que creo que el consejero y el mismo emperador se alegrarán por su visita, si pudo sacar la información sobre el ataque de estas bestias, no dudo que pueda sacar información sobre el khan. – finalizó.
Sasuke no dio explicación alguna, continuó caminando tras el hombre hasta finalmente quedar parado frente a un salón, aquel guardia se fue dejándolo con un simple “espera a que salga”, sasuke permaneció ahí, después de un tiempo, múltiples personas salieron, entre ellas kabuto, no hubo necesidad de que sasuke lo llamara pues el mismo peliplata lo miró sorprendido. Se acercó a él.
- Estás vivo – fue lo único que le dijo.
- Si – contesto sasuke.
- ¿ Que es lo que quieres?, - el azabache se obligó a no flaquear pues no tenía un plan que seguir.
- Yo… no tengo en donde quedarme, tampoco tengo bienes, no tengo nada. – aseguró el menor y no mentía. Kabuto lo inspeccionó con la mirada y fijó su vista en el ya notable vientre.
- Es de el? – preguntó y sasuke sintió miedo.
- No lo sé – contesto intentando confundir al de cabello plateado.
- Veo que te obligaban a entretenerlos… escucha, sé que es en parte a ti el que hayamos triunfado, aún así, no te puedo ofrecer que estés aquí sin aportar algo, me entiendes? – sasuke asintió. – pienso que sabes realizar labores como las de la cocina y eso, así que te llevaré hasta las habitaciones de la servidumbre, por ahora es lo único que puedo ofrecerte. – kabuto se detuvo y sonrío de forma maliciosas. – te gustaría verlo ahora que está cautivo?- las piernas del menor temblaron bajo su ropa, pero acepto.
Ambos caminaban escaleras abajo, sasuke llevaba las manos entrelazadas y el nerviosismo a flor de piel, lo vería, eso significaba que seguía vivo, pero, en qué condiciones?, y qué pensaría Naruto al verlo al lado del “enemigo”, su olfato captó el olor del sudor, sangre y humedad, un olor rancio fuerte y desagradable, se llevo la mano hasta la cara en un intento por qué dicho olor no le causara nauseas, el pequeño en su vientre se movió, como si también estuviera alerta, el lugar estaba a media luz, apenas unas antorchas lo iluminaban , el pasillo estaba formado por rejas de hierro corroído por el tiempo, en las celdas habían hacinado a varios hombres, sasuke buscó entre ellos al rubio, incluso se detuvo algunos segundos pero no lograba localizarlo. Fue cuando kabuto lo llamó, que sasuke corrió para reducir la distancia.
Ahí estaba Naruto, con varios cortes mal sanados en el rostro y algunos más en el pecho, los moretones y magulladuras eran evidentes, casi podía sentirlos el mismo, la risa lo hizo reaccionar de su estupefacción, kabuto reía burlándose de el, pero el rubio mantenía su vista en sasuke, en su vientre y el azabache distinguió el dolor en los ojos contrarios, asintió como si con ese gesto le informara que lo perdonaba , Naruto relajo los hombros y sasuke acaricio a su bebé, aquel gesto desmoronó al rubio, pues le Daba a entender que amaba a su hijo a pesar de que él era el padre, entonces la mirada de Naruto cambio, pues kabuto los veía con sospecha.
- No me digas que te haz enamorado de él?, haz venido a rescatarle? – mencionó con saña el pelo plata, sasuke dio un paso atrás intimidado, su rostro se volvió blanco y el ruido de un fuerte golpe los interrumpió, el rubio se había lanzado sobre la reja, intentando atrapar a kabuto, - oh, y tú sientes lo mismo por el!,- aseguró este, refiriéndose a Naruto.
Kabuto no hablo más, El Fuerte golpe que su nuca produjo al ser golpeada con la madera de una antorcha lo silencio, su cuerpo cayó al suelo, semi inconsciente gimiendo por el dolor, sasuke respiraba agitado, algunos guardias fuera de los pasillos preguntaban si todo estaba bien, sasuke no respondió, se apresuró a buscar la llave entre las ropas de kabuto, pero no encontró nada ahí, la desesperación lo invadió su vista viajaba de un punto a otro.
- Sasuke!, qué demonios haces, olvida esto!, vete de aquí!, - Naruto lo llamaba con angustia – salde aquí por favor!, LÁRGATE! – terminó por gritar, el azabache lo vio, se sentía herido pero negó, comenzó a caminar por el pasillo, Naruto se dejó caer arrodillado frente a la reja, pues creía que sasuke huía , segundos después, sintió el miedo helar su alma, de nuevo, pasos se escucharon correr hasta el, entonces Naruto vio al azabache correr hasta la reja, introdujo una llave y el chasquido pesado les hizo saber que se había abierto, Naruto salió, y abrazo al menor, sasuke no pensaba que necesitaba tanto el calor del rubio, pero ahora que lo sentía de nuevo, se daba cuenta de lo difícil que era vivir sin el.
El rubio se permitió disfrutar de aquel abrazo solo unos segundos, antes de tomar la llave y abrir las demás celdas, los gritos de los guardias se escucharon y Naruto volvió su vista sasuke.
- Debemos salir de aquí, - le dijo mientras sujetaba su mano y daba órdenes a sus hombres ya libres, comenzaron a caminar por los pasillos, - como conseguiste la llave?, - preguntó el rubio y sasuke se sonrojó.
- Yo, dije que era un prostituto y que ocuparía una celda libre con kabuto, - Naruto frunció el ceño, y tomo más posesivamente al menor, estaba apunto de tomar sus labios, cuando una especie de chiflido atravesó el espacio, una flecha rozó el brazo de Naruto, dejando el rastro de un rasguño, sus hombres se armaron con lo que encontraron, pero el rubio no temía a la batalla, le temía a poner en riesgo a sasuke y a su hijo,
Una nueva flecha se incrustó en la pared tras el, Naruto cargo en brazos al azabache, shikamaru fue con el.
- Mi señor, amigo mío – le dijo con calma – quédate tras nosotros, ganaremos esta batalla – shikamaru le mostró una sonrisa, antes de unirse a los hombres y correr a la carga.
Los guardias eran jóvenes y no tan experimentados, que podían hacer ante un puñado de hombres que nacían para la guerra, que peleaban a pesar de las profundas heridas de su carne?, una vez el camino estuvo limpio, Naruto fue al frente, sasuke se aferraba a su cuello, y ahí, huyendo de su propia gente, siendo una especie de traidor, se sintió feliz, feliz de saber que la esperanza seguía viva, todo había comenzado mal, pero podía mejorar, pensó que podía tener el futuro soñado con su bebé y el rubio, nuevamente el sonido del viento siendo cortado llamo su atencion, una punzada en su costado lo hizo brincar aún entre los brazos del mayor, Naruto se quedó inmóvil, lo veía con terror y lágrimas en sus ojos, el azabache llevo si mano hasta la ruda mejilla del rubio, quiso preguntar qué sucedía, pero su cuerpo parecía estar perdiendo fuerza, entonces fue consciente de la mano de Naruto, que apretaba con fuerza la zona que ahora comenzaba a doler, sasuke bajo la mirada buscando cuál era la causa y pudo ver, una flecha incrustada en su cuerpo, su bebe se removía inquieto y volvió a ver a Naruto a los ojos.
- Estarás bien, todo estará bien – le aseguró el rubio, y sasuke creyó en el….
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