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Recuerdos por CaedesDarkParadaise

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Notas del capitulo:

Ya se que esto es yaoi, pero no pude evitarlo. ;P

Espero que lo disfruteís como yo.

 

- ¡Hermione! ¡Granger! - Draco movió la mano sobre su rostro para despertarla.- ¿¡Estas ahí!?

- Oh, lo siento, Draco.- se disculpo colocándose un mechón rizado de cabello.- Estaba pensando en...

Draco bufó.

- En Krum.- corto la pobre excusa que iba a soltarle.- Estabas pensando en ese búlgaro perdedor.

- No es un perdedor.- se apresuró a defenderlo y deseo no haberlo hecho porque la sonrisa que le dirigió Draco la delató al completo.- Mierda. ¡Esta bien!

- Esta bien, ¿que?- le echo una mirada pícara.- ¿Que es perdedor o que es..?

Hermione apretó los labios.

- ¡Que es atractivo, sexy, inteligente...- grito en pleno comedor del Ministerio de Magia. Todo el mundo se giro a verla como si le hubieran salido tres ojos mientras Draco escondía una sonrisa.

Ella se sonrojo abundantemente. Y fue a peor al notar que entre los curiosos se encontraba su amor platónico. Viktor la observo con ojos impasibles y luego le dio la espalda y salió del comedor.

Oh, maldita sea.

- Lo has hecho muy bien, Granger.- la aplaudió y luego se giro a los demás y los fulminó con la mirada.- ¡Aquí no hay nada que ver!

Y ellos continuaron con su trabajo.

Hermione gimió.

¿Porque esto tenía que ocurrirle a ella?

Para ser la primera vez que se enamoraba de verdad lo estaba haciendo fatal. Deberían darle una medalla a la más desastrosa.

¿Porque tuvo que enamorarse de Krum?

Ellos habían sido amigos desde que se conocieron en el Torneo de los tres magos, pero nunca llegó a más. Él fue al baile con una chica de Hufflepuff y ella fue con uno de sus amigos. Se escribieron durante un tiempo, pero de un día a otro él dejo de enviarle cartas y Hermione no volvió a hacerlo por orgullo. Años más tarde él volvió a Londres para trabajar en el Ministerio, y volvieron a retomar su amistad, pero sus sentimientos hacia él.

Si creía que los había olvidado mentía como una bellaca.

Intento hablar más con Viktor, se cruzaban por los pasillos y en los ascensores, pero parecía que no quería acercarse mucho a Hermione. Temió que fuera su aspecto o su olor lo que le disgustaba por lo que cambio de perfume y eso solo acrecentó su distancia. Así que volvió a utilizar el que le gustaba.

No iba a cambiar sus gustos por nadie. Y menos por quien no la aceptaba como era.

Pero lo amaba.

Hermione sintió unas ganas tremendas de llorar.

- Cálmate, Granger.- le dijo Draco consolándola.- Ese Krum es idiota y ciego.

- ¿Que puedo hacer, Malfoy?- le pregunto.- No le gusto.

- Ten paciencia, Granger.- la calmó.- Esta tarde vamos a probar todos los peinados, maquillajes, vestidos y zapatos que has comprado para que consigas un hombre o en su defecto a Krum.

- ¿Crees que resulte?- Hermione se puso de pie y con un movimiento de varita desapareció la bandeja de comida.

Malfoy hizo una mueca de disgusto y dejo a medias la comida que había cogido para acompañar a Granger.

- Claro que resultara.- dijo, seguro.- Confía en mi. A ese hombre lo tendrás a tus pies esta misma noche.

No muy segura se despidió de Malfoy y se fue a su despacho para prepararse mentalmente sobre lo que iba a suceder en la fiesta. Camino unos cuantos pasillos, insegura de como actuar o que decir, pero sus pensamientos se disiparon al ver a Krum y a una auror a la que Hermione apenas había visto unas cuantas veces en las reuniones anuales del Ministerio de Magia. Ella era muy guapa, pero no había que alzar mucho la vista para saber que era una arpía. Según Draco, aquella mujer tenía de clase lo que él de pobre. Y esta se agarraba del brazo de Viktor y le sonreía coquetamente.

En ese momento tuvo deseos de dejarla calva y echarle un hechizo de esos en los que Ginny era una experta.

Hermione apretó los puños con fuerza y supo que la mujer (De la cual no se acordaba el nombre) la había visto a través del rabillo del ojo. Ella, seguramente intuyendo lo que Hermione sentía por Viktor, rodeo su cuello con los brazos y se acerco a él, pero este no parecía querer alejarla.

Triste y celosa, se recompuso y enderezando su orgullo continuo andando sin echarles ninguna mirada y cuando vio que ya no los tenía a la vista corrió a su despacho con las lagrimas cayendo sobre sus mejillas.

Al llegar la tarde ya no tenía ganas de ir a la fiesta.

- ¡Granger! ¿Donde estas?- Draco se asomo por la chimenea. La sala estaba vacía y totalmente en silencio.- ¡Hermione!

- ¡Vete, Draco!- le chilló Hermione secándose las lagrimas.- No voy a ir.

Draco escucho su voz apagada y sollozante desde la habitación.

- ¿Que ha ocurrido?- Hermione estaba en posición fetal, con el pijama y abrazando una almohada con fuerza.- ¿Granger?

La chica se dio la vuelta con los ojos hinchados y Draco hizo una mueca.

- No me quiere, Draco.- susurró.- Estoy perdiendo el tiempo.

- ¿Que ha ocurrido, Granger?

Hermione le contó todo con lujo de detalles y volvió a coger otro pañuelo para secarse las lagrimas.

- Levántate ahora mismo, Granger.- le dijo Draco, pacientemente.

- No pienso ir, Draco.

Él se cruzo de brazos.

- Vaya, Granger.- siseo.- Al parecer vas a comportarte como una cobarde a estas alturas de la historia.- Hermione lo fulmino con la mirada.- Y también dejaras en manos de esa zorra a tu hombre. ¿Que clase de mujer eres dejando la vía libre a otra sin luchar?- la miro con su habitual cara de desprecio.- Al parecer me equivoque contigo.

Aquello termino por cabrear a Hermione.

- Mira Malfoy.- le señalo con un dedo.- ¿Como vuelvas a decir que soy una cobarde te dejo desnudo y colgado desde la torre de astronomía de Hogwarts?- Los ojos de Hermione tornaron peligrosos y con un gruñido entro al baño y dio un portazo.

Draco carraspeó y su color pálido cogió algo mas de color.

- Joder con la Granger de Gryffindor.

Una hora más tarde Hermione estaba frente al espejo mirando su cuerpo enfundado en ese vestido negro y escotado de terciopelo tan bonito que Draco le obligo a comprarse. Aunque la elección le pareció de lo más acertada. Suspirando salio del baño preparada para ver las caras de sus amigos.

Nadie dijo nada durante unos segundos.

- Estas hermosa, Hermione.

Malfoy le dio una sonrisa satisfactoria.

- ¿Lo creéis?- les pregunto, insegura.

- Si.- susurró Ron con los ojos como platos.- Ese Krum se va a morir.

- Ron.- soltó avergonzada.

- Creo que esta noche Krum no será el único que irá tras Mione.- dijo Neville tomando su mano para ayudarla a dar unos pasos.- Recuerda Hermione, no olvides caminar recta y vigila donde pones los pies.- la miro con preocupación.- No queremos que te caigas.

Fred le guiño el ojo y Hermione se sonrojo.

- Esas armas mortales la mataran, Malfoy.- reprochó George a Malfoy.

- Esta bellisima, ¿no?- Se encogió elegantemente de hombros.- Para estar hermosa hay que sufrir.

Estuvieron un rato enseñándole a acostumbrarse a sus zapatos nuevos dando vueltas y haciendo bromas hasta que finalmente se fueron. Dos horas más tarde Draco y ella tuvieron que irse al Ministerio.

- No tiembles.- murmuró dándole su brazo al salir de la chimenea.- Lo que da mas atractivo a una mujer es su confianza y seguridad. Camina como si todo esto fuera tuyo.

- Ahora entiendo muchas cosas.- masculló Hermione a Draco.

Él la miro con una sonrisa sardónica.

- Perdón.- se disculpo.- Necesito tranquilizarme.

- Estas preciosa, no te preocupes y déjale en claro a toda esta gente que tú eres la única que puede brillar esta noche.- Y así lo hizo. Cuando Hermione entro cada mago se dio la vuelta con la boca abierta y la miraron de pies a cabeza.

"¿Esa es la señorita Granger?"- murmuraban.- "Esta tan hermosa" "Le pediré un baile"

Hermione, quien se había obligado a comportarse y no ser comida por los nervios, les dirigió una mirada coqueta y pudo ver como los dos magos le devolvían una boba sonrisa.

- Muy bien, Granger.- la felicito.- Nada mal.

- Gracias.- dijo tensa.

En una esquina estaban Neville y Fred murmurando entre ellos.

- Estas hermosa, Mione.- le dijo Neville con una sincera sonrisa en cuanto la vio.

- Gracias, Neville.- le agradeció.- Tú estas muy atractivo.

- Relájate, Granger.- le volvió a decir Malfoy con una sonrisa elegante y tomándola de la mano.

"Que gran actor es este tipo"- pensó Hermione, incrédula.

- Y, ¿Que haces aquí Fred?

Algo de lo que Hermione no se había percatado.

- Perdón, Malfoy.- rodó los ojos.- Por no pertenecer a la crême de la crême del Ministerio.

- Luna no pudo venir.- les explico Neville.- y me pidió que lo hiciera con un acompañante.

- Muy bien.- dijo Draco examinando con sus ojos de serpiente el salón entero.- Hermione. Krum esta aquí y te esta mirando.-

¡Por merlín! Ella se quedo estática.- Cálmate y compórtate como una mujer poderosa.

¡Si!

Eso debía hacer y no ser la Hermione torpe e insípida de siempre.

Le hizo una señal a Draco y dio un giro de pies elegante y se alejo con movimientos sensuales que aprendió de las películas románticas. Sentía los ojos de Krum clavarse en ella, pero Hermione no le devolvió la mirada y paso de largo aunque quisiera comérselo por ponerse ese traje negro que se pegaba a cada parte de sus músculos. En cambio saludo a Shakelbolt y su esposa Tonks, y Draco le paso una mano por la cintura como si fueran una pareja unida y compenetrada. Prácticamente ignoro a Krum unas dos horas incluso cuando esa aurora arpía se le acerco con un vestido que no dejaba nada a la imaginación y se le colgó del brazo.

- Ese Krum es imbécil.- murmuró Draco, molesto.- No ha venido ni siquiera para saludarte. Es un cobarde.

Conforme decía eso las esperanzas de Hermione se disipaban.

- Disculpa, Granger.- se acerco Bradley Thomas, un compañero suyo con el que a veces tomaba una copa, y le tendió una mano.- ¿Quieres bailar?

No estaba muy segura, pero Draco le sonrió con confianza.

- Claro.- aceptó y juntos fueron a la pista.

Bradley era un caballero así que aunque bailaron muy pegados no se atrevió a pasar a mas.

- Estas preciosa esta noche, Hermione.- la halago con una sonrisa.

Y ella le dio una de vuelta.

- Muchas gracias, Brad.- le dijo.- Tú tam...

Una tos les interrumpió.

Era Viktor.

Los dos pararon en seco y debieron mirarle con la misma cara de tontos porque Krum endureció la suya.

- Granger, ¿bailas conmigo?- le pregunto aunque por el tono de su voz no parecía una pregunta.- ¿Por favor?

¿Que debía hacer?

"- No le des nada por sentado a Krum.- le había aconsejado Draco.- Tienes que demostrarle que tú puedes tener a todos los hombres del mundo a tus pies, solo si así tú lo quieres."

Se recompuso como pudo y se aclaro la garganta.

- Si me disculpas, Krum.- le dijo amablemente.- Estoy bailando con Brad, pero puedo reservarte la tercera pieza.

Eso pareció enfurecerlo y Bradley la miro con la boca abierta y dejo caer sus manos de su cintura.

- ¿La tercera?- gruñó.- ¿Hay otro que te ha pedido bailar?

- Si.- afirmó con una sonrisa coqueta que no supo de donde saco.- ¿Podrías esperar?

Iba a decir algo más, pero se giro furioso listo para irse y cuando Hermione creyó que lo había empeorado, inclino la cabeza y repitió:- La tercera.

Con el peso cayendo de sus hombros, sonrió.- La tercera.

Él asintió y se marcho con unos compañeros de Quidditch.

- ¿A que ha venido todo eso, Hermione?- le pregunto Bradley con una risita nerviosa.- No me lo esperaba para nada.

- Ya sabes que yo...

- Si, que estas enamorada de él.- le dirigió una sonrisa triste.- Es una pena, porque a mi no me hubiera importado ser la persona de la que estuvieras enamorada.

Hermione se quedo sin palabras.

- Bradley.- susurró.

- No me hagas decírtelo.- le dio un beso en la mejilla.- Si ese Krum no se da prisa, pienso robarte de su lado.- Pensó que iba a caerse de la impresión.- Aunque debo decir que tendré que esperar sentado largo tiempo. Creí que me iba a arrancar la cabeza si continuaba agarrándote la cintura.

- ¿Qu-que dices..?- se avergonzó.- A él no le gusto.

- Hermione.- la miro con cariño.- Los dos estáis ciegos.

Y siguieron bailando hasta que termino la pieza y tuvo que pensar en buscar a alguien para bailar la segunda con ella. Al fin y al cabo se lo había inventado, aunque no le hizo falta porque fue rápidamente rodeada por tres hombres y uno de ellos la saco a bailar antes de que pudiera impedirlo.

- Muchas gracias.- dijo por quinta vez a los tres agotadores hombres.- Pero le prometí un baile a una persona y no puedo negarme.

- Él no ha venido a reclamar su baile.- espetó otro.- Venga a bailar conmigo, señorita.

- No, señores, no pue...

- Hermione.- la cortaron con una voz gélida.- ¿Te están molestando?

Ella se estremeció al notar sus ojos gélidos y excitantes.

- ¿Usted es el tercero?- le interrogo uno que Hermione no conocía.

- Ese soy yo.- dijo, frío.- Y me llevaré a mi pareja aunque ustedes no quieran.

E hizo lo improbable, la tomo de la cintura con brusquedad y la dirigió lejos de la pista. Para cuando se dio cuenta se alejaban del salón de baile y no sabía a donde se dirigían.

- ¿Krum?

- Ahora no.- graznó.

¿Donde demonios estaría Draco para darle un consejo?

La llevo por todos los pasillos posibles del Ministerio y la hizo subir en el ascensor. Viktor continuaba en silencio, apretando los puños y murmurando cosas en bajo.

- ¿A donde vas a llevarme, Viktor?

Pareció reaccionar.

- No lo sé.- contestó entre dientes.- Solo sé que necesitaba sacarte de ese salón y alejarte de esos tipejos antes de que me volviese loco y acabase mi varita clavada en sus cuellos.

- ¿Porque harías eso?- le pregunto, despacio.

- Es que no lo sabes.- bufó.- No te he dado ya pistas.

- Viktor.- suspiro, inclinando su rostro ya que sus caras estaban a centímetros.- Estoy pérdida. No entiendo nada y menos cuando se trata de ti.

Viktor contemplo su rostro y poco a poco la fue encerrando en una esquina del ascensor.

- ¿Porque conmigo? ¿Porque?- Y sus labios se fueron acercando lentamente.- ¿Te has fijado en mí? ¿No me has ignorado?

- ¿Com..?- Pero sus palabras fueron cortadas cuando posó sus labios sobre los de ella y ya no pudo pensar si quiera en lo que iba a decir. Sus brazos se enredaron en su cuello pegándola a ella y un gemido broto de sus labios. Aquello pareció incentivar a Viktor porque la tomo de las caderas y se restregó con fuerza contra ella. Podía sentir la razón de su deseo clavándose en su vientre. Los labios de Viktor bajaron a su clavícula mientras toqueteaba y acariciaba sus piernas con pasión.

- Hermione necesito...- El aliento de su boca quemó la piel de su garganta.- Ahora mismo.

Ella lo necesitaba con la misma lujuria.

Para que no se atropellara con las palabras volvió a atacar sus labios furiosamente y subiéndose la falda del vestido permitió que él la cargase. Hermione rodeo su cintura con las piernas y sus sexos chocaron arrancándose un gemido tras otro.

- Maldita sea.- Él le bajo el cierre del vestido y acaricio el contorno de sus pechos con la boca antes de que Hermione consiguiese abrirle el cierre del pantalón. Viktor la deseaba y no había nada mas en el mundo que ellos dos haciendo el amor con rabia y pasión.

- Hermione.- gimió.

- Hazlo, Viktor.- beso sus labios.- Hazme tuya.

Nada más que gemidos y sonidos de besos se escucharon en el departamento de Misterios.

- Una semana y dos días después -

- ¿Y bueno, Hermione?- Malfoy se aclaró la garganta una vez que dejaron a Harry en manos de Thomas Riddle y a Neville con Zabinni.- ¿Cuántos días llevas acostándote con Krum?

- Malfoy.- boqueó.- Eso no te interesa.

- Claro que nos interesa.- dijeron los gemelos con una sonrisa amplia.

Ron asintió efusivamente.

- Desde hace más de una semana.- murmuró, pero no pudo ocultar la sonrisa que se le escapaba de los labios.- El día de la fiesta.

- Esperaba que nos dijeras algo.- bufó Draco.- He tenido que sacarte la lengua porque si fuera por ti...

Hermione estaba tan feliz que no le importo que la regañara.

- Eres un cielo, Draco.- Y beso sus labios en agradecimiento.

Este abrió los ojos y se sonrojo furiosamente al haberse visto desprevenido.

Los demás se rieron por ver a Draco Malfoy bajar la guardia.

- Bueno ya...- tosió echándose aire.- ¿Como se te declaro?

Y toda la alegría se evaporo de nuevo.

- No lo ha hecho.- suspiro.

Draco golpeo la mesa.

- Maldito cabeza hueca.

- ¿Y tu no te declaraste, Hermione?- le preguntó Fred, comprensivo.- Es difícil, ¿eh?

- ¿Tu tampoco, Fred?- Él negó, triste. Su hermano le consoló poniendo una mano sobre su hombro.- Somos unos tontos.

Ron la abrazo y dejo que reposara la cabeza en su hombro.

- Y pensando que habías dado un paso y ese tipo te empuja dos atrás.- Draco maldijo entre dientes y se levanto de un salto.- ¡Vamos, Hermione! Tengo un plan.

- ¿Cuál?- dijo cuando se vio jalada por el brazo y desapareciendo en el callejón.- ¿Y los chicos?

- Ya hablaremos después.

Entraron al Ministerio de Magia en menos de lo que esperase hasta que llegaron al despacho de Krum. Draco estaba tan furioso que de una patada tiro la puerta a pesar de que todo el mundo le observaba. El más sorprendido fue Viktor quien con los ojos como platos dejo los papeles sobre su mesa y se puso de pie al ver a una Hermione avergonzada y un Malfoy furioso.

- ¡Krum!- rugió.- ¡Eres un maldito idiota!

Por primera vez en su vida quiso que se la comiese la tierra.

- ¿Que ocurre, Hermione?- le pregunto Viktor acercándose a ella y empujando bruscamente a Draco en el proceso.- ¿Te ha pasado algo? ¿Te has hecho daño?- La reviso de pies a cabeza con preocupación mientras Draco le veía con una ceja alzada.- ¿Estas sonrojada?

Le acaricio la mejilla con ternura.

- Perdón, Viktor.- se disculpo.- No debimos entrar así, Draco ha sido...

- He hecho lo que tenía que hacer.- dijo de nuevo sin rendirse.- Mira Krum te he dado muchas oportunidades, pero si Hermione no tiene un jodido anillo en tres días se la cederé a su amigo Bradley que esta enamoradísimo de ella o a uno de sus pretendientes que no paran de enviarle flores desde que la vieron en la fiesta del Ministerio. ¡Su casa parece un maldito jardín!

- ¡Draco!- chilló horrorizada.- ¿¡Que demonios haces!?

Y se dio cuenta que un aura oscura empezó a rodear a Viktor Krum. Por un segundo Draco temió por su vida aunque no dio marcha atrás. Si ese tipo no se daba cuenta, intentaría que Hermione se enamorase de otro y se olvidase de él...

De pronto se vio empujado hacia atrás por una fuerza invisible.

- ¡Draco!

Hermione fue en su ayuda.

- ¿¡Quien te has creído tú para tomarte esas libertades sobre mi mujer!?- rugió Viktor estrujando su varita.- Si vuelvo a oír algo de pretendientes alrededor de Hermione me encargare personalmente de que no se vuelva a oír hablar de ellos.

- Tranquilízate, Viktor.- gruñó Hermione, enojada.- ¿Estas bien, Draco?

Malfoy asintió sin dejar de mirar a Krum.

- No tenías siquiera que haberme buscado hoy para reclamarme el anillo.- masculló. Y miro con amor a Hermione antes de sacar una cajita de su bolsillo. Hermione jadeo.- Pensaba dárselo esta misma noche cuando fuera a mi casa, pero por lo que veo mis planes se fueron al traste.

Y para su sorpresa el rubio se rió a carcajada limpia.

- Joder, Krum.- rumió.- Has tardado más de lo que esperaba. ¿Has visto, Granger?- levantó las cejas.- El plan funciono.

- No me dijiste cual era tu plan, Malfoy.- le pego en el hombro y le ayudo a levantarse.

- Sinceramente eres un poco lento, Krum.- Este bufó.- Debiste ponerle ese maldito anillo en el dedo la misma noche que Hermione se acostó contigo.

Krum no dijo nada, pero se acerco a Hermione y la abrazo posesivamente.

- Os dejare solos para que habléis.- y con un gesto de dolor salió del despacho.

- Lo siento, Vikt...- La calló con un beso.

- No, perdóname tú a mi.- le dijo.- Ese Malfoy tiene razón. He sido muy lento, debí haber corrido más rápido e ir en tu busca. Tampoco debí permitir que pasara tanto tiempo.

- ¿Entonces porque..?- sollozó Hermione.

- Porque soy un idiota, Hermione.- la abrazo con más fuerza.- Pensé que no era suficiente para ti, lo sigo pensando, tu necesitabas a alguien más inteligente. Alguien que estuviera a tu altura.- beso su boca con dulzura.- Yo no soy ni inteligente ni divertido.- Hermione le tomo el rostro con las manos.- Nos hicimos amigos así que no quise estropearlo con mis sentimientos. Pensé que eso bastaba. Y no, no era suficiente.- negó con la cabeza.- Para el torneo de los tres magos debí invitarte, pero se me adelantaron.

- Me dijeron que ya tenías a una Hufflepuff de pareja.- dijo con la voz entrecortada.- Por eso invite a Ron.

- Eso era mentira, no tuve pareja hasta la misma noche del baile y resulto ser también una Hufflepuff.- Krum la abrazo con mas fuerza.- Debiste preguntarme. No sabes lo celoso que me puse en el baile por culpa de ese pelirrojo.

- Oh, Viktor.- se limpió las lágrimas.- ¿Y porque me ignorabas en el Ministerio cuando te miraba? No te acercabas a mi.- le dio un golpe en el pecho.- Pensé que era por mi aspecto o que te desagradaba mi perfume.

Krum la rodeo con los brazos.

- ¡Jamás! Amo todo de ti. Tu perfume, tus labios, tus hoyuelos, tu cuerpo, pero no podía mantenerme controlado si estaba cerca tuya. Sabía que si por un segundo te sostenía la mirada, caería rendido a tus pies. Como ahora. No podría dar marcha atrás.- La observo fijamente.- Y en la fiesta estabas tan hermosa, eres tan hermosa. Simplemente no pude evitarlo. Por fin eres mía. No pienso dejar que te me escapes, Hermione.- susurró con desesperación.- Por favor no te alejes de mi. Perdona lo cobarde que he sido y cásate conmigo.

Y de los ojos de Hermione brotaron lágrimas a borbotones.

- Estoy enamorada de ti, Viktor.- La sonrisa que le dirigió la lleno de alegría y amor.- Y nunca he pensado que seas un cobarde. Pienso que eres inteligente, divertido y encantador. Tú eres el único al que quiero y eres lo mejor para mi.- le explicó dando pequeños besos en su rostro.- Discúlpame tú a mi por no haber dado el paso desde el principio.

- No, hemos sido unos tontos. Ya no pienses en ello.- murmuró.- Ahora estas junto a mi.

Se dieron un beso apasionado y finalmente terminaron por encender la llama de pasión que tenían guardada.

- Oye, Viktor.- le dijo Hermione mientras este jugaba con su anillo de compromiso.- ¿Porque la arpía...digo esa aurora se te acercaba tanto?

- ¿Te refieres a Camille?- frunció el ceño.

- Si, Camille.- arrastró las palabras.- ¿Estabais juntos?

Viktor echo una carcajada.

- No,¡Por merlín!- se ofendió. Hermione se relajo.- Esa mujer es una lapa andante. No podía quitármela de encima, tuve que hacer malabares para que no se me tirase encima.- y la volvió a besar acariciando su piel desnuda.- No sabe que yo prefiero a ciertas castañas que tienen la nariz metida en los libros.

- Tonto.- bufó.

- Aún no me has dicho tu respuesta.- Él hizo un puchero.- Tienes que decir sí.

- Creí que no hacia falta.- dijo mirando su anillo y mirándole a él con amor.- Pero si tengo que decirlo...- Se subió a su regazo y le susurró al oído.- Si.

Pasó un año entero y Hermione Krum, antes Granger se disponía a ponerse el vestido rojo de encaje que Draco le había regalado para esas Navidades.

- ¡Por merlín!- Había dicho su ahora esposo al verla.- ¿Como es posible que exista este tipo de ropa? ¿Acaso quieren que no deje salir a mi mujer de la cama?

- Tonto.- le dio un empujón mientras se subía la cremallera.- A este Draco le gusta ponerme vestidos provocadores. Piensa que soy su muñeca personal o algo.

- Él tiene muy buen gusto.- Beso su hombro e iban a seguir a más, pero un llanto les hizo separarse y los dos corrieron a la habitación de su hija.- Mi pequeña.

El señor y la señora Krum acababan de adquirir una preciosa bebe de ojos marrones y cabello negro a la que llamaron Rose. Krum decía que ella se parecía a su madre y esta que era la viva imagen de su padre por lo que no se ponían de acuerdo. En cambio sus amigos decían que era una fiel réplica de los dos.

- ¿Tienes hambre, preciosa?- le preguntó Hermione bajándose la tira del vestido, dejando caer la tela y dándole de comer a su hija.- Si, lo tienes.

Viktor las contemplaba a las dos con una sonrisa tonta en el rostro.

- ¿Ocurre algo?

- Diría que ocurre todo.- sonrió y se acercó a las dos mujeres de su vida.


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