Tus ojos hacen magia, son magos, los abriste
Y ahora se reflejan las montañas en los lagos
La única verdad absoluta
Es que cuando naciste tú
A los arboles le nacieron frutas
-Mírame a los ojos Anthony… Pase lo que pasa mira mis ojos.-Mencionaba el joven Rumano mientras sostenía la mano del Neoyorquino.-No es la primera vez que lo haces, solo inhala y exhala.- Mientras mencionaba estas palabras, su mano era fuertemente estrujada por el millonario… Sinceramente él hubiese preferido que el mayor hubiese pasado por una cesárea para evitarle aquel sufrimiento. Aunque lo más sensato hubiese sido no volver lo a embarazar, pero es que siendo justos el embarazo le sentaba de maravilla, además el embarazo de Peter no fue exacta mente bueno…
-¡Nunca más me vuelvas a tocar Maximmoff!-Grito el castaño para respirar profundamente es cuchando el primer llanto, sonriendo ampliamente al escuchar a uno de sus pequeños.
-Aquí está el primero es un varón saludable.-Indico la enfermera enseñando a la pareja al recién nacido.-
-En un momento sentirá una nueva contracción, necesito que puje… Este saldrá aún más rápido y así suce…-
-¡Solo sáquelos de una maldita vez!-Grito el moreno sintiendo la contracción, para volver a pujar y terminar de romper la mano del alterado por la fuerza que el millonario aplicaba, pero se repetía que ello valía la pena… Todo ello valía la pena.
Y así pasaron algunos minutos hasta que se escuchó un segundo llanto y el medico indicaba que era otro varón saludable el que había nacido. Aquello hizo sonreír ampliamente a la pareja, para que de improviso la siguiente contracción llegara sacándolos de su estupor y el moreno tomara de nueva cuenta la labor de parto. Pero esta vez no se escuchó nada cuando el último bebe nació y eso, les espanto a ambos padres.
-¡¿Qué es lo que está pasando?!- El tono del moreno era alarmante, no solo el parto se había adelantado a la maldita fecha estipulada.
-Una niña.-Fue lo único que recibieron en respuestas, después de ello una enfermera tomo al pequeño bulto y lo saco de la sala.-Por favor Sres. Tranquilícense, esto afectara mucho su salud.-
-¡Me importa una mierda! ¡Quiero a mi bebe!...- Los gritos se hicieron más fuertes y al igual que el forcejeo del doncel. Ni si quiera Pietro podía controlarle, por lo cual tuvieron que recurrir a los sedantes.
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El castaño se despertó desconcertado, al observar alrededor puedo recordar que se encontraba en el hospital y rápidamente toco su vientre… Tan plano y vacío. ¡¿Dónde carajos estaban sus bebes?! , empezó a buscar con desesperación, que rápidamente se acompañó con gritos estruendosos por todo el cuarto llegando hasta el corredor. Alarmando a todo el personal presente en el hospital, que en poco tiempo se encontraban ya en la habitación del millonario tratando de calmarle. Hasta que apareció el corredor, para tranquilizar a su pareja antes de que lo sedasen.
-Anthony respira…- Prácticamente grito el peliblanco, tomando el rostro de su pareja entre sus manos. Haciendo que este se centrase en su mirada.- Dragontea, respira… Si no lo haces, tendrán que sedarte.- En ese momento el cerebro del moreno, conecto la información, empezó a respirar profundo dejando que el oxígeno entrase en sus pulmones lentamente. Hasta poder sentirse más liviano.
-Mis bebes.-Musito por lo bajo, tomando la mano de Pietro llevándola a su vientre vacío.- ¿Dónde están?... Pietro dime que están bien.- Aquello dejo desconcertado al rumano, enterneciéndolo y preocupándole de sobre manera al ver a su anciano de aquella manera.
-Draga tranquilo, los bebes están bien… Sólo que cuando la pequeña nació hubo un pequeño susto nada más…-
-¡¿Qué carajos le paso a mi pequeña, Maximmoff?!- Exigió el millonario alejando al menor de el
-Nada importante… En un momento traerán a los pequeños.-Rápidamente envolvió entre sus brazos al moreno que no satisfecho con aquello, pero tampoco replico ante la idea de que sus bebes serían llevados prontamente a sus brazos. Después obtendría respuestas a todas sus preguntas con el médico y su marido presentes.
Pasados unos minutos en los cuales fue mimado y llenado de afecto de parte del Rumano, que no dejaba de agradecer el precioso regalo que le había dado y jurando que nunca más lo embarazaría para que no sufriese nuevamente, hasta que su paz se vio interrumpida por unas enfermeras que llevaban consigo tres bultos. Dos de ellos envueltos en colchas azules y uno en una rosa.
-Ho… Por Einstein.-Las castañas del mayor se cristalizaron, mientras las enfermeras se acercaron al mismo para entregarle los niños y al corredor a la niña. –Son hermosos Pietro.-Menciono mientras observa el rostro de sus pequeños, concentrando se en cada rasgo de los mismo. Empezando a hipar por lo bajo, mientas las avellanas se llenaban de lágrimas ante la vista de sus pequeños.
-Gracias…-Susurro el peli plateado levantando la mirada de la pequeña, solo para mostrarle al contrario una amplia sonrisa adornada con lágrimas, que escapaban sin permiso alguno. Sin previo aviso el rumano abrazo al neoyorquino con su brazo libre, dejando en medio de ambos a los tres bultos. Para separase lentamente, y darse un beso sublime.
-Disculpen- Menciono una voz conocida para ambos hombres, alejándose el rumano para que el mayor pudiese observar mejor a su visitante.-
-Pero si es mi Vis… Mira que irresponsable de tu otro co-padre dejarme toda la responsabilidad de criarte en conjunto con un adolecente.- A lo cual Pietro únicamente roda los ojos.- Traes a nuestra arañita cierto.- Afirmo al notar una leve sombra detrás del androide.
-Exactamente.- Menciono el humanoide que se encontraba luciendo una piel sintética color piel y un cabello rubio, se movió lentamente para poder dejar a la vista al pequeño Peter. Que se encontraba algo cohibido por toda la situación.
-Ven aquí campeón.-Menciono con una amplia sonrisa el platinado, mientras se colocaba de cuclillas a la altura del menor.-Tienes que saludar a tus hermanos y tu hermanita.- Al escuchar lo último el pequeño se acercó rápidamente a su padre para poder visualizar a la pequeña envuelta en la manta rosa.-
-Es…-Se quedó callado evaluando al bulto.- ¿Yo también fui así de feo?- Aquello descoloco a todos los presentes, para sacar una sonrisa a Tony.
-Si todos éramos feos de bebes… Sobre todo tu padre.- A lo cual el mencionado únicamente negó con una sonrisa mientras el bulto en sus brazos se movía ligeramente, reclamando atención de los presentes de manera silenciosa.
Hay presencio como la pequeña abría sus pequeñas cuencas, dejando a la vista unos posos grises a la vista.
-Niño…-Jadeo el millonario.-Sus ojos son hermosos…Todos tienen ojos hermosos.-Una amplia sonrisa apareció en los labios del genio, haciendo sonreír también al rumano.
-Claro, la arañita saco tus ojos y los enanitos probablemente los míos.-