Steve condujo sin bajar ni un milímetro la velocidad enfilándose hacia el centro de la ciudad. La atravesaron a toda velocidad hasta llegar al aeropuerto. Tal como salieron de la casa, entraron al aeropuerto, tirando la puerta abajo. Se enfilo al hangar número trece. En el había un avión al lado del cual estaciono para bajar a toda prisa. Subieron la escalerilla y entraron al avión. Se sentaron frente a frente y pusieron los cinturones. Danny respiro hondo cerrando los ojos y dejo escapar sus lágrimas. Él era un hombre fuerte pero eso era demasiado incluso para él. No supo cuando había empezado a llorar abiertamente, ni cuando Steve le quito el cinturón para levantarlo y sentarlo en sus piernas mientras este se acurrucaba contra su pecho.
- Estaremos bien – susurro Steve – lo prometo
- Éramos familia – dijo Danny – ¿En qué momento eso cambio?
- Aun somos una familia – dijo Steve –, tú, yo y los niños. Sera la última vez. Lo prometo. El ultimo sobresalto.
- No Steve – dijo Danny sin alejarse de su pecho –, ambos sabemos que no será el ultimo.
- Shh – dijo Steve besándole la frente – todo va estar bien. ¡Los niños! ¿Dónde están los niños?
- Se suponía que estarían aquí con tus padres – dijo Danny nervioso
- Mami – dijo Grace al subir corriendo
- ¡Grace! – dijo poniéndose de pie y abrazándola
- Tenia miedo – dijo ella sollozando
- Tranquila – susurro besándole el cabello
- Ven con papá – dijo Steve tomándola en brazos
- Que bueno verlos – dijo John entrando con Doris que traía a Charlie en brazos
- Hijo – dijo Danny tomando a Charlie – ¿estas bien, campeón?
- Tenemos que salir de aquí ahora – dijo Doris sentándose
- ¿Dónde iremos? – dijo Danny y tanto Steve como sus padres se miraron entre si –. ¡Ay, por favor! – protesto Danny – te saque de una emboscada y pude…, lo que quiero decir es que creo que ya deje claro que no me voy a amotinar
- Hainan – dijo Steve
- ¿Y donde diablos es eso? – dijo Danny frunciendo las cejas
- Es una isla china – dijo Steve –, te va gustar
- ¿Más agua? – dijo Danny sorprendido y molesto a la vez
- Mas agua – dijo Steve sonriendo
- Genial – farfullo Danny –, otra isla
- Te recuerdo – dijo Steve – que vivimos todos estos meses en una isla
- Solo espero que no haya piñas – protesto Danny
- Las mandare traer para ti, ya que tanto te gustan – dijo Steve ganándose una mirada asesina de parte del rubio
El avión despego sin contratiempos. Media hora después, tanto los padres de Steve como los niños se durmieron debido a la adrenalina que habían vivido las últimas horas. Danny se levanto y fue al baño. Se lavo la cara y se miro al espejo. Sus lágrimas cayeron sin control mientras él apoyo su espalda en la pared y se resbalo hasta quedar sentado en el piso. Pudo haber tomado a sus hijos y escapado aprovechando que sus amigos estaban ahí. Sin embargo, ¿Qué había hecho? Había salvado al maldito estúpido que solo lo lastimaba una y otra vez. Suavemente se abrió la puerta, pero no levanto la vista. Sabía de sobra quien era. Sintió como el Marine se sentaba a su lado y lo abrazaba por los hombros mientras lo atraía hacia su pecho besándole el cabello.
- No sabes cuanto te odio McGarrett – dijo Danny tranquilizándose
- ¿Por qué te quedaste? – pregunto Steve realmente intrigado – ¿Por qué me salvaste?
- Porque te amo, grandísimo imbécil – dijo Danny – siempre te he amado
- ¿Entonces por que huyes tanto de mí? – dijo Steve
- Porque no-soy-mujer – dijo Danny – soy un hombre que te ama. Siento como uno y quiero ser tratado como uno. Uno que te ama perdidamente, pero desgraciadamente tú no me amas a mi – dijo llorando
- Claro que te amo – dijo Steve
- Quien ama no hace todo lo que tú me has hecho a mi – dijo Danny llorando –. No humilla. No maltrata. No viola
- Perdóname – imploro Steve
- Quisiera tanto arrancarte de aquí – sollozo Danny golpeándose el pecho – pero ya es imposible. Te llevo impregnado en cada célula de mi cuerpo que la única forma de librarme de ti es matándote, pero no puedo hacerlo porque te amo, y es ese amor me va terminar matándome a mi
- Ya – susurro Steve abrazándolo contra su pecho –, tranquilo
- Te odio, porque duele amarte tanto y no haces nada para que no sea así – sollozo –. Dolía amar al Marine. Dolía amar a mi compañero de Cinco Cero. Dolía amar a mi mejor amigo. Y duele amar al jefe de la Yakuza. No importa como te ame. Me dueles Steve McGarrett. Me dueles como nada en este mundo lo ha hecho antes
- Danno – susurro Steve – cálmate
- Haz que pare – suplicaba aferrado a su camisa –, ya no quiero que duela
- Ya no dolerá – dijo Steve acariciándole el cabello –. Lo prometo. Ya no dolerá
Sentados en el piso de aquel baño, y entre los brazos del único hombre que amaría en su vida, Danny por fin se sintió libre de todo tipo de ataduras como nunca en su vida lo había hecho antes
* * *
Hainan es una isla frente a las costas chinas que esta bajo la bandera de dicho país. Steve McGarrett había escogido ese lugar para establecerse con su familia, ya que China no tenia tratado de extradición con los Estados Unidos. Gracias a los contactos que tantos sus padres como él poseían, podía manejar la organización desde ese lugar sin ningún tipo de problemas.
Cada integrante de su familia había adquirido una nueva identidad, aunque en la intimidad de su hogar usaban sus verdaderos nombres. Danny había demostrado con hechos de que, él, y nadie mas, debía ser la mano derecha de Steve McGarrett en ese mundo donde las traiciones iban y venían exactamente como las olas de mar que miraba desde la playa en esos momentos, mientras veía como Grace jugaba con Charlie en la arena vigilada muy de cerca por Danny
- Papá – grito el niño en cuanto vio al ex Marine y corrió hacia él que lo alzo en brazos
- ¿Qué estas haciendo? – pregunto steve
- un castillo de arena para mí papi – dijo el niño emocionado
- ¿Solo para papi? – dijo Steve levantado una ceja
- No – dijo Charles riendo – para ti también papá, pero papi va mandar, como siempre – y Danny lanzo una carcajada estruendosa
- ¿Y tú de que te ríes? – dijo Steve de manera cortante
- Nada – dijo Danny sonriendo – solo me acorde de un chiste que me contó Matt
- Hace mas de seis años que no lo ves – dijo Steve
- Pero aun recuerdo sus chistes
- ¿Quién es Matt? – pregunto Charlie
- Nuestro tío – dijo Grace
- ¿Por qué nunca nos visita? – dijo Charlie curioso
- Siempre está ocupado – dijo Danny
- ¿Cómo tú y mi papá? – dijo Charlie intrigado
- Mas ocupado aun – dijo Steve
- Es que él es una persona muy importante – dijo Steve
- Entonces ¿Tú no eres una persona importante? – pregunto Charlie con autentica curiosidad, ganándose una carcajada de Danny y Grace
- Claro que lo soy – dijo Steve mirando feo a los otros dos
- Pero tú dijiste que no podemos verlo porque es una persona muy importante – dijo Charlie – y yo te veo a ti todos los días
- Sal de esa con tu habilidad de súper ninja – dijo Danny sonriendo
- Yo…. – dijo Steve
- No es tan fácil ¿eh? – dijo Danny
- Si lo es – dijo Steve cruzando los brazos e inflando el pecho, por lo que Danny y Grace se rieron nuevamente – Cuando seas mas grande lo vas a entender – dijo Steve intentando zanjar el asunto
- Mañana seré mas grande – dijo Charlie – ¿Mañana lo voy a entender? – y tanto Grace como Danny lanzaron otra carcajada
- Eh… no – dijo Steve – un poquito mas grande aun
- ¿Pasado mañana? – pregunto con curiosidad Y otra carcajada de Danny se hizo escuchar
- Cuando pases a papi en tamaño – dijo Steve sonriendo con malicia
- Mmmm – dijo Charlie golpeándose el mentón con un dedito – ¿el otro año?
- No fue gracioso – protesto Danny viendo ahora como se reían Steve y Grace
* * *
Rachel temblaba con el sobre entre sus manos. Era la confirmación que todo era cierto. Stand a su lado no emitía ninguna palabra. Los habían engañado durante cuatro largos años haciéndole creer que sus hijos estaban muertos.
De pronto una rabia desmedida nació en ella. Encontraría a esos dos infelices que le habían arrebatado su razón de ser, y se vengaría. Los refundiría en una prisión y recuperaría a sus hijos aunque en ello se le fuese el resto de la vida.
Si Danny o Steve McGarrett creían que ella tendría miedo de enfrentarse a la mafia para recuperar a sus hijos, ellas les enseñaría cuan equivocado estaban. Pensó en darle el pitazo a los Cinco Cero, pero se contuvo. Ellos habían estado presente cuando McGarrett con el más grande de los cinismos les había dicho que sus hijos estaban muerto. ¡El los había secuestrado! Pero lo pagaría, claro que lo haría. Utilizaría todo lo que estuviese en sus manos para recuperar a sus hijos y… matar a sus secuestradores, aunque fuese lo último que hiciera en la vida