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Yo en ti por Mascayeta

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Notas del capitulo:

Se acerca el final, gracias por seguir esta historia.

Leiko repaso las fotografías sin poder reprimir las lágrimas. Desconocía las consecuencias del ataque que sufrió Yokozawa en la cárcel. Víctima de su propia conciencia fijo la mirada en la madre de Sakura.


- Esto no, así no era,... - negó con la cabeza y alzo la voz - ¡me lo prometió!, ¡él no iba a morir!


- ¿Desea un tiempo para calmarse? - la pregunta la hizo Tadachi a sabiendas que su testigo no lo escucharía. El choque por las imágenes logro su cometido.


- No lo merecía. Fui una estúpida - con el rostro entre sus manos las frases salieron en un claro tono de reproche. Levantando la cabeza, volteo hacia el abogado, exclamando lo que este esperaba - ¡Fue ella! Ella dijo que solo iba a asustarlo para que le diera a su nieta... ¡Ella mando a asesinar a Yokozawa Takafumi!


La sala quedo en silencio, no conocían el trasfondo de la acusación. Era ilógico que una mujer como la esposa del candidato a ministro fuera la autora intelectual del ataque de Yokozawa.


La anciana lo miro con prepotencia, de manera calmada se inclinó hacia su abogado para decirle algo al oído. Lo más seguro es que alegaría que Leiko en su rabia la acusaba sin fundamento; definitivamente, dejaría sola a la pobre muchacha que utilizo.


Con la misma actitud, Masao espero la decisión del juez. La estrategia había funcionado hasta el momento... La voz del magistrado se alzó sobre los murmullos.


- Ante las nuevas pruebas presentadas por el abogado de la defensa al momento de llamar a la testigo – el semblante de la madre de Sakura se tensó ¿cuáles pruebas? – dicto orden de aseguramiento por falsedad en testimonio, manipulación de información y complicidad en atentado de homicidio, a Kirishima Leiko – arreglando las gafas sobre su nariz, suspiro concluyendo la sentencia – alias Matsumoto Emiko.


El silencio se apodero de la sala. La ahora acusada se levantó cuando dos oficiales se dirigieron hacia ella, debía hacerse responsable de sus acciones por participar en una tonta venganza. Antes de abandonar el estrado, el abogado de Takafumi realizo su última pregunta:


- ¿Por qué lo hizo Matsumoto? ¿Por qué atacar a quien la ayudo?


Ella sonrió, le pareció ridículo el cuestionamiento. Acaso ¿no era evidente?... de todas formas respondió:


- Por lo único que vale la pena vivir: Por amor. – Hablo con total seguridad observando a su "supuesta" tía.


- ¿Por eso lo destruyo?


- ¡Hmm!, - bufó - si no le es suficiente, entonces pregúntese Tadachi porque lo haría usted: ¿por envidia a la devoción que siente hacia Kirishima?, o quizás ¿por los celos que le despierta ver la forma en que bromea con Henmi?, o tal vez ¿por la ansiedad que le carcome al ver las sonrisas que le da a Yukina?, o de pronto ¿por la ira que le despierta saber que a pesar de todo, siempre será incondicional con Takano?... - la mujer no había despegado su mirada del abogado quien apretaba los puños al ver descritos en cada frase de manera precisa sus sentimientos. - Pero sobre todo... porque al igual que yo es totalmente consciente que usted nunca tendrá la oportunidad de convertirse en su amante.


Matsumuto salió del recinto sin agregar una frase más, Hiyori aferró fuertemente la mano de su padre, en ese momento entendió que significaba la frase "sentir lastima por alguien", porque ese fue el único sentimiento que despertó en ella la ex esposa de su padre.


Sin darles tiempo de procesar lo acontecido, el nombre de su abuela resonó en la sala. Los ojos de la mujer se encontraron con los suyos, las emociones que le transmitieron le dieron escalofríos. Se sentó en el banquillo de los acusados y previo a que le hicieran cualquier pregunta, rebuscando en su cartera, saco un arma y disparo a Kirishima...


*


*


*


*


...Mientras se acercaba a la figura de su padre arrodillado frente a la tumba de Sakura, la castaña agradecía por los tres años que habían pasado alejados de todos los sucesos acontecidos después de esa tarde.


Aunque en Tokio rara vez cae nieve, esperaba que el frio viento de diciembre le diera la oportunidad de tener esa experiencia antes de volver a su actual hogar en Nueva York. Agachándose al lado de su progenitor, le dio un beso en la mejilla. De aquel día solo la cicatriz en el hombro derecho de Kirishima recordaba la locura y el odio en que estaba sumergida su abuela.


Zen devolvió el saludo abrazándola para dejarla recostada en su pecho, los suaves latidos de su corazón, le dieron a Hiyori una sensación de sosiego, la voz de su padre llegó suavemente a sus oídos.


- Perdón Hiyo...


- No hay nada que perdonar, tú no querías que mamá muriera.


- Lo digo por no haber aclarado en su momento lo dicho por tu abuela, pero realmente ni yo comprendía de lo que estaba hablando.


- Eso ya paso... – Zen acaricio el cabello de su niña, a sus dieciséis años y después del ataque a Yokozawa, vio a su pequeña convertirse en una mujer buena y fuerte, pero con su corazón endurecido y cerrado a la posibilidad de amar.


- Al conocer a tu madre la veía como una tonta niña llena de normas y prejuicios, pero al sentir ese orgullo y fortaleza que desplegaba en cada una de sus acciones, me sentí atraído. Cuando se declaró inmediatamente acepte... ¿Sabes? El miedo a que me rechazara evito que tomara la iniciativa. – Hiyori entorno lo ojos, sabía que su padre podía comportarse parecido a un crío. – Nuestro amor fue como debía ser, dulce, sin dudas, sin malicia, disfrutamos cada instante como si fuera el primero...simplemente, porque cuando te enamores por primera vez, te darás cuenta que eso es lo correcto en ese amor.


- ¿A dónde quieres llegar? – Hiyori se levantó para ver la cara de su padre, algo en esa conversación la comenzó a incomodar.


- Sin embargo, como todo sentimiento, también posee un lado oscuro... y en nuestro caso fue el miedo a perdernos. Sakura me mintió ocultando lo de su enfermedad, no supe de lo grave que era sino hasta que naciste... y por mi parte, el deseo de mantenerla a mi lado me convirtió en alguien dependiente de ella al punto de inutilizarme.


- Padre no entiendo... - Kirishima sollozo.


- Hiyori perdóname por ser tan egoísta. Después de tantos años, cuando fui consciente que había vuelto a amar, que las emociones que sentía eran nuevas y definitivamente más fuertes que las que sentí por Sakura, me asuste de perder mi oportunidad. Fui irracional y manipulador...comprendí el lado terrible del amor, el posesivo, pero no menos intenso y real... - el editor miró a su hija con una tristeza absoluta, luego volteo la cara y cerró los ojos para hablar tratando de convencerse a sí mismo de sus propias palabras, - princesa me equivoque al imponerte a Takafumi, forzarte a ver a un hombre como mi pareja y el remplazo de tu madre – la castaña abrió los ojos y sacudió la cabeza procurando no juzgar a su padre por lo que decía, pero la siguiente frase la indignó – Perdón por cometer el error de haber amado a Yokozawa.


La cachetada que le dio su hija hizo que la cara le ardiera. La chica se alejó de su aparente protector respirando agitada. Señalando la lápida, le grito.


- Ella es una hermosa memoria, alguien que respeto porque me dio la vida, pero para tu conocimiento, Takafumi - haha, me brindo el apoyo que nadie me había dado. Como mujer agradezco a ese hombre cada instante que compartió conmigo; como hija, te informo que él estuvo conmigo en los meses que tú te alejaste. – Zen se incorporó tratando de cogerla, Hiyori rechazo su mano, nunca había visto en los ojos de su hija tanta rabia, tanto odio – Si deseas vivir con el recuerdo del primer amor, hazlo. Yo prefiero hacerlo con el del verdadero.


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