Había pasado ya un mes desde que Karma estuvo en el hospital, todo iba de maravilla... Al menos para el pelirrojo.
Nagisa cumplía su parte del acuerdo, ya no le lanzaba cuchillos, podía abrazarlo, besarlo e incluso hacia que el peliazul durmiera en su misma cama, cosa que para el era una gran prueba ya que tener entre sus brazos al "indefenso" peliazul todas las noches y no poder tomarlo como tanto deseaba requería de una fuerza mental inmensa.
Por su parte, el peliazul empezaba a acostumbrarse a esa cercanía, pensando que quizás nada hubiera cambiado si se quedaba con ellos, mas llegando a este punto se abofeteaba mentalmente con el recuerdo de los hombres de Karasuma, repitiéndose que escapar fue su mejor opción.
Ahora ambos tenían una vida tranquila... El pelirrojo por tener a su Nagisa ya junto a el y el peliazul por lo tranquilo de su trabajo hasta el momento...
Y sin mas, cinco meses pasaron desde que se reencontraron.
Como cada mañana, desde su ultima visita al hospital, el peliazul despertaba entre los brazos del pelirrojo, ya se había acostumbrado o eso parecía, su corazón aun latía con desenfreno cuando, en esa misma posición, su mirada azul topaba con la mirada color sol del mas alto o cuando entre sueños el pelirrojo lo llamaba dulcemente mientras se aferraba más a su pequeño cuerpo.
Había adoptado la costumbre de despertar antes para poder mirar por un rato, y sin que nadie mas se enterara, el rostro durmiente del mayor, delineando con la mirada cada facción de su rostro, cada gesto, cada respiro, sentía también el latir del corazón del pelirrojo y como su pecho desnudo subía y bajaba cada vez que respiraba, como sus manos sujetaban con fuerza su cintura y espalda como si de ello dependiera su vida.
La molesta alarma de Karma era la que daba por terminado tan bello momento siempre, el pelirrojo abría los ojos tan pronto como esta comenzaba a sonar mientras Nagisa se fingía dormido, la apagaba y soltaba con delicadeza al mas bajo para después arropar le y caminar al baño para vestirse y posteriormente dirigirse a la cocina para preparar el desayuno, cuando ya tenia todo listo volvía a la habitación para "despertar" al pequeño peliazul que seguía en esa, entonces, fría cama.
-Nagisa... Es hora de despertar mi bella princesa durmiente - le llamo acercándose con cautela por si el nombrado no despertaba con humor y decidía arrojarle algún cuchillo para liberar su estrés.
-A quien llamas princesa, idiota - respondió Nagisa incorporándose y dándole a Karma una mirada de reproche.
-A la única a quien estoy dispuesto a llevar en brazos a la cocina para alimentarla con los humildes manjares que este simple lacayo a preparado - respondió el otro divertido mientras extendía sus brazos y se acercaba a Nagisa.
-Como se te ocurra tocarme, te quedas sin manos - dijo seriamente Nagisa mientras mostraba dos cuchillos en su mano izquierda.
-No lo har... Espera, dormiste con esos cuchillos?! - pregunto Karma sorprendido recibiendo por respuesta una sonrisa siniestra - no puedo creerlo! - grito - tu estarás acostumbrado a dormir, comer o a ir al baño con cuchillos, pero a mi no me parece agradable la idea de dormir con esas cosas cerca! -
-De todo te quejas, obvio que no dormí con ellos tan cerca - respondió Nagisa rodando los ojos - estaban debajo del colchón... La cabecera y tengo mas pero no te diré donde....- aclaro levantándose con rubo al baño - y ni se te ocurra buscarlos - dijo cuando paso al lado de Karma.
-Hoy no quiero cuchillos en mi habitación cuando durmamos...- ordeno Karma - el desayuno ya esta listo... Ven en cuanto te vistas...-
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-Y cual es la agenda de hoy, Ritsu? - preguntó Karma mientras conducía a su oficina.
-Pues hoy tienes dos juntas, pero ambas son en el edificio - respondió revisando la tableta electrónica en sus manos - También tienes una cita programada con... Terasaka? -
-Que te puedo decir... En gorila es buen político...- afirmo Karma restando importancia al asombro de Nagisa - además, ya sabias que el formaba parte de este ambiente, no? - pregunto después de haber dejado el coche en la entrada y llegar a su oficina.
-Si, bueno... Solo que... Olvidalo... - comento -(Terasaka sabrá que Karma le llama así aun después de todos estos años?)- se pregunto Nagisa negando ligeramente - de momento tienes que revisar esos documentos y firmar alguno mas por los cuales iré ahora, permiso - le informo haciendo una pequeña reverencia para salir de esa oficina, sin embargo fue frenado por la voz del pelirrojo que le llamó en el ultimo minuto - Que? -
-Te amo! - le respondió el pelirrojo para comenzar con si trabajo y dejar mudo al de ojos azules que salio de aquel lugar con un gran sonrojo en su rostro.
-(Esto no es bueno... Que debería hacer...?)- se preguntó al salir y quedar recargado en la puerta bajo las atentas miradas de sus compañeros -(Bueno, eso que mas da de momento...) - murmuro caminando al área de archivos.
En cuanto cerro la puerta de aquel frío lugar sintió como unas manos le atrapaban, sabia quien era por el simple olor a pólvora y sangre en ellas pero algo le puso en alerta, su amigo, aquel que se decía su novio, estaba en ese lugar, lleno de sangre a causa de las horribles heridas que cubrían su cuerpo, su ropa rasgada y los hematomas que afloraban en su rostro.
-Sbadow!? - grito armado en cuanto el pelinegro perdió la fuerza en sus piernas cayo de lleno en el suelo.
-Snake... - le llamo con dulzura y dificultad acariciando su mano al borde de la inconsciencia.
-Shadow! Que te paso? Como es que has terminado en estas condiciones!? - cuestiono preocupado sosteniendo el muy herido cuerpo del pelinegro en sus brazos.
-Eso no importa... De momento... - respondió con un enorme esfuerzo el de ojos verdes - el... Viene por ti... Y terminara cuando solo... uno de ustedes quede vivo... - explicó para posteriormente caer en la inconsciencia rotal.
-El!? Quien es el? Que va a terminar? Shadow! Por favor! Despierta! - pidió preocupado - Karma! -
Nagisa camino a paso veloz hasta que llego a la oficina del mas alto e irrumpió en ella de forma desesperada.
-Karma! - le llamo haciendo que el ojimercurio apartara la vista de los documentos - Te necesito! -
-Nagisa~ que atrevido~ no me quejo pero... Que clase de fantasía sexual tienes? - pregunto divertido por unos segundos mientras notaba los distintos tonos de rojo por los que el mas bajo pasaba en ese momento.
-Karma, esto es serio! - le dijo con reproche el mas bajo después de recuperarse y volviendo a centrarse en aquello a lo que iba desde un inicio.
-Que puede ser tan serio como para que necesites mi ayud...-
-Shadow esta aquí... - dijo el mas bajo interrumpiendo a Karma que se cayó de inmediato mientras su rostro adoptaba una mueca de ira, desesperación y desagrado mezcladas - esta aquí, esta herido de gravedad y parece que vino a advertirme de algo...- termino de contar.
-Vayamos...- ordeno Karma alejándose de su escritor y caminando hasta llegar a Nagisa.
Ambos hombres caminaron rápidamente a donde el mas bajo había dejado al pelinegro, y cuando llegaron...
El ya no estaba.
En su lugar, un rastro de sangre se extendía por el suelo dejando un mensaje no muy agradable escrito en el.
"Snake, te saludo y te informo, se quien eres, quienes te rodean y no dudaré en matarlos... El dios de la muerte, solo puede se uno... Y yo seré quien lo sea...
Dile adiós a tu tranquilidad momentánea, pues desde ahora me encargare de que no vuelvas a estar en paz...
Atentamente: el verdadero dios de ma muerte"
Leyeron en el piso, Nagisa se desvaneció en los brazos de Karma que no lo dejó caer.
Fuera quien fuera esa persona, había tocado un nervio sensible en Nagisa y lo había lastimado... Y eso Karma no lo dejaría pasar...
Nadie perturbaría así a su Nagisa mientras el tuviera vida, y ese maldito pagaría el haber roto la paz que con tanto esfuerzo había logrado darle al pequeño.
Nadie...