"Sabes... Durante algún tiempo fui consciente.
Consiente del amor que te tenia por ser tu madre, consiente de que lo que hacia no era algo bueno para ti.
Destruí todo en ti, no alenté la confianza que debías tener para salir al mundo real, todo lo contrario a ello, la destruí por completo para pode hacer de ti mi muñeca.
Te vestía con la ropa que a mi me hubiera gustado usar, te peine tal y como yo quería hacer... Proyecte en ti la imagen frustrada de quien nunca pude ser y lo siento.
Si solo hubiera sabido que ese día seria el ultimo que te vería, jamas te hubiera dejado partir o, al menos, me habría despedido correctamente, pero no, no lo hice porque estaba molesta ya que te habías negado a llevar el vestido que te compre.
Que estupidez de mi parte, no es así?
Lo siguiente que supe de ti fue que moriste defendiendo a tu grupo de un maniático, aunque yo sabia que no era posible, mi hijo no moriría tan fácil.
Trataron de hacer que te olvidara y eso fue lo que llevo mis facultades mentales al limite.
Caí en crisis, intente apuñalar a uno de los hombres que acompañaban al señor Karasuma y después intente suicidarme, estaba sola, ya no tenia nada por lo que vivir.
Es irónico, no te parece?
Por años trate de hacer de ti una niña, mi niña adorada, siempre te insulte, te golpeé, incluso llegue a prohibirte el alimento cuando me decías que eras hombre.
Me arrepiento realmente de todo eso y te agradezco por todo lo que hiciste por mi, ya que pese a todos mis malos tratos, tu siempre me recibías con una sonrisa, jamas olvidaste mi cumpleaños y te esforzabas por darme algo cuando era día de las madres.
Eres el mejor hijo que alguien podría tener.
Se bien que es bastante tarde para decirlo, posiblemente jamas vuelva a verte y, aunque eso .e pese en el alma, se que es mejor así.
No se donde estés en estos momentos, tampoco se lo que puedas estar haciendo, pero estoy segura de que estas bien y te sientes libre.
No hay nada que me haga mas feliz que eso.
Ayer me llego una nota que decía que debía esperar a la muerte el día de hoy, por eso es que comenzar a escribir esta carta, espero la recibas y quieras leerla.
No pido me perdones, pero te ofrezco la disculpa mas grande que puedo dar y si en mi muerte va que tu vengas a verme, parto feliz al otro mundo, donde los espíritus cuidan a los vivos, te prometo que estando allá, velare por tus pasos y te cuidare como debí hacerlo desde un inicio.
Adiós mi pequeño Nagisa, lamento no haber sido la madre que necesitabas, lamento no haberte abrazado cuando pude, lamento no poder verte en este momento, pero mas que nada, lamento que ya no podre disculparme en persona.
Te quiero mi pequeño, te quiero y deseo seas feliz de hoy en adelante...
Mamá."
El peliazul arrugo la hoja de papel que sostenía en sus manos, unos cuantos litros de alcohol habiendo sido suficientes para darle valor de leer la carta que su madre había dejado.
No estaba ebrio, ninguno de los dos lo estaba.
Para sorpresa de Karma, Nagisa había resultado bien bebedor, se lo había demostrado después de varios shots de tequila, wisky y sake, se encontraba perfectamente sereno, no le había afectado en nada la cantidad excesiva que había ingerido, Karma apenas iba por la mitad de lo que Nagisa ya había tomado.
-Vámonos - mando el mas bajo levantándose de la mesa en la que se encontraban y dejando el dinero de las bebidas de ambos y una generosa propina que el mesero sin dudas apreciaría.
-tan rápido volveremos a casa? - pregunto el joven pelirrojo terminando con su bebida.
-No volveremos a casa, solo que ya no quiero tomar mas- aclaro el peliazul guardando nuevamente la carta de su madre -Nos vamos? - pregunto señalando la salida con una mano y extendiendo la otra para que Karma la tomara.
-Hmmm... Ok, vayamos a otro lugar... Se de uno al que me gustaria ir - respondio el mas alto levantándose para tomar la mano de Nagisa y entrelazarla con la suya.
Salieron del bar en el que se encontraban, caminaron por las calles de la ciudad viendo las tiendas que había en ellas, Karma dirigía el paso con una sonrisa boba en su rostro, sonrisa causada por la sensación de tener a Nagisa tomado de la mano y que este de vez en cuando apoyara su cabeza contra el brazo del mas alto.
Asaron unos cuantas calles mas hasta que el pelirrojo se detuvo delante de una tienda particular.
-Una tienda... Cosplay? - dijo Nagisa viendo con detenimiento el lugar.
-Que te digo... Quiero ver algunas cosas aquí - dijo el pelirrojo con una enorme sonrisa - hay trajes que me gustaria que te probaras...- confeso sin pena alguna.
-Hmmm... Ok - acepto el otro - Hagamos esto, por cada traje que yo me pruebe, tu usaras uno que yo escoja, te parece?-
-Claro! Sera interesante! - acepto Karma sin pensar si quiera en el riesgo que esto implicaba.
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-Y? Que tal me veo? - pregunto Nagisa salir do del probador con un traje rosa aglobado, orejas negras de gato en la cabeza y una cola con un moño.
-Miu~ me acaban de dar ocho infartos gatunos- "ronroneo" Karma, quien también traía orejas, pero las suyas eran de color café.
-Bien, entonces te toca! - indico el peliazul empujando al mas alto para que entrara en el pequeño cubículo - yo te traeré el traje en un momento...- le dijo cerrando la puerta para correr por el traje que usaría el pelirrojo.
-Sera que me metí en un problema? - se pregunto a si mismo Karma comenzando a quitarse la ropa.
Después de unos minutos, unos golpes en la puerta, una bolsa negra y una pequeña risa lo alertaron.
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-Karma~ necesitas ayuda? - pregunto Nagisa tratando de ocultar la risa que le daba imaginar al pelirrojo - puedo entrar para ayudarte si quieres...-
-No gracias, aun conservó mi dignidad...- respondió una voz temblorosa desde el interior del pequeño cubículo.
-Entonces sal ya - ordeno el peliazul con el móvil en una mano y el pomo de la puerta en la otra.
-No! Que haces!? Ni se te ocurra abrir esa puerta Shiota Nagisa! - gruño el mas alto desde el interior del probador mientras halaba la puerta para que Nagisa no pudiera entrar... Hasta que sus pies se atoraron en las prendas que había dejado en el suelo y provocaron que cayera de senton en el piso del probador.
-Estas bien Karm... Debo tomar foto de esto! - dijo el pequeño Nagisa viendo la pose del que estaba en el suelo mientras lo veía con molestia y una clara promesa de venganza en los ojos.
-Me las pagaras Nagisa... Lo juro...-
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La temperatura los traicionó cuando salieron de aquel lugar en el que ya habían probado todos los trajes existentes en ma tienda. El peliazul era en único que llevaba una bolsa en las manos, causando una gran curiosidad por parte de Karma.
-Y... Que es lo que compraste? -
Curiosidad que el no pretendía mantener como secreto.
-Hmmm... Cosas - respondió el otro con gran alegría dibujando una traviesa sonrisa en su rostro.
El ojicobre soltó un suspiro y después sonrió con tranquilidad.
-Me alegro que ya estés mejor...- comento él mas alto afianzando su agarre en la mano de Nagisa.
-Perdón? - cuestionó el mas bajo sin repelar por la cercanía de Karma.
-Hace un rato, en el bar al que fuimos, pude ver que leíste la carta a del tu madre... Creo que te afecto un poco...- comento Karma en tono comprensivo.
-No me afecto... Realmente... Pero me molesto hasta cierto punto...- respondio Nagisa frenándose frente a una relojería - el tiempo es algo muy valioso que las personas desperdician sin problemas...-
-Aja... Y la cosa es...?-
-La cosa es que su despedida me llego ya tarde... Igual que su amor... Igual que toda su vida...- respondió Nagisa volviendo a caminar con el pelirrojo a rastras...