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La raíz de mis deseos por Ilusion-Gris

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El ruido que provocaban mis uñas al golpear inconscientemente la mesa de madera hicieron que Tenten me mirara un poco molesta.

—Neji, ¿te sientes bien? —Me observó ahora con cara de preocupación.

—Sí, ¿por qué lo preguntas? —Calmé mi mano inquieta y comencé a escribir con fingida tranquilidad.

—No lo sé, pero estás raro.

—¿Raro?

—Es que...

—Gay, cuando te dicen que eres raro es porque te quieren decir gay. —Temari que estaba en la mesa de enfrente se giró y nos sonrió triunfante.

—No me refería a eso —mi amiga me miró alarmada—, Temari lo malinterpreto, yo solo...

Bajó la mirada avergonzada.

—¿Y? —Temari me miró con una ceja en alto.

—¿Y? —La imité sin mucho ánimo.

—¿Quién es el chico por el que te volviste gay?

No contesté nada, si le respondía saldría perdiendo y es mejor ignorar los comentarios absurdos.

Bien, tal vez sí era un chico el que me tenía inquieto, pero eso no significa que me guste o sienta algo raro. Que alguien te perturbe no significa amor, menos si estamos hablando de Sasuke, solo era que ese chico me provocaba curiosidad, sí, era eso, curiosidad y punto.

—Temari te puedes voltear y leer la página sesenta y tres del libro —habló el profesor desviando la atención de la chica.

Después de esa extraña conversación, las siguientes clases transcurrieron con normalidad hasta la hora del almuerzo.

[...]

Caminaba lento hacia el comedor, Tenten había salido corriendo al leer un mensaje en su celular y Lee se quedó con el maestro pidiendo la oportunidad de presentar una actividad después de la fecha acordada. Le había dicho a Lee que me alcanzara en la cafetería.

Estaba por llegar cuando Tenten me jaló del brazo y me arrastró por el pasillo contrario hasta llegar a un lado del edificio donde me ordenó que me escondiera detrás de un arbusto.

—¿Qué haces? —hablé enfadado.

—Silencio. —Puso un dedo en sus labios—. No digas nada, después te explico —respondió con una expresión extraña.

Estaba por replicar cuando de pronto dos personas se acercaron. Moví una rama que me impedía ver.

¿Querías decirme algo? —habló un chico y me sorprendió notar que se trataba de Sasuke.

Gracias por venir, no quería quitarte tiempo, pero... —La chica frente a él comenzó a jugar con un mechón de su cabello—. Quería que supieras que me gustas.

Bien, ahora lo sé, así que ¿ya me puedo ir? —Sasuke la miró con una expresión de total indiferencia.

Dime, ¿crees que soy idiota? —La chica le habló con tono de burla—. Sé que media escuela se te ha declarado y a todas sin excepción has rechazado. —Lo miró desafiante y agudizó su voz—. Haré lo que me pidas... Sasuke.

Con uno de sus brazos rodeó el cuello del azabache, pegándose a su cuerpo descaradamente.

Y tú dime, ¿crees que eres la única que estaría dispuesta a hacer lo que sea por mí? —Apartó su brazo sin delicadeza—. Pues obviamente no, yo puedo tener a quién yo quiera y tú no me interesas.

Se alejó de ella, hasta desaparecer de su vista y también de la mía. Me quedé estático. La manera en que la rechazó me pareció muy grosera, pero también la chica no se declaró de una forma romántica.

No sabía qué pensar.

—Tenten... Será mejor que nos marchemos. —Jalé de su mano hasta salir de los arbustos—. ¿Me dirás por qué espiábamos?

Me miró apenada.

—Verás... Hay una aplicación muy famosa donde se publican secretos, casi toda la escuela la tiene, ¿no la conoces? —Alcé una ceja con desconcierto—. Bueno... Alguien publicó que se confesaría a Sasuke y que él la aceptaría, dijo que estaría en el instituto y que la buscáramos para ver toda la escena.

—¿Y? —No entendía a donde quería llegar ¿y yo qué tenía que ver con esto?

—Ino me mandó un mensaje... Ino es una chica de primero —me explicó—. Me pidió que le ayudara a encontrarlos, nos repartimos los lugares más probables, pero al final me dio miedo ir sola y te vi a unos pasos de mí, te llevé conmigo por si me descubrían, entonces podríamos fingir que estábamos platicando desde antes que llegaran.

—Bien, creo que espiar una conversación ajena es incorrecto y no entiendo por qué les interesa que él la acepte.

—Más bien lo contrario —se rascó la mejilla nerviosa y se ruborizó—, Sasuke Uchiha es un chico muy guapo y popular... Supongo que algunos corazones se romperán si él encuentra una novia.

Su comentario me molestó.

—Lamento haberte metido en este asunto. —Juntó sus manos en modo de disculpa.

—No importa, mejor vamos a la cafetería, Lee nos debe estar esperando.

Caminamos de vuelta al comedor, nos sentamos en la mesa que Lee había apartado, almorzamos y platicamos sobre lo que el profesor le dijo a mi amigo, no se volvió a mencionar lo del menor, cuando terminamos nos dirigimos a clases y el resto del día transcurrió tranquilo.

[...]

Era jueves, en la tarde tuve ensayo donde me avisaron que Pain se mudaría con los chicos a otro lugar, ya tenían todo en cajas, era obvio que se irían, por lo que los ensayos se harían en casa de un chico llamado Tobi. «Un apodo muy extraño», pensé. Me dieron su dirección ya que el próximo ensayo sería en su casa.

—¿Crees que se te dificulte llegar? —me preguntó Pain.

—No, en realidad me queda a la misma distancia, solo que en dirección opuesta. —Le sonreí.

—Mamá Pain, no te preocupes por tu pequeño hijito —se burló Kisame.

—Yo diría que la madre es Itachi y Pain el padre —comentó con sarcasmo Hidan.

Deidara sonrió divertido y me pellizcó las mejillas.

—El pequeño bebé es Neji...

—En realidad el que más nos preocupa eres tú, Deidara, Neji se sabe cuidar solo, pero contigo hay que estar detrás de ti todo el tiempo, más porque ya no está Sasori para protegerte. —Itachi recibió una mirada de odio por parte del mencionado.

—Bien, chicos, si ya terminaron su charla deberíamos continuar —habló Konan callando a todos.

[...]

El ensayo terminó y me dirigí a casa. Había dos autobuses que me llevaban en quince y treinta minutos respectivamente. Me gustaba tomar el de media hora porque rodeaba la ciudad, me gustaba relajarme en uno de los asientos traseros, donde a veces escuchaba música o en ocasiones me llevaba un libro para leer.

[...]

Cuando llegué a casa estaba todo en silencio, a mi tío le gustaba llevar a sus hijas al cine los jueves, yo los acompañaba en ocasiones, pero desde que estaba en Akatsuki no lo había vuelto a hacer.

Me subí a mi cuarto donde me duché, terminé con unos deberes de la escuela y a las once en punto apagué la luz de mi cuarto y traté de dormir.

[...]

Desperté sudando y con mechones de pelo pegados en la frente, había tenido una pesadilla, pero incluso aunque acababa de despertar no recordaba absolutamente nada.

Hice mi rutina diaria, me sentía bastante nervioso, hoy dormiría en casa de Itachi y quizá en el cuarto de Sasuke.

Cuando el reloj marcó las ocho de la noche comencé a meter la ropa que llevaría cuando tocara, también pijama, cepillo de dientes, jabón y champú; terminaba tan sudado que siempre llegaba a bañarme, la ropa con la que me iría sería la misma con la que regresaría; mi corazón latía tan fuerte que pensé se saldría.

A las nueve bajé de mi cuarto para despedirme.

[...]

—Tío —le hablé antes de salir—. Me tengo que ir, nos vemos mañana por la mañana.

—Neji, aún no me has dado la dirección. —Dejó unos papeles que estudiaba en la mesa y me miró severo—. Si algo sucede y tenemos que ir a buscarte, ¿a dónde iremos si nunca nos das la dirección?

Se me iluminó el rostro, Sasuke era un compañero de escuela, le podía dar el domicilio de Itachi y así no mentiría del todo.

—Perdón tío, se me había olvidado. —Apunté la dirección en una hoja de la agenda que estaba junto al teléfono y se la entregué.

La miró con algo de desconfianza.

—Cualquier cosa nos llamas, que te vaya bien, Neji.

—Gracias, hasta luego —me despedí, observé a Hinata sentada en el sillón del fondo y le sonreí.

[...]

Llegué a las diez al bar donde acomodamos los instrumentos, Itachi afinó su guitarra y la de Pain, ya que él tocaría hoy con nosotros. Hidan afinaba su bajo, mientras Deidara y Konan hacían ejercicios de garganta.

Una vez listos, verificamos el sonido que salía del amplificador y comprobamos que el volumen de las bocinas fuera adecuado.

Dieron las once y comenzó a llegar la gente, después de quince minutos empezamos a tocar, el ambiente estaba animado y nosotros nos entregamos a la música.

Terminamos a las tres de la madrugada, bajamos al principio llenos de energía, pero a los minutos el cuerpo comenzó a pasarnos factura.

[...]

Itachi me llevó a su casa. Estábamos en su auto cuando comenté:

—Espero no despertar a Sasuke cuando llegue.

—No te preocupes, él siempre está despierto, se pone a leer o tocar la guitarra.

—¿Tú le enseñaste? —Lo miré con curiosidad.

—No, no sé de donde aprendió, pero toca muy bien. —Me devolvió la mirada y sonrió.

[...]

Cuando llegamos observé disimuladamente su casa, era un departamento sencillo con dos habitaciones a la izquierda, un baño sencillo al centro, cocina y sala a la derecha. Itachi me dijo que me duchara primero. El baño era amplio y cuando terminé me cambié dentro, cuando salí Itachi se acercó a mí.

—La secadora está en mi habitación, puedes usarla para que no te duermas con el pelo húmedo.

Él me comprendía, también tenía el pelo largo como yo.

—Gracias. —Me apresuré a hacer lo que me recomendó.

Cuando salió Itachi del baño me dijo que él comenzaría a hacer una tarea, pero que en el cuarto de Sasuke ya estaba todo listo para que durmiera.

Al abrir la puerta se iluminó el interior por la luz que se filtraba de la habitación de Itachi, entré con cuidado, alcancé a distinguir el cuerpo de Sasuke envuelto en las sábanas en la orilla de la cama pegado a la pared.

«Creo que ya está durmiendo», pensé, de su cama salía un colchón por debajo como un cajón, era una cama doble, cerré la puerta tras de mí y cuando mi vista se acostumbró a la oscuridad me acerqué con cuidado para no hacer ruido, me acosté y mi corazón comenzó a latir rápidamente, pensé que me costaría dormir, pero mi cuerpo se relajó rápidamente y sin darme cuenta perdí la consciencia.

• Narra Sasuke •

Escuché cuando Itachi y Neji llegaron a la casa, rápidamente apagué la luz y me hice el dormido.

Mi hermano tocó la puerta y al no recibir respuesta entró.

Alcancé a escuchar cómo alguien estaba en la regadera.

—Sasuke, sé que estás despierto, cuando entre Neji deberías saludarlo. —Se quedó un momento esperando que hablara, pero no lo hice, suspiró rendido y se marchó.

Traté de dormir, pero mi corazón comenzó a acelerarse sin permiso. No me gustaba dormir con nadie cerca de mí, me estaba poniendo nervioso cuando alcancé a escuchar cómo usaban la secadora. «Con ese pelo tan largo tardará años», pensé.

Me revolví en la cama inquieto cuando oí unos pasos acercándose, me pegué a la pared para darle la espalda cuando entrara. Escuché cómo cerró la puerta, pero no se acercó.

«¿Qué hace ahí parado?», me quejé en mi mente. Se acercó lentamente, ya había preparado su cama para que no hiciera mucho escándalo al entrar. Sentí cuando se acostó, la cama tembló ligeramente, me quedé estático, no quería que se diera cuenta que estaba despierto, mi cuerpo se comenzó a entumir por lo que agudicé el oído para detectar si ya se había dormido.

Escuché una suave respiración. «Genial, él duerme tranquilamente y yo no puedo ni pegar los párpados», pensé con frustración.

Las horas pasaron y yo dormitaba en ratos sin lograr del todo descansar, cuando la luz del sol comenzó a entrar por mi ventana me decidí a asomarme para verlo. Me acerqué lentamente. Bajé la mirada y lo observé.

Tenía el pelo suelto y revuelto. Parecía que tenía un aura a su alrededor, un aura de cabello de aspecto muy suave y fino. Dormía plácidamente, su pecho subía y bajaba con lentitud, su boca estaba entreabierta y lo miré hasta que mis párpados se sintieron pesados y hasta lograr entrar a un mundo onírico.

• Narra Neji •

Abrí los ojos y lo primero que vi fue el techo color azul.

Mi mente todavía no despertaba del todo y no pude reaccionar apropiadamente.

¿Qué hora sería? ¿Dónde estaba?

Recordé el día anterior. Había caído en un profundo letargo en cuanto mi cabeza tocó la almohada. Froté mis ojos y al enfocar la vista reparé en Sasuke, estaba profundamente dormido en el borde de la cama, me sorprendió que no me cayera encima por la noche. Se veía tan pacífico, sus espesas pestañas resaltaban en su rostro, me pareció lindo.

Me levanté y fui al baño con cuidado para no despertar a los hermanos Uchiha, lavé mis dientes y me cambié.

Había dejado mi mochila en la sala para encontrarla fácilmente, metí la mano y saqué mi celular, al revisarlo me di cuenta que eran las diez de la mañana.

Era hora de marcharme.

Me daba pena despertar a Itachi, más cuando sabía que probablemente apenas se había acostado. Toqué su puerta y esperé a que contestara.

—Mi hermano tiene el sueño pesado, se levantará por lo menos en tres horas más.

Me sobresalté al escuchar a Sasuke detrás de mí.

—¿En serio? —Giré para mirarlo de frente—. Lamento si te desperté, pero me esperan en casa antes de las once.

—Bien, te llevo a la salida. —Dio media vuelta y tomó unas llaves colgadas en la pared—. ¿No olvidas nada? —Me observó con cara de póker para después caminar a la puerta.

—No, gracias por su hospitalidad y perdona las molestias —hablé detrás de él.

—Por nada.

Cuando salí agregué:

—Hasta luego y de nuevo gracias.

—Nos vemos. —Cerró la puerta.

[...]

No sabía qué sentir.

Itachi había sido muy amable conmigo, pero su hermanito era un malcriado, arrogante y descortés. Sentí como la sangre me hervía.

No merecía ser tratado de esa forma, yo nunca le pedí ayuda a Itachi, él se ofreció. Sí, era consciente que me estaba haciendo un gran favor y se lo agradecía, pero eso no significaba que tenía que soportar a Sasuke.

Caminé enfadado hasta la parada de autobús donde tomé el primero que pasó, bajé a unas cuadras de mi casa y hasta las nueve de la noche estuve encerrado en mi cuarto maldiciendo todo lo que se me cruzaba por enfrente.

• Narra Sasuke •

Estaba molesto. Sentado en la parte trasera del auto de Itachi.

En cuanto despertó me preguntó si había invitado a desayunar a Neji. «Yo por qué tengo que atenderlo, fue tu invitado, no el mío», le contesté con sarcasmo, me fulminó con la mirada y en todo el día no me dirigió la palabra.

Estaba a punto de salir a casa de Sakura, vería un maratón de películas de terror con Naruto, Ino y Shikamaru, cuando cerró la puerta y me ordenó acompañarlo al bar.

Por eso estaba en su auto, con los brazos cruzados mientras miraba su espalda con odio para que se sintiera incómodo, pero al desgraciado no parecía afectarle, sino lo contrario, alentaba mi enojo mirándome por el espejo retrovisor y sonriendo.

Bajé del auto sin esperarlo, al entrar al bar subí al segundo piso, me senté en una esquina enfrente del balcón donde se veía el escenario, serían cinco largas horas esperando a Itachi.

Pasaron unos diez minutos, bajé disimuladamente la mirada, los chicos de Akatsuki acomodaban sus instrumentos y con la mirada recorrí todo el escenario hasta detenerme en Neji, parpadeé varias veces por la sorpresa. Parecía otra persona.

Bien, sabía que era una banda de rock por lo que su vestuario tenía que ser acorde a lo que tocaban, pero Neji que siempre vestía el uniforme con pulcritud, hoy llevaba un pantalón negro un poco ajustado, roto en las rodillas y en los muslos, colgaban en jirones los hilos y su piel nívea lucía libremente por los agujeros, traía puesta una playera blanca un poco floja con un estampado negro de un águila con las alas extendidas y encima una chaqueta negra que se quitó al estar tan atareado de un lado a otro, y su pelo, su pelo estaba suelto, tenía una pañoleta que impedía que el cabello se le escapara a la cara, pero aun así bailaba alegremente en su espalda, se veía tan largo, más largo de lo que imaginé.

«Hermoso», pensé.

¿Qué? Probablemente estaba tan sorprendido de ver a Neji de esa forma que pensé algo tonto, sí, eso debía ser, yo no creía que los chicos eran hermosos, me acomodé en mi asiento, pero inconsciente mi mirada que vagaba por todas partes siempre regresaba a un mismo punto, al darme cuenta que siempre terminaba mirando a Neji volteaba al lado contrario, pero al final me rendí y lo contemplé en silencio.

Tenía el ceño ligeramente fruncido, estaba concentrado ensayando unas notas en el teclado, se mordió el labio por reflejo y por reflejo mordí el mío, Hidan se acercó a él, puso la mano en su hombro y se acercó a su oído, le susurró algo que lo hizo reír, eso por alguna extraña razón me hizo sentir incómodo, estaba tan concentrado observándolo que cuando menos lo esperé su mirada se posó en mi dirección, entrecerró los ojos para distinguir mejor, pero aquí arriba estaba tan oscuro que era imposible ver algo, aun así me incliné hacia atrás para no darle la oportunidad de descubrirme. ¿Había sentido que lo miraba?

Los minutos pasaron y las luces se apagaron para dejar solo el escenario iluminado, el sonido invadió todo a mi alrededor, era Uprising de Muse.

Deidara cantaba mientras los otros tocaban, las personas se pararon a bailar y cantar.

Itachi y Neji con voz de fondo, algunas chicas los miraban con deseo y yo no podía juzgarlas ya que mi mirada no se apartaba de la forma en que Neji tocaba con elegantes movimientos, sus dedos parecían acariciar las teclas mientras cerraba los ojos y cantaba, sus pies se movían al ritmo y una sonrisa escapaba de sus labios.

Al terminar tocaron In my remains, se fueron alternando canciones de Muse a canciones de Linkin Park hasta que terminaron con The Catalyst.

Cuando llegaron al final Deidara y Neji elevaron la voz, después poco a poco la música bajó de volumen hasta que todo quedó en silencio.

Los gritos estallaron, pedían más, pero ya todo había terminado.

[...]

El silencio que se formó en el auto camino a casa comenzó a impacientarme, Neji iba en el asiento trasero, Itachi no intentó entablar conversación por lo que yo no podía hacer más que mirar por el parabrisas. Cuando llegamos ellos se metieron a bañar y yo corrí a mi cuarto, me puse el pijama y me acosté cerrando los ojos con fuerza para desconectar los pensamientos extraños que se formaban en mi mente.

Esa noche Neji durmió en la habitación de Itachi y cuando desperté ya no estaba.


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